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Cartas a la dirección

Consideraciones sobre el cierre de parques infantiles para frenar la transmisión de la COVID-19

 
Dra. Azucena Santillán-García
PhD. MSc Nurs. RN. Hospital Universitario de Burgos, España
 
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Fecha de recepción: 10 de octubre de 2020.
Aceptada su publicación: 28 de octubre de 2020.
 
 
 
Estimado editor:
Desde el inicio de la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia del SARS-CoV-2, diversas han sido las medidas adoptadas para frenar su transmisión. En un primer momento la comunidad científica no tenía datos suficientes como para dar respuesta a algunas de las múltiples cuestiones cuya resolución urgía. Pero hemos avanzado en el conocimiento sobre la COVID-19 y entre los aspectos más investigados está la transmisión del coronavirus. Gracias a los resultados de las últimas investigaciones sabemos que la principal vía de transmisión es por el aire, a través de gotas y aerosoles (1).
Por tanto, los datos y el conocimiento con el que contamos meses después de iniciarse la crisis son diferentes a los que sustentaban la toma de decisiones en el inicio, con lo que el abordaje de las medidas para disminuir los contagios en oleadas consiguientes debería ser diferente.
Una de las medidas que se adoptó en marzo fue el cierre de los parques infantiles. Esta medida se fue eliminando paulatinamente durante la desescalada, aunque de manera heterogénea, llegando incluso a mantenerse en algunas zonas. Tras el verano y con los rebrotes, la situación epidemiológica ha vuelto a precisar medidas de contención, y de nuevo una de las decisiones adoptadas ha sido el cierre de parques infantiles. Este cierre se ha producido de manera desigual en el territorio español, y es difícil precisar el porcentaje de zonas afectadas, aunque a tenor de lo comentado en medios de comunicación y redes sociales (tal y como muestra por ejemplo el hashtag #QueCorraElAire) parece que se ha aplicado de manera extensiva por parte de las autoridades locales.
Esta medida pudo estar justificada en marzo, pero tras meses de investigación y ampliación del conocimiento científico deja de estarlo, ya que ha quedado demostrado que el contagio a través de fómites en circunstancias normales es bastante menor del que inicialmente se pensaba (2). Esto unido a que hay indicios para pensar que la luz solar inactiva al virus (3), teje un argumentario a favor de mantener los parques infantiles abiertos.
De hecho, lo lógico sería fomentar las actividades al aire libre dado que en espacios cerrados hay más riesgo de transmisión que en espacios abiertos (4).
Por tanto, que los niños utilicen los parques públicos no parece ser potencialmente más peligroso (en términos de contención de la propagación vírica) que el que los adultos utilicen terrazas u otros espacios de ocio, o que las familias acudan a parques de atracciones. Si lo que se pretende es reducir la interacción social de los padres, habría que acompañar esta de otras medidas orientadas al ocio, y en cualquier caso no se debe obviar que mantener la distancia de seguridad y el correcto uso de la mascarilla siguen siendo medidas necesarias (5).
La resolución de 30 de septiembre de 2020 de la Secretaría de Estado de Sanidad, en la que se publica el acuerdo del Consejo Interterritorial sobre las actuaciones coordinadas para responder a la transmisión del SARS-CoV-2, no incluye el cierre de parques infantiles en las ciudades españolas de más de 100.000 habitantes en las que concurran las condiciones de alta incidencia marcadas por Sanidad, aunque esta medida aparecía en el borrador de dicho documento. Pese a todo, el cierre de parques infantiles es una realidad injustificada en cientos de localidades.
En toda decisión debe haber una medición de costes y beneficios. En este caso el beneficio (la contención de la transmisión) es bajo y el coste elevado si tenemos en cuenta que se priva a los niños de un elemento esencial para su desarrollo físico, afectivo y social (6). Es necesario que las medidas de salud pública se hagan teniendo en cuenta tanto la evidencia científica como la situación epidemiológica para eludir consecuencias negativas evitables.
Los decisores tienen que comprender que cuando se aplican medidas de estas características deben ir acompañadas de argumentos que justifiquen su aplicación, en caso contrario la confianza de la población en las autoridades sanitarias disminuye y esto puede conducir al incumplimiento de otras medidas que sí están justificadas.
 
 
Bibliografía 
 
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Artículo Especial - Declaración de posicionamiento sobre el uso del metotrexato parenteral por parte de enfermeras de Atención Primaria

 

 

 

CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO:
De la Torre-Aboki J, Martínez Alberola N, Martínez Alcolea MN, Barranco Oliver L, Sivera F, Andreu JL. Declaración de posicionamiento sobre el uso del metotrexato parenteral por parte de enfermeras de Atención Primaria. RIdEC 2020; 13(2):16-23.
 
Fecha de recepción: 1 de junio de 2020.
Aceptada su publicación: 7 de octubre de 2020.
 

Autores

 
1 Jenny de la Torre-Aboki 
2 Nieves Martínez Alberola 
3 María Nieves Martínez Alcolea 
4 Laura Barranco Oliver 
5 Francisca Sivera 
6 José Luis Andreu
 
 
  1. Doctora en Enfermería. Enfermera especialista en Reumatología. Hospital de Día. Hospital General Universitario de Alicante.
  2. Enfermera. Responsable Consulta enfermera de Reumatología Hospital General Universitario de Elda. Alicante.
  3. Coordinadora de Enfermería. Centro de Salud Benalúa. Alicante.
  4. Enfermera de Enfermería Familiar y Comunitaria. Referente Osteomuscular ABS Pubilla Cases. Asesora Osteomuscular SAP Delta. ABS Pubilla Cases, Hospitalet de Llobregat. Barcelona.
  5. Jefa de Sección de Reumatología. Hospital General Universitario del Elda. Alicante.
  6. Jefe de Servicio. Servicio de Reumatología. H. U. Puerta de Hierro Majadahonda. Madrid.
En representación del Grupo de Trabajo de posicionamiento de Metotrexato en Atención Primaria.
 
CONTACTO:
 
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Resumen

 
Introducción/objetivo: el metotrexato, fármaco utilizado inicialmente como citostático en el tratamiento de determinados tipos de neoplasias, se utiliza también a dosis bajas en el manejo de patologías autoinmunes (metotrexato de uso no oncológico). La posología parenteral suele ser administrada frecuentemente por enfermeras de Atención Primaria, existiendo una disparidad de actuaciones respecto a la correcta manipulación del mismo. El objetivo de este documento de posicionamiento es unificar y establecer unas recomendaciones para la correcta manipulación del metotrexato de uso no oncológico con el fin de disminuir el riesgo de exposición por parte del personal de enfermería de Atención Primaria.
Método: un grupo de trabajo formado por un equipo multidisciplinar (enfermeras de reumatología y Atención Primaria, reumatólogos y farmacéuticos hospitalarios) desarrollaron las recomendaciones. Se realizó una búsqueda sistemática de la literatura y posteriormente se presentaron los resultados de la misma. Las recomendaciones fueron formuladas en función de dichos resultados y a opinión de expertos.
Resultados: se han establecido unas recomendaciones en las cuales se detalla: el equipo de protección individual para la enfermera que administra metotrexato parenteral de uso no oncológico, la correcta administración del mismo por parte de la enfermera y por parte del paciente, así como la actuación en caso de exposición accidental y el manejo de residuos.
Conclusión: la administración por parte de enfermeras de Atención Primaria de metotrexato parenteral de uso no oncológico requiere de una determinada manipulación con el fin de reducir al máximo su exposición.
 
PALABRAS CLAVE:
metotrexato; Atención Primaria; enfermera; manipulación.
 

Title:

A position statement on the use of parenteral methotrexate by primary care nurses

ABSTRACT:

 
Introduction/purpose: methotrexate, a drug initially used as a cytostatic agent in the treatment of certain types of neoplasms, is also used at low doses in the management of autoimmune diseases (non-cancer-related use of methotrexate). Parenteral dosing is commonly administered by Primary Care nurses, and a variety of procedures exist for the correct drug handling.
The present position statement aims at unifying and establishing recommendations regarding the correct handling of methotrexate for non-cancer-related use in order to reduce the risk of exposure in Primary Care nursing staff.
Methods: tecommendations were developed by a working group based on a multidisciplinary team (rheumatology and primary care nurses, rheumatologists, and hospital pharmacists). A systematic literature search was carried out, and findings were presented. Based on such results and on expert opinion, a number of recommendations were written.
Results: recommendations have been developed for: personal protection equipment for nurses administering parenteral non-cancer-related methotrexate; correct administration of methotrexate by nurses and by patients; and actions to be implemented in the event of accidental exposure and for waste disposal.
Conclusion: administration of parenteral methotrexate for non-cancer-related use by Primary Care nurses requires specific handling to minimize potential exposure.
 
KEYWORDS:
methotrexate; Primary Care; nurse; handling.
 

 

Introducción

 
El metotrexato es un fármaco que se utilizó inicialmente como citostático en el tratamiento de determinados tipos de neoplasias. Tras ver que dosis bajas (comparadas con las empleadas en neoplasias) eran eficaces en psoriasis cutánea, se ensayó para el tratamiento de la artritis reumatoide también a dosis bajas, donde se apreció una notable eficacia, debido a la reducción de la actividad del sistema inmunológico (1). Dentro del manejo de enfermedades reumáticas pertenece al grupo de fármacos denominados fármacos modificadores de la enfermedad (FAME), siendo muy eficaz para el control de enfermedades como la artritis reumatoide, la artritis psoriásica, así como otras enfermedades reumáticas autoinmunes. A las dosis empleadas en reumatología, entre 7,5-25 mg semanales, el metotrexato ejerce una acción inmunosupresora y antiinflamatoria. Su uso puede ser en monoterapia o combinado con otros FAME sintéticos o terapia biológica (2).
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) publicó en el año 2016 el documento “Medicamentos peligrosos: medidas de prevención para su preparación y administración” en el cual cambió la clasificación del metotrexato pasando a pertenecer al “Grupo 1: Medicamentos antineoplásicos” (3). Dicho cambio en la clasificación hace necesaria una actualización sobre el manejo correcto del metotrexato, puesto que su administración en Atención Primaria (AP) es muy frecuente en la actualidad. Sin embargo, dicho documento presenta al metotrexato como fármaco citostático sin diferenciación de las dosis utilizadas en reumatología/dermatología (MTX de uso no oncológico). Es necesario recalcar la gran diferencia de dosis entre el MTX de uso no oncológico, donde se administran dosis desde 7,5-25 mg en AP, frente al MTX oncológico, donde se puede llegar a dosis de hasta 5.000 mg en el ámbito hospitalario.
Las recomendaciones seguidas en la actualidad están, en su mayoría, basadas en la dosis de MTX oncológico. Por ese motivo, la elaboración de este documento de posicionamiento se hace con la intención de unificar y establecer unas recomendaciones basadas en evidencia y el consenso de expertos para la correcta manipulación del metotrexato en patologías reumáticas, disminuir el riesgo de exposición por parte del personal de enfermería de Atención Primaria, así como evitar la posible contaminación ambiental.
 
