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ESPACIO AEC

 

La Profesión de la Salud Pública y sus Profesionales. Un reto urgente para fortalecer la práctica de la Salud Pública

Libro blanco

 
 
El pasado 3 de mayo vio la luz el Libro Blanco La Profesión de la Salud Pública y sus Profesionales. Un reto urgente para fortalecer la práctica de la Salud Pública, promovido e impulsado por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) de la que la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC) es sociedad federada.
La SESPAS es una sociedad científica que parte de una definición amplia, inclusiva y multidisciplinar de la Salud Pública, en la que, a través de la colaboración y la integración de las aportaciones de las distintas disciplinas, se abordan los principales problemas y retos que plantea la salud en nuestra sociedad. Por ello, y siendo conscientes de que la fortaleza de las instituciones reside en muy buena parte en sus profesionales y en las posibilidades que estos tienen de adquirir las competencias necesarias para desarrollar su labor, en el documento se analizan tanto los problemas de la profesión de Salud Pública, como las opiniones y expectativas de sus profesionales en torno a la formación, el desarrollo profesional o las características que han de definir a las instituciones de Salud Pública.
Aunque el deterioro del Sistema Nacional de Salud se ha ido evidenciando de forma progresiva durante los últimos años, ha sido la pandemia la que ha dejado al descubierto la disfunción, la vulnerabilidad y la falta de equidad de los sistemas sanitarios, de la atención a largo plazo y de la protección social entre otros, así como la importancia de disponer de unas estructuras de Salud Pública bien dimensionadas y preparadas para afrontar los retos de salud que amenazan a las poblaciones.
En este contexto de crisis generalizada del sistema en su conjunto, en el que se ha dejado de lado la promoción de la salud y las actividades preventivas, retrasando en muchos casos el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades, y la atención sanitaria de las personas con enfermedades crónicas, la publicación del Libro Blanco ha permitido plasmar una visión amplia y diversa de lo que es, puede y debe aportar la Salud Pública como profesión, reivindicando las actuaciones colectivas de prevención, protección y promoción desde un enfoque comunitario y una perspectiva de salutogénica, frente a la orientación predominante hacia el tratamiento de las enfermedades desde un enfoque individual.
El objetivo principal de este libro es contribuir a fortalecer la práctica profesional de la Salud Pública, identificando algunos de sus problemas y consensuando posibles soluciones aceptables por el conjunto, entre ellos, la diversidad de competencias profesionales de naturaleza multidisciplinar necesarias para la práctica de una Salud Pública de calidad. Para ello se ha partido del colectivo de profesionales que forman parte de las sociedades de la SESPAS, que concentra posiblemente al mayor número de profesionales de Salud Pública en España.
Dado que la multidisciplinariedad es inherente al concepto de Salud Pública, el libro ha contado con la participación activa a través de entrevistas y actividades de dinámica grupal de profesionales de las múltiples disciplinas que configuran y nutren la Salud Pública, entre ellos socias y socios de AEC.
El documento ofrece un conjunto de recomendaciones realistas, dirigidas tanto a las administraciones públicas como a la propia SESPAS, con la finalidad de que las ideas que en él se recogen contribuyan a conformar la Salud Pública que necesitamos para el futuro. Para ello, parte de los conceptos básicos en una definición de Salud Pública, de los contenidos básicos y transversales que deberían incluir los programas formativos para profesionales que puedan trabajar en cualquiera de sus ámbitos de actuación, desarrollando los criterios estructurales que deben tenerse en cuenta en la definición de una institución de Salud Pública, en cómo garantizar ofertas laborales capaces de atraer y retener a los profesionales de la Salud Pública y en el papel de la SESPAS y otras sociedades científicas en el desarrollo de la misma.
Desde la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC) queremos trasladar nuestra satisfacción por participar en una obra de tanta calidad y trascendencia para la Salud Comunitaria y la Salud Pública.
 
Dra. Maribel Mármol López
Presidenta Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC)
 

Originales - 1 - Efectos de los videojuegos violentos sobre la agresividad en niños y adolescentes

Cómo citar este artículo:
Mena Medina H, Guerrero Liñana P. Efectos de los videojuegos violentos sobre la agresividad en niños y adolescentes. RIdEC 2023; 16(1):9-18.
 
Fecha de recepción: 20 de abril de 2022. 
Fecha de aceptación: 8 de marzo de 2023.
 

Autores

1 Héctor Mena Medina 
2 Paula Guerrero Liñana
 
  1. Enfermero de Atención Primaria. Centro de trabajo CS Carlet. Departamento de la Ribera. Alzira, Valencia (España).
  2. Enfermera de Atención Primaria. Centro de trabajo CS Carlet. Departamento de la Ribera. Alzira, Valencia (España).
 
E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. 
 

Resumen

Objetivo: la popularidad de los videojuegos entre jugadores de todas las edades sigue creciendo. La preocupación de que los videojuegos violentos puedan promover la agresión o reducir la empatía en sus jugadores es generalizada, por lo que el objetivo principal es estudiar los efectos de los videojuegos violentos sobre el comportamiento agresivo en niños y adolescentes.
Material y método: desde el abordaje metodológico se realizó un estudio descriptivo transversal para evaluar el efecto de los videojuegos violentos sobre la agresividad en niños y adolescentes. La población estuvo representada por los niños y adolescen- tes de entre 12 a 18 años de edad de la Escuela Deportiva de San Marcelino, Escuela Deportiva de Mislata y Colegio de la Devesa de Carlet (Valencia). Se utilizó el Game-Related Experiences Questionnaire o Cuestionario de Experiencias Relacionadas con los Videojuegos (CERV). Todos los análisis fueron efectuados mediante el software estadístico IBM® SPSS® versión 25.
Resultados: de acuerdo con los hallazgos los videojuegos no aumentaron el comportamiento agresivo con el tiempo. Se encon- tró una relación significativa entre el uso de videojuegos y la aparición de enfados o molestias mientras juegan.
Conclusiones: se demostró que la mayoría de los encuestados utilizan los videojuegos cuando están aburridos y como medio de evasión, invirtiendo cada vez más tiempo en los videojuegos para sentirte satisfechos y otorgándole mayor importancia al tiempo que pasan jugando con estos, hasta el punto de dejar de salir con sus amigos.
Palabras clave: videojuegos; agresividad; niños; adolescentes; violencia.
 

Abstract

Effects of violent videogames on aggressiveness in children and adolescents
Introduction: there is an ongoing increase in the popularity of videogames among gamers of all ages. There is a generalized concern that violent videogames might promote aggression or reduce empathy among players. Therefore, the main objective is to study the effects of violent videogames on aggressive behaviour in children and adolescents.
Material and method: in terms of methodological approach, a descriptive cross-sectional study was conducted in order to evaluate the effect of violent videogames on aggressiveness in children and adolescents. The population was represented by 12-to-18-year-old children and adolescents from the Escuela Deportiva de San Marcelino, Escuela Deportiva de Mislata and the Colegio de la Devesa in Carlet (Valencia). The Game-Related Experience Questionnaire (GEQ) was applied. All analyses were conducted using the IBM® SPSS® version 25 statistical software.
Results: according to findings, videogames did not increase aggressive behaviour over time. A significant relationship was found between the use of videogames and the development of anger or discomfort during the game.
Conclusions: it was demonstrated that the majority of participants used videogames when they were bored and as a means of evasion. A gradually increasing time was spent on videogames in order to feel satisfied, and they attributed more importance to the time spent playing videogames even to the point of not going out with their friends.
Key words: videogames; aggressiveness; adolescents; violence.
 

Introducción

Las tecnologías forman parte de la vida de la mayoría de los jóvenes que nacieron en este mundo de innovaciones digitales, pero se evidencia con más regularidad su uso en el manejo de videojuegos, que si bien algunos son de tendencia educativa y de entretenimiento, existe el lado opuesto donde se presentan los videojuegos violentos, que son aquellos que represen- tan intentos intencionales de individuos (personajes de dibujos animados no humanos, personas reales o cualquier ente en el medio) para infligir daño a otros (1). Enmarcando la contextualidad de forma estadística se estima que más del 90% de los niños y adolescentes en los Estados Unidos juega con videojuegos y dedica cantidades sustanciales de tiempo en ello (1). Mientras, en España, más del 90% de los niños entre 7 y 12 años juega con algún tipo de videojuego (2).
Dada la creciente prevalencia de los medios digitales, ha aumentado la preocupación pública sobre los posibles efectos perjudiciales, incluida la posibilidad de que los videojuegos puedan ser “adictivos”. En la actualidad, hay un cuerpo considerable de la literatura de investigación que sugiere que algunos usuarios de videojuegos desarrollan síntomas disfuncionales que pueden conllevar graves efectos perjudiciales en áreas funcionales y sociales de la vida (1).
Tal es la magnitud de preocupación social por el exceso de uso de videojuegos que, en materia de salud, uno de los antecedentes de investigaciones es que la Asociación Americana de Psiquiatría ha incluido el Trastorno de los juegos de Internet o Internet Gaming Disorder (IGD) como potencial diagnóstico dentro de la 5a edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) (3). Este trastorno se define como “el uso persistente y recurrente de Internet para participar en juegos, a menudo con otros jugadores, lo que lleva a clínicamente discapacidad o angustia significativa” (3). La Organización Mundial de la Salud (OMS) también ha agregado el desorden de juego adictivo a la sección de trastornos del comportamiento y uso de sustancias de su Clasificación Internacional de Enfermedades en 2018, lo que ha suscitado un debate sobre los potenciales efectos nocivos de los videojuegos (3).
Los juegos populares de disparos en primera persona en realidad requieren que los jugadores se identifiquen activamente con el agresor (4). En los videojuegos violentos, la exposición incesante a la violencia y la recompensa concomitante (éxito del juego) por elegir continuamente las acciones violentas pueden insensibilizar al jugador a las consecuencias de la violencia en la vida real. La desensibilización a la violencia es motivo de preocupación porque tal desensibilización impide el inicio del proceso de razonamiento moral que inhibiría una agresión inapropiada o iniciaría una respuesta de ayuda (5).
Algunas investigaciones han examinado las vías en las asociaciones entre la exposición a los videojuegos violentos y agresión; por ejemplo, mediadores como el sesgo de atribución hostil, las normas agresivas y la deshumanización y moderado- res como el psicoticismo, los rasgos agresivos, el neuroticismo y la conciencia (6).
Un campo de investigación ha argumentado firmemente que los videojuegos violentos aumentan la agresión entre sus jugadores, mientras que el otro campo ha concluido repetidamente que los efectos son mínimos en el mejor de los casos, si no ausentes (7).
Es importante destacar que parece que estas inconsistencias fundamentales no pueden atribuirse a diferencias en la meto- dología de la investigación, ya que incluso los metaanálisis, con el objetivo de integrar los resultados de todos los estudios previos sobre el tema de la agresión causada por los videojuegos, han llevado a conclusiones dispares.
Estos metaanálisis han tenido un fuerte enfoque en los niños, y uno de ellos ha informado un efecto de edad marginal que sugiere que los menores podrían ser aún más susceptibles a los efectos violentos de los videojuegos (8).
Aunque algunos estudios recientes no han encontrado una relación significativa entre la exposición a videojuegos violen- tos y agresión, se ha establecido una asociación sólida en estudios experimentales, transversales y longitudinales en general (9). Por ejemplo, la mayoría de las investigaciones en esta área han encontrado que los videojuegos violentos aumentan los pensamientos agresivos, los sentimientos de ira, la excitación fisiológica y los comportamientos agresivos, y disminuyen los sentimientos empáticos y los comportamientos de ayuda (10). Además, algunas investigaciones en neurociencia cognitiva han proporcionado apoyo de neuroimagen para estos efectos, y también hay metaanálisis que han concluido que los videojuegos violentos aumentan la agresión (11,12).
Tomando en consideración lo descrito es que el presente estudio trata de buscar una explicación a los hallazgos inconsistentes de los investigadores en lados opuestos del debate. Se espera que esta investigación sea de ayuda para dar respuesta a la pregunta de si los videojuegos violentos aumentan el comportamiento agresivo y por qué, cuándo y para quién tiene tales efectos, por lo tanto, el objetivo central de este estudio se enfoca en estudiar los efectos de los videojuegos violentos sobre el comportamiento agresivo en niños y adolescentes, lo que permitirá conocer si estos niños y adolescentes que juegan videojuegos violentos tienen mayor tendencia al comportamiento agresivo, así como también si esta situación podría generar dependencia psicológica a los mismos o si los utilizan para la evasión y, por último, conocer las consecuencias negativas que el uso de videojuegos violentos puede ocasionar en niños y adolescentes.
 

