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Originales - 3 - Reacciones adversas en pacientes vacunados contra la COVID-19 en Atención Primaria

Cómo citar este artículo:
López Sánchez R, Arjona Pérez I, Cabezas Estrella S, Hernández Robledo R, de las Pozas Abril J. Reacciones adversas en pacientes vacunados contra la COVID-19 en Atención Primaria. RIdEC 2023; 16(1):28-37.
 
Fecha de recepción: 13 de febrero de 2023.
Fecha de aceptación: 26 de abril de 2023.
 

Autores

1 Rocío López Sánchez
1 Irene Arjona Pérez
1 Sergio Cabezas Estrella
1 Raquel Hernández Robledo
2 Julia de las Pozas Abril
 
  1. Grado en enfermería. Centro de Salud Dr. Mendiguchía Carriche. Leganés, Comunidad de Madrid (España).
  2. Máster universitario en cuidados críticos de enfermería. Centro de Salud Dr. Mendiguchía Carriche. Leganés, Comunidad de Madrid (España) 
 
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Resumen

Objetivo: conocer la frecuencia y el tipo de reacciones adversas producidas en la población vacunada en el entorno comunitario.
Método: estudio cuantitativo observacional prospectivo. Los participantes fueron pacientes vacunados en el Centro de Salud Doctor Mendiguchia Carriche en Leganés (Comunidad de Madrid) durante el periodo de vacunación entre mayo y septiembre de 2021.
En el estudio se examinaron las reacciones adversas autoinformadas en los siete días posteriores a cada dosis de ComirnatyTM- Pfizer®-BioNTech y dosis única de J&J® Janssen.
Se recogieron las reacciones descritas en ficha técnica como más frecuentes, así como reacciones adversas inusuales que los pacientes relacionaron con la vacunación. Se adjuntaron, además, variables sociodemográficas y antecedentes de COVID-19.
Resultados: participaron 821 pacientes. 687 recibieron la primera dosis de Pfizer®, 457 recibieron una segunda dosis y 100 recibieron dosis única de J&J® Janssen. El 88,5% de pacientes vacunados con ComirnatyTM-Pfizer®-BioNTech y el 69,2% de pacientes vacunados con J&J® Janssen presentaron alguna reacción adversa. Las reacciones adversas notificadas por pacientes son mayores tras la segunda dosis de ComirnatyTM-Pfizer®-BioNTech. Existe una relación entre la aparición de reacciones adversas y la edad y el sexo. Se incluyeron los porcentajes de reacciones adversas inusuales que los pacientes relacionaron con la vacunación.
Conclusión: el análisis de los resultados proporciona información importante sobre la frecuencia de reacciones adversas en los distintos grupos de edad, los diferentes tipos de vacunas y entre aquellos con o sin antecedentes de COVID-19. Las reacciones adversas notificadas fueron numerosas, pero no graves.
Palabras clave: evento adverso; vacunación; SARS-CoV-2; COVID-19.
 

Abstract

Adverse reactions in patiens vaccinated against covid-19 in Primary Care
Objective: to understand the frequency and type of adverse reactions developed by the population vaccinated in the community setting.
Method: a prospective observational quantitative study. The participants were those patients vaccinated at the Doctor Mendiguchia Carriche Primary Care Centre in Leganés (Madrid) during the vaccination period between May and September 2021.
The adverse reactions self-reported within the seven days after each dose of ComirnatyTM-Pfizer-BioNTech and the single dose of J&J® Janssen were analysed in the study.
Those reactions described as more frequent in the product specifications were collected, as well as unusual adverse reactions which patients associated with vaccination. Sociodemographic variables and past history of COVID-19 were also attached.
Results: the study included 821 patients; 687 of them received their first Pfizer dose, 457 received a second dose, and 100 received a single dose of J&J® Janssen. 88.5% of patients vaccinated with ComirnatyTM-Pfizer-BioNTech and 69.2% of patients vaccinated with J&J® Janssen presented some adverse reaction. There was a higher number of adverse reactions reported per patient after the second dose of ComirnatyTM-Pfizer-BioNTech. There was a relationship between the development of adverse reactions and age and gender. The percentages of unusual adverse reactions that patients associated with vaccination were also included.
Conclusion: the analysis of results provided important information about the frequency of adverse reactions in the different age groups, the different types of vaccines, and between those with or without a past history of COVID-19 The adverse reactions reported were numerous, but not severe.
Key words: adverse event; vaccination; SARS-CoV-2; COVID-19.
 

Introducción

La situación de pandemia iniciada en 2020, causante del síndrome viral sistémico de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), ha provocado grandes pérdidas sanitarias y económicas a nivel mundial (1).
Al comienzo del estudio, en España se notificaron 3.678.390 casos confirmados de COVID-19 y 79.953 fallecidos. En la Comunidad de Madrid, 716.173 casos confirmados y 15.287 fallecidos por COVID-19 (2).
Uno de los objetivos prioritarios de las autoridades sanitarias fue el desarrollo de vacunas eficaces para prevenir la enfermedad y disminuir la gravedad y mortalidad, además de reducir el impacto de la pandemia sobre el sistema asistencial y la economía (1).
En Europa, la European Medicines Agency (EMA), a finales de mayo, ya había autorizado cuatro vacunas frente a la COVID-19. La vacuna ComirnatyTM-Pfizer®-BioNTech, SpikevaxTM-Moderna, VaxzevriaTM-AstraZeneca y la vacuna de Janssen- Johnson & Johnson®. Para ser autorizadas estas vacunas han debido demostrar niveles adecuados de eficacia y seguridad, si bien presentan diferentes características en cuanto a su logística, eficacia y perfiles de población en las que han sido ensayadas (3).
Según ficha técnica, las reacciones adversas más frecuentes en la vacuna ComirnatyTM-Pfizer®-BioNTech fueron el dolor en el lugar de inyección (> 80%), fatiga o sensación de cansancio (> 60%), cefalea (> 50%), mialgias y escalofríos (> 30%), artralgias (> 20%), fiebre e inflamación en el lugar de inyección (> 10%), siendo mayoritariamente de intensidad leve o moderada y desapareciendo en pocos días tras la vacunación. Estas reacciones son más habituales tras la segunda dosis y su frecuencia disminuye con la edad (4,5).
En la vacuna de Janssen-Johnson & Johnson® las reacciones adversas que aparecen en ficha técnica son: dolor en el lugar de inyección (48,6%), cefalea (38,9%) y fatiga (38,2%), mialgia (33,2%), náuseas (14,2%) y fiebre > 38 ºC (9%). La mayoría de las reacciones adversas se produjo en el plazo de 1-2 días después de la vacunación y fueron de intensidad leve o moderada y de corta duración (6).
El Centro de Salud (CS) Dr. Mendiguchía Carriche se encuentra en el municipio de Leganés de la Comunidad de Madrid, con una zona básica de salud (ZBS) que abarca unos 24.624 pacientes, de los cuales 20.263 son igual o mayores de 18 años.
Durante el año 2021 en el CS se inició la vacunación contra la COVID-19 en el grupo de población mayor de 75 años, las personas inmovilizadas, los grandes dependientes y sus cuidadores. Posteriormente se amplió a los mayores de 18 años según las distintas estrategias de vacunación. Las vacunas administradas en el CS fueron principalmente ComirnatyTM-Pfizer ®-BioNTech y Janssen-Johnson & Johnson®.
El presente estudio se ideó con el propósito de conocer qué reacciones adversas tras la vacunación frente a la COVID-19 eran las más frecuentes en la población de referencia y analizar si su frecuencia podría estar relacionada con alguna característica de los pacientes, ya que no se han encontrado estudios realizados en población española o estaban circunscritos a una población específica.
Al aportar un mayor conocimiento de la frecuencia de aparición de reacciones adversas y su relación con distintas características como edad, sexo o antecedentes de COVID-19 previo a la vacunación, este estudio ayudaría a proporcionar unas recomendaciones específicas con el fin de mejorar los cuidados posvacunación de la población en función de estas características.
El objetivo de este trabajo es conocer la frecuencia y el tipo de reacciones adversas producidas en la población vacunada contra la COVID-19 entre mayo y septiembre del año 2021 en el CS Dr. Mendiguchía Carriche y analizar si existen diferencias según edad, sexo y antecedentes de haber pasado o no la COVID-19.
 

Material y método

Diseño del estudio
Se realizó un estudio observacional, prospectivo y descriptivo
 
Población y muestra
La población a estudio fue aquella mayor de 18 años que hubiera recibido una vacuna contra la COVID-19. Para el tamaño muestral del estudio se realizó un muestreo consecutivo, invitando a participar a los pacientes que acudieron a vacunarse al CS. Finalmente 821 aceptaron participar y firmaron el consentimiento informado.
 
Variables de investigación
En el momento de la vacunación se recogieron las variables de edad y sexo y aquellas relacionadas con la vacuna: tipo, dosis de la vacuna, fecha de vacunación y antecedentes de enfermedad COVID.
Tras la vacunación, las variables recogidas fueron las reacciones adversas incluidas en la ficha técnica (dolor en la zona de punción, astenia, cefalea, artralgias, mialgias, escalofríos, náuseas y/o vómitos, febrícula: 37,5 a 37,9 ºC, fiebre: ≥ 38 ºC, adenopatías, otras: especificar).
 
Recogida de datos
Se entregaron dos cuestionarios: uno en el momento de la vacunación donde se recogen las variables sociodemográficas y otro que se entregó al paciente para el registro de Reacciones Adversas durante las 72 horas siguientes a la vacunación, cuestionario que debía de ser entregado durante los siguientes siete días. Pasada una semana se llevaron a cabo hasta dos llamadas telefónicas a los pacientes que habían sido vacunados y no entregaron dicha encuesta.
Durante el periodo del estudio la vacunación se realizó según la Actualización 8. Estrategia de vacunación COVID-19. Teniendo disponibles en el CS las vacunas de ComirnatyTM-Pfizer®-BioNTech y Janssen-Johnson & Johnson® (7).
 
Análisis de datos
Para el análisis descriptivo se utilizaron: en las variables cualitativas frecuencias absolutas y porcentajes y para las variables cuantitativas fueron usadas mediana y desviación estándar.
La descripción de las reacciones adversas se realizó mediante frecuencias absolutas y porcentajes y se calcularon sus intervalos de confianza al 95% (IC 95%).
Para estudiar la relación entre la comunicación o no de reacciones adversas según edad, sexo, número de dosis recibidas, antecedentes y, en su caso, tiempo de antecedentes previos de COVID, se utilizó x2, test Fisher y test de McNemar. También se calculó el Riesgo Relativo con IC 95% de reacciones adversas, con presencia o no de antecedentes de COVID-19.
 
Aspectos éticos
A cada participante se le asignó un código que no permitía identificar los datos de filiación, de tal forma que en la hoja de recogida de datos solo constó el código asignado. El análisis de los datos fue con los códigos asignados.
El proyecto fue presentado para su valoración a la comisión local de investigación de la DASUR y fue aprobado por el CEIm del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés. Nº CEIm 1309-A(43/21).
 

Resultados

Durante el periodo de mayo a septiembre del año 2021 se realizó la recogida de datos del estudio, con la entrega del cuestionario a los pacientes que acudían al CS a administrarse la vacuna frente a la COVID-19.
La vacuna de Pfizer® se administraba, con pauta de dos dosis, a los pacientes mayores de 18 años que no hubieran pasado la COVID-19 y pacientes mayores de 65 años independientemente de si tenían antecedentes de COVID-19 previo a la vacunación o no. La vacuna de Pfizer® se administraba en dosis única en los pacientes que siendo menores de 65 años habían pasado previamente la enfermedad. La vacunación de Janssen® era dosis única.
Acudieron a vacunarse 821 pacientes, 721 pacientes (87,8%) recibieron la vacuna de Pfizer® (BioNTech) y 100 pacientes (12,2%) recibieron la vacuna de Janssen® (Figura 1).
 
 
Las características de la población de estudio en relación al sexo, grupo de edad y antecedentes de COVID se recogen en la Tabla 1.
En el caso de los pacientes vacunados con la dosis única de Janssen®, 91 pacientes entregaron el cuestionario cumplimentado y de ellos 63 (69,2%) señalaron alguna reacción adversa tras la vacunación (p= 0,00).
De los 451 pacientes que recibieron las dos dosis de Pfizer®, 391 (86,7%) señalaron en el cuestionario una o más reacciones adversas tras la primera dosis y 399 (88,5%) tras recibir la segunda dosis (p= 0,63).
El análisis del tipo de reacción adversa registrada por los pacientes y su frecuencia según tipo de vacuna y dosis recibida se recogen en la Tabla 2.
 
 
 
 
En la Tabla 3 se describe el número absoluto de reacciones adversas notificadas por paciente según dosis y tipo de vacuna administrada. La mediana de reacciones adversas tras la primera dosis de Pfizer® es una (rango 0-7) y de dos reacciones (rango 0-9) tras la segunda dosis. En el caso de la administración de la dosis única de Janssen®, la mediana es de una reacción adversa (rango 0-8).
Se analizó si los pacientes que habían recibido la vacunación completa de Pfizer® presentaban más reacciones adversas tras la segunda dosis con respecto a la primera según el grupo de edad. Se objetivó que el grupo de edad de mayores de 65 años tenía una relación estadísticamente significativa, es decir, que este grupo presentaba mayor número de reacciones en la segunda dosis con respecto a la primera (p= 0,016).
Se realiza un comparativa de las reacciones notificadas en función de diversos datos demográficos, antecedentes de COVID- 19 previos a la vacunación y del tiempo transcurrido desde la infección hasta la vacunación (según el protocolo de vacunación de seis meses o menos), estos datos se representan en los Gráficos 1 y 2.
 