 
Procedimiento de actuación
 
Tipos de metotrexato de uso no oncológico 
 
Dentro de los tipos de metotrexano de uso no oncológico se encuentran (Cuadro 1):
• Metotrexato solución inyectable en jeringa precargada: Bertanel©, Imeth©, Metoject©, Quinux©, Nordimet©, Glofer©, Methofill©.
• Metotrexato solución inyectable pluma: Metoject©, Nordimet©.
• Metotrexato 2,5 mg comprimidos: Metotrexato EFG.
 
 
Equipos de protección individual (EPI) para la enfermera que administra metotrexato (4) 
 
• Guantes: se recomienda que los guantes sean sinte ticos (nitrilo, poliuretano, neopreno) con un mi nimo de 0,3 mm y un límite ma ximo de permeabilidad de 1 μg/cm2 por minuto. Han de ser libres de polvo, puesto que el talco atrae posibles partículas aerosolizadas, aumentando el riesgo de absorción en caso de exposición.
La colocación de los guantes se realizará según la técnica aséptica: el primer par por debajo de la manga de la bata y el segundo por encima de estos.
Lavado de manos con jabón antimicrobiano (recomendado por el Servicio de Medicina Preventiva) en lugar de soluciones hidroalcohólicas, con objeto de facilitar el arrastre de posibles restos de fármaco que hayan podido permear el guante, sobre todo en el lavado de manos tras manipulación.
En condiciones normales de trabajo se cambiará n siempre que se contaminen, se rompan o al atender a otro paciente.
El personal no puede salir de la sala de administración con los guantes puestos. Llegado el momento, el orden de retirada será: guante, bata y guante. Se desecharán en el contenedor de desechos citostáticos G-IV.
• Batas: el material no debe desprender partículas ni fibras (recomendable material no tejido a base de poliolefinas) con abertura en la parte trasera, mangas largas y puños elásticos ajustados cerrados a la altura de la muñeca. Exigible como mínimo, que cumpla niveles tipo 6 (barrera frente a salpicaduras de intensidad limitada) y tipo 5 (barrera frente a partículas).
El vestuario de laboratorio, las batas quirúrgicas, la ropa de aislamiento y el vestuario de materiales absorbentes no son apropiados porque permiten la permeación de metotrexato.
Si no se dispone de información sobre el nivel de permeabilidad de las batas se recomienda cambiarse cada dos horas o inmediatamente después de un derrame o una salpicadura. El personal no puede salir del área de administración con la bata.
• Mascarillas: en caso de ser necesarias por riesgo de inhalación, la mascarilla tiene que ser tipo FFP3. Deberá ser utilizada en los procedimientos en los que haya riesgo de generación de aerosoles (limpieza de derrames y recogida de residuos) y siempre que haya riesgo de salpicaduras. El personal no saldrá del área con la mascarilla puesta.
La mascarilla ha de ajustarse herméticamente a la cara, comprobando la estanqueidad tapando la válvula de entrada de aire con la mano e inspirando para comprobar el colapso.
No se empleará con barba, dado que no permite asegurar la protección. Debe tirarse al contenedor de desechos citostáticos G-IV transcurrido el tiempo que indique el fabricante.
• Gafas: en caso de ser necesarias por riesgo de salpicaduras, las gafas deben ser de montura integral (tipo B) panorámicas, con campo de uso código 5 (protección frente a gas y partículas de polvo finas, < 5 micrómetros), que ofrecen protección estanca de la región orbital.
Tendrán que ser empleadas en los procedimientos en los que haya riesgo de generación de aerosoles (limpieza de derrames y recogida de residuos) y siempre que haya riesgo de salpicaduras.
El personal no podrá salir del área con las gafas puestas. La retirada de las gafas se hará de atrás a delante, evitando tocar la superficie externa que pudiera estar contaminada. Debe tirarse al contenedor de residuos químicos transcurrido el tiempo que indique el fabricante.
 
El orden de colocación y la retirada de EPI cuando se precisa utilizar dos pares de guantes (4) se recoge en el Cuadro 2.
 
 
Administración 
 
Por parte de la enfermera 
En los centros de AP no se debe preparar ningún antineoplásico debido al riesgo que supone la manipulación del producto y posible contaminación del ambiente y/o personal de enfermería.
La administración de metotrexato se ha de llevar a cabo por personal formado. No se recomienda el manejo ni la administración de metotrexato por parte de profesionales que estén embarazadas –particularmente durante el primer trimestre-, en periodo de lactancia materna, hayan recibido radiaciones ionizantes o tratamientos inmunosupresores y/o citostáticos.
La administración de metroxetato se puede realizar por vía SC o IM. Los lugares de inyección de metotrexato son los mismos que para la administración habitual de fármacos subcutáneos: abdomen, evitando la zona alrededor del ombligo; tercio medio de la cara externa del brazo; y muslos, cara anterior y lateral, siendo recomendable la rotación del lugar de inyección.
Tanto en posología oral como en posología parenteral la dosis administrada tiene que ser semanal. Se han reportado errores de dosificación en relación, mayormente, a la posología oral por ingesta diaria de metotrexato con consecuencias fatales para el paciente (5). Es necesario enfatizar al sujeto la importancia de administrar el metotrexato un día a la semana, preferiblemente el mismo día para evitar confusiones, a la dosis exacta recomendada, así como la ingesta de ácido fólico/folínico según prescripción facultativa. La suplementación con ácido fólico/folínico reduce la tasa de eventos adversos y de suspensión del MTX sin comprometer la eficacia del tratamiento.
En la consulta, la enfermera tendrá que emplear material adecuado para la administración correcta del metotrexato (ver Cuadro 1 y apartado de EPI) siendo necesario: un paño desechable y encima de este otro paño desechable y absorbente (empapador), por si hay derrame accidental sobre la superficie de trabajo; gasas estériles; alcohol 70º; jeringa precargada con la medicación; apósito para zona de punción; contenedor de residuos para citostáticos para uso exclusivo de estos, de acuerdo a la normativa vigente en cada comunidad autónoma.
No es necesario realizar la limpieza de la zona de inyección con alcohol previo a la administración de metotrexato si el paciente presenta la piel limpia. En caso de limpiar la piel con alcohol se dejará pasar 30 segundos (o el tiempo recomendado según el antiséptico utilizado) antes de la inyección para que la piel seque (6,7).
No purgar la jeringa precargada ni la pluma. En caso de necesidad de ajuste de dosis en una jeringa precargada: no manipular el preparado mediante la expulsión del exceso de líquido o cualquier otra operación.
Inyectar el preparado dejando el sobrante de la dosis en la propia jeringa.
Si en algún caso, de manera excepcional, es necesario realizar un purgado fuera del servicio de farmacia, se empleará una gasa estéril empapada en alcohol de 70º para impedir la formación de aerosoles y la contaminación de superficies.
Las conexiones deben ser Luer-Lock, puesto que bloquean la sujeción de la jeringa y la aguja, impidiendo la desconexión accidental y evitan fugas del fármaco que contiene la jeringa. Se tiene que desechar al contenedor como una sola pieza.
Finalizada la inyección, la extracción se efectuará con una gasa impregnada en alcohol de 70º para evitar el reflujo de la medicación y el goteo.
Respecto a la adecuación del local y el horario para la administración de metotrexato se recomienda que las condiciones del local incluyan: ventilación natural o forzada, equipado con lavabo, con espacio suficiente para la preparación del campo de trabajo (8). Respecto al horario se recomienda citar el mismo día y franja horaria a todos los pacientes que van a recibir el tratamiento para facilitar la aplicación de medidas preventivas y disminuir la generación de residuos.
 
Parte del paciente: recomendaciones generales 
El paciente que se administra metotrexato en el domicilio deberá seguir, en líneas generales, las mismas recomendaciones anteriormente indicadas.
No es necesario el uso de guantes ni ningún otro material de protección en el paciente que se autoinyecta, ni tampoco es necesario que la administración sea a la intemperie, porque si se siguen las normas correctas de manejo no produce contaminación ambiental; no obstante, sí se debe llevar a cabo la administración en un lugar limpio, por ejemplo, la habitación donde solo se encuentren las personas involucradas en la inyección, dejando el material necesario en una superficie limpia, y opcionalmente, sobre un papel absorbente por si hay algún derrame (2).
En caso de tener la piel limpia, no es necesario realizar la limpieza de la zona de inyección con alcohol previo a la administración de metotrexato. Si se limpia la piel con alcohol se dejará pasar 30 segundos antes de la inyección para que la piel seque (6,7).
Deberá desechar la medicación en el contenedor de productos punzantes entregado a tal fin. Las jeringas, junto con la aguja, se tienen que de desechar en un contenedor adecuado, y no en otros dispositivos ni envases. Cuando dicho contenedor se llene deberá llevarlo al hospital o al centro de salud para su correcta eliminación (3) (ver apartado “Manejo de residuos”).
En caso de derrame accidental en piel u ojos se llevará a cabo el mismo protocolo detallado a continuación. Si hay derrame en la ropa se procederá inmediatamente a su lavado por separado en un ciclo normal de lavadora.
 
Tratamiento de excretas 
En la actualidad se carece de estudios que analicen las excretas de pacientes en tratamiento con metotrexato a dosis nooncológicas para determinar si el tratamiento de excretas debería ser diferente. Por lo tanto, no se recomienda ninguna actuación específica en el grupo de paciente en el grupo de paciente con dosis de MTX a dosis no oncológica.
 
Controles analíticos: es precisa la realización de controles analíticos periódicos durante el tratamiento con el fin de detectar potenciales efectos adversos, hepatotoxicidad, mielosupresión. La frecuencia de dichos controles será determinada por el facultativo prescriptor.
Vacunación: durante el tratamiento con metotrexato se recomienda la administración de la vacuna contra la hepatitis B, el neumococo y de la gripe estacional. La idoneidad de recibir vacunas de microorganismos vivos atenuados (fiebre amarilla, fiebre tifoidea, BCG, sarampión, varicela, rubeola, herpes zóster, paperas, polio oral) deberá ser consultada con el facultativo prescriptor, ya que dependerá de la dosis de metotrexato y de los fármacos inmunosupresores concomitantes.
Metotrexato en embarazo y/o lactancia: está contraindicado el uso de metotrexato durante el embarazo y la lactancia por lo que se deben recomendar medidas de anticoncepción adecuadas. Se recomienda suspender el metotrexato al menos tres meses antes de la concepción exclusivamente en mujeres, no es necesario interrumpirlo en varones.
Cirugías y extracciones dentales: de manera general se recomienda mantener el tratamiento semanal de metotrexato. De manera opcional, se puede retirar el metotrexato durante la semana anterior y posterior a la fecha de la intervención, aunque esta práctica no se ha demostrado necesaria.
Consumo de alcohol: el consumo de alcohol durante el tratamiento con metotrexato está desaconsejado debido al potencial daño hepático.
Viajes y conservación de metrotexato: en caso de viaje se recomienda mantener el fármaco a una temperatura inferior a 25 ºC, utilizando si fuera necesario neveras portátiles y, a ser posible, en su caja para proteger de la luz.
 