Método

Diseño del estudio
En el año 2021, se desarrolló un estudio descriptivo transversal para evaluar el efecto de los videojuegos violentos sobre la agresividad en niños y adolescentes. Se desarrolló una primera fase de búsqueda bibliográfica preliminar, se seleccionaron revisiones sistemáticas, además revisiones sistemáticas que contengan metaanálisis, estudios observacionales, ensayos clínicos aleatorizados y estudios de cohorte; todas estas investigaciones debían de haber sido llevadas a cabo desde el año 2011 hasta la actualidad, en inglés y español, cuya población de estudio fuesen niños y adolescentes, de ambos sexos, y cuyo contenido trate de los videojuegos y su efecto en el comportamiento agresivo, que permitiera tener una base de teórica para manejar con seguridad la siguiente fase. En segunda fase se desarrolló el análisis transversal mediante la aplicación de un cuestionario Game-Related Experiences Questionnaire o Cuestionario de Experiencias Relacionadas con los Videojuegos (CERV) (13). Los datos fueron recogidos durante el curso académico 2021.
 
Población y muestra
La población total estuvo representada por los niños y adolescentes de entre 12 a 18 años de edad de la Escuela Deportiva de San Marcelino, Escuela Deportiva de Mislata y Colegio de la Devesa de Carlet.
El procedimiento del muestreo empleado de los participantes que conformaron la muestra fue mediante muestreo de conveniencia entre los estudiantes de dichos centros educativos, a través de un cuestionario distribuido entre los alumnos de las instituciones antes mencionadas. Cabe destacar que del total de la población, 350 alumnos fueron quienes respondieron dicho instrumento, convirtiéndose en la muestra del estudio.
 
Variables de investigación
Las variables de estudio empleadas fueron videojuegos agresivos y sus efectos.
 
Recogida de datos
Se utilizó como instrumento para recabar la información el Game-Related Experiences Questionnaire o Cuestionario de Experiencias Relacionadas con los Videojuegos (CERV) (13). Se trata de una versión para videojuegos no masivos compuesta por 17 ítems con respuestas de tipo Likert de cuatro puntos (N-CN: Nunca/Casi nunca, AV: Algunas veces, BV: Bastantes veces, CS: Casi siempre), que engloban el deseo de jugar, los efectos negativos, la preocupación, la pérdida de control, ne- gación, el aumento de la tolerancia, la reducción de actividades y evasión, como se presenta en la Tabla 1.
Ahora bien, se realizó la solicitud de autorización a los directivos de las diferentes instituciones educativas en donde se llevó a cabo la investigación. El estudio no fue aplicado hasta no tener la aprobación de estas instituciones educativas. El cuestionario fue distribuido entre los alumnos de los centros educativos anteriormente mencionados, quienes conforman el contexto de estudio de la investigación.
 
 
 
 
Análisis de datos
Todos los análisis fueron realizados utilizando el software estadístico IBM® SPSS® versión 25. En primer lugar se hizo un análisis descriptivo de cada una de las variables incluidas en el presente estudio. Los valores de los datos de las variables cualitativas fueron presentados en frecuencias absolutas y relativas (porcentajes). Las variables cuantitativas fueron analizadas mediante el Test de Kolmogorov-Smirnov, en función de que sigan o no una distribución normal; se utilizó también la media +/- desviación estándar o mediana (rango intercuartílico).
Las variables cualitativas se validaron mediante test de Chi cuadrado o test exacto de Fisher. La comparación de las variables cuantitativas fue realizada mediante el test de ANOVA. Se consideró significativo el valor de p≤ 0,05 y con un intervalo de confianza del 95%.
En total se analizaron datos de 350 alumnos, con edades comprendidas entre 12 a 18 años. El 58% de ellos del sexo masculino (n= 203) y el 42%, femenino (n= 147).
 
Aspectos éticos
El principio de autonomía fue garantizado mediante el consentimiento informado. Se entregó el consentimiento informa- do a los padres de los participantes, y se les explicó todos los detalles de la investigación, aclarando todas las dudas que puedan surgir, para de esta manera obtener su autorización por escrito. Desde esa perspectiva, este trabajo fue realizado según lo establecido en las recomendaciones éticas internacionales recogidas en la Declaración de Helsinki del 2013 (21) y según lo indicado en la normativa española vigente en materia de investigación biomédica, concretamente en Ley 14/2007, de investigación biomédica (14).
Los datos de carácter personal fueron tratados según lo dispuesto en la normativa española vigente en esta materia de la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales (15). No se utilizaron nombres o siglas que pudiesen identificar a los participantes.
Para la manipulación de los datos se llevó a cabo una disociación de los mismos, asignándole a cada participante un código de forma aleatoria, quedando de esta manera los datos codificados y posteriormente introducidos en una base de datos. Solo el investigador tuvo acceso a los datos recogidos, estos fueron colocados en una base de datos anonimizada.
 

Resultados

Después de aplicar el cuestionario, y tomando en consideración las variables en estudio, se pudo afirmar de forma generalizada que al realizar la comparación de las variables no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en relación a la edad a la que acuden a jugar y la inquietud por temas relacionados con los videojuegos (p= 0,421), tampoco con la frecuencia de abandono de lo que está haciendo por estar más tiempo jugando a videojuegos (p= 0,091), con el uso de videojuegos como medio de evasión de los problemas (p= 0,331), con el bloqueo de pensamientos molestos (p= 0,327), con las alteraciones del sueño (p= 0,449), preocupaciones (p= 0,090) ni con el rendimiento académico (p= 0,126). Sin embargo, se encontró relación entre la edad de los encuestados y el uso de videojuegos al estar aburridos (p= 0,026), con el riesgo de perder una relación importante, un trabajo o una oportunidad académica por el uso de los videojuegos (p= 0,046), esto especialmente para los mayores.
Además, también se encontró relación significativa con la edad de los encuestados y el mentir a sus familiares o amigos con respecto a la frecuencia y duración del tiempo que invierten en los videojuegos (p= 0,016). Otro resultado importante es la relación significativa entre la edad de los encuestados y la aparición de enfados o molestias mientras juegan con algún video- juego (p= 0,020); además, se encontró significancia estadística para la necesidad de invertir cada vez más tiempo en los videojuegos para sentirte satisfecho (p= 0,000), la importancia que le dan al tiempo que pasan jugando videojuegos (p= 0,035).
También se encontraron diferencias significativas en el dejar de salir con sus amigos para pasar más tiempo jugando con videojuegos (p= 0,035) y en el que el tiempo pasa sin darse cuenta mientras están jugando videojuegos (p= 0,014). Con la intención de mostrar de forma gráfica los resultados aquí descritos, se recogen los mismos en la Tabla 2.
 
 
 
 
 

Discusión

El juego problemático puede conducir a varias consecuencias psicosociales negativas y problemas de salud mental que afectan a la disponibilidad de tiempo, trabajo, educación, familia, sociedad, amigos, vida social, bienestar psicosocial, competencia social, ocio, autoestima y soledad (16). Hay una relación negativa entre el rendimiento académico y el uso de videojuegos de forma patológica, que afectan a la autoestima y la confianza en sí mismos (17).
El objetivo de este trabajo fue estudiar los efectos de los videojuegos violentos sobre el comportamiento agresivo en niños y adolescentes, para ello se utilizó el Cuestionario de Experiencias Relacionadas con los Videojuegos (CERV) (13). Los cuestionarios se utilizan normalmente para recopilar grandes cantidades de información de muestras transversales, a menudo basadas en autoinformes. En el caso de los videojuegos violentos se hacen comparaciones entre la exposición autoinformada a tales juegos y las respuestas a preguntas relacionadas con los índices de desensibilización cognitiva y emocional (18).
En el caso del presente estudio se encontró relación entre la edad de los encuestados y el uso de videojuegos al estar aburridos (p= 0,026), con el riesgo de perder una relación importante, un trabajo o una oportunidad académica por el uso de los videojuegos (p= 0,046). Además, también se encontró relación significativa con la edad de los encuestados y el mentir a sus familiares o amigos con respecto a la frecuencia y duración del tiempo que invierten en los videojuegos (p= 0,016). Otro resultado importante es la relación significativa entre la edad de los encuestados y la aparición de enfados o moles- tias mientras juegan con algún videojuego (p= 0,020); además, se encontró significancia estadística para la necesidad de invertir cada vez más tiempo en los videojuegos para sentirte satisfecho (p= 0,000), la importancia que le dan al tiempo que pasan jugando videojuegos (p= 0,035). También se encontraron diferencias significativas en el dejar de salir con sus amigos para pasar más tiempo jugando con videojuegos (p= 0,035) y en el que el tiempo pasa sin darse cuenta mientras están jugando videojuegos (p= 0,014).
Schou Andreassen et al. (19) enfatizaron la relación entre trastornos psiquiátricos como la ansiedad y depresión y adicción al juego. Messias et al. (30) encontraron un mayor riesgo de tristeza, ideación suicida y planes de suicidio en jugadores empedernidos involucrados con tiempos de pantalla de más de cinco horas al día. El uso de medios patológicos también puede reducir la duración del sueño y alterar los patrones del mismo (20). El uso patológico de videojuegos también está asociado con varios problemas médicos y consecuencias de salud somática, como alucinaciones auditivas, enuresis, encopresis, dolor de muñeca, cuello y codo, tendosinovitis (“nintendinitis”), obesidad, ampollas en la piel, callos, tendones doloridos, síndrome de vibración mano-brazo y neuropatía periférica (21).
De acuerdo con los hallazgos del presente estudio los videojuegos no aumentaron el comportamiento agresivo con el tiempo; sin embargo, en esta investigación no se determinó qué tipo de videojuegos utilizaban los encuestados (violentos o no violentos) (22). Esto resulta importante, ya que, en algunos estudios similares realizados anteriormente, se demostró que jugar videojuegos violentos por tiempo prolongado redujo la agresión entre los usuarios intensivos (23).
La relación entre los videojuegos violentos y la agresión se ha examinado en estudios que emplean diseños transversales, longitudinales y experimentales.
Los estudios correlacionales transversales suelen mostrar una relación positiva entre la cantidad de juegos violentos de videojuegos y la agresión en contextos del mundo real (24). El trabajo experimental ha demostrado que los videojuegos violentos tienen un impacto causal en la agresión y el procesamiento de información relacionado (25). Los metaanálisis también han corroborado que los videojuegos violentos aumentan significativamente los pensamientos agresivos, el afecto hostil y el comportamiento agresivo (26).
En un estudio realizado por Kühn et al. (27) se encontraron resultados similares, que constaba de cuestionarios y pruebas conductuales computarizadas que evaluaban la agresión, los constructos relacionados con la impulsividad, el estado de ánimo, la ansiedad, la empatía, las competencias interpersonales y las funciones de control ejecutivo, no encontraron efectos negativos relevantes en respuesta a los videojuegos violentos (27).
Investigaciones anteriores han tratado de determinar mediante diversas teorías cómo afecta la exposición a videojuegos violentos a la agresión individual. Algunos autores como Anderson et al. (28) han propuesto un modelo general para dar cuenta del comportamiento agresivo relacionado con el uso de videojuegos, conocido como modelo de agresión general. Este modelo proporciona un marco teórico relevante, ya que integra varias perspectivas teóricas que incluyen el aprendiza- je social, la cognición social, la agresión afectiva y la transferencia de excitación. Las predicciones basadas en el modelo de agresión general sugieren que la exposición repetida a la violencia de los medios puede conducir al desarrollo de creencias y actitudes sobre las agresiones, guiones de comportamiento agresivo y desensibilización a la violencia (29).
Las investigaciones emergentes sugieren que la exposición a los videojuegos prosociales y otros medios puede ir acompañada de un aumento del comportamiento prosocial. Proporcionar opciones de medios prosociales como parte de la dieta de los medios es una prerrogativa de los padres, aunque es posible que sea necesario recordar y empoderar a algunos.
 