 
 
 
Los participantes en el estudio informaron de otras posibles reacciones a la vacuna distintas de las recogidas en la encuesta. 68 pacientes (9,89%) informaron de algún tipo de reacción inusual en la primera dosis de la vacuna de Pfizer® y 50 pacientes (10,9%) en la segunda dosis, mientras que 11 pacientes (11%) notificaron algún tipo de reacción inusual en la vacunación de Janssen®. Las reacciones más habituales fueron diarrea (27 casos), mareo (24 casos) y somnolencia (16 casos). Otros posibles efectos adversos notificados menos habituales fueron: odinofagia (12 casos), parestesias (7 casos), dolor abdominal (7 casos), alteraciones menstruales (7 casos), insomnio (4 casos), molestias oculares (4 casos), otalgia (4 casos), celulitis en la zona de punción (5 casos) y aparición de hematomas o alteraciones cutáneas (3 casos). 
 

Discusión 

Este estudio no fue diseñado para evaluar la seguridad de estas vacunas, sino que se centró principalmente en informar de la aparición de reacciones adversas reportadas por los pacientes y recogidas en la ficha técnica de cada vacuna, así como indicar reacciones inusuales que refirieron los pacientes y que no estaban especificadas en la ficha técnica.
En los pacientes vacunados con Pfizer® no hay diferencia en la posibilidad de presentar alguna reacción adversa entre la primera y la segunda dosis. Sin embargo, la frecuencia de cada tipo de reacción es mayor con la segunda dosis de Pfizer®.
De los distintos tipos de reacciones que se recogieron en la encuesta, el dolor en la zona de punción es el único que presenta valores similares tras la 1ª y 2ª dosis. En el estudio de Alghamdi et al. (8) y Menni et al. (9) muestran el mismo resultado.
Las reacciones adversas recogidas en el estudio tras haber recibido la segunda dosis de Pfizer® objetivan una mayor incidencia en su aparición. El cansancio aumenta un 20% tras la administración de la 2ª dosis de Pfizer® con respecto a la primera dosis. Mialgias y artralgias aumentan un 15%, así como síntomas menos frecuentes como fiebre > 38 ºC y adenopatías, también evidenciado en los estudios de Menni et al. (9) y Beatty et al. (10).
De los pacientes vacunados con Janssen®, el 69,2% notificó al menos una reacción adversa a la vacuna. El dolor en la zona de punción fue el más frecuente seguido de cansancio, cefalea y mialgias, y posteriormente de artralgias y escalofríos. La fiebre o febrícula, náuseas o vómitos y presencia de adenopatías fueron las menos habituales.
Esto concuerda con el documento del resumen epidemiológico elaborado por el Centro para el Control y la Prevención de enfermedades (CDC) de Estados Unidos sobre la seguridad de la vacuna de Janssen®, donde el 76% de los pacientes presentaba alguna reacción adversa, siendo el dolor en la zona de punción, cansancio y cefalea los síntomas más habituales (11).
En el estudio de Beatty et al. (10) se describen como reacciones adversas más frecuentes tras la dosis única de Janssen®: cansancio, mialgias, cefalea y escalofríos; sin embargo, el dolor en la zona de punción no lo describen como uno de los más importantes.
Con respecto a las variables demográficas, en el sexo femenino se encuentra una mayor frecuencia de notificar alguna reacción adversa tras la administración de la vacuna de Pfizer®, independientemente de la dosis administrada, asociada a diferencias fisiológicas en las respuestas inmunitarias adaptativas u hormonales (12). Existen varios artículos que evidencian este dato con relación al sexo femenino (9,10,13).
En la vacuna de Janssen®, dentro del presente estudio, el 74% de mujeres notificó reacciones adversas frente al 64,4% de hombres, sin que en esta ocasión se presente una relación significativa. Esto podría ser debido a la escasa muestra recogida, ya que en estudios como Kant et al. (13) se aprecia una notoria diferencia entre las reacciones adversas notificadas por hombres y mujeres, donde estas presentan un porcentaje mucho mayor. Otro estudio que ratifica esta tendencia es el Shay et al. (11), donde el 66% de las mujeres refirió reactogenicidad frente al 30,8% de los hombres (11) .
La notificación de reacciones adversas en función de la edad muestra que tras la primera dosis de Pfizer® existe mayor reactogenicidad en la población < 65 años (85,2% - 91,8% notificaron reacciones adversas). Datos similares a los presentados en estudios como Menni et al. (9).
En cuanto a la vacuna de Janssen®, la relación entre la edad y la presencia de reacciones adversas no es significativa, aunque parece que existe una tendencia sujeta al tamaño muestral. Esta tendencia indica una mayor reactogenicidad en la población menor de 60 años, que aparece en otros estudios con una muestra de población más amplia (11-13).
Los resultados indican que los pacientes que habían sufrido la COVID-19, previamente a la inmunización, presentan más reacciones adversas a la primera dosis de Pfizer®, como se muestra en otros estudios (9,13). Se observa un riesgo relativo bajo probablemente debido a la escasa muestra. En otras investigaciones como la de Mathioudakis et al. (15) este riesgo aumenta un 8%.
Se asocia una mayor reactogenicidad en los pacientes con antecedentes de COVID, los cuales desarrollan una respuesta inmunitaria rápida con títulos de anticuerpos más altos después de la primera dosis de vacunación en comparación con aquellos sin una infección previa por COVID-19 (9,16). Por el contrario, los pacientes con antecedentes de COVID-19 no presentan más riesgo de sufrir reacciones adversas tras la segunda dosis. No obstante, existe gran controversia sobre estos casos (13,16).
Tras la vacuna de Janssen® no se observa una mayor reactogenicidad en aquellos pacientes con antecedentes de COVID-19 (12).
Los antecedentes de COVID-19 con más o menos de seis meses de antigüedad respecto a la vacunación no presentan relación con la aparición de reacciones adversas como también se observa en el estudio de Menni et al. (9).
En la encuesta a los pacientes se incluyó un apartado que recoge reacciones inusuales fuera de ficha técnica que pudieran estar relacionadas con la vacuna. La diarrea fue el síntoma más habitual junto con la sensación de mareo y la somnolencia.
Esto coincide con algunos estudios, donde también se referencian estos síntomas como reacciones inusuales (8,17).
Un porcentaje pequeño de pacientes notificó alteraciones menstruales tras la vacunación, este hecho también se aprecia en el estudio de Alghamdi et al. (8).
Aparecieron varias limitaciones, se destaca el continuo cambio de estrategias de vacunación con la consiguiente variación en la indicación de una u otra vacuna, lo que ocasionó una escasa muestra en los pacientes con antecedentes COVID-19 vacunados con la 2ª dosis de Pfizer®.
 

Conclusiones 

El presente estudio aporta información novedosa con relación a la aparición de reacciones adversas en la vacunación frente a la COVID-19. Estas reacciones adversas no fueron en ningún momento graves y concuerdan con las frecuencias descritas en las fichas técnicas. Fueron más habituales en mujeres que en hombres y la edad influye en la aparición de dichas reacciones, al igual que la existencia o no de antecedentes de COVID-19.
Estos datos sirven de información para los pacientes sobre las posibilidades de presentar reacciones adversar en función de la edad, el sexo y el tipo de vacuna administrada, y ayudarían a proporcionar unas recomendaciones específicas con el fin de mejorar los cuidados posvacunación de la población en función de tipo de vacuna administrada, edad y sexo.
Este trabajo, además, abre numerosas líneas de investigación para acciones futuras, como por ejemplo la presencia de más o menos reacciones adversas en las próximas dosis de recuerdo de las diferentes vacunas en función de edad, antecedentes de COVID-19, etc., así como el estudio del resto de reacciones adversas no registradas en ficha técnica, como por ejemplo las alteraciones menstruales.
 

Conflicto de intereses 

Ninguno.
 

Financiación 

Ninguna.
 

Bibliografía

1. Meo SA, Bukhari IA, Akram J, Meo AS, Klonoff DC. COVID-19 vaccines: comparison of biological, pharmacological characteristics and adverse effects of Pfizer®/BioNTech and Moderna Vaccines. Eur Rev Med Pharmacol Sci. 2021; 25(3):1663-9.
2. Gobierno de España. Actualización nº 386. Enfermedad por el coronavirus (COVID-19). Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias [internet] [citado 8 may 2023]. Disponible en: https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/sanidad14/Documents/2021/310521-%20Actualizacion_386_COVID-19.pdf
3. Gobierno de España. Grupo de Trabajo Técnico de Vacunación COVID-19 de la Ponencia de Programa y Registro de Vacunaciones. Estrategia de Vacunación frente a COVID-19 en España, Actualización 5. Consejo Interterritorial del SNS [internet]. Madrid: Ministerio de Sanidad; 2021. [citado 8 may 2023]. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/covid19/Actualizaciones_Estrategia_Vacunacion/docs/COVID-19_Actualizacion5_EstrategiaVacunacion.pdf
4. Comirnaty por BioNTech/Pfizer® [internet]. Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. 2021 [citado 8 may 2023]. Disponible en: https://www.aemps.gob.es/la-aemps/ultima-informacion-de-la-aemps-acerca-del-covid%E2%80%9119/vacunas-contra-la-covid%E2%80%9119/comirnaty/.
5. Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría. La Unión Europea autoriza la primera vacuna de la COVID: Comirnaty. Vacunas AEP [internet]. [citado 8 may 2023] Disponible en: https://vacunasaep.org/profesionales/noticias/la-union-europea-autoriza-la-primera-vacuna-de-la-covid-comirnaty
6. Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Ficha técnica o resumen de las características del producto JCOVDEN (Janssen-Johnson & Johnson). CIMA [internet] [citado 8 may 2023]. Disponible en: https://cima.aemps.es/cima/pdfs/ft/1201525001/FT_1201525001.pdf
7. Gobierno de España. Estrategia de vacunación frente a COVID-19 en España: actualización 8 [internet]. Madrid: Ministerio de Sanidad; 2021 [citado 8 may 2023]. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/covid19/Actualizaciones_Estrategia_Vacunacion/docs/COVID-19_Actualizacion8_EstrategiaVacunacion.pdf
8. Alghamdi AN, Alotaibi MI, Alqahtani AS, Al Aboud D, Abdel-Moneim AS. BNT162b2 and ChAdOx1 SARS-CoV-2 post-vaccination side-effects among Saudi vaccinees. Front Med (Lausanne) 2021; 8:760047. Doi: http://dx.doi.org/10.3389/fmed.2021.760047
9. Menni C, Klaser K, May A, Polidori L, Capdevila J, Louca P, et al. Vaccine side-effects and SARS-CoV-2 infection after vaccination in users of the COVID Symptom Study app in the UK: a prospective observational study. Lancet Infect Dis 2021; 21(7):939-49. Doi: http://dx.doi.org/10.1016/S1473-3099(21)00224-3
10. Beatty AL, Peyser ND, Butcher XE, Cocohoba JM, Lin F, Olgin JE, et al. Analysis of COVID-19 vaccine type and adverse effects following vaccination. JAMA Netw Open 2021; 4(12):e2140364. Doi: http://dx.doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2021.40364
11. Shay DK, Gee J, Su JR, Myers TR, Márquez P, Liu R, et al. Safety monitoring of the Janssen® (Johnson & Johnson) COVID-19 vaccine - United States, march-April 2021. MMWR Morb Mortal Wkly Rep 2021; 70(18):680-4.
12. Sadoff J, Gray G, Vandebosch A, Cárdenas V, Shukarev G, Grinsztejn B, et al. Safety and efficacy of single-dose Ad26.COV2. S vaccine against Covid-19. N Engl J Med 2021; 384(23):2187-201.
13. Kant A, Jansen J, van Balveren L, van Hunsel F. Description of frequencies of reported adverse events following immunization among four different COVID-19 vaccine brands. Drug Saf 2022; 45(4):319-31.
14. Klein SL, Marriott I, Fish EN. Sex-based differences in immune function and responses to vaccination. Trans R Soc Trop Med Hyg 2015; 109(1):9-15.
15. Mathioudakis AG, Ghrew M, Ustianowski A, Ahmad S, Borrow R, Papavasileiou LP, et al. Self-reported real-world safety and reactogenicity of COVID-19 vaccines: A vaccine recipient survey. Life (Basel) 2021; 11(3):249. Doi: https://doi.org/10.3390/life11030249
16. Krammer F, Srivastava K, Alshammary H, Amoako AA, Awawda MH, et al. Antibody Responses in Seropositive Persons after a Single Dose of SARS-CoV-2 mRNA Vaccine. N. Engl. J. Med. 2021; 384(14):1372-4. Doi: https://doi.org/10.1056/NEJMc2101667
 

Originales - 4 - Riesgo cardiovascular en adultos con diabetes tipo 2 de un centro de Atención Primaria de México

Cómo citar este artículo:
Yam Sosa AV, Chimal Pool CI, Chávez Osorio AA, Candila Celis JA, Medina Fernández J. Riesgo cardiovascular en adultos con diabetes tipo 2 de un centro de Atención Primaria en México. RIdEC 2023; 16(1):39-46.
 
Fecha de recepción: 3 de marzo de 2023.
Fecha de aceptación: 9 de mayo de 2023.
 

Autores

1 Antonio Vicente Yam Sosa
2 Cristian Israel Chimal Pool
3 Adelaida Alejandra Chávez Osorio
4 Julia Alejandra Candila Celis
5 Josue Medina Fernández
 
  1. Doctor en Ciencias de Enfermería. Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Yucatán. México.
  2. Licenciado en Enfermería. Servicios de Salud de Yucatán. Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán (HRAEPY). México.
  3. Licenciada en Enfermería. Servicios de Salud de Yucatán. Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán (HRAEPY). México.
  4. Doctora en Ciencias de la Educación. Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Yucatán. México.
  5. Maestro en Enfermería. División Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo. México.
 