Actuación en caso de exposición accidental 
Ante contaminación del personal expuesto (9) 
En caso de derrame accidental sobre la piel, hay que recordar que el metotrexato no es un fármaco vesicante, pero sí irritante, por lo que se lavará la zona afectada con abundante agua y jabón durante 10 minutos.
En caso de salpicadura accidental en los ojos se procederá a la irrigación del ojo afectado con abundante agua templada durante 15 min y posteriormente se aplicará solucio n salina este ril al 0,9% y consultar con oftalmología.
Si se produce una salpicadura a mucosa (labios, boca o nariz) se procederá a lavar o enjuagar con abundante agua durante 15 min y no tragar.
En todos los casos anteriores, valorar la comunicación con el Equipo de Prevención de Riesgos Laborales según la normativa vigente en cada comunidad autónoma.
 
Ante derrames o roturas 
En caso de derrame accidental sobre una superficie, cubrirlo con un empapador desechable que se humedecerá previamente con alcohol de 70º, con la parte absorbente encima del derrame. Una vez haya absorbido este, plegarlo de fuera para dentro y depositarlo en el contenedor de desechos citostáticos G-IV (9). Posteriormente, limpiar la superficie contaminada dos o tres veces con agua, jabón y/o hipoclorito sódico al 10%, aclarando con abundante agua, siempre desde las zonas menos contaminadas hacia las más contaminadas. Al finalizar, introducir todos los residuos en el contenedor de desechos citostáticos G-IV.
Los centros deberían disponer de un kit para derrames a utilizar en caso de exposiciones accidentales, ubicado en un lugar visible, accesible y señalizado, que deberá reponerse tras su empleo (9).
El personal que lleve a cabo la limpieza del derrame deberá ir equipado con equipos de protección individual (bata impermeable, guantes, mascarilla FFP3 y gafas).
La habitación destinada a la administración de metotrexato debe ser ventilada durante una o dos horas solo en caso de contaminación ambiental (derrame accidental).
 
Ante inoculación 
Presionar la zona de punción hasta que salga sangre roja para eliminar la posible inoculación. Aclarar con abundante agua templada y posteriormente lavar con agua y jabón. Valorar la comunicación con el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales según la normativa vigente en cada comunidad autónoma.
 
Manejo de residuos 
El manejo de residuos, en especial de desecho de jeringas de metotrexato catalogado como medicamento peligroso, es heterogéneo en el ámbito nacional debido a las diferentes normativas locales de cada comunidad autonóma. Por ejemplo, algunas comunidades recomiendan la provisión de contenedores para material punzante y su posterior depósito en un centro sanitario, mientras que otras comunidades recomiendan a los pacientes, desechar las plumas utilizadas en puntos SIGRE para desecho de citostáticos. Por tanto, el protocolo de manejo de residuos deberá ser consultado por la enfermera para conocer la legislación vigente en dicha comunidad.
Además de las normativas autonómicas, las normativas de aplicación vigente para el manejo de residuos de citotóxicos son:
• Real Decreto 300/1992, de 14 de noviembre, de ordenación de la gestión de los residuos sanitarios (10).
• Directiva comunitaria 2008/98/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de noviembre de 2008, sobre los residuos (11).
En ellas se establece que:
• Se considera residuo a todo resto de medicamento citostático no apto para su uso terapéutico, así como todo material sanitario que haya estado en contacto con el medicamento.
• Todo el material usado en los procesos relacionados con los medicamentos citostáticos tendrá que retirarse y eliminarse según los procedimientos adecuados, separados del resto de residuos y en envases exclusivos.
• Los contenedores (contenedores desechos citostáticos G-IV) han de ser de un material que permita estanqueidad total, opacidad a la vista y la incineración completa (polietileno o poliestireno); estar identificados y etiquetados con el pictograma “Citostáticos”, ser rígidos, de un solo uso, resistentes a agentes químicos y materiales perforantes y con cierre especial hermético.
 
Ante la existencia de estas normativas, la clasificación del MTX como medicamento peligroso y la heterogeneidad de normativas en las distintas comunidades autónomas se considera que sería necesaria una revisión que unificara los criterios de eliminación de plumas y jeringas de metotrexato y la necesidad de facilitar al paciente el contenedor adecuado, así como el circuito correcto de recogida en puntos SIGRE o centros sanitarios.
 
Conclusión
 
La administración de metotrexato en Atención Primaria ha supuesto un nuevo reto en la atención a pacientes por parte de enfermería. Respecto al metotrexato de uso no oncológico, las dosis recibidas en caso de exposición serían mínimas, el riesgo se podría considerar muy bajo. Con este documento de posicionamiento se espera haber respondido a las dudas más frecuentes con relación a la administración y manejo del metotrexato con el fin de reducir aún más ese posible riesgo.
 
 
 
Trabajo desarrollado por: 
 
Grupo de Trabajo de posicionamiento de Metotrexato en Atención Primaria:
 
Jenny de la Torre-Aboki. Doctora en Enfermería. Enfermera especialista en Reumatología. Hospital de Día. Hospital General Universitario de Alicante.
Silvia García Díaz. Enfermera Clínica Reumatología. Hospital Moisés Broggi Sant Joan Despí-Hospital General Hospitalet Consorci Sanitari Integral. Barcelona.
Nieves Martínez Alberola. Enfermera. Responsable de la Consulta enfermera de Reumatología. Hospital General Universitario de Elda. Alicante.
María Nieves Martínez Alcolea. Coordinadora de Enfermería. Centro de Salud Benalúa. Alicante.
Laura Barranco Oliver. Enfermera. Enfermería Familiar y Comunitaria. Referente Osteomuscular ABS Pubilla Cases. Asesora Osteomuscular SAP Delta. ABS Pubilla Cases. Hospitalet de Llobregat. Barcelona.
Francisca Sivera. Jefe de Sección Reumatología. Hospital General Universitario de Elda. Alicante.
José Luis Andreu. Jefe de Servicio. Servicio de Reumatología. H. U. Puerta de Hierro Majadahonda. Madrid.
Aránzazu Linares Alarcón. Farmacéutica especialista en farmacia hospitalaria. Responsable del área de atención farmacéutica a pacientes externos. Hospital Regional Universitario de Málaga.
Marta Aparicio Cueva. Farmacéutica de Atención Primaria del Departamento de Salud de Alicante-Hospital General. Alicante.
 

Bibliografía

 
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Originales 1 - Análisis del proceso formativo en residentes de Enfermería Familiar y Comunitaria durante la pandemia COVID-19

 

 

CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO:
Residentes Enfermería Familiar y Comunitaria Costa Ponent, Berlanga Fernández S. Análisis del proceso formativo en residentes de Enfermería Familiar y Comunitaria durante la pandemia COVID-19. RIdEC 2020; 13(2):25-33.
 
Fecha de recepción: 23 de mayo de 2020. 
Aceptada su publicación: 2 de octubre de 2020.
 

Autores

 
1 Residentes Enfermería Familiar y Comunitaria Costa Ponent
1,2 Sofía Berlanga Fernández
 
  1. Unidad Docente Multiprofesional Atención Familiar y Comunitaria Costa de Ponent. Cornellà de Llobregat. Institut Català de la Salut. Barcelona.
  2. Enfermera.
 
CONTACTO:
 
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Resumen

 
Introducción: analizar la repercusión en la formación sanitaria especializada de la declaración del estado de alarma por la situación de emergencia de salud pública ocasionada por la COVID-19.
Ámbito de estudio: residentes de Enfermería Familiar y Comunitaria de la Unidad Docente Multiprofesional Costa de Ponent.
Metodología: grupo focal utilizando como herramienta estratégica el análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades).
Resultados: se identifican seis debilidades, entre ellas: proceso de tutorización modificado, desincronización de expectativas y realidades asistenciales y resistencias profesionales. Ocho fortalezas, como el trabajo en equipo, la buena relación entre residentes y la adaptación a los cambios. Nueve amenazas, incluyendo interrupción del proceso formativo, planes de contingencia e inquietud profesional, por lo que comporta una pandemia y su exposición. Y siete oportunidades, entre ellas, reorganización de la Atención Primaria, empoderamiento de la ciudadanía y la visión integral e integrada del sistema sanitario.
Conclusiones: se ha utilizado la herramienta DAFO para analizar la situación vivida por los/las EIR de Atención Familiar y Comunitaria de la Unidad Docente Multiprofesional Costa Ponent, identificando aquellas debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades con repercusión en el proceso formativo, enmarcado en un contexto de pandemia COVID-19. Se propone ir reevaluando la situación ante un contexto epidemiológico cambiante y expectante. En este sentido son clave todos los agentes implicados en el proceso.
 
PALABRAS CLAVE:
Atención Primaria de Salud; infecciones por coronavirus; enfermería; Enfermería en Salud Comunitaria; pandemia; Salud Pública.
 

Title:

An analysis of the training process in Family and Community Nursing residents during the COVID-19 pandemic

ABSTRACT:
 
Purpose: to analyze the impact of the declaration of the state of alarm for the public health emergency caused by COVID-19 on specialized healthcare training.
Study settings: Family and Community Nursing residents at the multi-professional training unit Costa de Ponent.
Methods: a SWOT analysis (strengths, weaknesses, opportunities, and threats) was used as a strategic tool for a focus group.
Results: six weaknesses were identified, including: modified mentoring process, desynchronization of expectations and care realities, and professional resistances. Eight strengths were found, including team work, a good relationship among residents, and adjustment to changes. Nine threats, such as interruption of the training process, contingency plans, and professional concerns due to the impact of a pandemic were also reported. And seven opportunities, i.e., reorganization of Primary Care, people empowerment, and a comprehensive and integrated overview of the health system.
Conclusions: SWOT method was used as a tool to analyze experiences lived by nursing interns and residents in Family and Community Care at the multi-professional training unit Costa de Ponent. Weaknesses, strengths, threats, and opportunities having an impact on the training process within the framework of the COVID-19 pandemic were identified. A regular re-assessment is suggested in a changing and expectant epidemiological context. All the agents involved in the process are key for this. 
 
KEYWORDS:
Primary Health Care; infections by coronavirus; nursing; Community Health Nursing; pandemic; Public Health.
 

 

Introducción

 
En junio de 2010 se publica el programa formativo de la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria (EFyC), con el propósito de desarrollar un proceso de aprendizaje que permita al/a la residente adquirir las competencias propias de su especialidad durante los dos años de su formación (1). En este sentido, las unidades docentes son las responsables de velar por el cumplimiento del programa formativo, estableciendo rotaciones adaptadas a los dispositivos y características territoriales (2).
El/la enfermero/a interna residente (EIR), en su periodo de aprendizaje, da respuesta a las demandas que la sociedad presenta, a través de cuidados de calidad basados en una serie de valores profesionales y compromisos: con las personas, familias, comunidad y sociedad; con la calidad y ética profesional, así como con el desarrollo profesional (1).
Entre las competencias clínicas avanzadas en el ámbito familiar y comunitario que los/las EIR de EFyC han de adquirir se encuentra la de atención ante urgencias, emergencias y catástrofes. El desarrollo de esta competencia implica el actuar individualmente y/o en equipo ante situaciones de urgencia, manejando eficazmente los recursos de soporte vital y técnicas de atención en la urgencia, garantizando la seguridad del paciente y colaborando con distintos dispositivos de actuación (1).
El 14 de marzo de 2020 se declara el estado de alarma al elevar la Organización Mundial de la Salud (OMS) a pandemia internacional la situación de emergencia de salud pública ocasionada por la COVID-19. Este estado pretende dar respuesta a una crisis sanitaria que repercute de manera grave en la normalidad de la ciudadanía, con los objetivos de proteger la salud de ciudadanos, contener el avance de la enfermedad y reforzar el sistema de salud pública (3).
A partir de aquí se publica una serie de Órdenes Ministeriales (4-7) que afectan a la formación sanitaria especializada y que implican medidas relacionadas con la distribución de recursos en el territorio. Para ello suspende las rotaciones en curso o programadas de los residentes con el objetivo de adaptar los itinerarios formativos para poder adquirir las competencias relacionadas con situaciones de emergencia y control de las enfermedades.
En este sentido, la formación sanitaria especializada se ve afectada en: suspensión de rotaciones planificadas en el programa formativo inicial, duración de estancias en la competencia de control de enfermedades y situaciones de emergencias, designación de nuevos colaboradores docentes, grados de autonomía y niveles de supervisión de los residentes, prórrogas de contratos formativos y retribuciones.
Es por este motivo que tras dos meses y medio de la declaración del estado de alarma, por la situación de emergencia de salud pública ocasionada por la COVID-19, se pretende analizar su repercusión en la formación sanitaria especializada en una unidad docente.
 