Conclusión

De acuerdo con los hallazgos del presente estudio los videojuegos no aumentaron el comportamiento agresivo con el tiempo. Dado que el efecto típico de los videojuegos violentos sobre la agresión no es grande, es de esperar que no todos los estudios revelen efectos significativos.
Se encontró una relación significativa entre el uso de videojuegos y la aparición de enfados o molestias mientras juegan. Sin embargo, estos efectos de los videojuegos violentos sobre la agresividad, si es que están presentes, parecen ser de corta duración.
Se demostró que la mayoría de los encuestados utilizan los videojuegos al estar aburridos y como medio de evasión, invirtiendo cada vez más tiempo en los videojuegos para sentirse satisfecho y otorgándole mayor importancia al tiempo que pasan jugando videojuegos, hasta el punto de dejar de salir con sus amigos para pasar más tiempo jugando.
El uso de videojuegos violentos en niños y adolescentes puede conducir a varias consecuencias psicosociales negativas y problemas de salud mental que afectan a la disponibilidad de tiempo, trabajo, educación, familia, sociedad, amigos, vida social, bienestar psicosocial, competencia social, ocio, autoestima y soledad.
 

Conflicto de intereses

Ninguno.
 

Financiación

Ninguna.
 

Bibliografía

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27. Kühn S, Kugler DT, Schmalen K, Weichenberger M, Witt C, Gallinat J. Does playing violent video games cause aggression? A longitudinal intervention study. Mol Psychiatry. 2019 Aug; 24(8):1220-34. Doi: https://doi.org/10.1038/s41380-018-0031-7
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Originales - 2 - Perspectiva de los padres respecto al sobrepeso y la alimentación de su hijo

Cómo citar este artículo:
Suárez Máximo JD, Mondragón Sánchez EJ, Jiménez Garrido I. Perspectiva de los padres respecto al sobrepeso y la alimen- tación de su hijo. RIdEC 2023; 16(1):19-27.
 
Fecha de recepción: 16 de octubre de 2022. 
Fecha de aceptación: 3 de abril de 2023.
 

Autores

1 Juan Daniel Suárez Máximo 
2 Edna Johana Mondragón Sánchez
3 Israel Jiménez Garrido
 
  1. Licenciatura en Enfermería. Egresado de la Maestría en Salud Pública en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, México; Coordinador de la Asociación de Enfermería Comunitaria Vocalía México. Titular de Oficina Nacional de Investigación AMEENF.
  2. Maestría en Enfermería. Docente Programa de Enfermería Universidad del Quindío; Miembro del Grupo de Investigación en Atención Primaria en Salud. Armenia (Colombia).
  3. Maestría en Enfermería. Coordinador de Campos Clínicos de la Universidad del Valle de Puebla; Docente de posgrados en Universidad Popular Autónoma de Puebla. Puebla (México).
 
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Resumen

Objetivo: describir la percepción del sobrepeso con relación a la selección de la alimentación de su hijo/a desde la perspectiva de los padres.
Metodología: estudio cuantitativo descriptivo, realizado en el periodo comprendido del 1 de noviembre al 2 de diciembre de 2021 en el municipio de Teziutlán, Puebla (México); con un muestreo probabilístico se obtuvo una muestra de 382 padres. Para la recolección de datos se utilizó un cuestionario sociodemográfico y un cuestionario sobre las características de percepción del sobrepeso desde la perspectiva de los progenitores.
Resultados: la muestra se compuso por 382 padres de un hijo con edad de entre 6 a 12 años. Se obtuvo una respuesta de 212 participantes positiva a si estaban bastantes preocupados y extremamente preocupados respecto a la percepción de los padres y el problema de salud de sobrepeso, relacionado con la alimentación que tenían sus hijos.
Conclusión: desde la perspectiva del estudio se evidenció que los padres reportan una preocupación por el sobrepeso. Asimismo, se reportó que la nutrición es un aspecto importante en la familia para evitar problemas de salud. De igual manera, los profesionales de la salud contribuyen en el desarrollo de intervenciones o estrategias que forman a los progenitores y a los hijos sobre el sobrepeso y la obesidad.
Palabras clave: relaciones padres-hijo; sobrepeso; conducta alimentaria.
 

Abstract

Perspective of parents regarding excess weight and diet of their children
Objective: to describe the perception of overweight in terms of the selection of children’s diet from the perspective of parents.
Methodology: a quantitative descriptive study, conducted in the period between November 1st and December 2nd, 2021, in the municipality of Teziutlán, Puebla (Mexico); a sample of 382 parents was obtained through probability sampling. A sociodemographic questionnaire was used for data collection, as well as a questionnaire on the characteristics of overweight perception from the perspective of parents.
Results: the sample consisted of 382 parents with a 6-to-12-year old child. There was positive answer by 212 participants to Quite Concerned and Extremely Concerned regarding the perception by parents and the health problem of overweight, associated with the diet followed by their children.
Conclusion: from the perspective of the study, it was evident that parents reported concern about overweight. Likewise, it was reported that nutrition was an important aspect in the family in order to prevent health problems. And health professionals also contributed to the development of training interventions or strategies on overweight and obesity for parents and children.
Key words: parents-child relationships; overweight; eating behaviour.
 

Introducción

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en el 2020, hace referencia que la alimentación tiende a evolucionar con el tiempo y que en esta influyen factores socioeconómicos que interactúan de manera compleja, generando un mo- delo de dieta personal. Entre los factores que tienden a destacar se encuentran: los ingresos económicos, el costo de los alimentos, las preferencias alimentarias, las creencias y tradiciones culturales, así como los factores geográficos y ambientales (1).
En noviembre de 2018, la OMS y la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) organizaron la segunda conferencia internacional sobre nutrición, en la cual se analizó la posibilidad de llevar a cabo la adaptación de la declaración de Roma sobre la nutrición (2) y el Marco de Acción (3), con la finalidad de ayudar a los países a cumplir los compromisos contraídos, entre los cuales recomienda un conjunto de opciones normativas y estrategias para promover una alimentación variada, inocua y saludable en todas las etapas de la vida con mayor énfasis en la infancia.
Diversos autores se refieren, entre otros aspectos, al número de comidas diarias, los horarios en que se come, la manera en que se adquieren, almacenan y manejan los alimentos, la forma en que se decide cuánto, con quién, dónde y con qué se come, las técnicas y los tipos de preparación culinaria, el orden en que se sirven los alimentos en la mesa y la manera en que se seleccionan los alimentos para las comidas ordinarias y para las ocasiones especiales (4-6).
La malnutrición es un problema que afecta a los niños y las niñas de México de distintas maneras (6). Por un lado, la des- nutrición durante la infancia tiene impactos negativos en el resto de la vida, como tallas bajas y desarrollo insuficiente del sistema inmunológico. Asimismo, el sobrepeso y la obesidad favorecen la aparición de enfermedades como la diabetes, los problemas circulatorios, del corazón o de los riñones, repercusiones graves que afectan la calidad y la esperanza de vida.
Con base en los datos de las Naciones Unidas, la prevalencia de la desnutrición se acrecentó de un 8,4% a un 9,9% en el 2020, es por ello que se estima que hay un aproximado de 811 millones de personas en el mundo que se enfrentan al hambre. De acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (7) se estima que en 2020 fallecieron en México a causa de la desnutrición 8.500 personas, de ellos un promedio de 850 tenían menos de cinco años de edad (8).
Los resultados de la Encuesta Intercensal 2018 elaborada por el Instituto Nacional de Estadística Geografía (INEGI) señalan que de los 39,2 millones habitantes del país, seis de cada 10 hogares viven niños hasta de 10 años de edad y de esa población solo el 66% vive con seguridad alimentaria. La cifra de los menores que viven con inseguridad alimentaria (34%) está compuesta por 16,9% de los hogares cuya situación de inseguridad es leve, 9,5% es moderada y para 7,6% es severa (7-9).
El etiquetado frontal de alimentos y bebidas es la única herramienta con la que cuentan los consumidores para poder conocer el contenido real de los productos procesados. Al no tener información clara en el etiquetado que alerte sobre el contenido de estos productos, se limitaba la posibilidad de seleccionar alimentos o bebidas saludables y, en consecuencia, se podía tener una mayor ingesta de calorías, azúcares, grasas y sodio, que ponen en riesgo la salud. En México, siete de cada diez adultos y uno de cada tres niños, niñas y adolescentes tienen sobrepeso u obesidad; la diabetes es la segunda causa de muerte en el país (9-11).
El estilo de vida se define como el resultado de una aproximación del entendimiento entre diferentes dimensiones sociales: cómo los individuos obtienen los recursos necesarios para una actividad concreta, cómo se relacionan con el mundo social y organizan sus actividades, cuáles son sus intereses sociales y cómo se identifican con una actividad (12).
En México se presentan porcentajes altos de un inadecuado estilo de vida, como son el sedentarismo, presencia del estrés, tabaquismo, inadecuados hábitos alimentarios, alto consumo de grasas saturadas, bajo consumo de frutas y verduras, y falta de actividad física; lo anterior ocupa los primeros lugares es la nación, siendo a su vez los factores de riesgos de las principales causas de morbimortalidades en las enfermedades cardiovasculares y crónicas (13,14).
La investigación se abordará desde el Modelo de Promoción de Salud (MPS) de Nola Pender, se trata de un modelo que considera al ser integral, así como un análisis de los estilos de vida y las capacidades de la persona en la toma de decisiones con respecto a su salud. El MPS plantea que las personas tienen la capacidad de autoconciencia reflexiva, dado que los individuos buscan regular su conducta en forma positiva, además, identificó que los factores cognitivos y perceptuales de los individuos son modificados por las condiciones situacionales, personales e interpersonales, es así como este modelo le da importancia a la cultura, con base en el conjunto de conocimientos y experiencias que se adquieren a lo largo del tiempo (15,16). Según lo anterior, se planteó el objetivo de describir la perspectiva de los padres respecto al sobrepeso con la relación de la alimentación de su hijo.
 