E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
 

Resumen 

Objetivo: calcular el riesgo cardio vascular (RCV) en adultos que viven con diabetes tipo 2 (DT2) de un centro de Atención Primaria de Tizimín (Yucatán, México).
Método: estudio descriptivo, transversal, retrospectivo. Los datos se obtuvieron de fuentes secundarias (tarjetas de registro) de los usuarios que acuden a seguimiento y control de su diabetes a un centro de salud de Atención Primaria. Se realizó el cálculo del RCV mediante el calculador con los criterios de las tablas de predicción de RCV de la Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS), que permite estimar el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular (ECV) a 10 años en la población mayor de 40 años. Los resultados se presentan mediante estadística descriptiva y se utilizó el SPSS statistics versión 25.
Resultado: se analizaron 300 tarjetas de registro, el 75,6% (227) es de sexo femenino y el 24,4% (73), masculino; edad entre 40 y 75 años; el 58% (174) tiene sobrepeso u obesidad; el 68% (204) presenta hemoglobina glucosilada en descontrol (≥ 7%) y el 34% (102) tiene colesterol en descontrol (≥ 200 mg/dL). El RCV predominó el moderado con un 46% (138), seguido de alto con un 30% (90) y bajo con un 24% (72).
Conclusiones: el RCV de los adultos con DT2 del centro de Atención Primaria de Tizimín es moderado, alto y bajo en ese orden.
El calculador es de utilidad en Atención Primaria para estratificar el RCV en las personas con DT2.
Palabras clave: diabetes mellitus tipo 2; factores de riesgo; medición de riesgo; enfermedades cardiovasculares; prevención primaria.
 

Abstract

Cardiovascular risk in adults with Type 2 diabetes from a Primary Care Centre in Mexico
Objective: to calculate the cardiovascular risk (CVR) in adults living with Type 2 diabetes (T2D) from a Primary Care centre in Tizimín (Yucatán, Mexico).
Method: a retrospective, cross-sectional, descriptive study. Data were retrieved from secondary sources (registration cards) from users who attend a Primary Care centre for follow-up and control of their diabetes. Their CVR was calculated through calculator with the criteria from the CVR prediction tables by the World Health Organization / Pan American Health Organization (WHO/PAHO), which allows estimating the risk of developing cardiovascular disease (CVD) at 10 years in the >40-year-old population. Results were presented through descriptive statistics, using SPSS statistics version 25.
Results: the analysis included 300 registration cards; 75.6% (227) of patients were female and 24.4% (73) were male; between 40 and 75 years of age, 58% (174) with overweight or obesity; 68% (204) presented uncontrolled glycosylated haemoglobin (≥ 7%) and 34% (102) had uncontrolled cholesterol (≥ 200 mg/dL). There was a prevalence of Moderate CVR, with 46% (138), followed by High with 30% (90) and Low with 24% (72).
Conclusions: the CVR of adults with T2D from the Primary Care Centre at Tizimín was Moderate, High and Low, in that order.
The calculator is useful in Primary Care in order to stratify CVR in persons with T2D.
Key words: type 2 Diabetes Mellitus; risk factors; risk measurement; cardiovascular diseases; primary prevention.
 

Introducción

Actualmente se sabe que las personas que viven con diabetes mellitus tipo 2 (DT2) tienen más probabilidades de sufrir enfermedad cardiovascular (ECV) y muerte cardiovascular (CV). El 75% de todas las muertes entre personas con DT2 son causadas por ECV. La mortalidad CV es mayor en personas con DT2, tres de cada cuatro (75%) mueren debido a una ECV, estas cifras son más elevadas en comparación con las personas sin diabetes. Además, la mortalidad CV es casi un 200% mayor entre las personas con DT2 cuando se compara con personas que viven sin la enfermedad (1).
Las complicaciones crónicas de la diabetes se dividen en microvasculares y macrovasculares. Las complicaciones microvasculares incluyen la neuropatía, nefropatía y retinopatía; y las complicaciones macrovasculares incluyen enfermedad cardiovascular (ECV), accidente cerebrovascular y enfermedad arterial periférica (EAP) (2).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que las ECV son un grupo de trastornos del corazón y los vasos sanguíneos entre los que se incluyen: la cardiopatía coronaria, que es una enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan el músculo cardiaco; la enfermedad cerebrovascular, que es una patología de los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro; la enfermedad arterial periférica, que es una enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan los brazos y las piernas; y la trombosis venosa profunda y embolia pulmonar, que son coágulos de sangre en las venas de las piernas, que pueden desprenderse y moverse hacia el corazón y los pulmones (3).
La patología CV inicia en la persona con DT2 debido a que la enfermedad es progresiva, además las complicaciones, tanto micro como macrovasculares, en algunas personas, comienzan antes de ser diagnosticadas con diabetes. Por tanto, el proceso inflamatorio que esta situación genera es continuo y variado en velocidad en cada persona y que finalmente termina en aterotrombosis, la inestabilidad de la placa y un aumento de pacientes para presentar eventos de ECV con trombosis, entre otros. Las complicaciones macrovasculares afectan a múltiples órganos y pueden ocurrir de forma temprana durante el transcurso de la enfermedad de DT2. Es así como en la arteriopatía coronaria, más del 25% de las personas con DT2 son asintomáticas y presentan hallazgos de alteraciones coronarias cuando se les realiza el cribado (4).
Además, la insuficiencia cardiaca (IC) representa una tasa de hospitalización de dos a cuatro veces mayor en personas con DT2 en comparación con aquellos sin diabetes (5); la EAP aumenta de dos a cuatro veces con la DT2 (6) y el accidente cerebrovascular representa un riesgo dos veces mayor entre los primeros cinco años posteriores al diagnóstico de DT2 en comparación con la población general (7). Por consiguiente, las personas que viven con DT2 tienen un alto riesgo de sufrir ECV (8).
Algunos estudios señalan que la terapia intensiva multifactorial en personas con DT2 disminuye la aparición de CV (9) y que la reducción de niveles de glucosa en sangre baja la mortalidad sustancial y el RCV respecto a complicaciones microvasculaes (10). Un factor relevante en este proceso es la inercia clínica que está asociada con un aumento significativo del riesgo y muerte cardiovascular. La inercia clínica es la incapacidad para establecer objetivos apropiados y escalar el tratamiento para lograr los objetivos clínicos de la persona (11,12), se basa en los valores de la HbA1c obtenidos cada tres meses, lo que determina si la persona necesita intensificación en el tratamiento (13); por tanto, es un contribuyente importante al exceso de eventos cardiovasculares en las personas con DT2. Por lo tanto, es fundamental una gestión estricta del riesgo CV en personas con DT2.
Por otra parte, el alto costo de la diabetes mellitus en México trae consecuencias para el país. Un estudio demuestra que en el 2017 la diabetes representó el 16% del gasto total en salud. Los costos sociales atribuibles a la diabetes en el país se estimaron en 8,9 mil millones USD, correspondiente a 739 dólares por persona al año. El mayor impacto está en los costos del manejo de la nefropatía, seguido de mayor a menor impacto por la retinopatía, enfermedad cardiovascular, neuropatía y finalmente por la enfermedad vascular periférica (14).
Un estudio prospectivo, realizado en la Ciudad de México entre 1998-2004 y 2015-2019, analizó los cambios que se han dado en los últimos 20 años en la prevalencia, el diagnóstico, el tratamiento y el control de la diabetes. Llegó a la conclusión de que una de las principales causas de muerte prematura de adultos en México es la diabetes en descontrol (15).
También señala que en promedio las personas con diabetes en la ciudad de México tenían una tasa de mortalidad cuatro veces más alta que aquellas sin diabetes, en comparación con países de ingresos elevados, en donde la tasa de mortalidad es solo dos veces más alta en personas con diabetes. Una probable explicación de esta situación es que el control de la diabetes en México no es tan bueno como en otros países (15).
Para la prevención y el tratamiento tanto de la ECV como de la insuficiencia cardíaca, los factores de riesgo cardiovascular deben evaluarse sistemáticamente al menos una vez al año en todas las personas con diabetes. Los factores de riesgo incluyen la duración de la diabetes, la obesidad/sobrepeso, la hipertensión, la dislipidemia, el tabaquismo, los antecedentes familiares de enfermedad coronaria prematura, la enfermedad renal crónica y la presencia de albuminuria (16).
La American Diabetes Association (ADA), en su edición del 2022 y 2023, establece de forma clara y gráfica, la relevancia de la atención individual de los factores de riesgo cardiovasculares en la atención de las personas que viven con diabetes, situación ya conocida, pero que no había sido plasmada con tanta fuerza como hasta ahora (17). Se recomienda el uso de un calculador para estratificar el riesgo cardiovascular en la persona con DT2. Aunque se reconoce a la diabetes como un factor de riesgo, ya que la diabetes en sí misma confiere un mayor riesgo de CV, es importante elegir un calculador que considere la duración de la diabetes o la presencia de complicaciones de la misma, como la albuminuria. Aunque existe cierta variabilidad en la calibración en varios subgrupos, incluso por sexo, raza y diabetes, la predicción general del riesgo no difiere en aquellos con o sin diabetes, lo que valida el uso de calculadoras de riesgo en personas con diabetes. El riesgo de 10 años de un primer ECV ha de evaluarse para estratificar mejor el riesgo CV y ayudar a guiar la terapia y automanejo de la enfermedad (17).
Por lo antes descrito, es necesario realizar una identificación de las personas con DT2 que están en RCV. El objetivo del estudio es calcular el RCV en adultos que viven con DT2 de un Centro de Atención Primaria de Tizimín (Yucatán, México).
 

Método

Estudio aplicado con alcance descriptivo que muestra la situación de riesgo en que se encuentra las personas con DT2 del CAP, la información se obtuvo de fuentes secundarias, en una sola medición. El universo estuvo conformado por 347 tarjeteros de los usuarios registrados en el programa de enfermedades crónicas no transmisibles que acuden para seguimiento y control de la DT2 en el centro de salud urbano de la ciudad de Tizimín, Yucatán.
Los criterios de inclusión fueron todos los casos de DT2 registrados en los tarjeteros de control de enfermedades crónicas en el año 2021, cualquier comorbilidad asociada a la diabetes, y que se tenga el registro de datos de las personas (edad, sexo), antropométricos (PA, IMC) y clínicos (glicemia, triglicéridos, colesterol); se excluyeron del estudio aquellos usuarios que tuvieron registrados antecedentes de eventos coronarios previos y ECV, daño renal y diagnóstico de DT1. Los valores de la variables antropométricas y clínicas consideradas para el estudio fueron las registradas en los tarjeteros en los últimos seis meses previos al estudio. El criterio que se utilizó para valorar los parámetros antropométricos y clínicos fueron los que señala la Norma Oficial Mexicana (NOM) 015-SSA2-2018 para la prevención, la detección, el diagnóstico, el tratamiento y el control de la diabetes mellitus en México.
Al hacer el análisis del contenido de los tarjeteros se eliminaron 47 por no cumplir con los criterios de inclusión para el estudio.
El procedimiento de recolección de la información consistió en revisar en los tarjeteros de cada usuario si las variables de estudio estaban registradas en los últimos seis meses previos al estudio. Para calcular el RCV se utilizó la calculadora de la Organización Panamericana de Salud (OPS) para estimar el riesgo de sufrir un evento cardiovascular. Inicialmente para calcular el riesgo individual se introdujeron seis parámetros: edad, sexo, presión arterial, colesterol, tabaquismo y tratamiento para la presión arterial alta, y seleccionando la opción “Calcular” se obtiene una estimación aproximada del riesgo de desarrollar ECV relevante, tales como infarto de miocardio, angina de pecho, accidente cerebrovascular a 10 años.
Cabe aclarar que el calculador es más preciso si se conoce el nivel de colesterol en sangre, pero mantiene la opción de no considerarlo si ese dato no está disponible. La calculadora combina estos factores para estimar el riesgo de sufrir un evento cardiovascular. El resultado de riesgo se clasifica en cinco categorías y colores: bajo < 5% (verde), moderado 5% a < 10% (amarillo), alto 10% a < 20% (naranja), muy alto 20% a < 30% (rojo) y crítico ≥ 30% (rojo vino). Este puntaje de riesgo surge de una adaptación a algunas particularidades en América Latina, sobre la base del estudio de Framingham.
El análisis estadístico se realizó por medio de Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) statistics en su versión 25, y los resultados se presentan por medio de frecuencias y porcentajes, y medidas de tendencia central para las variables numéricas de razón. El estudio contó con la aprobación del Comité de Ética e investigación de la Facultad de Enfermería de Universidad Autónoma de Yucatán con número de registro 23/19.
 

Resultados

El mayor porcentaje de usuarios registrados en los tarjeteros de atención a crónicos está dado por mujeres, en general la edad oscila entre 40 a 75 años con una media de 58,03 años.
En la Tabla 1 se observan los valores de las variables antropométricas y clínicas de los usuarios del CAP.
Haciendo un análisis descriptivo de estas variables, el promedio del IMC fue de 30 cm y una desviación estándar (DE) de 8,13, para la PAS= 131,50 (DE= 17,20), PAD= 79,59 (DE= 11,43), colesterol en 210 mg/dl (DE= 34,17), triglicéridos 185,25 mg/dl (DE= 6,48) y HbA1c= 9,15%, (DE= 2,08). Los valores muestran que los datos se encuentran fuera de las metas para el control de la diabetes, según la Norma Oficial Mexicana para el tratamiento y control de la diabetes.
En la Tabla 2 se observa las categorías que se obtuvieron al calcular el RCV en los casos analizados, donde prevaleció el riesgo moderado con 46% (138) seguido del alto con 30% (90). No se identificaron casos con el rango muy alto y crítico.
 