Método
 
Diseño estudio. Estudio cualitativo, que se centra en la experiencia de residentes de EFyC de la Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria (UDM AFyC) Costa Ponent sobre su formación en la situación de alarma sanitaria tras la declaración de la pandemia COVID-19.
 
Participantes. Muestreo intencional. Declarado el estado de alarma, siete residentes de EFyC se encuentran en activo prestando sus servicios en distintos dispositivos.
 
  • Unidad Básica de Prevención (UBP) o Unidad de Salud Laboral. Colaboración con otros/as especialistas y profesionales en el cribado y seguimiento de profesionales afectos de COVID-19.
  • Unidad de Vigilancia Epidemiológica (UVE). Colaboración en esta unidad, junto con otros/as especialistas y profesionales en el estudio de casos y contactos en personas afectas de COVID-19.
  • Hotel Salud. Colaboración en este dispositivo en la prestación de cuidados a aquellos ciudadanos con COVID-19 positivo que por diferentes motivos no disponen de domicilio propio o este no recoge las condiciones básicas para mantener el aislamiento; o bien aquellas personas que, tras estabilizar su enfermedad en el hospital, son trasladados al hotel para proseguir con el aislamiento en entorno no hospitalario.
  • Centro de Atención Primaria (CAP). Colaboración en centros de salud en los que la demanda poblacional va cambiando y el sistema de respuesta también, estableciéndose desde visitas presenciales de carácter urgente (ya sean respiratorias o no respiratorias), sistemas de triaje, teletrabajo y gestión de atención domiciliaria.
  • Centro de Urgencias de Atención Primaria (CUAP). Colaboración con dispositivos de urgencias específicos, entre la atención primaria y hospitalaria, cuya demanda asistencial se ve desbordada dada la situación de pandemia.
  • Centros residenciales de personas mayores. Soporte en la detección de casos COVID-19 positivos en ciudadanos que pertenecen a estos centros y dispensación de cuidados requeridos.
 
Recogida de datos. Para la recogida de datos se realizó un grupo focal que parte de una pregunta principal: ¿cómo ha repercutido en la formación sanitaria especializada la declaración del estado de alarma por la situación de emergencia de salud pública ocasionada por la COVID-19?
Se utiliza para la recogida de información la herramienta DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades), basándose en un análisis interno y externo de la situación que permite obtener información sobre acciones y proyectos de mejora dentro de la organización (8,9).
El análisis interno consta de debilidades y fortalezas. Las primeras la constituyen las capacidades propias, recursos y posicionamientos que limitan las oportunidades. Las segundas recogen las capacidades propias, recursos y posicionamientos que permiten superar las amenazas y aprovechar las oportunidades (8,9).
El análisis externo incluye amenazas y oportunidades. Las primeras integran las fuerzas del entorno que presentan dificultades.
Las segundas las fuerzas de la organización para aprovechar la situación (8,9).
Una vez realizado el grupo focal se categorizan las respuestas dadas y se remiten a los/las participantes para que den su consentimiento a la validez de los datos extraídos. Posteriormente los resultados obtenidos del grupo focal son remitidos a tres residentes de la misma unidad docente para realizar aportaciones y verificar la información obtenida. Los resultados definitivos con esta metodología son aceptados por la totalidad de los/las participantes.
 
Temporalidad. Este análisis se efectúa a finales de mayo de 2020 con el objetivo de incluir a residentes de segundo año, a punto de finalizar su formación en la unidad docente.
 
Consideraciones éticas. Todos los/las participantes fueron informados sobre el estudio y objetivo de este, aceptando explícitamente la participación en el mismo. Se ha tener presente, como posible factor confusional, la relación de los entrevistados con los entrevistadores.
 
Resultados
 
El grupo focal estaba compuesto por dos residentes de primer año de la especialidad de EFyC y dos de segundo. La revisión posterior de la información y complementación de la misma la realizaron dos residentes de primer año y una de segundo de dicha especialidad, en la UDM AFyC Costa Ponent.
Los resultados indican la categorización de las respuestas dadas por los participantes a la pregunta ¿cómo ha repercutido en la formación sanitaria especializada la declaración del estado de alarma por la situación de emergencia de salud pública ocasionada por la COVID-19?, clasificándolas en función del tipo de análisis: el interno, con sus fortalezas y debilidades, y el externo, con sus oportunidades y amenazas.
 
Análisis interno. Fortalezas 
1. Trabajo en equipo. Las circunstancias propician el compromiso con los compañeros de los servicios en los que se presenta atención. Estas circunstancias fortalecen el trabajo de equipo tanto de la misma disciplina como de diferentes: médicos, Técnicos/as Cuidados Auxiliares Enfermería (TCAE), personal de administración y servicios, limpieza.
2. Buena relación entre residentes. Se produce un apoyo mutuo y conjunto entre residentes de enfermería y medicina familiar y comunitaria, lo que permite un trabajo de colaboración y ayuda mutua.
3. Soporte de tutoras. Comunicación, seguimiento y acompañamiento de las tutoras hacia los/las residentes.
4. Adaptación a los cambios. La situación de alerta sanitaria implica una adaptación continua a una situación cambiante.
5. Adquisición de conocimientos y habilidades específicas en materia de vigilancia epidemiológica (Salud Pública). El control, seguimiento, tratamiento y estudios de contactos de pacientes COVID-19 positivo, así como de su entorno, permiten integrar las competencias en materia de vigilancia epidemiológica sirviendo de enlace entre la Atención Primaria y Salud Pública.
6. Adquisición de conocimientos y habilidades específicas en materia de salud laboral. El control, seguimiento, tratamiento y estudios de contactos de profesionales COVID-19 (positivo), así como de su entorno, permiten integrar las competencias en materia de salud laboral.
7. Visión coordinada del sistema sanitario. La situación actual permite ver la importancia del trabajo conjunto y coordinado desde los distintos dispositivos en los/las que residentes prestan su servicio. La creación de Hotel Salud, la importancia de la atención domiciliara, el soporte en la atención de las residencias y los servicios de atención continuada, el papel que presta el sistema hospitalario y los servicios de urgencias extrahospitalarias, así como las necesidades sociales de la población en coordinación con servicios sociales.
8. Ética y compromiso con la profesión enfermera. Ante una situación de tal magnitud emerge el compromiso ético y profesional de dar respuesta a la demanda de la población.
 
Análisis interno. Debilidades 
1. Comunicación entre los residentes y la unidad docente. La situación de inestabilidad conduce a información poco precisa dados los cambios constantes de órdenes ministeriales.
2. Proceso de tutorización modificado. En una situación de alarma sanitaria, los residentes pasan excepcionalmente a trabajar en el equipo, disminuyendo el grado de supervisión y aumentando el grado de responsabilidad para dar respuesta a una demanda asistencial que se desborda.
3. Reubicación en el mundo laboral. Situación de estrés en el que existe incertidumbre en incorporarse a centros de trabajo en contexto de una pandemia. Planes de contingencia que repercuten en la reordenación y cierre de centros de Atención Primaria, servicios mínimos, nuevos escenarios, etc.
4. Recursos humanos limitados debido a bajas de profesionales. El personal sanitario expuesto a COVID-19 enferma, o está en situación de baja, al estar en contacto estrecho con una persona que ha dado positivo. La limitación de recursos humanos repercute en la actividad asistencial, así como en la distribución de tareas.
5. Desincronización de expectativas y realidades asistenciales. Las expectativas sobre la formación especializada son bruscamente interrumpidas por la realidad asistencial a la que se ha de hacer frente.
6. Resistencias profesionales. Se plantea la reubicación de profesionales y residentes en distintos dispositivos (posibilidad de obertura de Fira salud, urgencias hospitalarias, hoteles salud, centros de urgencias de Atención Primaria, etc.) que suscitan resistencias iniciales.
 
Análisis externo. Oportunidades 
1. Reorganización de la Atención Primaria. Implica la creación de nuevos dispositivos (Hotel Salud), de equipos que atienden a residencias, refuerzo de la atención domiciliaria, generación de puntos de triaje y gestión de la demanda y potenciar la atención telefónica y vía telemática.
2. Empoderamiento de la ciudadanía. Se otorga otro tipo de asistencia que permite educar a los pacientes en el autocuidado, facilitando su empoderamiento en la toma de decisiones sobre su salud.
3. Visión integral e integrada del sistema sanitario. La situación actual permite visualizar la importancia y la necesidad de un sistema sanitario integral e integrado para dar respuesta a la pandemia.
4. Reconocimiento y visibilidad de la enfermera. El trabajo que realiza los profesionales enfermeroses visibilizado en diferentes medios de comunicación.
5. Crecimiento profesional. Los/las residentes perciben que se produzca un crecimiento profesional debido al aumento de autonomía en la toma de decisiones.
6. La utilización de TIC (Tecnología de la Información y Comunicación) para la comunicación con el usuario. Activación de recursos digitales que permiten una comunicación rápida y directa de los usuarios con los profesionales sanitarios de referencia.
7. Nuevas líneas estratégicas relacionadas con un desconfinamiento y una reorientación de la Atención Primaria.
 