Material y métodos

Estudio cuantitativo descriptivo de tipo transversal. Este estudio se realizó en el periodo comprendido entre el 1 de noviembre y el 2 de diciembre de 2021. La población estuvo conformada por 403 padres de familias, que tienen hijos inscritos a una institución educativa pública de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). A lo cual se obtuvo una muestra de 382 padres de un hijo de edad entre 6 a 12 años, la difusión se llevó a cabo mediante la red social de la institución educativa (8,17). La técnica empleada para la recolección de la muestra, y por motivo de la de pandemia, se realizó a través de un cuestionario de Google Forms.
El muestreo fue probabilístico de un 95%, se consideraron aspectos como la disponibilidad de tiempo de los participantes. Los criterios de inclusión fueron: tener un hijo de entre 6 a 12 años de edad, que aceptaran participar en el estudio mediante el consentimiento informado digital. El criterio de exclusión: se especificó no participar si los padres no sabían leer ni escribir o el hijo o hija era mayor o menor a los rangos de edad (17,18).
Para recolección de datos se utilizó un cuestionario sociodemográfico compuesto por seis preguntas, elaboradas ad hoc. 
Sociodemográfico: (usted es madre o padre, edad del padre o madre, número de hijos de entre 6 a 12 años de edad, cuándo fue la última vez que peso a su hijo y donde lo peso).
De igual manera un cuestionario sobre la percepción del sobrepeso y la selección de la alimentación, siendo una elaboración propia con las bases del Modelo de Promoción de Salud, basándose en el análisis de los estilos de vida y las capacidades de la persona en la toma de decisiones con respecto a su salud, así como de la capacidad de autoconciencia reflexiva, dado que los individuos buscan regular su conducta en forma positiva.
El cuestionario de las características sobre percepción del sobrepeso desde la perspectiva de los padres: consta de 15 preguntas con respuestas de tipo Likert y dicotómicas.
Se tomaron en consideración los elementos éticos de la investigación científica, al respetar la autodeterminación de los sujetos a participar en el estudio mediante su consentimiento informado. La disposición de los resultados se elaboró de tal manera que reflejara la no maleficencia del equipo de trabajo al exponer los mismos (Declaración de Helsinki). Asimismo, se consideraron los principios éticos para la investigación médica en seres humanos, la Ley General de Salud y el Reglamento en materia de Investigación para la Salud en seres humanos, observando el título segundo, capítulo 1, Art 17 de investigación para la salud, donde se consideró la investigación de riesgo mínimo para el participante (19,20).
Los datos fueron analizados con el Statistical Package For The Social Sciences (SPSS) V.25; se realizaron índices de estadística descriptiva según la naturaleza de las variables (frecuencias absolutas y relativas para variables cualitativas; media y desviación estándar (DE) para variables cuantitativas).
 

Resultados

Descripción de la muestra: la muestra se compuso por 382 padres de un hijo con edad de entre 6 a 12 años, la edad tuvo una media de 33,79, con un intervalo de 20 a 49 años, de acuerdo con la frecuencia de los progenitores se reportó que 294 son madres y 88, padres, de los cuales hacen mención que el género de su hijo es masculino (55,2%) y femenino (44,8%) y se realiza la cuestión sobre cuándo fue la última vez que pesó a su hijo (en meses) y dónde lo había hecho (Tabla 1).
Respecto a la primera pregunta: si su hijo tuviese sobrepeso ¿cómo se sentiría al respecto? Se obtuvo que n= 212 se en- contrarían bastantes preocupados y n=110 extremadamente preocupados; asimismo se cuestionó sobre si los niños presentaban obesidad por falta de ejercicio, a lo que los padres mencionaron que estaban en desacuerdo el 36,9% (n= 141) y de acuerdo el 31,2% (n= 119); con respecto a si era por incitación a comer inadecuadamente respondieron en desacuerdo el 37,4% (n= 143). Por otra parte, si era porque sus padres no los obligan a hacer deporte afirmaron estar de acuerdo n=140; con respecto a los cuántos kilos por encima del parámetro normal podría considerarse obeso, manifestaron que entre 6 y 9 Kg (n= 143) y entre 10 y 13 Kg (n= 106) (Tabla 2).
 
 
 
 
 
Se planea el interrogante de qué deben hacer los padres para evitar que sus hijos sean obesos, la alimentación es la res- puesta más recurrente por 256 progenitores, comprando los productos alimentarios en el supermercado [35,1% (n= 134)] y en el mercado [50,8% (n= 194)], es por ello que también se pregunta si se leen con detenimiento los contenidos nutricionales de los alimentos con un sí [35,1% (n= 215)], y refiere que no compran alimentos por impulso [79,1% (n= 302)], distribuyendo tres comidas al día [73,8% (n= 282)]; es por ello que se preguntó cómo de importante es la nutrición en familia, afirmando que ni de acuerdo ni en desacuerdo [39,5% (n= 151)] y de acuerdo (35,9%), refiriendo que los padres están seguros de que podrán cumplir con sus objetivos de control de peso haciendo mención que de acuerdo [47,6 % (n= 182)] y totalmente de acuerdo [40,8% (n= 156)].
 

Discusión

En la investigación existió un predominio del sexo masculino con un 55,2% de datos, que difieren con otra investigación (21), quienes reportan al sexo femenino con mayor porcentaje, 51,3%.
El promover hábitos de alimentación saludable en el niño es una actividad que compete a los padres o cuidador principal, ante esta tarea un estudio demuestra que la madre es quien adopta principalmente este rol, datos que coinciden con esta investigación ya que la mayoría de población (77%) era madre de hijos en edades de 6 a 12 años (22).
Estos resultados pudieran deberse a que los hogares mexicanos siguen siendo encabezados por el sexo femenino (23). En relación con lo que deben hacer los progenitores para evitar que sus hijos sean obesos, el 37,4% refiere que deben alimen- tarlos sanamente, acción que concuerda con las recomendaciones hechas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), quienes hacen énfasis en adoptar patrones de alimentación saludable en familia, puesto que ayudan a mantener en los niños un peso saludable (24).
Otro aspecto importante que resaltar es que los estilos de vida saludables, como la actividad física, son un aspecto impor- tante que se debe cubrir en la población pediátrica para reducir y prevenir la obesidad (25); sin embargo, esto difiere con la percepción que tienen los padres dentro de esta investigación, ya que 141 padres, lo que equivale a 36,9%, refieren no estar de acuerdo con que la obesidad en el niño pueda deberse a la falta de ejercicio y esto pudiera ser porque los padres no se encuentran correctamente informados sobre la importancia de los estilos de vida saludables como factor en la re- ducción de este problema.
Por otro lado, uno de los factores que influye en la preferencia de los alimentos, por parte de los padres, es que el etique- tado nutricional brinde información clara y veraz, esto se evidencia y relaciona en esta investigación en donde los padres en su mayoría consideran leer la etiqueta antes de adquirir el producto. Sin embargo, no se cuenta con el conocimiento suficiente, ni la cultura y sí con la alta oferta de productos alimenticios no saludables en nuestro país, que favorecen la mala nutrición en niños (26).
Los resultados mencionados, evidencian la importancia de educar a los padres y la familia, con información verídica sobre los factores que deben ser prioridad al hablar de elección de alimentos y nutrición correcta de los niños, además es indis- pensable el acompañamiento de la familia, lo que se relaciona con el estudio realizado por Anaya et al. (27).
 
Limitación
La limitación más importante fue la elaboración e inclusión de la literatura científica, siendo el cuestionario sobre las ca- racterísticas sobre percepción del sobrepeso desde la perspectiva de los padres.
 

Conclusión

En la presente investigación se lograron evidencias sobre que la mayoría de los padres se sentirían bastante preocupados si sus hijos tuvieran sobrepeso; sin embargo, un porcentaje elevado de ellos refiere estar en desacuerdo en que el ejercicio no es un determinante para tal situación de salud. Por otro lado, la mayoría de los participantes está completamente de acuerdo en que la nutrición en la familia es importante para evitar problemas de salud como la obesidad.
Ante esta problemática es importante que los padres se encuentren informados sobre aquellos aspectos que contribuyen positiva o negativamente en la salud de su hijo/a, ya que se ha podido evidenciar que muchos de los progenitores dentro de esta investigación consideran algunos aspectos como poco relevantes o importantes para reducir o evitar el sobrepeso entre sus hijos. Los padres consideran estar de acuerdo en confiar en sus habilidades para controlar la cantidad de alimen- tos que ingieren sus hijos.
Por lo anterior, es importante que los profesionales de la salud contribuyan en el desarrollo de intervenciones o estrategias que formen a los progenitores y a los hijos sobre el sobrepeso y la obesidad, estas intervenciones han de estar encaminadas a proporcionar toda la información pertinente a los padres y también a los niños y las niñas sobre lo correcto y lo que no lo está, para mantener una vida saludable en toda la familia. Por ello, se propone que la promoción de estilos de vida saludables son una puerta de entrada para la prevención de sobrepeso y obesidad en la población pediátrica.
 

Conflicto de intereses

Ninguno.
 

Financiación

Ninguna.
 

Bibliografía

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Originales - 3 - Reacciones adversas en pacientes vacunados contra la COVID-19 en Atención Primaria

Cómo citar este artículo:
López Sánchez R, Arjona Pérez I, Cabezas Estrella S, Hernández Robledo R, de las Pozas Abril J. Reacciones adversas en pacientes vacunados contra la COVID-19 en Atención Primaria. RIdEC 2023; 16(1):28-37.
 
Fecha de recepción: 13 de febrero de 2023.
Fecha de aceptación: 26 de abril de 2023.
 

Autores

1 Rocío López Sánchez
1 Irene Arjona Pérez
1 Sergio Cabezas Estrella
1 Raquel Hernández Robledo
2 Julia de las Pozas Abril
 
  1. Grado en enfermería. Centro de Salud Dr. Mendiguchía Carriche. Leganés, Comunidad de Madrid (España).
  2. Máster universitario en cuidados críticos de enfermería. Centro de Salud Dr. Mendiguchía Carriche. Leganés, Comunidad de Madrid (España) 
 
E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
 

Resumen

Objetivo: conocer la frecuencia y el tipo de reacciones adversas producidas en la población vacunada en el entorno comunitario.
Método: estudio cuantitativo observacional prospectivo. Los participantes fueron pacientes vacunados en el Centro de Salud Doctor Mendiguchia Carriche en Leganés (Comunidad de Madrid) durante el periodo de vacunación entre mayo y septiembre de 2021.
En el estudio se examinaron las reacciones adversas autoinformadas en los siete días posteriores a cada dosis de ComirnatyTM- Pfizer®-BioNTech y dosis única de J&J® Janssen.
Se recogieron las reacciones descritas en ficha técnica como más frecuentes, así como reacciones adversas inusuales que los pacientes relacionaron con la vacunación. Se adjuntaron, además, variables sociodemográficas y antecedentes de COVID-19.
Resultados: participaron 821 pacientes. 687 recibieron la primera dosis de Pfizer®, 457 recibieron una segunda dosis y 100 recibieron dosis única de J&J® Janssen. El 88,5% de pacientes vacunados con ComirnatyTM-Pfizer®-BioNTech y el 69,2% de pacientes vacunados con J&J® Janssen presentaron alguna reacción adversa. Las reacciones adversas notificadas por pacientes son mayores tras la segunda dosis de ComirnatyTM-Pfizer®-BioNTech. Existe una relación entre la aparición de reacciones adversas y la edad y el sexo. Se incluyeron los porcentajes de reacciones adversas inusuales que los pacientes relacionaron con la vacunación.
Conclusión: el análisis de los resultados proporciona información importante sobre la frecuencia de reacciones adversas en los distintos grupos de edad, los diferentes tipos de vacunas y entre aquellos con o sin antecedentes de COVID-19. Las reacciones adversas notificadas fueron numerosas, pero no graves.
Palabras clave: evento adverso; vacunación; SARS-CoV-2; COVID-19.
 