 
 

Discusión

Una de las evidencias que se encontraron en el estudio está relacionada con el porcentaje entre hombres y mujeres que asisten al CAP, donde se observa un mayor porcentaje de mujeres inscritas a control de su enfermedad. Esta situación coincide con lo que reporta el SIC en el 2023 a nivel nacional, donde el 70% es mujer. Sin embargo, la demanda en salud va a depender de factores como la edad, la localidad de procedencia y el origen de la solicitud de asistencia en Atención Primaria (19). La OMS señala que las actitudes hacia la atención de la salud difieren. Cuando los hombres y las mujeres se enfrentan a la misma enfermedad, los hombres suelen acudir en menor medida a los servicios de atención de la salud que las mujeres (20).
Otro hallazgo fue el grupo de edad en que prevaleció la DT2, entre 50 y 69 años, los reportes a nivel internacional consideran la edad de 20 a 79 años, a nivel nacional se reporta una prevalencia a partir de ≥ 40 años (21). Estudios señalan que la incidencia de la diabetes se incrementa de manera exponencial conforme aumenta la edad de la persona, observándose una mayor incidencia a partir de la quinta o sexta década de la vida (22); por consiguiente, a mayor edad mayor RCV.
La evidencia señala que la diabetes es un equivalente de riesgo de ECV en mujeres, personas de raza blanca y personas más jóvenes, con triglicéridos más altos, niveles bajos de la proteína C-reactiva (hsCRP) o función renal reducida, lo que pone de manifiesto la necesidad de identificar de manera oportuna a las mujeres en riesgo para un cuidado individualizado de su enfermedad con el fin de alcanzar metas objetivos HbA1c (< 7%) (21,22).
Otro de los datos relevantes que se encontraron en el estudio es el relacionado con la distribución por control de la enfermedad con base en la HbA1c. Del total de usuarios con medición de HbA1c, el 32% tiene < 7%, es decir, se encuentran en control, en comparación con el 68% que tiene ≥ 7% en descontrol, y de estos el 33,9% tienen un HbA1c entre 7-9% y el 34,1% con HbA1c > 9%. Conviene recalcar que la HbA1c es la variable relacionada con la aparición de RCV en este grupo de personas (22).
Como ya se señaló, la diabetes representa un riesgo de ECV en las personas que la tienen diagnosticada. Existe evidencia suficiente para afirmar que los predictores de este riesgo son los niveles elevados de HbA1c, la duración prolongada de la diabetes y el uso de medicamentos para la diabetes (21).
Aunado a lo anterior y evidenciado por estudios observacionales y análisis de ensayos clínicos se reporta que la variabilidad de la glicemia en personas con DT2 se correlaciona con un mayor riesgo de ECV y/o mortalidad por todas las causas (23).
Otro de los datos relevantes que se observaron está en relación con los valores de triglicéridos y colesterol, ya que el 56,8% de los usuarios tiene valores de triglicéridos fuera del rango recomendado y el 36,7% tiene el colesterol fuera del rango recomendado según la NOM-015 (21).
Dada la carga clínica que tienen las complicaciones de las ECV en las personas con DT2, es prioritario dar un mayor enfoque en el manejo conjunto de la enfermedad y las ECV. Esto se debe traducir en un buen control glucémico, siendo la base principal para controlar la DT2. Por lo tanto, el enfoque que ha mostrado ser más eficaz en la prevención de las complicaciones macrovasculares es la reducción de los factores de riesgo multifactoriales (control glucémico, abandono del hábito de fumar, dieta saludable, ejercicio físico, control agresivo de la presión arterial y tratamiento de la dislipidemia) (16,23).
Se han hecho muchas mejoras, pero hay más por hacer ahora y en el futuro, y una de estas es estratificar el RCV en las personas que viven con DT2 con el fin de dar un cuidado, tratamiento y seguimiento individualizado a cada persona. Un diagnóstico a tiempo del RCV es crucial en la vida de las personas, una diabetes fuera de la meta de control genera gastos, tiempo y esfuerzo por parte de la persona con diabetes, su familia e instituciones médicas. La evidencia señala que el tratamiento farmacológico adecuado es insuficiente, es relevante la educación en diabetes, lo cual cambia significativamente la vida de las personas y su familia. En particular, desarrollar habilidades en las personas para que tengan las herramientas necesarias y participen de manera activa en la reducción de sus factores de riesgo para los desenlaces cardiovasculares por cualquier causa de muerte, bien sea IAM, EVC y falla cardiaca (18).
En cuanto a la estratificación del RCV se observó que el mayor porcentaje se presentó en el moderado, seguido de alto (30%) y bajo (24%), es importante conocer quiénes de los usuarios tienen riesgo para una atención personalizada como señala la ADA (16).
Se espera que con los resultados del estudio las acciones que se tomen en el centro de Atención Primaria con las personas identificadas con algún tipo de riesgo CV puedan facilitar herramientas que ayuden a desarrollar habilidades personales y de sus cuidadores para: 1) el control personalizado de la glucemia y por consiguiente limitar algunas de las complicaciones de la diabetes, 2) familiarizar y sensibilizar sobre la importancia de la relación entre la dosis-respuesta de los niveles de HbA1c y el riesgo de complicaciones y, finalmente, 3) mantener por un máximo de tiempo el objetivo de tratamiento de < 7,0% (< 53 mmol/mol) HbA1c, que sea realista y apropiado a sus condiciones y circunstancias de vida (18).
En cuanto al calculador es un instrumento robusto que ayuda a evaluar el RCV y mejorar el cuidado de las personas con DT2 en Atención Primaria (24) porque toma todos los conocimientos de los profesionales de salud y los pone a nivel de un conocimiento generalizado, por lo que puede ayudar en muchos lugares, como el CAP de Tizimín. Al analizar la practicidad del calculador utilizado para la realización de este estudio, ha demostrado ser una herramienta que puede ayudar a los profesionales de salud a calcular de forma rápida el RCV en personas con DT2 en el ámbito comunitario.
Cabe mencionar que bajo ningún concepto esta calculadora está pensada como un reemplazo a la consulta con el profesional de salud o al juicio clínico, por lo que como parte de las desventajas que pueden ser contraproducentes en el diagnóstico correcto del RCV, es que la persona con DT2 pueden tomar dicha aplicación como una guía a la automedicación que puede resultar peligrosa.
Una limitación del estudio es que los datos se obtuvieron de fuentes secundaria lo que aumenta el sesgo de los resultados, por lo que dichos resultados pueden ser cuestionados para su generalización. De igual manera, el calculador que se utilizará para llevar a cabo la estratificación del RCV no es específico para las personas con DT2; sin embargo, es la herramienta empleada para población latina para estratificar el RCV actualmente.
Dentro de las limitaciones del trabajo están, asimismo, la falta de información confiable que se obtuvo de las variables clínicas que reflejan las condiciones metabólicas de las personas con DT2, incluido datos de clase funcional, por ejemplo, microalbuminuria, perfil de lípidos, niveles de glucosa y HbA1c. En segundo lugar, no se obtuvo información sobre la presencia de otras complicaciones microvasculares y macrovasculares que sirven para resaltar la progresión y gravedad del RCV de la enfermedad en los usuarios con DT2.
Finalmente se sugiere realizar investigaciones que incluyan factores de riesgo en personas con DT2 que no están contemplados en el calculador, como los antecedentes familiares de infarto o muerte CV de padres a edades menores de 60 años; IMC; HbA1c, HDL y TGC. Con estos datos, y previo análisis estadístico, se podría predecir, si la persona tiene una de estas variables, cómo aumenta el porcentaje de riesgo sobre lo que dice el calculador, y de este modo aplicar un enfoque personalizado en el cuidado de su diabetes (24).
 

Conclusiones

Con base en los resultados del estudio es posible concluir que el RCV en adultos con DT2 del centro de Atención Primaria de Tizimín Yucatán, predominó el RCV bajo, seguido de moderado y alto en ese orden. El sobrepeso y el descontrol de la enfermedad son factores de riesgo modificables que más se asocian con el RCV en las personas con DT2 de Tizimín Yucatán.
Finalmente, la calculadora en línea propuesta por la OMS es de utilidad en Atención Primaria.
 

Conflicto de intereses

Ninguno.
 

Financiación

Ninguna.
 

Bibliografía

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Revisiones - 1 - Aplicación de la Atención Comunitaria basada en Activos de Salud en la población rural

Premio a mejor Trabajo de Fin de Grado por la Cátedra de Enfermería Familiar y Comunitaria de la Universidad de Alicante, AEC y CEISAL.
 
Cómo citar este artículo:
Velasco Serrat I, Gasch Gallén A. Aplicación de la Atención Comunitaria basada en Activos de Salud en la población rural. RIdEC jun 2023; 16(1):47-57. 
 
Fecha de recepción: 10 de marzo de 2023.
Fecha de aceptación: 8 de mayo de 2023.
 

Autores

1 Inés Velasco Serrat
2 Ángel Gasch Gallén
 
  1. Graduada Enfermería. Universidad de Zaragoza. Zaragoza (España).
  2. Profesor Departamento Fisiatría y Enfermería. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Zaragoza. Zaragoza (España).
 
E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
 

Resumen

Introducción: el territorio en el que se reside adquiere cada vez más importancia dentro de los ejes de desigualdad en salud. El sentido de comunidad rural no queda enmarcado solo en una zona territorial y demográfica. La Enfermería se posiciona como el nexo entre el equipo multidisciplinar y la comunidad, acercando los servicios sanitarios a los consultorios rurales. El modelo de activos proporciona herramientas para abordar la promoción de la salud en el ámbito comunitario.
Objetivo: ejemplificar la aplicación de la Atención Comunitaria de Activos en Salud en el contexto de la población rural.
Metodología: revisión bibliográfica y adaptación de la Guía de Recomendación de Activos para la Salud de Atención Primaria del Gobierno de Aragón en el caso concreto de la Zona Básica de Salud (ZBS) de Valderrobres (Teruel).
Resultados: existe una escasa evidencia sobre la atención comunitaria basada en activos de salud en el medio rural español. La ZBS de Valderrobres no tiene cumplimentado el apartado de recomendación de activos en la Agenda Comunitaria publicada.
Discusión: estudios previos respaldan la importancia de las redes de apoyo en el medio rural y su labor en acciones sociales y comunitarias.
Conclusiones: en el medio rural existe un fuerte vínculo entre los integrantes de la comunidad, por lo que se debe fomentar la identificación, registro y difusión de los activos para la salud.
Palabras clave: activos para la salud; población rural; enfermería de salud comunitaria.
 

Abstract

Application of an Asset-based Approach for Community Care in the rural population
Introduction: the place of residence is becoming increasingly important within the axes for inequality in health. The sense of rural community is not only framed within a territorial and demographic area. Nursing has been positioned as the link between the multidisciplinary team and the community, bringing health services closer to rural practices. The asset model provides tools to address health promotion in the community setting.
Objective: to exemplify the application of Community Care based on Health Assets in the rural population setting.
Methodology: a bibliographic review and adaptation of the Guidelines for Recommendations of Health Assets for Primary Care by the Government of Aragon in the specific case of the Basic Health Area (BHA) of Valderrobres.
Results: there is limited evidence about community care based on health assets in the Spanish rural setting. The Valderrobres BHA (Teruel) has not completed the section on assets recommendation at the published community agenda.
Discussion: previous studies have endorsed the importance of support networks in the rural setting, and their work in terms of social and community actions.
Conclusions: there is a strong link between community members in the rural setting; therefore, the identification, registration and dissemination of health assets must be encouraged.
Key words: health assets; rural population; community health nursing.
 

Introducción

Los determinantes sociales de salud producen efectos en la vida de la población y la desigual distribución de los mismos genera inequidades en salud (1). Dentro de los ejes de desigualdad, el territorio en el que se reside adquiere cada vez más importancia (2).
En España, la Ley 45/2007 de Desarrollo Sostenible del Medio Rural define el medio rural como el espacio geográfico formado por la agregación de municipios o entidades locales menores que posean una población inferior a 30.000 habitantes y una densidad inferior a los 100 habitantes por Km2. Además, se considera municipio rural de pequeño tamaño al que cuenta con una población menor a 5.000 habitantes (3). La dispersión geográfica y las dificultades orográficas de algunas zonas rurales del país suponen un reto en cuanto a la asistencia sanitaria (4,5). El medio rural ocupa el 38% del territorio español y cuenta con el 15,9% de población (6).
Dentro del territorio nacional, Aragón se posiciona como la cuarta comunidad autónoma con menor densidad de población, en el caso de no contabilizar las ciudades más pobladas pasa a la primera posición (7). Cuenta con 731 municipios, de los cuales solo 12 tienen una población mayor a 10.000 habitantes (8). En la Directriz Especial de Política Demográfica y contra la Despoblación del Gobierno de Aragón se proponen estrategias en cuanto a movilidad sanitaria, incremento de profesionales en el medio rural y mejoras en la dotación de servicios sanitarios, con el objetivo de acercar el sistema sanitario a los usuarios/as (7).
El sentido de comunidad rural no queda enmarcado solo en una zona territorial y demográfica, sino que se complementa con el sentimiento de pertenencia de las personas que allí residen (9). Estas comunidades cuentan con redes internas de apoyo vecinal en cuestión de servicios y accesibilidad a los mismos (10,11). Lo que pone de manifiesto la necesidad de un abordaje comunitario de la salud en dichos territorios por medio del modelo de Activos para la Salud, puesto que el desarrollo de los recursos de protección de la salud y fomento del bienestar en estos entornos se da desde las propias comunidades (12).
Un activo para la salud es aquel recurso que potencia la capacidad de los individuos y de las comunidades para mantener su salud y su bienestar. Estos incluyen aspectos físicos y sociales, habilidades personales y de grupo, así como promocionan el bienestar físico, social, emocional y cultural (13). Los activos son herencia (14) y patrimonio de la propia comunidad (13). Esta, como conocedora del territorio y de las redes de apoyo, es capaz de realizar la identificación de los activos (9), fomentándose así el interés por la salud y el entorno sociocultural de los vecinos (15).
Cada comunidad identifica sus activos (16) y, aunque existen todavía pocos estudios en este contexto centrados en la identificación y desarrollo de activos en el medio rural, se dispone, por ejemplo, del caso del trabajo realizado en un municipio rural de pequeño tamaño del País Vasco (14).
Las enfermeras de Atención Primaria como referentes de salud en la comunidad y conocedoras de las relaciones en la misma (17) se sitúan en el punto estratégico para la implantación de planes y programas de promoción de la salud (18). Por su visión biopsicosocial se posiciona como el nexo entre el equipo multidisciplinar y la comunidad, acercando los servicios sanitarios a los consultorios rurales (19). La atención rural fomenta la creación de una relación terapéutica basada en la confianza que proporciona una asistencia de calidad (14). Dicha relación aumenta el grado de satisfacción también del/la profesional creando un vínculo con la población, haciéndole sentir parte de la misma (20,21).
El modelo de activos proporciona herramientas para abordar la promoción de la salud en el ámbito comunitario (13), considerando a las personas como ciudadanos coproductores que identifican las oportunidades y fortalezas y que toman el control de su vida (22). La recomendación de activos de salud no queda en exclusiva para el ámbito sanitario, sino que puede realizarse por parte de otras entidades así como por la propia población (23).
El objetivo principal del artículo es ejemplificar la aplicación de la Atención Comunitaria de Activos en Salud en el contexto de la población rural.
 