Análisis externo. Amenazas 
1. Interrupción del proceso formativo. Los documentos ministeriales afectan al itinerario formativo de los residentes en relación con sus rotaciones.
2. Falta de concreción en cuanto a los objetivos de aprendizaje de esta situación. Desde el primer momento se actúa sin tener claros los objetivos a alcanzar. A medida que se va controlando la situación de brote se establecen nuevos objetivos por parte del Departament de Salut, en una rotación denominada COVID-19, que valora:
• La participación y tratamiento en enfermedades infecciosas con altas tasas de transmisión.
• El trabajo en equipos multidisciplinares en situaciones de crisis.
• La gestión del estrés, favoreciendo el autocuidado de la propia salud.
• La solicitud de ayuda a otros profesionales cuando sea necesario.
• La identificación y conocimiento de recursos propios del individuo, familia y comunidad.
• El reconocer y saber actuar ante situaciones de urgencia.
3. Exceso de presión asistencial. La Atención Primaria se encuentra en la primera línea de contención de la pandemia, con un exceso de demanda asistencial y de respuestas por parte de la población en comparación con el escaso número de profesionales.
4. Inquietud profesional por lo que comporta una pandemia y su exposición. El comportamiento del virus y su propagación provoca inquietud profesional en relación con las consecuencias de su exposición, tanto en el contagio propio, como hacia la familia, otros profesionales y la comunidad.
5. Recursos de protección (seguridad). Los equipos de protección individual son escasos y en muchas ocasiones incompletos, además de llegar tarde.
6. Protocolos COVID-19 cambiantes. Los protocolos son actualizados constantemente y requieren de adecuación de servicios y actualización por parte de los profesionales que prestan atención en diferentes ámbitos asistenciales.
7. Planes de contingencia. Estos planes implican cierre de centros de Atención Primaria y centralización de dispositivos. Esta medida de actuación permite optimizar recursos humanos para atender la demanda poblacional.
8. Contexto político. Las órdenes que se aprueban desde el Ministerio son cambiantes y afectan directamente a los residentes en periodo de formación tanto en las directrices que han de seguir, reubicación de puestos de trabajo como retribuciones.
9. Falta de reconocimiento al esfuerzo y a la labor de los residentes ante esta situación. No se percibe, por parte de los residentes, el reconocimiento específico en el ámbito estatal.
 
El análisis DAFO es un punto de partida para conocer el presente y desarrollar estrategias que potencien oportunidades y fortalezas contrarrestando las debilidades y las amenazas (Tabla 1).
 
 
Discusión
 
La técnica DAFO ha demostrado ser de utilidad en la recogida de información en diferentes tipos de estudios (9-12). En este caso, se ha llevado a cabo para analizar la repercusión en la formación sanitaria especializada de la declaración del estado de alarma por la situación de emergencia de salud pública ocasionada por la COVID-19.
Entre las fortalezas detectadas se encuentra la adquisición de conocimientos y de habilidades específicas en materia de salud laboral y vigilancia epidemiológica, las cuales permiten adquirir las competencias en salud pública y comunitaria recogidas en el programa formativo de la especialidad (1). No obstante, estas competencias han sido analizadas con anterioridad y consideradas como “novedosas, complejas y transversales” (13) de la especialidad, con la necesidad de un reforzamiento para su consecución (13-15), que durante la pandemia se ha realizado. En este sentido se han desarrollado y consolidado desde los distintos dispositivos en los que ha prestado asistencia el/la EIR, permitiendo una visión integral e integrada del sistema sanitario, aspecto reflejado entre las respuestas como oportunidad, y un enfoque hacia el contexto y evolución profesional, contemplando posibilidades de influencia en el cambio sanitario y social (16).
Esta situación pone de manifiesto otra oportunidad: el crecimiento profesional. Esto deriva en un aumento de la autonomía en la toma de decisiones dentro del grado de responsabilidad del/de la EIR, tanto en visitas presenciales como no presenciales, y una mayor capacidad resolutiva, aspecto estudiado previamente y considerado como competencia avanzada en la atención clínica de la formación sanitaria especializada (17).
No obstante, a la luz de los resultados obtenidos, el estado de alerta sanitaria ha afectado a los itinerarios formativos de cada residente, como ha sucedido en otras unidades docentes. Resta adaptarlos a la realidad asistencial, en la que se produce una reorganización de la Atención Primaria, teniendo en cuenta una concreción en cuanto a los objetivos de aprendizaje y una coordinación entre los agentes implicados en este proceso: la propia unidad docente, los servicios clínicos de los hospitales y otros dispositivos, entre los distintos niveles jerárquicos dentro del sistema de salud (18).
Además, la experiencia vivida ha repercutido en el proceso de tutorización, así como en una desincronización entre las expectativas iniciales puestas en la formación sanitaria especializada y una realidad asistencial a la que se ha tenido que dar respuesta en esta crisis sanitaria, encontrando resistencias profesionales y reubicación en el mundo laboral, aspectos relacionados con debilidades halladas. A pesar de esto, surge entre las fortalezas la buena relación entre residentes y tutoras y entre las oportunidades, una realidad asistencial que ha permitido constatar cómo el sistema sanitario se reorganiza y se adapta a través de sus planes de contingencia. Estos planes han de tener presentes la seguridad de residentes, pero también el trabajo en equipo (interdisciplinar, multidisciplinar), la necesidad de una formación continuada, la adaptación a cambios (19-22) y la visión coordinada del sistema sanitario, aspectos también identificados en el DAFO realizado.
En un mes aproximadamente, dentro del contexto político, se aprobaron cinco órdenes ministeriales (3-7) que afectaron a la formación sanitaria especializada. Paralelamente se publicaban protocolos de actuación que requerían de una actualización constante de conocimientos y procedimientos que debían ser adaptados a las realidades de cada dispositivo en el que se prestaba atención (23-25), al amparo de nuevos descubrimientos versus a las incertidumbres sobre cómo se manifiesta, comporta y evoluciona la enfermedad de COVID-19 (26). Estos aspectos mostrados como amenazas se relacionaron con la debilidad de situación de inestabilidad que conducía a una comunicación, poco precisa, entre residentes y unidad docente.
A pesar de esto, la experiencia ha servido para ser partícipes en el desarrollo y puesta en marcha de diferentes formas de atender a la población: atención telefónica, videollamada, econsulta, correo electrónico, etc. Las TIC pasan a ser oportunidades en el proceso de atención a las personas, familias y comunidad (27, 28).
Además, se ha detectado, como oportunidad, la necesidad de contribuir a empoderar a la ciudadanía. En esta línea se visualiza el trabajo comunitario como eje vertebrador de este empoderamiento, teniendo en cuenta comportamientos, estilos de vida, interacciones sociales y características sociodemográficas; resultando aspectos a considerar en la pandemia en el proceso salud-enfermedad, teniendo presentes a grupos vulnerables y desigualdades sociales que pueden agravarse (29-30).
Es por todo lo expuesto que esta pandemia ofrece la oportunidad de reflexionar sobre nuevas líneas estratégicas vinculadas al desconfinamiento y a la reorientación de la Atención Primaria, pero también sobre “el estado de nuestra profesión, el sistema sociosanitario y la constelación de las estructuras asociadas que lo articulan y de los valores sociales que lo apuntalan” (31). Así los/las residentes ven en esta situación una oportunidad, que lejos del “renacimiento profesional” (31), constituya un “crecimiento profesional”, motivo por el que se insta a impulsar el reconocimiento de los/las residentes y de la visibilidad de la especialidad tal y como se viene solicitando desde diferentes contextos, como modelo que permite hacer sostenible el sistema sanitario (32-33).
Como limitación importante del estudio es que se circunscribe a una sola especialidad en una unidad docente con lo que no son extrapolables los datos obtenidos. Se propone ir reevaluando la situación ante un contexto epidemiológico cambiante y expectante que aún no ha finalizado.
 
Conclusión
 
Se ha empleado la herramienta DAFO para analizar la situación vivida por los/las EIR de Atención Familiar y Comunitaria de la Unidad Docente Multiprofesional Costa Ponent, identificando aquellas debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades con repercusión en el proceso formativo, enmarcado en un contexto de pandemia COVD-19. Se propone ir reevaluando la situación ante un contexto epidemiológico cambiante y expectante. En este sentido son claves todos los agentes implicados en el proceso.
 
 
 
Trabajo desarrollado por:
 
Unidad Docente Multiprofesional Atención Familiar y Comunitaria Costa de Ponent:
Cristina Cruz-Martí, Alejandro Huertas-Albaladejo, Alba Adiego-Laya, Idaira Lorenzo-Sauzedo, Marta Rodríguez-Romero, Noelia Aguado-García, María Palacio-Puente, Sofía Berlanga Fernández.
 
 

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Originales 2 - Enfermería Comunitaria y salud digital en tiempos de la COVID-19

 

CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO:
Lima-Serrano M, Carrión Robles T, Herráiz Mallebrera A, Arrabal Téllez AB. Enfermería Comunitaria y salud digital en tiempos de la COVID-19. RIdEC 2020; 13(2):34-42.
 
Fecha de recepción: 3 de noviembre de 2020 
Aceptada su publicación: 19 de noviembre de 2020.
 

Autores

 
1 Marta Lima-Serrano
2 Trinidad Carrión Robles
3 Antonia Herráiz Mallebrera
4 Ana Belén Arrabal Téllez
 
  1. Enfermera. Antropóloga Social y Cultural. Profesora Titular del Departamento de Enfermería de la Universidad de Sevilla. Responsable del Grupo PAIDI CTS-969 “Innovación en Cuidados y Determinantes Sociales en Salud”.
  2. Enfermera y profesora jubilada del Departamento de Enfermería de la Universidad de Málaga. Licenciada en Antropología Social y diplomada en Enfermería por la Universidad de Sevilla.
  3. Enfermera jubilada de Atención Primaria. Licenciada en Documentación por la Universidad Oberta de Catalunya.
  4. Enfermera de Atención Primaria, Centro de Salud de Nerja (Málaga). Investigadora colaboradora en el Proyecto de Investigación e Innovación en el ámbito de la Atención Primaria de Salud del SAS AP-0157-2018.
 
CONTACTO:
 
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Resumen

 
Objetivo: actualizar y ampliar conocimientos de salud digital en el ámbito de la Enfermería Comunitaria y la Atención Primaria de Salud durante la pandemia de la COVID-19.
Método: revisión narrativa. Descripción de las competencias y herramientas de salud digital más utilizadas en la pandemia y de estudios relacionados con su uso en Atención Primaria de Salud por las enfermeras comunitarias; incluyendo el análisis de la experiencia llevada a cabo por las enfermeras del Centro de Salud de Nerja (Málaga).
Resultados: organizaciones internacionales de la salud y otras fuentes aportan valiosa bibliografía sobre el potencial de las herramientas digitales, bajo el marco de la pandemia por COVID-19, recomendando su utilización a las enfermeras en la aplicación del cuidado. Los estudios consultados muestran la utilidad de la salud digital para la enfermera comunitaria en el mantenimiento de la atención domiciliaria a las personas en situación de aislamiento, así como el análisis de la experiencia llevada a cabo por las enfermeras.
Conclusiones: la salud digital representa un escenario ideal en situaciones de aislamiento, como el producido por una pandemia, en este caso por el virus SARS CoV-2, y las enfermeras obsevan que es un buen recurso en situaciones de aislamiento, al tiempo que se muestra capacidad de adaptación a los cambios estructurales que la pandemia por COVID-19 exige. Ante el colapso vivido en Atención Primaria, las intervenciones de salud digital podrían facilitar los cuidados enfermeros por medios virtuales siempre que se acelere la innovación digital en el Sistema Nacional de Salud. El impacto de la COVID-19 exige, como enfermeras comunitarias implicación en la transformación hacia la salud digital.
 
PALABRAS CLAVE:
Enfermería Comunitaria; Atención Primaria de Salud; salud digital; pandemia por el nuevo coronavirus 2019; alfabetización digital.
 