Abstract

Adverse reactions in patiens vaccinated against covid-19 in Primary Care
Objective: to understand the frequency and type of adverse reactions developed by the population vaccinated in the community setting.
Method: a prospective observational quantitative study. The participants were those patients vaccinated at the Doctor Mendiguchia Carriche Primary Care Centre in Leganés (Madrid) during the vaccination period between May and September 2021.
The adverse reactions self-reported within the seven days after each dose of ComirnatyTM-Pfizer-BioNTech and the single dose of J&J® Janssen were analysed in the study.
Those reactions described as more frequent in the product specifications were collected, as well as unusual adverse reactions which patients associated with vaccination. Sociodemographic variables and past history of COVID-19 were also attached.
Results: the study included 821 patients; 687 of them received their first Pfizer dose, 457 received a second dose, and 100 received a single dose of J&J® Janssen. 88.5% of patients vaccinated with ComirnatyTM-Pfizer-BioNTech and 69.2% of patients vaccinated with J&J® Janssen presented some adverse reaction. There was a higher number of adverse reactions reported per patient after the second dose of ComirnatyTM-Pfizer-BioNTech. There was a relationship between the development of adverse reactions and age and gender. The percentages of unusual adverse reactions that patients associated with vaccination were also included.
Conclusion: the analysis of results provided important information about the frequency of adverse reactions in the different age groups, the different types of vaccines, and between those with or without a past history of COVID-19 The adverse reactions reported were numerous, but not severe.
Key words: adverse event; vaccination; SARS-CoV-2; COVID-19.
 

Introducción

La situación de pandemia iniciada en 2020, causante del síndrome viral sistémico de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), ha provocado grandes pérdidas sanitarias y económicas a nivel mundial (1).
Al comienzo del estudio, en España se notificaron 3.678.390 casos confirmados de COVID-19 y 79.953 fallecidos. En la Comunidad de Madrid, 716.173 casos confirmados y 15.287 fallecidos por COVID-19 (2).
Uno de los objetivos prioritarios de las autoridades sanitarias fue el desarrollo de vacunas eficaces para prevenir la enfermedad y disminuir la gravedad y mortalidad, además de reducir el impacto de la pandemia sobre el sistema asistencial y la economía (1).
En Europa, la European Medicines Agency (EMA), a finales de mayo, ya había autorizado cuatro vacunas frente a la COVID-19. La vacuna ComirnatyTM-Pfizer®-BioNTech, SpikevaxTM-Moderna, VaxzevriaTM-AstraZeneca y la vacuna de Janssen- Johnson & Johnson®. Para ser autorizadas estas vacunas han debido demostrar niveles adecuados de eficacia y seguridad, si bien presentan diferentes características en cuanto a su logística, eficacia y perfiles de población en las que han sido ensayadas (3).
Según ficha técnica, las reacciones adversas más frecuentes en la vacuna ComirnatyTM-Pfizer®-BioNTech fueron el dolor en el lugar de inyección (> 80%), fatiga o sensación de cansancio (> 60%), cefalea (> 50%), mialgias y escalofríos (> 30%), artralgias (> 20%), fiebre e inflamación en el lugar de inyección (> 10%), siendo mayoritariamente de intensidad leve o moderada y desapareciendo en pocos días tras la vacunación. Estas reacciones son más habituales tras la segunda dosis y su frecuencia disminuye con la edad (4,5).
En la vacuna de Janssen-Johnson & Johnson® las reacciones adversas que aparecen en ficha técnica son: dolor en el lugar de inyección (48,6%), cefalea (38,9%) y fatiga (38,2%), mialgia (33,2%), náuseas (14,2%) y fiebre > 38 ºC (9%). La mayoría de las reacciones adversas se produjo en el plazo de 1-2 días después de la vacunación y fueron de intensidad leve o moderada y de corta duración (6).
El Centro de Salud (CS) Dr. Mendiguchía Carriche se encuentra en el municipio de Leganés de la Comunidad de Madrid, con una zona básica de salud (ZBS) que abarca unos 24.624 pacientes, de los cuales 20.263 son igual o mayores de 18 años.
Durante el año 2021 en el CS se inició la vacunación contra la COVID-19 en el grupo de población mayor de 75 años, las personas inmovilizadas, los grandes dependientes y sus cuidadores. Posteriormente se amplió a los mayores de 18 años según las distintas estrategias de vacunación. Las vacunas administradas en el CS fueron principalmente ComirnatyTM-Pfizer ®-BioNTech y Janssen-Johnson & Johnson®.
El presente estudio se ideó con el propósito de conocer qué reacciones adversas tras la vacunación frente a la COVID-19 eran las más frecuentes en la población de referencia y analizar si su frecuencia podría estar relacionada con alguna característica de los pacientes, ya que no se han encontrado estudios realizados en población española o estaban circunscritos a una población específica.
Al aportar un mayor conocimiento de la frecuencia de aparición de reacciones adversas y su relación con distintas características como edad, sexo o antecedentes de COVID-19 previo a la vacunación, este estudio ayudaría a proporcionar unas recomendaciones específicas con el fin de mejorar los cuidados posvacunación de la población en función de estas características.
El objetivo de este trabajo es conocer la frecuencia y el tipo de reacciones adversas producidas en la población vacunada contra la COVID-19 entre mayo y septiembre del año 2021 en el CS Dr. Mendiguchía Carriche y analizar si existen diferencias según edad, sexo y antecedentes de haber pasado o no la COVID-19.
 

Material y método

Diseño del estudio
Se realizó un estudio observacional, prospectivo y descriptivo
 
Población y muestra
La población a estudio fue aquella mayor de 18 años que hubiera recibido una vacuna contra la COVID-19. Para el tamaño muestral del estudio se realizó un muestreo consecutivo, invitando a participar a los pacientes que acudieron a vacunarse al CS. Finalmente 821 aceptaron participar y firmaron el consentimiento informado.
 
Variables de investigación
En el momento de la vacunación se recogieron las variables de edad y sexo y aquellas relacionadas con la vacuna: tipo, dosis de la vacuna, fecha de vacunación y antecedentes de enfermedad COVID.
Tras la vacunación, las variables recogidas fueron las reacciones adversas incluidas en la ficha técnica (dolor en la zona de punción, astenia, cefalea, artralgias, mialgias, escalofríos, náuseas y/o vómitos, febrícula: 37,5 a 37,9 ºC, fiebre: ≥ 38 ºC, adenopatías, otras: especificar).
 
Recogida de datos
Se entregaron dos cuestionarios: uno en el momento de la vacunación donde se recogen las variables sociodemográficas y otro que se entregó al paciente para el registro de Reacciones Adversas durante las 72 horas siguientes a la vacunación, cuestionario que debía de ser entregado durante los siguientes siete días. Pasada una semana se llevaron a cabo hasta dos llamadas telefónicas a los pacientes que habían sido vacunados y no entregaron dicha encuesta.
Durante el periodo del estudio la vacunación se realizó según la Actualización 8. Estrategia de vacunación COVID-19. Teniendo disponibles en el CS las vacunas de ComirnatyTM-Pfizer®-BioNTech y Janssen-Johnson & Johnson® (7).
 
Análisis de datos
Para el análisis descriptivo se utilizaron: en las variables cualitativas frecuencias absolutas y porcentajes y para las variables cuantitativas fueron usadas mediana y desviación estándar.
La descripción de las reacciones adversas se realizó mediante frecuencias absolutas y porcentajes y se calcularon sus intervalos de confianza al 95% (IC 95%).
Para estudiar la relación entre la comunicación o no de reacciones adversas según edad, sexo, número de dosis recibidas, antecedentes y, en su caso, tiempo de antecedentes previos de COVID, se utilizó x2, test Fisher y test de McNemar. También se calculó el Riesgo Relativo con IC 95% de reacciones adversas, con presencia o no de antecedentes de COVID-19.
 
Aspectos éticos
A cada participante se le asignó un código que no permitía identificar los datos de filiación, de tal forma que en la hoja de recogida de datos solo constó el código asignado. El análisis de los datos fue con los códigos asignados.
El proyecto fue presentado para su valoración a la comisión local de investigación de la DASUR y fue aprobado por el CEIm del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés. Nº CEIm 1309-A(43/21).
 

Resultados

Durante el periodo de mayo a septiembre del año 2021 se realizó la recogida de datos del estudio, con la entrega del cuestionario a los pacientes que acudían al CS a administrarse la vacuna frente a la COVID-19.
La vacuna de Pfizer® se administraba, con pauta de dos dosis, a los pacientes mayores de 18 años que no hubieran pasado la COVID-19 y pacientes mayores de 65 años independientemente de si tenían antecedentes de COVID-19 previo a la vacunación o no. La vacuna de Pfizer® se administraba en dosis única en los pacientes que siendo menores de 65 años habían pasado previamente la enfermedad. La vacunación de Janssen® era dosis única.
Acudieron a vacunarse 821 pacientes, 721 pacientes (87,8%) recibieron la vacuna de Pfizer® (BioNTech) y 100 pacientes (12,2%) recibieron la vacuna de Janssen® (Figura 1).
 
 
Las características de la población de estudio en relación al sexo, grupo de edad y antecedentes de COVID se recogen en la Tabla 1.
En el caso de los pacientes vacunados con la dosis única de Janssen®, 91 pacientes entregaron el cuestionario cumplimentado y de ellos 63 (69,2%) señalaron alguna reacción adversa tras la vacunación (p= 0,00).
De los 451 pacientes que recibieron las dos dosis de Pfizer®, 391 (86,7%) señalaron en el cuestionario una o más reacciones adversas tras la primera dosis y 399 (88,5%) tras recibir la segunda dosis (p= 0,63).
El análisis del tipo de reacción adversa registrada por los pacientes y su frecuencia según tipo de vacuna y dosis recibida se recogen en la Tabla 2.
 
 
 
 
En la Tabla 3 se describe el número absoluto de reacciones adversas notificadas por paciente según dosis y tipo de vacuna administrada. La mediana de reacciones adversas tras la primera dosis de Pfizer® es una (rango 0-7) y de dos reacciones (rango 0-9) tras la segunda dosis. En el caso de la administración de la dosis única de Janssen®, la mediana es de una reacción adversa (rango 0-8).
Se analizó si los pacientes que habían recibido la vacunación completa de Pfizer® presentaban más reacciones adversas tras la segunda dosis con respecto a la primera según el grupo de edad. Se objetivó que el grupo de edad de mayores de 65 años tenía una relación estadísticamente significativa, es decir, que este grupo presentaba mayor número de reacciones en la segunda dosis con respecto a la primera (p= 0,016).
Se realiza un comparativa de las reacciones notificadas en función de diversos datos demográficos, antecedentes de COVID- 19 previos a la vacunación y del tiempo transcurrido desde la infección hasta la vacunación (según el protocolo de vacunación de seis meses o menos), estos datos se representan en los Gráficos 1 y 2.
 
 
 
 
Los participantes en el estudio informaron de otras posibles reacciones a la vacuna distintas de las recogidas en la encuesta. 68 pacientes (9,89%) informaron de algún tipo de reacción inusual en la primera dosis de la vacuna de Pfizer® y 50 pacientes (10,9%) en la segunda dosis, mientras que 11 pacientes (11%) notificaron algún tipo de reacción inusual en la vacunación de Janssen®. Las reacciones más habituales fueron diarrea (27 casos), mareo (24 casos) y somnolencia (16 casos). Otros posibles efectos adversos notificados menos habituales fueron: odinofagia (12 casos), parestesias (7 casos), dolor abdominal (7 casos), alteraciones menstruales (7 casos), insomnio (4 casos), molestias oculares (4 casos), otalgia (4 casos), celulitis en la zona de punción (5 casos) y aparición de hematomas o alteraciones cutáneas (3 casos). 
 