Metodología

Se realizó una revisión de la literatura científica acerca del papel de enfermería en el desarrollo de activos para la salud y su aplicación en el medio rural en las siguientes bases de datos: PubMed, Science Direct y Cuiden. Además, se revisaron la página web del Instituto Nacional de Estadística (INE), la página web del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España, la página web del Gobierno de Aragón y el Blog Estrategia Atención Comunitaria Aragón.
Los Descriptores de Ciencias de la Salud (DeSC) utilizados fueron “Rural Health”, “Health Assets/Activos para la salud”, “Población rural”, “Nursing/Enfermería”. Junto al operador booleano AND y el criterio de inclusión publicados entre los años 2012-2022. El proceso de selección de los estudios incluidos se desglosa en el diagrama de flujo (Figura 1).
 
 
En el primer proceso de exclusión de artículos se eliminaron aquellos cuyo título no correspondía con la búsqueda realizada, así como aquellos que se encontraban duplicados entre las diferentes bases de datos. A continuación, revisando los resúmenes y artículos completos, se excluyeron aquellos cuyo contenido trataba casos clínicos de poblaciones específicas. Así como los que se centraban exclusivamente en población urbana.
En función de la revisión bibliográfica se justifica la escasa evidencia de la aplicación del modelo de Activos para la Salud en el ámbito rural, así como de las funciones específicas que la enfermera está llamada a desempeñar en este contexto. El presente trabajo propone una adaptación de la Guía de Recomendación de Activos para la Salud de Atención Primaria del Gobierno de Aragón (22) en el caso concreto del medio rural.
La Comunidad Autónoma de Aragón cuenta con la Red Aragonesa de Proyectos de Promoción de la Salud (RAPPS) en la que se incluyen los equipos que desarrollan proyectos locales en los ámbitos sanitario, social y educativo. Se trata de una herramienta de integración entre los equipos de la comunidad aragonesa. Identifica los proyectos de promoción de la salud, permite contar con un sistema de información que facilita la relación y el intercambio de datos para el desarrollo de las investigaciones (24). Además, existe evidencia, aunque escasa, que abala la importancia de las redes comunitarias en el medio rural aragonés. Ejemplo de ello es la experiencia comunitaria de vacunación a pacientes dependientes en el Centro de Salud de Andorra (11).
El Departamento de Sanidad de Aragón puso en marcha en 2019 la Estrategia de Atención Comunitaria con el objetivo de promover y mejorar la salud y el bienestar de los ciudadanos. En ella se proponen tres vías de acción: el desarrollo y la evaluación de proyectos comunitarios, la creación de la agenda comunitaria y el enfoque basado en activos a través de la recomendación comunitaria y la dinamización de los activos para la salud. Desde la plataforma se pretende formar, apoyar y difundir las Actividades Comunitarias que se están realizando.
La Agenda Comunitaria es un documento desarrollado por el Equipo de Atención Primaria, tras un proceso de reflexión, sobre las actuaciones que se realizan en la Zona Básica de Salud (ZBS). Es un documento propio del centro de salud, por lo que será utilizado como herramienta de trabajo en el desarrollo de la Atención Comunitaria. Pese a ello, la publicación y actualización de la misma en el blog creado servirá de aprendizaje a otros equipos (25). Por último, en el marco de la Estrategia se creó la Guía de Recomendación de Activos para la Salud en Atención Primaria (22) para encaminar a los equipos en el proceso, así como el Buscador de Activos de Salud Comunitaria Aragón.
La población escogida como ejemplo del contexto poblacional del medio rural, en concreto el aragonés, viene determinada por la lectura crítica de las Agendas Comunitarias que los diferentes centros de salud publicadas en el Blog Estrategia Atención Comunitaria Aragón. Se observó que el apartado de “Contenido Avanzado” se encontraba en muchas ocasiones no cumplimentado. Se selecciona la ZBS de Valderrobres por no tener cumplimentado el apartado de recomendación de activos ni el de identificación de estos.
 

Resultados

Síntesis de revisión bibliográfica
Los resultados extraídos de la revisión bibliográfica muestran la escasa evidencia publicada en la actualidad sobre la atención comunitaria basada en los activos de salud en el medio rural (Tabla 1). Existen estudios a nivel internacional que se centran en este tipo de acciones (5,20,21), pero que por sus características contextuales y culturales específicas no son extrapolables al territorio español.
 
 
 
 
En España, la mayor parte de los trabajos muestran la experiencia recogida en barrios del medio urbano. En el caso del medio rural, son escasos los estudios al respecto (14), pese a ello sí hay evidencia de acciones comunitarias concretas que se han llevado a cabo en pequeños municipios (10,11).
En cuanto al tipo de profesionales que realizan la recomendación, apenas hay evidencia ya que en la mayor parte de los estudios se identifica el equipo de Atención Primaria, pero no se concreta más. Aún así, un trabajo efectuado en Aragón y publicado en 2022 sí que remarca que enfermería fue la categoría profesional que más recomendaciones de activos para la salud hizo (26).
 
Ejemplificación de la aplicación de la Atención Comunitaria de Activos en Salud en el contexto de la población rural: Centro de Salud Valderrobres 
La ZBS de Valderrobres se encuentra dentro del Sector de Alcañiz, en ella se encuentra el Centro de Salud de Valderrobres y los correspondientes consultorios de Torre de Arcas, La Fresneda, Peñarroya de Tanstavins, Monroyo, Ráfales, Fórnoles, Beceite, La Portellada, Torre del Compte y Fuentespalda.
Según la revisión del padrón municipal, dicha zona de salud tiene 5.240 habitantes (2.742 hombres y 2.498 mujeres) (8) repartidos de manera desigual por los diferentes municipios, concentrándose el grueso de estos en la localidad de Valderrobres. Esta zona de salud está catalogada con el grado de dispersión G4 (27). Además, cuenta con una población envejecida centrada en los municipios que tienen consultorio, a excepción de Valderrobres que posee mayor población adulta.
La Agenda Comunitaria del centro de Valderrobres publicada en el Blog Estrategia Atención Comunitaria Aragón no contempla que en la actualidad se esté realizando la recomendación de activos desde consulta. Sin embargo, sí se registran actividades y proyectos llevados a cabo por parte de los y las profesionales del centro, así como por entidades del entorno. Además, su oferta se realiza en los diferentes municipios que cuentan con consultorio (28).
A continuación se desglosa la Guía de Recomendación de Activos para la Salud del Gobierno de Aragón elaborada en la Estrategia de Atención Comunitaria (22) con las adaptaciones centradas en la población rural.
 
Etapa 1. Preparación y contextualización 
 
Se constituye un equipo de trabajo multidisciplinar. Se definirá el objetivo, la finalidad, la población la diana, el ámbito y el tema sobre el que se hará la recomendación de activos.
En el medio rural, se incluirán en el equipo de trabajo a las enfermeras responsables de los consultorios dependientes del centro de salud, ya que son referentes en salud de la comunidad.
Como se plantea anteriormente, la ZBS de Valderrobres cuenta con un centro de salud de referencia y diez consultorios en cada uno de los diferentes municipios. Se trata de una población dispersa y envejecida. La recomendación de activos para la salud irá dirigida en primera estancia para la población mayor con el objetivo de acompañar en el proceso del envejecimiento activo.
 
Etapa 2. Identificación y caracterización de las actividades comunitarias utilizables 
 
Fase 1. Listado de actividades que se realizan en la comunidad 
Se utilizarán técnicas de participación comunitaria, de las que ya existe evidencia de su aplicabilidad en diferentes contextos, para explorar las actividades que se están llevando a cabo en la comunidad. Se propondrán grupos de discusión, investigación narrativa (storytelling), entrevistas en profundidad, tertulias del café, photovoice, así como la observación desde la consulta de enfermería como origen de la búsqueda (16). En este momento se decidirán los y las informantes clave.
En los municipios rurales de pequeño tamaño, la enfermera será la responsable de la elección de la técnica. Los ayuntamientos serán contactados e informados ya que en muchas ocasiones son los organizadores de las actividades dinamizadoras de los municipios rurales.
Se realizará una reunión con los profesionales del centro de salud para reunir las actividades que se están llevando a cabo y se consensuarán los criterios de selección junto a los informantes.
 
Fase 2. Caracterización de posibles actividades comunitarias identificadas 
En este punto se contactará con los interlocutores de las actividades identificadas en la lista anterior, para rellenar una ficha (Anexo 1) con datos más precisos de cada una. También se incluirán los recursos físicos con los que cuentan las localidades, así como espacios verdes, rutas senderistas, rutas ciclistas o parques.
 
Fase 3. Selección de actividades comunitarias y visibilización 
De las actividades identificadas se seleccionarán las más idóneas. Deberán registrarse en la Web de Alianza Salud Comunitaria y el Buscador de Activos, quedando de este modo vinculadas al navegador OMI utilizado en la Atención Primaria del Salud.
Las actividades organizadas por los ayuntamientos de los municipios rurales varían de un año a otro. Estos activos cambiantes no serán registrados en el Buscador de Activos, pero sí deberán ser conocidos por el Equipo de Atención Primaria. La información será actualizada por los informantes clave de la comunidad.
 
Etapa 3. Formalización de la conexión actividad comunitaria-centro de salud 
 
Se procederá a la generación de la organización interna del equipo y formalización con el interlocutor.
En este momento, las enfermeras del equipo de Atención Primaria deben ser conocedoras de la herramienta. Se harán reuniones y charlas para informar del uso de los recursos digitales, así como del registro en el OMI.
 
Etapa 4. Recomendación de activos 
 
La recomendación ya puede realizarse en todas las consultas individuales o en las actividades grupales. El equipo de Atención Primaria debe estar informado de todo el proceso, además de tener actualizados e identificados los activos.
El profesional deberá tener en cuenta la situación individual de cada persona para recomendar activos del propio municipio o de la ZBS al completo.
El registro adecuado de la recomendación en el OMI-AP es una parte más del proceso y un punto importante en la atención continuada que ofrece la Atención Primaria. Se detallará el activo recomendado, así como el interés mostrado por el paciente. De este modo se podrá llevar acabo un seguimiento por parte de todo el equipo interdisciplinar que acompaña al sujeto. En el caso de los activos no incluidos en el buscador, se procederá al registro manual.
La recomendación de un activo de salud puede ser realizada por cualquier profesional del centro. Dada la saturación de las consultas de Medicina Familiar y Comunitaria, se pondrá especial atención a la recomendación desde la consulta de Enfermería.
 
Etapa 5. Evaluación y dinamización 
 
Se efectuarán la evaluación del proceso, las actuaciones y la recomendación de activos que se haya llevado a cabo. En este momento surgirán planteamientos de participación en otros proyectos comunitarios o de la realización de un mapa de activos.
Se utilizará la plantilla disponible en la Guía de Recomendación de Activos para la Salud (22) para el Check List de las diferentes etapas. Como evaluación profunda de los activos se propone el uso de la Escala de Valoración y Priorización de activos para la salud- Modificada (29), formada de 103 ítems organizados en 14 dimensiones.
Por último, se hará una encuesta de satisfacción para las personas usuarias, así como una reunión con profesionales del equipo de salud, que servirá de punto de partida para modificar y valorar nuevas propuestas.
 