 

Title:

Community Nursing and Digital Health in the time of COVID-19

 

ABSTRACT:

 
Purpose: to update and expand knowledge about digital health in the field of Community Nursing and Primary Health Care during the COVID-19 pandemic.
Methods: a narrative review. A description of digital health competences and tools most commonly used during the pandemic and studies on their use in Primary Health Care by community nurses, including a review of the experiences lived by nurses working at Institución de Salud de Nerja (Málaga, Spain).
Results: international health organizations and other sources provide literature on the potential of digital tools, within the framework of the COVID-19 pandemic, and recommend their use by nurses when implementing nursing care. Reviewed studies show the usefulness of digital health for community nurses to maintain home care for people in solitary confinement, as well as an analysis of experiences lived by nurses.
Conclusions: digital health represents an ideal scenario in situations of isolation, such as those caused by a pandemic, in this case by the SARS CoV-2 virus; and nurses report this is a good resource in situations of isolation, while showing capacity to adapt to the structural changes required by the COVID-19 pandemic. In order to cope with the collapse experienced in Primary Care, digital health interventions could facilitate nursing care through virtual means, as long as digital innovation in the National Health System is accelerated. The impact of COVID-19 requires community nurses to be involved in the transformation towards digital health. 
 
KEYWORDS:
Community Nursing; Primary Health Care; digital health; new coronavirus 2019 pandemic; digital literacy.
 
 

 

Introducción

 
La rápida propagación y gravedad de la enfermedad COVID-19, desde la aparición de los primeros casos confirmados en diciembre, hizo que el 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) la declarara como una pandemia (1). Esta enfermedad está influyendo en la forma de vivir, por su fácil propagación, por ser la vía respiratoria el principal medio de transmisión confirmado, a través del contacto directo o indirecto con secreciones bucales y nasales que se producen al toser, estornudar, hablar o cantar, ya sean pacientes sintomáticos o asintomáticos (2,3). Sus principales medidas de prevención son las denominadas tres M: distanciamiento social (un metro o más de distancia), uso de mascarilla y lavado de manos. Desde inicios de 2020, la pandemia ha sometido a la población mundial a cuarentenas sucesivas; en España supuso la paralización de la actividad humana tras la declaración del estado de alarma el 14 de marzo de 2020 (4), reanudándose progresivamente hasta que el 21 de junio el país pasó a lo que se ha denominado como “nueva normalidad” (5), en la que se tiene un mayor conocimiento sobre la transmisión y tratamiento, pero se desconoce cuándo habrá un control sobre la pandemia. Este conjunto de circunstancias ha hecho cambiar los estilos de vida y la organización de las instituciones y administraciones públicas y privadas a un ritmo acelerado, posiblemente casi frenético, por lo que muchos de estos cambios y actuaciones han pasado por acelerar la digitalización de las administraciones, y se han multiplicado las capacidades sanitarias a través de las nuevas tecnologías, tal como expresó la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, en el pasado 34 Congreso de AMETIC (6).
La aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) a la salud se ha venido denominando “Salud electrónica (eSalud/eHealth)”, y más recientemente, por la Organización Mundial de la Salud (OMS), “Salud Digital (SD/DH)”, entendida como un paraguas que incluye la eSalud y la “Salud Móvil (mSalud/mHealth)” y otras áreas emergentes, tales como la ciencia avanzada de minería de datos (Big-data), la genómica y la inteligencia artificial (7).
 
La 71ª Asamblea Mundial de la Salud (8) reconoce el potencial de las tecnologías digitales para promover los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en particular, para respaldar los sistemas de salud en todos los países en la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades, y mediante la mejora de la accesibilidad, calidad y asequibilidad de los servicios de salud. Por otro lado, subraya la necesidad de velar para que las soluciones de salud digital complementen y mejoren los modelos actuales de prestación de servicios de salud, fortalezcan los servicios de salud integrados y centrados en la persona y contribuyan a la mejora de la salud de las poblaciones y la equidad sanitaria, incluida la igualdad de género, y a subsanar la falta de datos científicos sobre las repercusiones de la salud digital en esos ámbitos. Además, insta a los estados a que evalúen, examinen y promuevan su uso, que capaciten a profesionales y usuarios, que desarrollen legislación y/o políticas de protección de datos y alianzas eficaces con las partes interesadas en salud digital.
Recientemente, tras la Declaración de Riad, formulada durante la última Cumbre Mundial de Salud Digital que tuvo lugar en Riad, del 11 al 12 de agosto de 2020, se destaca la importancia de la tecnología digital, los datos y la innovación para sistemas de atención y salud globales resilientes; un grupo de expertos ha identificando las prioridades claves y recomendaciones que deben ser adoptadas por la comunidad de salud global para abordar los desafíos de la pandemia COVID-19 y las pandemias futuras (9).
La Guía de la Organización Mundial de la Salud (7) sobre recomendaciones de intervenciones digitales para reforzar los sistemas de salud categoriza los diferentes modos por los que la tecnología digital está siendo usada para superar los retos del sistema de salud, y define una intervención de salud como una funcionalidad de la tecnología digital que es aplicada para mejorar objetivos de salud y es implementada dentro de las aplicaciones de los sistemas de salud digital y de las TIC.
Esta guía clasifica las intervenciones en aquellas dirigidas a los sistemas de salud y a los profesionales y gestores sanitarios (como los sistemas de notificación y registro, la telesalud, sistemas de soporte a la toma de decisiones y provisión de entrenamiento a los profesionales sanitarios) y aquellas dirigidas a los usuarios (como el uso de la tecnología eSalud, mSalud o el internet de las cosas, para la promoción, prevención o seguimiento terapéutico).
Por otro lado, la enfermera comunitaria desarrolla su labor en el primer nivel de contacto con el Sistema Nacional de Salud (SNS), la Atención Primaria de Salud (APS), poniendo los cuidados lo más cerca posible de los lugares donde las personas viven y trabajan, y apoyada en cuatro principios: cuidados de salud equitativos y accesibles para todos, participación de la comunidad, coordinación intersectorial y tecnología adecuada (10). Ha de contar, para ello, con conocimientos profundos sobre la complejidad, tanto de las personas, familias y grupos como de las interacciones que se producen entre ellos. Así mismo, ha de conocer la comunidad en la que ofrece servicios, los recursos disponibles o las diferentes maneras de interactuar entre sus miembros (11), y entre estos, en la era en la actual, se destacan aquellos relacionados con la salud digital.
Las competencias enfermeras en salud digital podrían resumirse en (12):
 
  • Información: se relaciona con habilidades de alfabetización de la información, para realizar búsquedas de información acreditada y ser capaces de gestionar documentos para su posterior recuperación, mejorando no solo la alfabetización de las enfermeras, sino también de los usuarios/as.
  • Comunicación: interacción mediante el uso de las TIC para transformar la atención a la salud, mediante el establecimiento de nuevos canales de comunicación con otros profesionales y con los usuarios, incluyendo la creación de una identidad digital y la comunicación para la salud.
  • Creación de contenidos: elaboración de contenidos personales como blogs o colaborativos con recursos específicos: materiales multimedia, infografías, etc., orientados a la propia comunidad enfermera, otros grupos profesionales y usuarios. En este sentido es necesario adquirir conocimientos sobre las diferentes formas de publicación, derechos de autor, utilización de diferentes licencias de publicación y herramientas para valorar los requisitos de calidad, accesibilidad, usabilidad y seguridad.
  • Seguridad: protección de datos personales y otros aspectos éticos y legales aplicables.
  • Resolución de problemas e identificación de necesidades para abordar los avances tecnológicos, así como desarrollar una actitud cultural innovadora y el uso creativo de la tecnología con la identificación de las brechas digitales en el entorno.
 
Todo ello lleva a actualizar y ampliar conocimientos de salud digital para potenciarla en el ámbito que ocupa, concretamente la Atención Primaria de Salud (APS) y la Enfermería Comunitaria en tiempos de la COVID-19. 
 
Método
 
Revisión narrativa realizada durante el mes de septiembre de 2020, con una estrategia de búsqueda basada en la combinación de las palabras claves: Enfermería Comunitaria, Atención Primaria de Salud, salud digital, pandemia por el nuevo coronavirus 2019 y alfabetización digital. De la bibliografía encontrada se priorizaron los documentos guías de la Organización Panamericana de Salud (OPS) y los estudios relacionados con el uso y valoración de la salud digital por profesionales sanitarios y aplicables a la Enfermería Comunitaria. La participación de una de las autoras en la experiencia llevada a cabo por las enfermeras del Centro de Salud de Nerja (Málaga) para modificar la accesibilidad al Plan Integral de Tabaquismo de Andalucía (PITA) en tiempos del coronavirus ha permitido analizar su impacto. 
 
Resultados
 
Documentos Guías de la OPS  
 
En el actual contexto, la OPS, a través de una serie de hojas informativas desarrolladas por el Departamento de Evidencia e Inteligencia para la Acción de Salud, enfatiza la utilidad de cuatro herramientas en la gestión de la pandemia, estas son: los sistemas de información (13), los registros electrónicos de salud (14), la teleconsulta (15) y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) de uso frecuente (16) que, en el contexto de la epidemia COVID-19, son utilizadas tanto los profesionales y gestores sanitarios como los ciudadanos y usuarios en relación con los siguientes aspectos (Tabla 1): información (aclarar dudas, aportar conocimientos, acceder a datos e información confiable, comprobar la veracidad de la información), continuar aprendiendo), relación (mantener las relaciones interpersonales, participar en las redes sociales), teletrabajo y tele-asistencia (monitoreo y seguimiento de pacientes, teleconsulta, ayuda terapéutica, interactuar con profesionales y servicios de salud, segunda opinión entre profesionales de todo el mundo, apoyo al autodiagnóstico, prevención). Otras herramientas que destacan durante la pandemia de la COVID-19 son: la mSalud (17) u otros sistemas de telemonitorización como los wearables o sensores (18), la inteligencia artificial como algoritmos para predecir el avance de la epidemia, o la domótica y la robótica tanto para la monitorización de la enfermedad, como para el apoyo, monitorización y comunicación con los usuarios (19). Por último, hay que destacar las herramientas de aprendizaje en línea, dirigidos a profesionales, gestores y usuarios y familias, especialmente las herramientas de aprendizaje en abierto (Massive Open Online Course-MOOC) (19).
 
Experiencias en salud digital aplicables a la Enfermería Comunitaria 
 
Se han encontrado los siguientes estudios en salud digital que pueden ser útiles para la Enfermería Comunitaria: análisis de un sistema de telesalud para diferentes áreas desarrollada por un equipo de la Universidad Médica de Carolina del Sur (20); valoración de los profesionales sanitarios de un sistema de teleconsulta implantado en Cataluña, cuyo uso se expandió tras la irrupción de la COVID-19 (21) y encuesta a personas mayores con deterioro cognitivo leve o demencia, que participaban en un ensayo clínico en el que se testa una herramienta de telesalud (22). Asimismo, se descata una experiencia llevada a cabo por las enfermeras comunitarias del Área Sanitaria Este Málaga-Axarquía de la Unidad de Gestión Clínica de Nerja para modificar la accesibilidad al Plan Integral de Tabaquismo de Andalucía (PITA) en tiempos del coronavirus.
 
Discusión
 
A continuación se reflejan las implicaciones de los estudios localizados, primero de las herramientas destacadas en los documentos guías, y segundo de las experiencias analizadas.
 