Discusión 

Este estudio no fue diseñado para evaluar la seguridad de estas vacunas, sino que se centró principalmente en informar de la aparición de reacciones adversas reportadas por los pacientes y recogidas en la ficha técnica de cada vacuna, así como indicar reacciones inusuales que refirieron los pacientes y que no estaban especificadas en la ficha técnica.
En los pacientes vacunados con Pfizer® no hay diferencia en la posibilidad de presentar alguna reacción adversa entre la primera y la segunda dosis. Sin embargo, la frecuencia de cada tipo de reacción es mayor con la segunda dosis de Pfizer®.
De los distintos tipos de reacciones que se recogieron en la encuesta, el dolor en la zona de punción es el único que presenta valores similares tras la 1ª y 2ª dosis. En el estudio de Alghamdi et al. (8) y Menni et al. (9) muestran el mismo resultado.
Las reacciones adversas recogidas en el estudio tras haber recibido la segunda dosis de Pfizer® objetivan una mayor incidencia en su aparición. El cansancio aumenta un 20% tras la administración de la 2ª dosis de Pfizer® con respecto a la primera dosis. Mialgias y artralgias aumentan un 15%, así como síntomas menos frecuentes como fiebre > 38 ºC y adenopatías, también evidenciado en los estudios de Menni et al. (9) y Beatty et al. (10).
De los pacientes vacunados con Janssen®, el 69,2% notificó al menos una reacción adversa a la vacuna. El dolor en la zona de punción fue el más frecuente seguido de cansancio, cefalea y mialgias, y posteriormente de artralgias y escalofríos. La fiebre o febrícula, náuseas o vómitos y presencia de adenopatías fueron las menos habituales.
Esto concuerda con el documento del resumen epidemiológico elaborado por el Centro para el Control y la Prevención de enfermedades (CDC) de Estados Unidos sobre la seguridad de la vacuna de Janssen®, donde el 76% de los pacientes presentaba alguna reacción adversa, siendo el dolor en la zona de punción, cansancio y cefalea los síntomas más habituales (11).
En el estudio de Beatty et al. (10) se describen como reacciones adversas más frecuentes tras la dosis única de Janssen®: cansancio, mialgias, cefalea y escalofríos; sin embargo, el dolor en la zona de punción no lo describen como uno de los más importantes.
Con respecto a las variables demográficas, en el sexo femenino se encuentra una mayor frecuencia de notificar alguna reacción adversa tras la administración de la vacuna de Pfizer®, independientemente de la dosis administrada, asociada a diferencias fisiológicas en las respuestas inmunitarias adaptativas u hormonales (12). Existen varios artículos que evidencian este dato con relación al sexo femenino (9,10,13).
En la vacuna de Janssen®, dentro del presente estudio, el 74% de mujeres notificó reacciones adversas frente al 64,4% de hombres, sin que en esta ocasión se presente una relación significativa. Esto podría ser debido a la escasa muestra recogida, ya que en estudios como Kant et al. (13) se aprecia una notoria diferencia entre las reacciones adversas notificadas por hombres y mujeres, donde estas presentan un porcentaje mucho mayor. Otro estudio que ratifica esta tendencia es el Shay et al. (11), donde el 66% de las mujeres refirió reactogenicidad frente al 30,8% de los hombres (11) .
La notificación de reacciones adversas en función de la edad muestra que tras la primera dosis de Pfizer® existe mayor reactogenicidad en la población < 65 años (85,2% - 91,8% notificaron reacciones adversas). Datos similares a los presentados en estudios como Menni et al. (9).
En cuanto a la vacuna de Janssen®, la relación entre la edad y la presencia de reacciones adversas no es significativa, aunque parece que existe una tendencia sujeta al tamaño muestral. Esta tendencia indica una mayor reactogenicidad en la población menor de 60 años, que aparece en otros estudios con una muestra de población más amplia (11-13).
Los resultados indican que los pacientes que habían sufrido la COVID-19, previamente a la inmunización, presentan más reacciones adversas a la primera dosis de Pfizer®, como se muestra en otros estudios (9,13). Se observa un riesgo relativo bajo probablemente debido a la escasa muestra. En otras investigaciones como la de Mathioudakis et al. (15) este riesgo aumenta un 8%.
Se asocia una mayor reactogenicidad en los pacientes con antecedentes de COVID, los cuales desarrollan una respuesta inmunitaria rápida con títulos de anticuerpos más altos después de la primera dosis de vacunación en comparación con aquellos sin una infección previa por COVID-19 (9,16). Por el contrario, los pacientes con antecedentes de COVID-19 no presentan más riesgo de sufrir reacciones adversas tras la segunda dosis. No obstante, existe gran controversia sobre estos casos (13,16).
Tras la vacuna de Janssen® no se observa una mayor reactogenicidad en aquellos pacientes con antecedentes de COVID-19 (12).
Los antecedentes de COVID-19 con más o menos de seis meses de antigüedad respecto a la vacunación no presentan relación con la aparición de reacciones adversas como también se observa en el estudio de Menni et al. (9).
En la encuesta a los pacientes se incluyó un apartado que recoge reacciones inusuales fuera de ficha técnica que pudieran estar relacionadas con la vacuna. La diarrea fue el síntoma más habitual junto con la sensación de mareo y la somnolencia.
Esto coincide con algunos estudios, donde también se referencian estos síntomas como reacciones inusuales (8,17).
Un porcentaje pequeño de pacientes notificó alteraciones menstruales tras la vacunación, este hecho también se aprecia en el estudio de Alghamdi et al. (8).
Aparecieron varias limitaciones, se destaca el continuo cambio de estrategias de vacunación con la consiguiente variación en la indicación de una u otra vacuna, lo que ocasionó una escasa muestra en los pacientes con antecedentes COVID-19 vacunados con la 2ª dosis de Pfizer®.
 

Conclusiones 

El presente estudio aporta información novedosa con relación a la aparición de reacciones adversas en la vacunación frente a la COVID-19. Estas reacciones adversas no fueron en ningún momento graves y concuerdan con las frecuencias descritas en las fichas técnicas. Fueron más habituales en mujeres que en hombres y la edad influye en la aparición de dichas reacciones, al igual que la existencia o no de antecedentes de COVID-19.
Estos datos sirven de información para los pacientes sobre las posibilidades de presentar reacciones adversar en función de la edad, el sexo y el tipo de vacuna administrada, y ayudarían a proporcionar unas recomendaciones específicas con el fin de mejorar los cuidados posvacunación de la población en función de tipo de vacuna administrada, edad y sexo.
Este trabajo, además, abre numerosas líneas de investigación para acciones futuras, como por ejemplo la presencia de más o menos reacciones adversas en las próximas dosis de recuerdo de las diferentes vacunas en función de edad, antecedentes de COVID-19, etc., así como el estudio del resto de reacciones adversas no registradas en ficha técnica, como por ejemplo las alteraciones menstruales.
 

Conflicto de intereses 

Ninguno.
 

Financiación 

Ninguna.
 

Bibliografía

1. Meo SA, Bukhari IA, Akram J, Meo AS, Klonoff DC. COVID-19 vaccines: comparison of biological, pharmacological characteristics and adverse effects of Pfizer®/BioNTech and Moderna Vaccines. Eur Rev Med Pharmacol Sci. 2021; 25(3):1663-9.
2. Gobierno de España. Actualización nº 386. Enfermedad por el coronavirus (COVID-19). Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias [internet] [citado 8 may 2023]. Disponible en: https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/sanidad14/Documents/2021/310521-%20Actualizacion_386_COVID-19.pdf
3. Gobierno de España. Grupo de Trabajo Técnico de Vacunación COVID-19 de la Ponencia de Programa y Registro de Vacunaciones. Estrategia de Vacunación frente a COVID-19 en España, Actualización 5. Consejo Interterritorial del SNS [internet]. Madrid: Ministerio de Sanidad; 2021. [citado 8 may 2023]. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/covid19/Actualizaciones_Estrategia_Vacunacion/docs/COVID-19_Actualizacion5_EstrategiaVacunacion.pdf
4. Comirnaty por BioNTech/Pfizer® [internet]. Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. 2021 [citado 8 may 2023]. Disponible en: https://www.aemps.gob.es/la-aemps/ultima-informacion-de-la-aemps-acerca-del-covid%E2%80%9119/vacunas-contra-la-covid%E2%80%9119/comirnaty/.
5. Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría. La Unión Europea autoriza la primera vacuna de la COVID: Comirnaty. Vacunas AEP [internet]. [citado 8 may 2023] Disponible en: https://vacunasaep.org/profesionales/noticias/la-union-europea-autoriza-la-primera-vacuna-de-la-covid-comirnaty
6. Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Ficha técnica o resumen de las características del producto JCOVDEN (Janssen-Johnson & Johnson). CIMA [internet] [citado 8 may 2023]. Disponible en: https://cima.aemps.es/cima/pdfs/ft/1201525001/FT_1201525001.pdf
7. Gobierno de España. Estrategia de vacunación frente a COVID-19 en España: actualización 8 [internet]. Madrid: Ministerio de Sanidad; 2021 [citado 8 may 2023]. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/covid19/Actualizaciones_Estrategia_Vacunacion/docs/COVID-19_Actualizacion8_EstrategiaVacunacion.pdf
8. Alghamdi AN, Alotaibi MI, Alqahtani AS, Al Aboud D, Abdel-Moneim AS. BNT162b2 and ChAdOx1 SARS-CoV-2 post-vaccination side-effects among Saudi vaccinees. Front Med (Lausanne) 2021; 8:760047. Doi: http://dx.doi.org/10.3389/fmed.2021.760047
9. Menni C, Klaser K, May A, Polidori L, Capdevila J, Louca P, et al. Vaccine side-effects and SARS-CoV-2 infection after vaccination in users of the COVID Symptom Study app in the UK: a prospective observational study. Lancet Infect Dis 2021; 21(7):939-49. Doi: http://dx.doi.org/10.1016/S1473-3099(21)00224-3
10. Beatty AL, Peyser ND, Butcher XE, Cocohoba JM, Lin F, Olgin JE, et al. Analysis of COVID-19 vaccine type and adverse effects following vaccination. JAMA Netw Open 2021; 4(12):e2140364. Doi: http://dx.doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2021.40364
11. Shay DK, Gee J, Su JR, Myers TR, Márquez P, Liu R, et al. Safety monitoring of the Janssen® (Johnson & Johnson) COVID-19 vaccine - United States, march-April 2021. MMWR Morb Mortal Wkly Rep 2021; 70(18):680-4.
12. Sadoff J, Gray G, Vandebosch A, Cárdenas V, Shukarev G, Grinsztejn B, et al. Safety and efficacy of single-dose Ad26.COV2. S vaccine against Covid-19. N Engl J Med 2021; 384(23):2187-201.
13. Kant A, Jansen J, van Balveren L, van Hunsel F. Description of frequencies of reported adverse events following immunization among four different COVID-19 vaccine brands. Drug Saf 2022; 45(4):319-31.
14. Klein SL, Marriott I, Fish EN. Sex-based differences in immune function and responses to vaccination. Trans R Soc Trop Med Hyg 2015; 109(1):9-15.
15. Mathioudakis AG, Ghrew M, Ustianowski A, Ahmad S, Borrow R, Papavasileiou LP, et al. Self-reported real-world safety and reactogenicity of COVID-19 vaccines: A vaccine recipient survey. Life (Basel) 2021; 11(3):249. Doi: https://doi.org/10.3390/life11030249
16. Krammer F, Srivastava K, Alshammary H, Amoako AA, Awawda MH, et al. Antibody Responses in Seropositive Persons after a Single Dose of SARS-CoV-2 mRNA Vaccine. N. Engl. J. Med. 2021; 384(14):1372-4. Doi: https://doi.org/10.1056/NEJMc2101667
 

Originales - 4 - Riesgo cardiovascular en adultos con diabetes tipo 2 de un centro de Atención Primaria de México

Cómo citar este artículo:
Yam Sosa AV, Chimal Pool CI, Chávez Osorio AA, Candila Celis JA, Medina Fernández J. Riesgo cardiovascular en adultos con diabetes tipo 2 de un centro de Atención Primaria en México. RIdEC 2023; 16(1):39-46.
 