Discusión

Los determinantes sociales en salud hacen referencia a las circunstancias en las que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen. La descripción y el conocimiento de estos, así como la identificación de activos en salud a través de técnicas de participación comunitaria, pueden contribuir a generar consciencia colectiva, útil en el desarrollo de acciones comunitarias (30).
La Conferencia Internacional sobre Atención Primaria en Alma-Ata (1978) ya menciona la utilidad de la participación comunitaria a favor de la salud de las poblaciones (31). Así mismo, la I Conferencia Internacional sobre Promoción de la Salud en Ottawa (1986) la define como la fuerza motriz para la fijación de prioridades, la toma de decisiones, la elaboración y la puesta en marcha de estrategias de promoción (32). Estos acuerdos internacionales proporcionan una base sólida en la que seguir desarrollando trabajos como este con el foco puesto en la comunidad.
El territorio como componente de los ejes de desigualdad debe tomarse como referencia en la puesta en marcha de acciones comunitarias (2,33). La puesta en marcha de diagnósticos de salud participativos en la comunidad pone en valor la consideración de los diferentes modelos de comunidad, como ocurre en las primeras etapas de la guía propuesta en este trabajo. En el caso del municipio de Arrigorriaga en el País Vasco se recoge un diagnóstico con un componente tanto cualitativo (identificación de activos y necesidades de salud a partir de técnicas de participación comunitaria) como cuantitativo (identificación, descripción y cálculo de indicadores demográficos y determinantes sociales) (33). Destaca la importancia de las redes de apoyo existentes en este tipo de comunidades, así como el movimiento asociativo y los servicios públicos que existen en este tipo de municipios.
Pese a la utilidad de la participación comunitaria en materia de salud, los momentos de emergencia dejan completamente de lado el componente social por parte de las instituciones, viéndose aumentadas las desigualdades (34). No obstante, las redes comunitarias que se forjan en los municipios rurales tienden a sobreponerse ante las dificultades. Se cuenta con la publicación de la experiencia comunitaria del proceso de vacunación de pacientes dependientes en el Centro de Salud de Andorra (Teruel). Se trata de un ejemplo en el que por medio de la colaboración ciudadana se puede llegar ahí donde los recursos de la Administración Pública en el medio rural no pudieron hacerlo (11). Se hace evidente de nuevo el papel fundamental de los recursos de apoyo social y comunitarios en este tipo de poblaciones, que pueden desarrollarse a partir de la guía expuesta.
La enfermería comunitaria encuentra un amplio campo para el desarrollo de su profesión en las comunidades del medio rural. Pese a no haber referencias específicas, la población rural valora de manera muy positiva la implicación de estas profesionales (14) que componen el Equipo de Atención Primaria. Las enfermeras rurales han de utilizar los activos de la comunidad en sus intervenciones de promoción de la salud como recursos para minimizar las desigualdades que puedan aparecer respecto al medio urbano.
Este trabajo presenta ciertas limitaciones, se trata de un estudio de revisión de la literatura científica y de adaptación de un marco teórico basado en los documentos aportados en la página web de la Estrategia de Atención Comunitaria del Gobierno de Aragón. Sin embargo, es de los pocos trabajos que profundiza en el tema de la recomendación de activos en el medio rural y las implicaciones de Enfermería. Esta propuesta sienta las bases para la puesta en marcha del proceso descrito y puede considerarse un punto de partida, con la adaptación a las características de entornos concretos, para futuras investigaciones que contribuyan a aumentar la evidencia científica en este tema.
 

Conclusiones 

El territorio como parte de los ejes de desigualdad condiciona la situación de salud de las comunidades, por lo que, la elaboración y el registro de proyectos, los planes de cuidados y las intervenciones enfermeras en el medio rural, se posicionan como una necesidad. En el medio rural existe un fuerte vínculo entre las personas integrantes de la comunidad, por lo que se debe fomentar el registro y la difusión de los activos para la salud.
La enfermera rural como referente de salud en la comunidad tiene a su disposición la Guía de Recomendación de Activos para la Salud del Gobierno de Aragón y otras estrategias, como las planteadas en este trabajo, para su uso en la práctica diaria.
 

Conflicto de intereses

Ninguno.
 

Financiación

Ninguna.
 

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Revisiones - 2 - Cuidados enfermeros a mujeres maltratadas en el ámbito de la violencia de género

Cómo citar este artículo:
Segura Daroca P, Ferrer Ferrándiz E. Cuidados enfermeros a mujeres maltratadas en el ámbito de la violencia de género. RIdEC 2023; 16(1):59-70.
 
Fecha de recepción: 3 de mayo de 2023.
Fecha de aceptación: 20 de mayo de 2023.
 

Autores

1 Paula Segura Daroca
2 Esperanza Ferrer Ferrándiz
 
  1. Enfermera de salud mental. Unidad de salud mental infantil Malvarrosa. Valencia (España).
  2. Presidenta de la Academia de Enfermería de la Comunidad Valenciana (España). Doctora en enfermería.
 
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Resumen

Objetivo: la violencia de género se ha convertido en un importante problema de Salud Pública que requiere una acción urgente, considerando esta situación como una vivencia que afecta al proceso salud-enfermedad de las mujeres. En este contexto, los profesionales deben actuar de manera sensible y efectiva con ellas buscando el mejor cuidado. El objetivo principal del estudio es analizar la evidencia sobre los cuidados enfermeros más específicos y adaptados a la situación de violencia contra la mujer.
Metodología: se realizó una revisión bibliográfica de publicaciones científicas en las bases de datos de Ciencias de la Salud: BVS, Cuiden, Dialnet, Lilacs, Pubmed, Scielo y la biblioteca Cochrane, acotando el periodo de 2018 a 2023. Se escogieron 15 artículos que cumplían los criterios de selección.
Resultados: de los artículos escogidos, cinco trataban de las herramientas, ocho de la importancia de las enfermeras, seis de los cuidados enfermeros y 10 de las barreras que impiden la atención, muchos comentan más de una variable.
Conclusiones: existe un consenso sobre la utilidad de las herramientas, así como unanimidad sobre la importancia de los profesionales enfermeros como los agentes de salud más próximos a estas mujeres. Además, los autores hablan del desarrollo de actividades, como apoyar el fortalecimiento y la autonomía y la mejora de la autoestima como cuidados enfermeros, que se deberían ofrecer a las mujeres que sufren maltrato. Por último, las barreras que obstaculizan la respuesta sanitaria eficaz son las falsas creencias y el bajo conocimiento sobre el tema.
Palabras clave: violencia contra la mujer; atención de enfermería; violencia de género; maltrato conyugal; Atención Primaria de salud.
 

Abstract

Nursing care for battered women in the setting of gender-based violence
Objective: gender-based violence has become a major Public Health problem which requires urgent action, considering this situation as an experience with impact on the health-disease process of women. In this setting, professionals must act with sensitivity and effectiveness, in search for the best care for them. The primary objective of this study is to analyse the evidence about the most specific nursing care adapted to the scenario of violence against women.
Methodology: a bibliographic review of scientific publications was conducted in the following Health Sciences databases: BVS, Cuiden, Dialnet, Lilacs, Pubmed, Cielo, and the Cochrane library, limited to the period from 2018 to 2023. Fifteen (15) articles which met selection criteria were chosen.
Results: of the articles selected, five were about the tools, eight about the importance of nurses; six about nursing care, and 10 about the barriers preventing care; more than one variable was discussed in many of them.
Conclusions: there is consensus regarding the usefulness of tools, as well as unanimity about the importance of nursing professionals as the health agents closest to these women. Besides, the writers talk about the development of activities such as support for strengthening and autonomy, and the improvement of self-esteem, as part of the nursing care which should be offered to women suffering abuse. Finally, the barriers hindering an effective healthcare response are: false beliefs and low knowledge of this matter.
Key words: violence against women; nursing care; gender-based violence; domestic violence; Primary Care.
 

Introducción

La violencia de género se ha convertido en un importante problema de Salud Pública, el cual conlleva la violación de los derechos humanos, repercutiendo gravemente sobre la salud de la mujer. Según la definición de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la violencia de género es “cualquier acto o intención que origina daño, sufrimiento físico, sexual o psicológico a las mujeres, incluyendo las amenazas, la coerción o privación arbitraria de libertad, ya sea en la vida pública o privada” (1).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) (1) indica que alrededor de una de cada tres mujeres (30%) en el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual de una pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida. Desde el Instituto Nacional de Estadística español, el número de mujeres víctimas de violencia de género aumentó un 3,2% en el año 2021, hasta 30.141. La tasa de víctimas de violencia de género fue de 1,4 por cada 1.000 mujeres de 14 y más años (2).
En este documento se abordará una de las más extendidas, la violencia perpetrada por un compañero íntimo. Según el Gobierno de España (3), la violencia doméstica contra las mujeres: “es una forma de violencia de género que aparece por la relación de poder y la distinción cultural de roles asignados para cada sexo. Este tipo de relaciones de poder rara vez benefician a las mujeres”. En España, esta se encuentra amparada por la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, donde se define esta como: “la violencia específica contra las mujeres, utilizada como instrumento para mantener la discriminación, la desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres y se ejerce por los cónyuges o quienes hayan estado vinculados a las mujeres por relaciones de afectividad” (4).
En cuanto al panorama nacional sobre la normativa vigente, el 7 de septiembre de 2022 fue publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la Ley Orgánica 10/2022, de 6 de septiembre, de garantía integral de la libertad sexual, que pretende impulsar los derechos de todas las víctimas, adoptando y poniendo en práctica políticas efectivas, globales y coordinadas entre las diferentes Administraciones, garantizando la prevención y la respuesta frente a todas las formas de violencia sexual (4).
Aparte de la forma como se exprese la vivencia de la violencia, esta puede dañar la salud física, mental, sexual y reproductiva de las mujeres, y desencadenar problemas tales como: hematomas, quemaduras, hipertensión, aborto, dolores epigástricos, daños relacionados a la somatización de la violencia experimentada, cefalea, ansiedad, síndrome del estrés postraumático e intento de suicidio, depresión (5).
Considerando esta situación como una vivencia que afecta significativamente al proceso salud-enfermedad de las mujeres, el ámbito de la salud es un lugar privilegiado para identificación de estas situaciones. En este contexto, los profesionales deben de estar preparados para reconocer esta situación, y no solo por las marcas visibles, los trabajadores han de actuar de manera sensible y efectiva con ellas, buscando el mejor cuidado. Los servicios de salud juegan un papel fundamental en la prevención y la gestión de la violencia contra la mujer debido al hecho de que la mujer puede acceder a estos con mayor frecuencia que a otros, sobre todo a la asistencia sanitaria, especialmente la Atención Primaria de salud, reduciendo así sus consecuencias.
A pesar de los esfuerzos por crear un fundamento de conocimiento teórico acerca de la temática, los estudios corroboran que aún existen dificultades por parte de algunos profesionales para identificar la violencia contra la mujer. También revelan la falta de preparación para realizar la atención; sin embargo, hay menos investigación que explora los cuidados enfermeros que estas mujeres necesitan. Las demandas de estas mujeres hacia los servicios de salud requieren que los profesionales tomen medidas y tengan en cuenta la complejidad de las circunstancias, en la perspectiva de la atención integral.
Todos estos acontecimientos han propiciado un mayor interés sobre el tema, y así apareció la necesidad de una discusión más generalizada sobre la práctica de los profesionales enfermeros a la hora de cuidar a las mujeres que sufren o han sufrido violencia, con un énfasis en el género.
El problema es los cuidados hacia la mujer maltratada o que está sufriendo maltrato no están claros. Tampoco se ha valorado en profundidad la calidad de los mismos, puesto que, aunque no es un problema reciente, su actuación y su penalización legal sí que es nueva.
Por tanto, se plantea la siguiente pregunta: ¿cuáles son los cuidados enfermeros específicos que pueden permitir mejorar el cuidado desde la complejidad a mujeres víctimas de violencia de género actual y pasada? 
Siguiendo la formulación PICO: 
  • Paciente: mujer maltratada, mujer que ha sufrido violencia.
  • Intervención: cuidados enfermeros específicos.
  • Comparación: otro tipo de cuidados.
  • Outcomes (resultados): atender y mejorar el cuidado hacia mujeres que sufren o han sufrido violencia de género en algún momento de su vida.
Como objetivo general de esta revisión se plantea analizar la evidencia sobre los cuidados enfermeros más específicos y adaptados a la situación de violencia contra la mujer.
Como objetivos específicos se recogen los siguientes: 
  • Definir las herramientas de la enfermera para detectar, prevenir y tratar la violencia contra la mujer.
  • Identificar la importancia de los profesionales enfermeros como agentes de salud que tienen un mayor contacto con estas mujeres.
  • Demostrar que los cuidados enfermeros mejoran el proceso de readaptación a la vida cotidiana de estas mujeres.
  • Enunciar las barreras que implican un obstáculo para dar una respuesta sanitaria eficaz.
 