Un sistema de información (13) es un conjunto de tecnologías, aplicaciones o software que permite el intercambio y gestión de datos sanitarios. Los sistemas de información de datos juegan un papel fundamental en la pandemia, para manejar y analizar los datos con la velocidad que se requiere. La difusión de la información recogida permite disponer de evidencia para la acción, tomar decisiones lo más informadas posibles y adecuar políticas que permitan una mejor inteligencia en acciones de salud. La OPS destaca la importancia de la gestión de datos desagregados, por sexo, edad, etnia u otras fuentes de vulnerabilidad, de tal manera que se puedan planificar acciones que reduzcan posibles inequidades en salud.
Dentro de las áreas prioritarias, en cuanto a los sistemas de información, destaca: (1) la gobernanza y gestión intersectorial para un uso efectivo por parte de los sistemas de salud de las TIC en la producción, gestión y procesamiento de datos, infraestructura, interoperabilidad y accesibilidad, así como cumplimiento de normas, estándares de calidad (normas ISO 27001, 27002 y 27799) y legislación sobre protección de datos; (2) la involucración de todos los agentes claves en la gestión e intercambio de conocimiento desde una colaboración intersectorial de la comunidad científica, académica y sociedad civil a través de diversos mecanismos (foro, sitio web de intercambio de conocimientos, listas de distribución, etc.); la innovación en el desarrollo de herramientas y aplicaciones que permitan alcanzar estas prioridades (internet de las cosas, computación en la nube, minería de datos, el aprendizaje automático y la inteligencia artificial, entre otros) (13,23). Dentro de esta categoría destacan los sistemas de información geográfica que permiten el mapeo móvil u online, facilitando la trazabilidad de la pandemia (19).
 
 
Los registros electrónicos de salud (14) desarrollan un papel fundamental para los sistemas de salud al facilitar la recopilación, almacenamiento y análisis de los datos de pacientes, para la comunicación entre profesionales y pacientes, como para la toma de decisiones a través de distintas herramientas y algoritmo, siendo para ello necesario mejorar la interoperabilidad de los distintos sistemas: regionales, nacionales e internacionales, así como entre diferentes unidades y servicios sociosanitarios, lo que permitiría un mejor seguimiento y trazabilidad de la situación de salud de la ciudadanía, especialmente de la población con mayor vulnerabilidad (24).
 
La teleconsulta (15) consiste en la interacción entre el profesional y el usuario a través de la TIC para proporcionar asesoramiento diagnóstico o terapéutico. Esta herramienta resulta también esencial durante la pandemia, ayudando a gestionar la atención no solo de los pacientes con COVID-19, sino también del resto de usuarios, permitiendo mantener los servicios y luchando con la carga asistencial, así como minimizando el riesgo de transmisión, siempre que se realice una gestión eficiente de las mismas. Para ello, es necesario que los actores (profesional, usuario) de la teleconsulta tengan la infraestructura adecuada y las competencias digitales necesarias para su uso, que el profesional tenga conocimientos suficientes de las limitaciones inherentes a la teleconsulta y saber cuándo es adecuado utilizar esta herramienta en vez de una intervención presencial. Las herramientas empleadas para la teleconsulta son aquellas dirigidas a la teleconferencia, como por ejemplo Webex, Skype, Zoom, Elluminate, MS Teams y FaceTime, Google Meet, entre otras, siendo requisito tener un proveedor de Internet que ofrezca un servicio con la calidad mínima requerida.
Teniendo en cuenta otras herramientas, la mSalud, a diferencia de la teleconsulta tradicional, puede añadir ventajas como la accesibilidad, la posibilidad de acceso a la cámara y grabación y la navegación GPS, entre otros aspectos. Así, entre los modos de comunicación de la mSalud se pueden dividir entre plataformas de vídeo (Zoom, Skype, Facetime, Teams, Hangouts), plataformas de audio (llamadas telefónicas individuales o grupales a través de la línea tradicional o plataformas como Whatsapp) o plataforma de texto (sms, Whatsapp, Telegram). Destacan las apps dirigidas a la comunicación electrónica de resultados de un paciente (EPRO systems) o sensores móviles que pueden ayudar al seguimiento y app para el seguimiento de contactos y trazabilidad de los pacientes COVID-19 como la app Radar Covid. La mSalud, por otro lado, también puede ser útil para el seguimiento del resto de usuarios de los sistemas de salud, tanto en los ámbitos de la promoción, prevención, atención, o rehabilitación (25).
Todas estas herramientas pueden ser utilizadas para seguir desarrollando las funciones de la APS en el marco de la pandemia por COVID-19, como son: la atención centrada en la respuesta a la COVID-19, y el mantenimiento de la continuidad de los servicios esenciales y la atención a usuarios no COVID-19. Mediante los sistemas de información, el registro electrónico, el uso de plataformas de teleconsulta y otras TIC de uso frecuente, la APS puede mejorar su capacidad para la identificación, notificación, contención, manejo (monitoreo remoto y seguimiento domiciliario) y derivación de los nuevos casos, así como para el manejo de la salud de la comunidad (13).
La experiencia desarrollada en la Universidad Médica de Carolina del Sur, consistente en un sistema de telesalud para las áreas de atención virtual urgente, monitorización remota de pacientes, monitorización virtual continua y transformación de la atención domiciliaria, redujo la exposición de los profesionales de salud y el uso de equipos de protección individual (EPI) al sustituir las visitas presenciales por virtuales. También la infraestructura informática biomédica para el registro en la Historia de Salud Electrónica de pacientes con COVID-19 potencial y/o confirmada incluyó un portal para el seguimiento telemático de los pacientes, una app con sensores y métodos de inteligencia artificial, también de seguimiento y recolección de datos (20).
En Cataluña, el estudio para conocer la valoración de los profesionales sanitarios de un sistema de teleconsulta durante la pandemia COVID-19 arrojó los siguientes resultados: la teleconsulta podría evitar visitas presenciales en el 79,6% de los casos y en un 35% anotaron que en caso de no existir la teleconsulta, los usuarios no hubieran realizado una visita virtual, siendo los tipos de consulta más frecuentes: la gestión de pruebas diagnósticas, prescripciones y, en tercer lugar, consultas sobre el proceso de salud (21).
Otra utilidad de la salud digital para la enfermera comunitaria es el mantenimiento de la atención domiciliaria a las personas en situación de discapacidad y/o dependencia, y que puede servirse de las herramientas digitales (26). En este sentido, en España se realizó una encuesta a personas mayores con deterioro cognitivo leve o demencia, que participaban en un ensayo clínico en el que se testa una herramienta de telesalud, consistente en la administración de apoyo social y sanitario a través de una tecnología integrada en la televisión, para conocer cómo habían mantenido sus rutinas durante el confinamiento, concluyendo que el sistema de salud había permitido al grupo de intervención a mantener sus rutinas, actividades de ocio e interacción social (22).
Por último, en el Centro de Salud de Nerja (Málaga), donde las enfermeras comunitarias vieron como a raíz de la COVID- 19 se paralizaban los Programas de Salud decidieron experimentar con uno de ellos, el Programa del Plan Integral de Tabaquismo de Andalucía (PITA), a fin de modificar su accesibilidad. En el Programa PITA la promoción de la salud juega un papel muy importante para minimizar los riesgos con respecto a la afectación que el tabaco supone a nivel pulmonar: cáncer, enfisemas y otras patologías asociadas al empeoramiento de personas que hayan sido contagiadas por COVID-19, con una tasa muy elevada de mortalidad.
Con la pandemia se ha reestructurado el programa cerrando las consultas presenciales y abriendo consultas telefónicas individuales, siguiendo un circuito y un protocolo, aprobado en enero de 2020 por el Ministerio de Sanidad, de la financiación de medicamentos no nicotínicos para facilitar el abandono al tabaco de todas esas personas que cumpliera con los requisitos de Test de Fargerstrom mayor de 7 y, al menos, haber intentado dejar de fumar y no conseguirlo. Se anularon las pruebas diagnósticas, espirometría y cooximetría, por el elevado flujo de partículas en el aire que podría propagar el virus. A pesar del cambio, el programa continúa atendiendo a las personas que habían iniciado la deshabituación tabáquica y algunas de ellas acogidas a la financiación del tratamiento farmacológico no nicotínico. Las sesiones del programa se hacen mediante seguimiento telefónico individual realizando actividades de apoyo psicológico, de educación en hábitos de vida saludable, prescripciones vía telefónica coordinadas por las enfermeras referentes del programa pita y de ese modo, el usuario/a no tiene que acudir al centro de Salud y el Programa continúa a través de la App Salud Responde. Todo ello ayuda a entrar en el Programa PITA a todas las personas que quieran dejar de fumar en situación de aislamiento y demuestra que las enfermeras están capacitadas para readaptarse a los cambios estructurales que la pandemia por COVID-19 exige sin abandonar las actividades de Atención y Promoción de la Salud.
 
 
Conclusiones
 
Las TIC, en general, y la salud digital, en particular, son cada vez más utilizadas por las personas en la vida cotidiana, por lo que representan un escenario ideal para la situación de pandemia por COVID-19. Desde el 15 de marzo de 2020, el uso de la tecnología digital en salud ha crecido exponencialmente por su accesibilidad y bajo coste (21).
En estos momentos la salud digital es un buen recurso en situaciones de aislamiento, como la provocada por la pandemia de la COVID-19. Ante el colapso vivido en la Atención Primaria durante la pandemia, las intervenciones de salud digital podrían facilitar, siempre que sea factible y con una toma de decisiones basada en la evidencia, la atención sanitaria, en general, y los cuidados enfermeros por medios virtuales. Para ello, es fundamental que se acelere la innovación digital en el Sistema Nacional de Salud y se desarrollen guías sobre el buen uso de las TIC en la consulta, en la atención domiciliaria y en la intervención comunitaria enfermera.
El impacto de la COVID-19 en la población y en los sistemas de salud exige como enfermeras comunitarias implicación en la transformación hacia la salud digital.
Entre los desafíos que presenta la salud digital se encuentran la accesibilidad, la adecuada gestión de la información, evitando la infodemia y la infoxicación (24), el exceso de tecnologías disponibles, la adecuación de cada una de las soluciones tecnológicas en combinación con la asistencia presencial y aspectos relacionados con la ciberseguridad, la ética, la privacidad y la confidencialidad, tales como (13,16):
  • Gestión del cambio en los profesionales de salud para la adaptación de su trabajo a la salud digital.
  • Alfabetización digital de profesionales y pacientes atendiendo a los ejes de vulnerabilidad e inequidad en salud.
  • Conectividad e infraestructura tecnológica adecuadas y estables, que permitan un adecuado intercambio de datos.
  • Involucración a la ciudadanía en el diseño y adaptación de las herramientas digitales.
  • Garantía de acceso a las tecnologías considerando los distintos segmentos de la población.
     
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Originales 3 - Intervención educativa con la comunidad escolar en relación a la pandemia por COVID-19

 

CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO:
Sánchez Hernando B, Largo Sola L, Fuertes Fernández N, Díaz Cabanillas M, Carrera Noguero AM. Intervención educativa con la comunidad escolar en relación a la pandemia por COVID-19. RIdEC 2020; 13(2):43-8.
 
Fecha de recepción: 1 de noviembre de 2020. 
Aceptada su publicación: 12 de noviembre de 2020.
 