Fecha de recepción: 3 de marzo de 2023.
Fecha de aceptación: 9 de mayo de 2023.
 

Autores

1 Antonio Vicente Yam Sosa
2 Cristian Israel Chimal Pool
3 Adelaida Alejandra Chávez Osorio
4 Julia Alejandra Candila Celis
5 Josue Medina Fernández
 
  1. Doctor en Ciencias de Enfermería. Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Yucatán. México.
  2. Licenciado en Enfermería. Servicios de Salud de Yucatán. Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán (HRAEPY). México.
  3. Licenciada en Enfermería. Servicios de Salud de Yucatán. Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán (HRAEPY). México.
  4. Doctora en Ciencias de la Educación. Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Yucatán. México.
  5. Maestro en Enfermería. División Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo. México.
 
E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
 

Resumen 

Objetivo: calcular el riesgo cardio vascular (RCV) en adultos que viven con diabetes tipo 2 (DT2) de un centro de Atención Primaria de Tizimín (Yucatán, México).
Método: estudio descriptivo, transversal, retrospectivo. Los datos se obtuvieron de fuentes secundarias (tarjetas de registro) de los usuarios que acuden a seguimiento y control de su diabetes a un centro de salud de Atención Primaria. Se realizó el cálculo del RCV mediante el calculador con los criterios de las tablas de predicción de RCV de la Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS), que permite estimar el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular (ECV) a 10 años en la población mayor de 40 años. Los resultados se presentan mediante estadística descriptiva y se utilizó el SPSS statistics versión 25.
Resultado: se analizaron 300 tarjetas de registro, el 75,6% (227) es de sexo femenino y el 24,4% (73), masculino; edad entre 40 y 75 años; el 58% (174) tiene sobrepeso u obesidad; el 68% (204) presenta hemoglobina glucosilada en descontrol (≥ 7%) y el 34% (102) tiene colesterol en descontrol (≥ 200 mg/dL). El RCV predominó el moderado con un 46% (138), seguido de alto con un 30% (90) y bajo con un 24% (72).
Conclusiones: el RCV de los adultos con DT2 del centro de Atención Primaria de Tizimín es moderado, alto y bajo en ese orden.
El calculador es de utilidad en Atención Primaria para estratificar el RCV en las personas con DT2.
Palabras clave: diabetes mellitus tipo 2; factores de riesgo; medición de riesgo; enfermedades cardiovasculares; prevención primaria.
 

Abstract

Cardiovascular risk in adults with Type 2 diabetes from a Primary Care Centre in Mexico
Objective: to calculate the cardiovascular risk (CVR) in adults living with Type 2 diabetes (T2D) from a Primary Care centre in Tizimín (Yucatán, Mexico).
Method: a retrospective, cross-sectional, descriptive study. Data were retrieved from secondary sources (registration cards) from users who attend a Primary Care centre for follow-up and control of their diabetes. Their CVR was calculated through calculator with the criteria from the CVR prediction tables by the World Health Organization / Pan American Health Organization (WHO/PAHO), which allows estimating the risk of developing cardiovascular disease (CVD) at 10 years in the >40-year-old population. Results were presented through descriptive statistics, using SPSS statistics version 25.
Results: the analysis included 300 registration cards; 75.6% (227) of patients were female and 24.4% (73) were male; between 40 and 75 years of age, 58% (174) with overweight or obesity; 68% (204) presented uncontrolled glycosylated haemoglobin (≥ 7%) and 34% (102) had uncontrolled cholesterol (≥ 200 mg/dL). There was a prevalence of Moderate CVR, with 46% (138), followed by High with 30% (90) and Low with 24% (72).
Conclusions: the CVR of adults with T2D from the Primary Care Centre at Tizimín was Moderate, High and Low, in that order.
The calculator is useful in Primary Care in order to stratify CVR in persons with T2D.
Key words: type 2 Diabetes Mellitus; risk factors; risk measurement; cardiovascular diseases; primary prevention.
 

Introducción

Actualmente se sabe que las personas que viven con diabetes mellitus tipo 2 (DT2) tienen más probabilidades de sufrir enfermedad cardiovascular (ECV) y muerte cardiovascular (CV). El 75% de todas las muertes entre personas con DT2 son causadas por ECV. La mortalidad CV es mayor en personas con DT2, tres de cada cuatro (75%) mueren debido a una ECV, estas cifras son más elevadas en comparación con las personas sin diabetes. Además, la mortalidad CV es casi un 200% mayor entre las personas con DT2 cuando se compara con personas que viven sin la enfermedad (1).
Las complicaciones crónicas de la diabetes se dividen en microvasculares y macrovasculares. Las complicaciones microvasculares incluyen la neuropatía, nefropatía y retinopatía; y las complicaciones macrovasculares incluyen enfermedad cardiovascular (ECV), accidente cerebrovascular y enfermedad arterial periférica (EAP) (2).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que las ECV son un grupo de trastornos del corazón y los vasos sanguíneos entre los que se incluyen: la cardiopatía coronaria, que es una enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan el músculo cardiaco; la enfermedad cerebrovascular, que es una patología de los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro; la enfermedad arterial periférica, que es una enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan los brazos y las piernas; y la trombosis venosa profunda y embolia pulmonar, que son coágulos de sangre en las venas de las piernas, que pueden desprenderse y moverse hacia el corazón y los pulmones (3).
La patología CV inicia en la persona con DT2 debido a que la enfermedad es progresiva, además las complicaciones, tanto micro como macrovasculares, en algunas personas, comienzan antes de ser diagnosticadas con diabetes. Por tanto, el proceso inflamatorio que esta situación genera es continuo y variado en velocidad en cada persona y que finalmente termina en aterotrombosis, la inestabilidad de la placa y un aumento de pacientes para presentar eventos de ECV con trombosis, entre otros. Las complicaciones macrovasculares afectan a múltiples órganos y pueden ocurrir de forma temprana durante el transcurso de la enfermedad de DT2. Es así como en la arteriopatía coronaria, más del 25% de las personas con DT2 son asintomáticas y presentan hallazgos de alteraciones coronarias cuando se les realiza el cribado (4).
Además, la insuficiencia cardiaca (IC) representa una tasa de hospitalización de dos a cuatro veces mayor en personas con DT2 en comparación con aquellos sin diabetes (5); la EAP aumenta de dos a cuatro veces con la DT2 (6) y el accidente cerebrovascular representa un riesgo dos veces mayor entre los primeros cinco años posteriores al diagnóstico de DT2 en comparación con la población general (7). Por consiguiente, las personas que viven con DT2 tienen un alto riesgo de sufrir ECV (8).
Algunos estudios señalan que la terapia intensiva multifactorial en personas con DT2 disminuye la aparición de CV (9) y que la reducción de niveles de glucosa en sangre baja la mortalidad sustancial y el RCV respecto a complicaciones microvasculaes (10). Un factor relevante en este proceso es la inercia clínica que está asociada con un aumento significativo del riesgo y muerte cardiovascular. La inercia clínica es la incapacidad para establecer objetivos apropiados y escalar el tratamiento para lograr los objetivos clínicos de la persona (11,12), se basa en los valores de la HbA1c obtenidos cada tres meses, lo que determina si la persona necesita intensificación en el tratamiento (13); por tanto, es un contribuyente importante al exceso de eventos cardiovasculares en las personas con DT2. Por lo tanto, es fundamental una gestión estricta del riesgo CV en personas con DT2.
Por otra parte, el alto costo de la diabetes mellitus en México trae consecuencias para el país. Un estudio demuestra que en el 2017 la diabetes representó el 16% del gasto total en salud. Los costos sociales atribuibles a la diabetes en el país se estimaron en 8,9 mil millones USD, correspondiente a 739 dólares por persona al año. El mayor impacto está en los costos del manejo de la nefropatía, seguido de mayor a menor impacto por la retinopatía, enfermedad cardiovascular, neuropatía y finalmente por la enfermedad vascular periférica (14).
Un estudio prospectivo, realizado en la Ciudad de México entre 1998-2004 y 2015-2019, analizó los cambios que se han dado en los últimos 20 años en la prevalencia, el diagnóstico, el tratamiento y el control de la diabetes. Llegó a la conclusión de que una de las principales causas de muerte prematura de adultos en México es la diabetes en descontrol (15).
También señala que en promedio las personas con diabetes en la ciudad de México tenían una tasa de mortalidad cuatro veces más alta que aquellas sin diabetes, en comparación con países de ingresos elevados, en donde la tasa de mortalidad es solo dos veces más alta en personas con diabetes. Una probable explicación de esta situación es que el control de la diabetes en México no es tan bueno como en otros países (15).
Para la prevención y el tratamiento tanto de la ECV como de la insuficiencia cardíaca, los factores de riesgo cardiovascular deben evaluarse sistemáticamente al menos una vez al año en todas las personas con diabetes. Los factores de riesgo incluyen la duración de la diabetes, la obesidad/sobrepeso, la hipertensión, la dislipidemia, el tabaquismo, los antecedentes familiares de enfermedad coronaria prematura, la enfermedad renal crónica y la presencia de albuminuria (16).
La American Diabetes Association (ADA), en su edición del 2022 y 2023, establece de forma clara y gráfica, la relevancia de la atención individual de los factores de riesgo cardiovasculares en la atención de las personas que viven con diabetes, situación ya conocida, pero que no había sido plasmada con tanta fuerza como hasta ahora (17). Se recomienda el uso de un calculador para estratificar el riesgo cardiovascular en la persona con DT2. Aunque se reconoce a la diabetes como un factor de riesgo, ya que la diabetes en sí misma confiere un mayor riesgo de CV, es importante elegir un calculador que considere la duración de la diabetes o la presencia de complicaciones de la misma, como la albuminuria. Aunque existe cierta variabilidad en la calibración en varios subgrupos, incluso por sexo, raza y diabetes, la predicción general del riesgo no difiere en aquellos con o sin diabetes, lo que valida el uso de calculadoras de riesgo en personas con diabetes. El riesgo de 10 años de un primer ECV ha de evaluarse para estratificar mejor el riesgo CV y ayudar a guiar la terapia y automanejo de la enfermedad (17).
Por lo antes descrito, es necesario realizar una identificación de las personas con DT2 que están en RCV. El objetivo del estudio es calcular el RCV en adultos que viven con DT2 de un Centro de Atención Primaria de Tizimín (Yucatán, México).
 