Metodología

El presente trabajo es una revisión bibliográfica de aquellos documentos más actualizados sobre el tema. La revisión bibliográfica se realizó entre los meses de febrero y marzo de 2023 en España, desde el día 8 de febrero hasta el 29 de marzo mediante la consulta de diferentes metabuscadores y bases de datos electrónicas: Pubmed, Lilacs, Cuiden, BVS, Dialnet, Cinahl, Scielo España y La Biblioteca Cochrane Plus. Se emplearon distintos descriptores para las diferentes búsquedas bibliográficas. Por un lado, del tesauro Medical Subject Heading (MeSH) se utilizaron: “nursing care”, “violence against women”, “nursing”, “spouse abuse”, “aftercare”, “domestic violence”, “prevention AND control” y “domestic violence therapy”. Por otro lado, se usaron: “violencia contra la mujer”, “atención de enfermería”, “medicina preventiva”, “violencia de género”, “maltrato conyugal” y “cuidados posteriores” del tesauro de Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS). Para poder combinar los descriptores anteriormente enunciados se empleó el operador booleano “AND”.
Las cadenas de búsquedas que se utilizaron fueron: “nursing care AND violence against women”, “nursing AND spouse abuse”, “spouse abuse AND aftercare”, “domestic violence AND nursing”, “atención de enfermería AND violencia contra la mujer”, “atención de enfermería AND violencia contra la mujer AND medicina preventiva”, “violencia de género AND atención de enfermería”, “violencia de género AND prevención AND atención de enfermería”, “maltrato conyugal AND atención de enfermería”, “violencia contra la mujer”, “atención de enfermería AND violencia contra la mujer AND cuidados posteriores”, “violencia contra la mujer AND maltrato conyugal”.
Se establecieron unos determinados criterios de selección que se exponen a continuación: Criterios de inclusión: 
  • El periodo de búsqueda se limitó a una antigüedad máxima de cinco años, entre 2018 y 2023.
  • Mujeres que se encuentran en una situación de violencia con sus parejas.
  • Aquellos que obtienen la casi totalidad de los criterios Critical Appraisal Skills Programme español (6-8).
Criterios de exclusión: 
  • Artículos que no se adecúen al tema de estudio.
  • Artículos que no cumplan algunos de los requisitos anteriores.
  • Duplicados.
Las variables de la revisión son: 
  • Herramientas de la enfermera/o para detectar, prevenir y tratar la violencia contra la mujer.
  • Importancia de los profesionales enfermeros como agentes de salud que tienen un mayor contacto con estas mujeres.
  • Cuidados enfermeros que mejoran el proceso de readaptación a la vida cotidiana de estas mujeres.
  • Barreras que implican un obstáculo para dar una respuesta sanitaria eficaz.
Para la selección de los artículos de una forma más eficiente se utilizó el filtro de años de publicación del periodo 2018- 2023 y disponibilidad de texto completo.
Como método de filtración de los recursos se hizo un cribado en el que se leía el título y el resumen de los documentos y se desechaban aquellos que no cumplían los criterios de selección y/o no se adecuaban a la temática del trabajo.
A la hora de la lectura crítica se utilizó el programa CASPe para poder evaluar la calidad metodológica de los diferentes artículos (6-8).
Tras la búsqueda inicial se localizaron un total de 14.620 referencias (12.149 en Pubmed, 120 en Cuiden, 631 en BVS, 38 en Lilacs, 1.517 en Scielo España, 149 en Dialnet y 16 en B. Cochrane plus), de las cuales 15 fueron los elegidos por las diferentes vías plasmadas en el proceso de selección: uno de Lilacs, seis de Cuiden, uno de la biblioteca Cochrane, uno de Dialnet, uno de Pubmed, uno de Scielo y cuatro de BVS. Respecto al idioma, tres artículos fueron escritos en inglés, siete en español y cinco en portugués.
A continuación se adjunta un diagrama de flujo explicativo del cribado realizado para seleccionar los documentos (Figura 1).
 
 

Resultados

Los artículos seleccionados para dar forma al presente trabajo fueron en total 15:
  • Seis estudios cualitativos, descriptivos.
  • Cuatro revisiones bibliográficas.
  • Un estudio transversal con muestreo no probabilístico.
  • Un estudio cualitativo basado en la teoría fundamentado en los datos.
  • Tres estudios transversales.
Los estudios cualitativos descriptivos han sido el tipo de estudios más seleccionado y la mayoría de los trabajos son de tipo cualitativo. Los artículos se estructuraron en cinco bloques temáticos, de forma que se corresponden con los objetivos específicos. Las variables de resultados son: herramientas de la enfermera para evaluar la eficacia de los cuidados en el ámbito de la violencia de género, importancia de los profesionales enfermeros como agentes de salud con mayor contacto con estas mujeres, cuidados enfermeros que mejoran el proceso de readaptación a la vida cotidiana y barreras que implican un obstáculo para dar una respuesta sanitaria eficaz.
Cabe señalar que cinco artículos se utilizaron para elaborar la primera variable, ocho para la segunda variable, seis para la tercera variable y 10 para la última variable. A continuación, se muestran los principales hallazgos encontrados desglosados en una tabla de síntesis de resultados (Tabla 1).
 
 
 
 
 

Discusión

Tras el análisis de los resultados de los artículos seleccionados, reflejados en el apartado anterior, se encontró una relación con los objetivos planteados.
 
Variable 1. Herramientas de la enfermera/o para detectar, prevenir y tratar la violencia contra la mujer
Los autores hacen hincapié en la necesidad de utilizar diferentes instrumentos para detectar la violencia de género, ya sea desde la entrevista personal a la mujer hasta escalas de detección de la violencia de género. Cada profesional debe buscar la forma en la que se sienta más seguro. En su artículo Noriega (9) hace referencia a lo dictado por la OMS, donde dice: “No tengan miedo de preguntar: contrariamente a la creencia popular, la mayoría de las mujeres están dispuestas a revelar el maltrato cuando se les pregunta de forma directa y no valorativa. En realidad, muchas están esperando silenciosamente que alguien les pregunte”.
Según Noriega (9) existen una serie de escalas que pueden ayudar en el trabajo diario de las enfermeras, como son: 
  • Woman Abuse Screening Tool: consta de dos preguntas adaptadas a la población española. Es una de las más sencillas y rápidas (10).
  • La versión española de Index Of Spouse Abuse (ISA): formada por 30 ítems, mide violencia física, sexual y emocional, conductas de control y aislamiento y la gravedad de la violencia contra la mujer.
  • El PMWI-SF mide el grado de maltrato psicológico. Este cuestionario es una versión corta del original, incluye comportamientos abusivos que pueden sufrir las mujeres víctimas de violencia de género.
Yusef et al. (11), Moreno Terribas et at. (12) y Murillo et al. (13) resaltan la necesidad de crear protocolos de atención y modelos de cuidado específicos, para poder brindar los cuidados con máxima calidad, pero siempre respetando cada caso individual. Estos autores también resaltan la necesidad de que el personal de enfermería conozca las políticas y programas, para poder detectar los recursos disponibles que se pueden ofrecer a estas mujeres y aumentar el nivel de preparación y conocimientos sobre los requerimientos legales en violencia de género. Según Murillo et al. (13) realizando estos cambios se optimizaría la gestión de los casos de violencia de género, mejorando significativamente la detección activa, la comunicación entre profesionales y pacientes, y la gestión integral de las mujeres afectadas.
Murillo et al. (13) hace referencia a la necesidad de formación sobre el tema, en su artículo refieren que más de 20 horas de formación se asocia con mejores puntuaciones en el nivel de preparación y conocimientos percibidos, en la preparación del equipo, sobre los requerimientos legales pertinentes, en la disponibilidad de recursos en el lugar de trabajo, la autoeficacia, el entendimiento de la víctima y las prácticas llevadas a cabo para mejorar esta situación. Kalra et al. (5) también recalcan que la capacitación de los profesionales de la salud puede tener efectos positivos en su trabajo, mejorando el conocimiento y la preparación para poder abordar estos casos con la mayor calidad.
Según la OMS: “la capacitación del personal sanitario constituye la primera línea de apoyo para las mujeres que experimentan violencia de género, de la cual se obtienen las herramientas necesarias para brindar una atención integral y de calidad. Además, cuando el conocimiento aumenta con la formación también influye en aspectos personales, como la autoeficacia profesional, lo que genera mejores prácticas clínicas” Murillo et al. (13).
 
Variable 2. Importancia de los profesionales enfermeros como agentes de salud que tienen un mayor contacto con estas mujeres 
Los diferentes autores (Vale et al. (14), Bastias et al. (15), Noriega (9), Franco et al. (16) y Sehnem et al. (17)) afirman que los profesionales de la enfermería se encuentran en una posición estratégica para asistir a las mujeres que sufren violencia de género, al ser uno de los primeros profesionales con los que entran en contacto al llegar a los servicios de salud y, si necesitaran hospitalización, sería con quién más tiempo pasarían durante el ingreso. Además, afirman que la enfermera mantiene un vínculo a largo plazo con estas mujeres, a través de los cuidados que le brinda. Yusef et al. (11) hace referencia a la fuerte formación en el ámbito social que tiene la profesión de enfermería, lo que les capacita para el cuidado por su compromiso ético y sus amplias competencias.
Según Noriega (9), “la enfermera/o tendrá como responsabilidad primordial profesional la salvaguarda de los Derechos Humanos” (Art. 53), siendo considerada la violencia de género una vulneración de dichos derechos por la ONU. Noriega (9) resalta el trabajo de las enfermeras de Atención Primaria, puesto que tienen gran accesibilidad, cercanía y contacto frecuente a lo largo del ciclo vital con estas mujeres. Este es un colectivo fundamental para llevar a cabo la detección temprana de la violencia de género. Es preciso destacar que Santos et al. (21) refieren que deberían de ser especialistas de familiar y comunitaria, para poder tener una visión más amplia de los problemas inherentes en la comunidad y brindar mejor asistencia.
 
Variable 3. Cuidados enfermeros que mejoran el proceso de readaptación a la vida cotidiana de estas mujeres 
Los cuidados que los enfermeros deben brindar ante los casos de violencia de género no se reducen solo a la atención de lesiones físicas, sino también incluye un cuidado basado en las necesidades psicológicas de estas mujeres (15).
Según los autores Yusef et al. (11), Vale et al. (14), Sehnem et al. (17), Silva et al. (18), Mota et al. (19) y Noriega (9) los enmarcan en la promoción del autocuidados, la escucha activa, la orientación y guía, la educación, la capacitación, el cuidado humanizado y personalizado, con actitud de aproximación espontánea, compromiso, disposición y empatía, por parte de quien les presta ayuda, y la necesidad de refuerzo y validación sobre la asertividad de sus decisiones frente a luchar contra la violencia, y siempre a través de una atención integral, acogedora y humanizada, para fortalecer la autonomía y autoestima de estas mujeres. Se ha de enfatizar la necesidad de fortalecer la acogida y la escucha, sobre todo desde el momento de la llegada de la mujer víctima de violencia en la unidad de salud hasta su derivación y posible regreso a la unidad, buscando continuamente satisfacer todas sus necesidades.
Sehnem et al. (17) y Bastias et al. (15) también resaltan el vínculo como facilitador del trabajo de los enfermeros con las mujeres en situación de violencia: favorece la búsqueda de las mujeres por el servicio de salud, siendo un vínculo fundamental para que ganen confianza y puedan tanto aclarar dudas como exponer el problema.
Vale et al. (14) y Sehnem et al. (17) coinciden en la necesidad de que las enfermeras orienten a las mujeres en la búsqueda de información, en la notificación obligatoria y en que faciliten una serie de números de teléfono y listado de organizaciones que atienden estos casos.
Yusef et al. (11) habla de la importancia de realizar cuidados en relación con la salud mental de las mujeres utilizando: la disposición, la comprensión, la neutralidad, la actitud empática, la acogida, la contención, la orientación, la desdramatización, el control de las emociones, el conocimiento de límites propios, la intervención en crisis y la relación de ayuda.
 
Variable 4. Barreras que implican un obstáculo para dar una respuesta sanitaria eficaz
En lo referente a las barreras que implican un obstáculo para dar una respuesta sanitaria eficaz, la mayoría de autores (Bastias et al. (15), Vale et al. (14), Noriega (9), Carneiro et al. (20), Santos et al. (21), Mota et al. (19), Sehnem et al. (17) y González Muñoz et al. (22)) concuerdan en que la mayor dificultad es la falta de tiempo en consulta y la falta de conocimiento, así como la capacitación o la experiencia para los casos de violencia de género. Según Murillo et al. (13) solo el 31% del personal sanitario refirió sentirse bien preparado para realizar una anamnesis y una exploración física completa durante la atención a las mujeres en los casos de violencia de género. El personal de enfermería no se encuentra suficientemente formado sobre las acciones a seguir, ni conoce de forma específica las instituciones nacionales que se ocupan de esta problemática. Como comentan en sus artículos Bastias et al. (15) y Silva et al. (18) se observa la necesidad de formación en perspectiva de género para clarificar conceptos y adecuar la intervención. La falta de abordaje de este tema durante su formación, tanto a nivel de posgrado como en relación con la educación continua, lleva a una falta de conocimiento y a un bajo ratio de notificaciones y poca responsabilidad en el seguimiento del caso.
Vale et al. (14) apuntan que se debe reflexionar sobre la educación y el desempeño en salud, puesto que se enfocan a lo técnico y no valoran la violencia como un problema de salud legítimo, que requiere una intervención efectiva. También comenta que muchos profesionales no identifican violencia en su práctica asistencial, debido a la dificultad para identificar síntomas o al silencio de las mujeres. Como refiere González Muñoz et al. (22) la mayoría cree que no poseen los conocimientos necesarios, considera que tienen un nivel medio de conocimiento general sobre violencia de género. También en los servicios de emergencia notan esta falta de conocimientos, según Franco et al. (16), con esta formación se podrá superar el estigma que abordar el tema de la violencia de género.
Según los datos de González Muñoz et al. (22), solo un 20,7% de los profesionales aplica siempre el protocolo de violencia de género; a pesar de que más de la mitad considera que la violencia de género es un problema bastante frecuente y muy importante, solo una cuarta parte de los encuestados mantiene una actitud expectante ante el diagnóstico y se plantea como diagnóstico diferencial la posibilidad de malos tratos ante una paciente en la consulta. Por tanto, al menos siete de cada 10 mujeres maltratadas pasan desapercibidas en la asistencia clínica habitual. Solo la mitad de los profesionales conoce la Ley y las obligaciones legales ante la mínima sospecha de un caso de violencia de género.
Santos et al. (21), Vale et al. (14), Sehnem et al. (17) y Carneiro et al. (20) resaltan la falta de estructura de las unidades y la fragilidad de la red de protección, con dificultades a la hora de la coordinación.
Otra parte importante del problema es el recambio de profesionales, según Sehnem et al. (17) el cambio frecuente de profesionales en los servicios de salud debilita el vínculo, ya que es un tema que muchas mujeres se avergüenzan de compartir con nuevas personas en las que no confían.
En la actualidad, a pesar de que la investigación sobre la detección de la violencia de género ha aumentado, sobre todo en el ámbito enfermero, las asistencias enfermeras siguen siendo relegadas a un segundo plano. El número de estudios que investigan estos son escasos. Por ello, es esencial que una profesión como la de enfermería, que como se ha podido observar es la que más contacto tiene con estas mujeres, desarrolle la máxima eficacia en su amparo y protección.
Sería conveniente puntualizar una serie de futuras líneas de investigación; como principal, debería abordarse el tema de la atención y la asistencia para la detección precoz, aunque existe una serie de protocolos que apoyan el trabajo de los profesionales, como se ha podido apreciar, algunos no conocen los protocolos o no los llevan a cabo. Además, se debería plantear la posibilidad de la enseñanza sobre el cuidado a mujeres maltratadas en las mismas facultades, para así poder mejorar el conocimiento de los profesionales enfermeros sobre el tema y tener una variedad de nuevos profesionales cualificados para realizar la detección y el cuidado de estas mujeres.
Cabe destacar que en la presente revisión se ha encontrado una serie de limitaciones dada la escasa investigación en España sobre la protección y cuidados enfermeros hacia estas mujeres. Por esta razón muchos de los textos seleccionados son estudios realizados en Sudamérica. Además, cabe destacar que un porcentaje relativamente bajo estaba escrito en español. Los idiomas predominantes eran el portugués y el inglés.
También se puede añadir como limitaciones que han surgido durante la realización de la presente muestra bibliográfica, el reducido número de estudios, que impide la generalización de los resultados. Además, se ha encontrado escasa información sobre la formación en las universidades, que también son poco generalizables. 
 