Método

Estudio aplicado con alcance descriptivo que muestra la situación de riesgo en que se encuentra las personas con DT2 del CAP, la información se obtuvo de fuentes secundarias, en una sola medición. El universo estuvo conformado por 347 tarjeteros de los usuarios registrados en el programa de enfermedades crónicas no transmisibles que acuden para seguimiento y control de la DT2 en el centro de salud urbano de la ciudad de Tizimín, Yucatán.
Los criterios de inclusión fueron todos los casos de DT2 registrados en los tarjeteros de control de enfermedades crónicas en el año 2021, cualquier comorbilidad asociada a la diabetes, y que se tenga el registro de datos de las personas (edad, sexo), antropométricos (PA, IMC) y clínicos (glicemia, triglicéridos, colesterol); se excluyeron del estudio aquellos usuarios que tuvieron registrados antecedentes de eventos coronarios previos y ECV, daño renal y diagnóstico de DT1. Los valores de la variables antropométricas y clínicas consideradas para el estudio fueron las registradas en los tarjeteros en los últimos seis meses previos al estudio. El criterio que se utilizó para valorar los parámetros antropométricos y clínicos fueron los que señala la Norma Oficial Mexicana (NOM) 015-SSA2-2018 para la prevención, la detección, el diagnóstico, el tratamiento y el control de la diabetes mellitus en México.
Al hacer el análisis del contenido de los tarjeteros se eliminaron 47 por no cumplir con los criterios de inclusión para el estudio.
El procedimiento de recolección de la información consistió en revisar en los tarjeteros de cada usuario si las variables de estudio estaban registradas en los últimos seis meses previos al estudio. Para calcular el RCV se utilizó la calculadora de la Organización Panamericana de Salud (OPS) para estimar el riesgo de sufrir un evento cardiovascular. Inicialmente para calcular el riesgo individual se introdujeron seis parámetros: edad, sexo, presión arterial, colesterol, tabaquismo y tratamiento para la presión arterial alta, y seleccionando la opción “Calcular” se obtiene una estimación aproximada del riesgo de desarrollar ECV relevante, tales como infarto de miocardio, angina de pecho, accidente cerebrovascular a 10 años.
Cabe aclarar que el calculador es más preciso si se conoce el nivel de colesterol en sangre, pero mantiene la opción de no considerarlo si ese dato no está disponible. La calculadora combina estos factores para estimar el riesgo de sufrir un evento cardiovascular. El resultado de riesgo se clasifica en cinco categorías y colores: bajo < 5% (verde), moderado 5% a < 10% (amarillo), alto 10% a < 20% (naranja), muy alto 20% a < 30% (rojo) y crítico ≥ 30% (rojo vino). Este puntaje de riesgo surge de una adaptación a algunas particularidades en América Latina, sobre la base del estudio de Framingham.
El análisis estadístico se realizó por medio de Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) statistics en su versión 25, y los resultados se presentan por medio de frecuencias y porcentajes, y medidas de tendencia central para las variables numéricas de razón. El estudio contó con la aprobación del Comité de Ética e investigación de la Facultad de Enfermería de Universidad Autónoma de Yucatán con número de registro 23/19.
 

Resultados

El mayor porcentaje de usuarios registrados en los tarjeteros de atención a crónicos está dado por mujeres, en general la edad oscila entre 40 a 75 años con una media de 58,03 años.
En la Tabla 1 se observan los valores de las variables antropométricas y clínicas de los usuarios del CAP.
Haciendo un análisis descriptivo de estas variables, el promedio del IMC fue de 30 cm y una desviación estándar (DE) de 8,13, para la PAS= 131,50 (DE= 17,20), PAD= 79,59 (DE= 11,43), colesterol en 210 mg/dl (DE= 34,17), triglicéridos 185,25 mg/dl (DE= 6,48) y HbA1c= 9,15%, (DE= 2,08). Los valores muestran que los datos se encuentran fuera de las metas para el control de la diabetes, según la Norma Oficial Mexicana para el tratamiento y control de la diabetes.
En la Tabla 2 se observa las categorías que se obtuvieron al calcular el RCV en los casos analizados, donde prevaleció el riesgo moderado con 46% (138) seguido del alto con 30% (90). No se identificaron casos con el rango muy alto y crítico.
 
 
 

Discusión

Una de las evidencias que se encontraron en el estudio está relacionada con el porcentaje entre hombres y mujeres que asisten al CAP, donde se observa un mayor porcentaje de mujeres inscritas a control de su enfermedad. Esta situación coincide con lo que reporta el SIC en el 2023 a nivel nacional, donde el 70% es mujer. Sin embargo, la demanda en salud va a depender de factores como la edad, la localidad de procedencia y el origen de la solicitud de asistencia en Atención Primaria (19). La OMS señala que las actitudes hacia la atención de la salud difieren. Cuando los hombres y las mujeres se enfrentan a la misma enfermedad, los hombres suelen acudir en menor medida a los servicios de atención de la salud que las mujeres (20).
Otro hallazgo fue el grupo de edad en que prevaleció la DT2, entre 50 y 69 años, los reportes a nivel internacional consideran la edad de 20 a 79 años, a nivel nacional se reporta una prevalencia a partir de ≥ 40 años (21). Estudios señalan que la incidencia de la diabetes se incrementa de manera exponencial conforme aumenta la edad de la persona, observándose una mayor incidencia a partir de la quinta o sexta década de la vida (22); por consiguiente, a mayor edad mayor RCV.
La evidencia señala que la diabetes es un equivalente de riesgo de ECV en mujeres, personas de raza blanca y personas más jóvenes, con triglicéridos más altos, niveles bajos de la proteína C-reactiva (hsCRP) o función renal reducida, lo que pone de manifiesto la necesidad de identificar de manera oportuna a las mujeres en riesgo para un cuidado individualizado de su enfermedad con el fin de alcanzar metas objetivos HbA1c (< 7%) (21,22).
Otro de los datos relevantes que se encontraron en el estudio es el relacionado con la distribución por control de la enfermedad con base en la HbA1c. Del total de usuarios con medición de HbA1c, el 32% tiene < 7%, es decir, se encuentran en control, en comparación con el 68% que tiene ≥ 7% en descontrol, y de estos el 33,9% tienen un HbA1c entre 7-9% y el 34,1% con HbA1c > 9%. Conviene recalcar que la HbA1c es la variable relacionada con la aparición de RCV en este grupo de personas (22).
Como ya se señaló, la diabetes representa un riesgo de ECV en las personas que la tienen diagnosticada. Existe evidencia suficiente para afirmar que los predictores de este riesgo son los niveles elevados de HbA1c, la duración prolongada de la diabetes y el uso de medicamentos para la diabetes (21).
Aunado a lo anterior y evidenciado por estudios observacionales y análisis de ensayos clínicos se reporta que la variabilidad de la glicemia en personas con DT2 se correlaciona con un mayor riesgo de ECV y/o mortalidad por todas las causas (23).
Otro de los datos relevantes que se observaron está en relación con los valores de triglicéridos y colesterol, ya que el 56,8% de los usuarios tiene valores de triglicéridos fuera del rango recomendado y el 36,7% tiene el colesterol fuera del rango recomendado según la NOM-015 (21).
Dada la carga clínica que tienen las complicaciones de las ECV en las personas con DT2, es prioritario dar un mayor enfoque en el manejo conjunto de la enfermedad y las ECV. Esto se debe traducir en un buen control glucémico, siendo la base principal para controlar la DT2. Por lo tanto, el enfoque que ha mostrado ser más eficaz en la prevención de las complicaciones macrovasculares es la reducción de los factores de riesgo multifactoriales (control glucémico, abandono del hábito de fumar, dieta saludable, ejercicio físico, control agresivo de la presión arterial y tratamiento de la dislipidemia) (16,23).
Se han hecho muchas mejoras, pero hay más por hacer ahora y en el futuro, y una de estas es estratificar el RCV en las personas que viven con DT2 con el fin de dar un cuidado, tratamiento y seguimiento individualizado a cada persona. Un diagnóstico a tiempo del RCV es crucial en la vida de las personas, una diabetes fuera de la meta de control genera gastos, tiempo y esfuerzo por parte de la persona con diabetes, su familia e instituciones médicas. La evidencia señala que el tratamiento farmacológico adecuado es insuficiente, es relevante la educación en diabetes, lo cual cambia significativamente la vida de las personas y su familia. En particular, desarrollar habilidades en las personas para que tengan las herramientas necesarias y participen de manera activa en la reducción de sus factores de riesgo para los desenlaces cardiovasculares por cualquier causa de muerte, bien sea IAM, EVC y falla cardiaca (18).
En cuanto a la estratificación del RCV se observó que el mayor porcentaje se presentó en el moderado, seguido de alto (30%) y bajo (24%), es importante conocer quiénes de los usuarios tienen riesgo para una atención personalizada como señala la ADA (16).
Se espera que con los resultados del estudio las acciones que se tomen en el centro de Atención Primaria con las personas identificadas con algún tipo de riesgo CV puedan facilitar herramientas que ayuden a desarrollar habilidades personales y de sus cuidadores para: 1) el control personalizado de la glucemia y por consiguiente limitar algunas de las complicaciones de la diabetes, 2) familiarizar y sensibilizar sobre la importancia de la relación entre la dosis-respuesta de los niveles de HbA1c y el riesgo de complicaciones y, finalmente, 3) mantener por un máximo de tiempo el objetivo de tratamiento de < 7,0% (< 53 mmol/mol) HbA1c, que sea realista y apropiado a sus condiciones y circunstancias de vida (18).
En cuanto al calculador es un instrumento robusto que ayuda a evaluar el RCV y mejorar el cuidado de las personas con DT2 en Atención Primaria (24) porque toma todos los conocimientos de los profesionales de salud y los pone a nivel de un conocimiento generalizado, por lo que puede ayudar en muchos lugares, como el CAP de Tizimín. Al analizar la practicidad del calculador utilizado para la realización de este estudio, ha demostrado ser una herramienta que puede ayudar a los profesionales de salud a calcular de forma rápida el RCV en personas con DT2 en el ámbito comunitario.
Cabe mencionar que bajo ningún concepto esta calculadora está pensada como un reemplazo a la consulta con el profesional de salud o al juicio clínico, por lo que como parte de las desventajas que pueden ser contraproducentes en el diagnóstico correcto del RCV, es que la persona con DT2 pueden tomar dicha aplicación como una guía a la automedicación que puede resultar peligrosa.
Una limitación del estudio es que los datos se obtuvieron de fuentes secundaria lo que aumenta el sesgo de los resultados, por lo que dichos resultados pueden ser cuestionados para su generalización. De igual manera, el calculador que se utilizará para llevar a cabo la estratificación del RCV no es específico para las personas con DT2; sin embargo, es la herramienta empleada para población latina para estratificar el RCV actualmente.
Dentro de las limitaciones del trabajo están, asimismo, la falta de información confiable que se obtuvo de las variables clínicas que reflejan las condiciones metabólicas de las personas con DT2, incluido datos de clase funcional, por ejemplo, microalbuminuria, perfil de lípidos, niveles de glucosa y HbA1c. En segundo lugar, no se obtuvo información sobre la presencia de otras complicaciones microvasculares y macrovasculares que sirven para resaltar la progresión y gravedad del RCV de la enfermedad en los usuarios con DT2.
Finalmente se sugiere realizar investigaciones que incluyan factores de riesgo en personas con DT2 que no están contemplados en el calculador, como los antecedentes familiares de infarto o muerte CV de padres a edades menores de 60 años; IMC; HbA1c, HDL y TGC. Con estos datos, y previo análisis estadístico, se podría predecir, si la persona tiene una de estas variables, cómo aumenta el porcentaje de riesgo sobre lo que dice el calculador, y de este modo aplicar un enfoque personalizado en el cuidado de su diabetes (24).
 

Conclusiones

Con base en los resultados del estudio es posible concluir que el RCV en adultos con DT2 del centro de Atención Primaria de Tizimín Yucatán, predominó el RCV bajo, seguido de moderado y alto en ese orden. El sobrepeso y el descontrol de la enfermedad son factores de riesgo modificables que más se asocian con el RCV en las personas con DT2 de Tizimín Yucatán.
Finalmente, la calculadora en línea propuesta por la OMS es de utilidad en Atención Primaria.
 

Conflicto de intereses

Ninguno.
 

Financiación

Ninguna.
 

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