Conclusiones

Las conclusiones que se pueden extraer tras esta revisión bibliográfica son las siguientes:
  • Los autores coinciden en que existe una serie de herramientas que permiten la detección, la prevención y ayudan a las enfermeras a la hora de tratar con estas mujeres. Las escalas más fiables y con menos sesgo de selección son la ISA y el PMWI-SF.
  • Todos los artículos corroboran que los profesionales enfermeros son los agentes de salud que tienen un mayor contacto con estas mujeres, lo que les convierte en agentes de salud imprescindibles, por su tarea de cuidado asistencial para ampararlas y auxiliarlas.
  • Existe un consenso sobre los cuidados que empoderan a la mujer. Algunos son: entender su malestar y sus problemas de salud como una consecuencia de la violencia y el miedo, apoyar el fortalecimiento y la autonomía para poder enfrentarse a la violencia, mejorando la autoestima, la autonomía y la libertad e informar a las mujeres sobre sus derechos.
  • Existen diferentes barreras que obstaculizan la respuesta sanitaria eficaz, como son: el bajo conocimiento de los profesionales sobre el tema y la falta de confianza para realizar la detección.
 

Conflicto de intereses

Ninguno.
 

Financiación

Ninguna.
 

Bibliografía

1. Organización Mundial de la Salud (OMS). Violencia contra la mujer [internet]. Notas de prensa. Ginebra: OMS; 2021 [citado 8 may 2023]. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/violence-against-women
2. Instituto Nacional de Estadística (INE). Estadística de violencia doméstica y violencia de género (EVDVG) [internet]. Madrid: INE; 2021 [citado 8 may 2023]. Disponible en: https://www.ine.es/dyngs/INEbase/es/operacion.htm?c=Estadistica_C&cid=1254736176866&menu=ultiDatos&idp=1254735573206
3. Gobierno de España, Ministerio de Sanidad, Servicios sociales e Igualdad. Definición de Violencia de Género [internet]. Madrid: Gobierno de España; [citado 8 may 2023]. Disponible en: https://www.inmujeres.gob.es/servRecursos/formacion/Pymes/docs/Introduccion/02_Definicion_de_violencia_de_genero.pdf
4. Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, Ministerio de Igualdad. Guía de derechos para las mujeres víctimas de violencia de género [internet]. Madrid: Ministerio de Igualdad; 2022 [citado 8 may 2023]. Disponible en: https://violenciagenero.igualdad.gob.es/informacionUtil/derechos/docs/guiaderechosESPmayo2022.pdf
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6. Cabello JB. Plantilla para ayudarte a entender un Estudio de Diagnóstico. CASPe Guías CASPe de Lectura Crítica de la Literatura Médica [internet]. 2005 [citado 8 may 2023]; 22-5. Disponible en: https://redcaspe.org/plantilla_diagnostico_0.pdf
7. Cano Arana A, González Gil T, Cabello López JB. Plantilla para ayudarte a entender un estudio cualitativo. Guías CASPe de Lectura Crítica de la Literatura Médica [internet]. 2010 [citado 8 may 2023]; 3:3-8. Disponible en: https://redcaspe.org/plantilla_cualitativa.pdf
8. Cabello JB. Plantilla para ayudarte a entender una Revisión Sistemática. Guías CASPe de Lectura Crítica de la Literatura Médica [internet]. 2005 [citado 8 may 2023]; 1:13-7. Disponible en: https://redcaspe.org/plantilla_revision.pdf
9. Noriega RB. Violencia de Género: Papel de Enfermería en la Prevención Secundaria desde Atención Primaria. Enferm Global 2018; 17(3):484-508.
10. Pichiule Castañeda M, Gandarillas Grande A, Pires Alcaide M, Lasheras Lozano L, Ordobás Gavín M. Validación de la versión corta del Woman Abuse Screening Tool (WAST) en población general. Gac Sanit. 2020; 34(6):595-600.
11. Yusef Contreras V, Illesca Pretty M, Seguel Palma F. Cuidado enfermero, percepción de la mujer que vive violencia de pareja. Revista CuidArte [internet]. 14 de agosto de 2020 [citado 8 may 2023]; 9(18). Disponible en: https://revistas.unam.mx/index.php/cuidarte/article/view/76669
12. Moreno Terribas L, Angeles Pérez Morente M, Martín Salvador A, Arrabal Delgado B, Dolores Pozo Cano M, Martínez García E. Factores asociados a la detección de casos de violencia de género en Atención Primaria. Enferm Comunitaria 2022; 18:e13376-e13376.
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14. Vale HS do, Rocha MR da, Conceição HN da. Assistência de enfermagem às mulheres em situação de violência na Atenção Primária à Saúde. Rev Cubana Enferm [internet]. 26 de marzo de 2022 [citado 8 may 2023]; 38(1). Disponible en: https://revenfermeria.sld.cu/index.php/enf/article/view/4067
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17. Sehnem GD, Lopes EB, Tier CG, Ribeiro AC, Maciel V de QS, Castilhos L. Violência contra as mulheres: atuação da enfermeira na atenção primária à saúde. Revista de Enfermagem da UFSM (REUFSM) [internet]. 2019 [citado 8 may 2023]; 1-19. Disponible en: https://periodicos.ufsm.br/reufsm/article/view/35061/html
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20. Carneiro JB, Gomes NP, Almeida LCG de, Romano CMC, Silva AF da, Webler N, et al. Condições que interferem no cuidado às mulheres em situação de violência conjugal. Escola Anna Nery [internet]. 2021 [citado 8 may 2023]; 25(5):e20210020. Disponible en: http://www.scielo.br/j/ean/a/mddcddNC37JqwwkYMQmP6mt/?lang=pt
21. Santos SC dos, Barros P de A, Delgado RF de A, Silva LV de L, Carvalho VP da S, Alexandre ACS. Violência contra a mulher: como os profissionais na atenção primária à saúde estão enfrentando esta realidade? Saúde e Pesquisa 2018; 11(2):359-68.
22. González Muñoz PF, Durán Flores ML, González Rubio MJ. Conocimientos, actitudes y opiniones sobre Violencia de Género en el profesional de enfermería de Atención Primaria. Enferm Comunitaria [internet]. 2019 [citado 8 may 2023]; 15. Disponible en: http://ciberindex.com/index.php/ec/article/view/e12296
 

CARTA a la DIRECCIÓN - 1 - Profesionalcentrismo: el nuevo paradigma de la gestión humanizada

Fecha de recepción: 24 de abril 2023.
Fecha de aceptación: 30 de abril de 2023.
 

Autores

1 Pedro Jaén Ferrer
2 Albert Cortés Borra
 
  1. Enfermero. Técnico Superior en Coaching Personal. Formador de Formadores. Máster en gestión de servicios de enfermería. Máster en gestión de Organizaciones no Lucrativas. Máster en Geriatría. Secretario de HUGES -Humanizando la gestión. Codirector de J&C Gestión Sanitaria. La Manga del Mar Menor, Murcia (España). 
  2. Enfermero. CAP Vila de Gràcia-Cibeles. Barcelona (España). Coordinador del grupo de trabajo de humanización de la AEC. Director de HUGES -Humanizando la gestión. Codirector de J&C Gestión Sanitaria. Máster en gestión de servicios de enfermería. Máster Universitario en dirección y gestión de personas. Profesor colaborador Escuela Superior de Enfermería del Mar, UPF. Barcelona (España). 
 
E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
 
 
 
En la última década ha habido un cambio significativo en la forma en que las empresas gestionan a sus empleados. Históricamente, las empresas se centraban en aumentar la productividad y la eficiencia, sin prestar mucha atención al bienestar de sus empleados. Sin embargo, en los últimos años, ha surgido un nuevo paradigma de gestión: el profesionalcentrismo (1).
El profesionalcentrismo se enfoca en poner a los empleados en el centro de la gestión empresarial. Se trata de una gestión humanizada que tiene en cuenta el bienestar y el desarrollo de los empleados, no solo como trabajadores, sino también como individuos con necesidades y deseos personales (2).
Este enfoque de gestión se basa en la idea de que los empleados felices y satisfechos son más productivos y comprometidos con la empresa. Al poner a los empleados en el centro de la gestión, las instituciones pueden crear un entorno laboral en el que los empleados se sientan valorados, motivados y apoyados en su crecimiento profesional. El profesionalcentrismo es un enfoque de gestión que se puede aplicar en cualquier tipo de organización, incluyendo las organizaciones sanitarias (3).
A continuación, se indican algunas claves sobre cómo el profesionalcentrismo puede ser implementado en las organizaciones sanitarias, y en la enfermería comunitaria en particular: 
  • Fomentar la formación y el desarrollo profesional: las organizaciones sanitarias pueden ofrecer oportunidades de formación y desarrollo profesional para sus empleados, incluyendo cursos de formación continua, talleres y programas de mentoría. Esto puede ayudar a mejorar la calidad del trabajo que realizan los empleados y su satisfacción laboral.
  • Mejorar la comunicación: la comunicación abierta y transparente es clave para el éxito del profesionalcentrismo. En las organizaciones sanitarias, los directivos deben establecer canales de comunicación abiertos y fáciles de usar para que los empleados puedan expresar sus inquietudes y sugerencias.
  • Apoyar el bienestar emocional de los empleados: el trabajo en las organizaciones sanitarias puede ser estresante y emocionalmente agotador. Por ello deben ofrecer servicios de asesoramiento y apoyo emocional para sus empleados, así como programas de bienestar para ayudarles a manejar el estrés y prevenir el agotamiento.
  • Fomentar la colaboración y el trabajo en equipo: las organizaciones sanitarias pueden fomentar la colaboración y el trabajo en equipo entre los empleados para mejorar la calidad del servicio que ofrecen a sus pacientes. Esto puede incluir la creación de equipos multidisciplinarios que trabajen juntos para abordar las necesidades de los pacientes.
  • Reconocer y valorar el trabajo de los empleados: mediante la creación de programas de reconocimiento y recompensa. Estos programas pueden incluir bonificaciones, reconocimientos públicos y otros incentivos para motivar a los empleados a realizar su trabajo de manera efectiva y eficiente.
La gestión humanizada y el profesionalcentrismo comparten valores y principios comunes, pero se diferencian en el enfoque y la filosofía detrás de cada uno de ellos. Por lo tanto, surge la pregunta de qué diferencias hay entre una gestión humanizada y la gestión basada en el profesionalcentrismo: 
  • La gestión humanizada se enfoca en el bienestar de todos los miembros de la organización, incluidos los empleados y los clientes o usuarios, mientras que el profesionalcentrismo se enfoca específicamente en la importancia de los profesionales en el éxito de la organización.
  • La gestión humanizada se basa en la filosofía de que el éxito sostenible de la organización depende de la felicidad y satisfacción de sus empleados y clientes, mientras que el profesionalcentrismo se basa en la filosofía de que los profesionales son los principales agentes de cambio en una organización.
  • La gestión humanizada busca ofrecer una atención personalizada y centrada en el usuario, mientras que el profesionalcentrismo se enfoca en el desarrollo y bienestar de los profesionales para lograr una atención de alta calidad.
  • El profesionalcentrismo pone un énfasis especial en la formación y desarrollo continuo de los profesionales, mientras que la gestión humanizada se enfoca en la formación y desarrollo continuo de todos los empleados de la organización.
Por todo ello, el profesionalcentrismo es un nuevo paradigma de gestión que se enfoca en poner a los empleados en el centro de la gestión, con lo que este modelo encaja también perfectamente en la gestión de la Atención Primaria, sus profesionales y la población. Al enfocarse en el bienestar, el desarrollo profesional y la inclusión de los empleados, los centros de salud pueden crear un ambiente laboral en el que los empleados se sientan valorados y motivados, lo que a su vez puede llevar a una mayor productividad, ofreciendo una mayor calidad asistencial.
 

Bibliografía

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2. Gómez-Batiste X, Martínez-Muñoz M, Blay C, Amblàs-Novellas J, Vila L. Atención centrada en la persona, modelo organizativo y profesionalcentrismo. Medicina Paliativa 2017; 24(2):46-51.
3. Rainbird H. A professionalcentric approach to change management. J. Organ. Chang. 2018; 31(1):135-45.