Autores

 
1 Beatriz Sánchez Hernando
2 Lucía Largo Sola
3 Natalia Fuertes Fernández
4 Mireya Díaz Cabanillas
5 Ana Mª Carrera Noguero
 
  1. Miembro del Grupo Enfermero de Investigación en Atención Primaria de Aragón (GENIAPA). Centro de Salud Amparo Poch (Zaragoza).
  2. Residente de Enfermería Familiar y Comunitaria. Centro de Salud Amparo Poch (Zaragoza).
  3. Enfermera. Centro de Salud Amparo Poch (Zaragoza).
  4. Trabajadora Social. Centro de Salud Amparo Poch (Zaragoza).
  5. Médica Familiar y Comunitaria. Centro de Salud Amparo Poch (Zaragoza).
 
CONTACTO:
 
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Resumen

 
Objetivo: el objetivo principal de la intervención fue dar a conocer y facilitar la lectura de los documentos oficiales disponibles sobre los protocolos de actuación frente a la COVID-19. El objetivo secundario fue resolver las dudas respecto a la actividad diaria de los centros educativos.
Metodología: se hizo un estudio cualitativo basado en el método de investigación-acción participativa, en el que participaron representantes de los centros educativos del territorio y miembros del equipo de vigilancia epidemiológica del centro de salud, para lo cual se realizó una sesión de 90 minutos de duración. Se transcribieron todas las intervenciones y se llevó a cabo la posterior categorización de los datos. Se solicitó el consentimiento de todos los participantes y se trataron los datos de forma anónima, siguiendo la Ley Oficial de Protección de Datos (LOPD).
Resultados: los datos que se obtuvieron se dividieron en las siguientes categorías: uso de la mascarilla, estudiante con síntomas, aula COVID, definición de contacto estrecho, personal que trabaja en el centro, responsabilidad de los padres, estudiantes en situaciones especiales (colegios de educación especial y transporte escolar).
Conclusiones: esta sesión ha permitido comenzar a crear redes con la comunidad educativa. Dado que la participación comunitaria es clave en el control de la pandemia es imprescindible reorganizar la actividad de los equipos de salud, para dar respuesta a las necesidades sentidas por la comunidad.
 
PALABRAS CLAVE:
infecciones por coronavirus; promoción de la salud; Educación para la Salud; estudiantes; COVID-19.
 

Title:

Educational intervention with the school community regarding the COVID-19 pandemic.

ABSTRACT:

 
Purpose: the main aim of the present intervention was to disseminate and facilitate the reading of the official documents available on the protocols of action against COVID-19. A secondary aim was to solve the doubts regarding daily activity at the educational centers.
Methods: a qualitative study was performed, based on the participatory action research method, with representatives of the territory's educational centers and members of the health center's epidemiological surveillance team being involved, by means of a 90-minute session. All interventions were transcribed and the subsequent categorization of data was carried out. The consent of all participants was requested and the data were treated anonymously, in accordance with the Official Data Protection Law (LOPD, Ley Oficial de Protección de Datos).
Results: collected data were divided into the following categories: mask use, student with symptoms, COVID classroom, definition of close contact, staff working in the center, parental responsibility, students in special situations (special education schools and school transportation).
Conclusions: this session has allowed us to start networking with the educational community. Since community participation is key to the control of the pandemic, it is essential to reorganize the activity of health teams to respond to the needs felt by the community. 
 
KEYWORDS:
coronavirus infections; health promotion; Education for Health; students; COVID-19.
 

 

Introducción

 
Los coronavirus son una familia de virus muy extensa. Algunos de ellos pueden ser causa de enfermedades en seres humanos, causando desde leves resfriados hasta síndromes respiratorios agudos severos, estos virus también pueden causar enfermedades en animales. El año 2020 ha sido testigo de la detección de una nueva cepa de virus, denominado SARS-CoV-2, nunca antes identificado en humanos, de ahí que haya tan poca información al respecto (1). La infección producida por este virus se ha denominado COVID-19.
A comienzos de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la COVID-19 emergencia global (2). Esta crisis sanitaria ha paralizado el mundo, afectando a todos los sectores de la vida, incluyendo tanto a la educación como al sistema sanitario.
Es importante señalar que, según la OMS, la COVID-19 tiene un impacto limitado en la salud de los niños. Además, multitud de organizaciones internacionales, entre ellas la OCDE, UNESCO, UNICEF y la OMS, señalan un riesgo sin precedentes para la educación, la protección y el bienestar de la niñez, reclamando la importancia de que los menores vuelvan a poder acceder a la educación con las medidas de seguridad adecuadas (3).
En lo que respecta al sector sanitario, el Sistema Nacional de Salud (SNS) ha sufrido cambios diversos en cada uno de sus departamentos, incluyendo la Atención Primaria de Salud (APS) (4).
Así, en este escenario pandémico resulta crucial reflexionar sobre qué, cómo, cuánto y cuál es el alcance de acción sobre la promoción de la salud desde la APS. La participación comunitaria y la promoción de la salud son esenciales en la respuesta a la COVID-19 y, desde la APS, la atención comunitaria es un servicio básico que se debería de desarrollar con el enfoque adecuado a cada territorio (5,6). Además, es necesario tener en cuenta que la comunicación efectiva y el apoyo de la comunidad sanitaria son muy importantes en toda la población, pero en la infancia y adolescencia resultan clave (7). La promoción de la salud en la época de la COVID-19 es fundamental para procurar el empoderamiento de las personas, en lo que respecta a la toma de decisiones correctas y al acceso a los recursos para prevenir la propagación del virus, también puede aumentar las habilidades personales y ayudar a las organizaciones comunitarias a disminuir los niveles de transmisión comunitaria, permite que las personas se apoyen y protejan (8). La situación pandémica junto con las características de la globalización que vivimos derivan en una transmisión deficiente o incorrecta de información sobre este tema. De ahí nace la necesidad de crear una fuente fiable de información que se base en información científica. Por todo ello se llegó a la conclusión de que era necesario realizar una sesión con los diferentes centros escolares con el fin de que tuvieran información de cómo llevar a cabo de forma adecuada un seguimiento y detección de casos COVID-19 correcto en los centros escolares (9).
El objetivo principal de la sesión fue dar a conocer y facilitar la lectura de los documentos oficiales disponibles (10-14). El objetivo secundario fue la resolución de las dudas que pudieran surgir de la experiencia diaria en torno a la pandemia por COVID-19 en los centros educativos, basándonos en los protocolos y guías oficiales (10-14).
 
Método
 
Diseño: se realizó un estudio cualitativo descriptivo, basado en un diseño de investigación-acción participativa, durante los meses de septiembre y octubre de 2020 en la zona de salud Actur Oeste, de Zaragoza.
 
Población y muestra: para el estudio se contó con la presencia de una enfermera familiar y comunitaria y una trabajadora social, que forman parte del equipo de vigilancia epidemiológica del centro de salud, y un representante de cada uno de los siete centros educativos de la zona básica de salud, con actividad en el equipo COVID asignado en el mismo centro. El tipo de muestreo elegido fue por conveniencia.
 
Procedimiento: se realizó una intervención presencial en el centro de salud que duró 90 minutos. Se cumplieron de manera estricta todas las medidas de seguridad respecto a los protocolos de prevención establecidos para la COVID-19.
Se utilizó la metodología de investigación-acción-participativa. Se comenzó con la presentación de los asistentes y, tras la enumeración de las últimas versiones de protocolos y guías de actuación, se pasó a una ronda de preguntas y posterior discusión grupal por parte de los representantes de los centros, relacionadas con la práctica diaria de la comunidad educativa en torno a la pandemia. La sesión fue dinamizada por una especialista en enfermería familiar y comunitaria.
 
Recogida y análisis de los datos: se procedió a la toma de notas en tiempo real recogiendo las diferentes intervenciones, asignando a cada asistente un número. Posteriormente se realizó la categorización de los datos.
 
Variables: se agruparon los datos en las siguientes categorías: uso de la mascarilla, estudiante con síntomas, aula COVID, definición de contacto estrecho, personal que trabaja en el centro, responsabilidad de los padres, estudiantes en situaciones especiales.
 
Aspectos éticos: se solicitó el consentimiento de todos los participantes. Se garantizó el anonimato de todos los asistentes por lo que no se solicitaron datos personales. Los datos fueron tratados según la Ley Orgánica de Protección de Datos 3/2018 del 25 de diciembre.
 
Resultados
 
Uso de la mascarilla 
 
Se explicó el uso correcto de la mascarilla, así como los diferentes tipos y usos de las que se encuentran disponibles en el mercado, tanto las reutilizables como las no reutilizables y su conservación.
Por otro lado, se insistió, especialmente, en el uso correcto de la misma para garantizar un bajo riesgo de contagio. Además, se incidió en la explicación del uso en las diferentes franjas de edad, quedando de la siguiente forma: de 0 a 6 años no es obligatorio el uso de mascarilla; de 6 a 11 años (educación primaria) aunque es obligatorio, no se considera como uso correcto; y de 12 años en adelante (educación secundaria, bachillerato, formación profesional, etc.) el uso de mascarilla se considera obligatorio y con un uso correcto.
 
Estudiante con síntomas 
 
En el caso de que un estudiante comience a encontrarse mal (muestre cualquier síntoma compatible con COVID-19), este pasa a ser un caso sospechoso. De esta forma es necesario proceder a avisar a la familia o tutor legal de la situación para que acuda a recogerle.
Mientras llega la persona responsable se ofrecerá una mascarilla higiénica al estudiante y se le acompañará a un aula preparada para tal fin (aula COVID).
A la persona responsable se le recomendará que se ponga en contacto con su médico habitual (médico de familia o pediatra), quien decidirá realizar la prueba diagnóstica pertinente, si procede.
Cuando el estudiante obtenga un resultado negativo de su prueba diagnóstica pasará a ser un caso descartado y podrá incorporarse al centro educativo con normalidad.
Cuando el estudiante obtenga un resultado positivo de su prueba diagnóstica pasará a ser considerado caso confirmado y tendrá que hacer aislamiento hasta que se lo indique su médico habitual. En este escenario, la enfermera responsable de vigilancia epidemiológica del centro de salud se pondrá en contacto con el servicio de vigilancia epidemiológica de Salud Pública, quien, a su vez, contactará con el centro educativo para tomar las medidas pertinentes. Salud Pública no dará datos identificativos del alumno, respetando la LOPD.
 
Aula COVID 
 
En todo centro educativo debe existir un espacio habilitado para aislar a los casos sospechosos mientras acude una persona responsable a recogerles.
Este espacio podrá acoger a varios estudiantes si fuera necesario, facilitando una separación física entre ellos, de al menos 2 metros, ya que ambos serían casos sospechosos.
Por otro lado, el personal que acompañe a estos alumnos al aula COVID19 deberá llevar el equipo de protección individual (EPI) indicado por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales (SPRL), que también se encargará de proveer a cada centro con los EPI necesarios.
 
Definición de contacto estrecho 
 
Se define como contacto estrecho a aquellas personas que hayan estado con un caso positivo a menos de 2 metros, durante más de 15 minutos sin hacer un uso correcto de la mascarilla.
Aquellas personas que se hayan identificado como contactos estrechos deberán cumplir un periodo de cuarentena según lo indicado en el protocolo vigente. Actualmente tiene una duración de 10 días a contar desde el último contacto con el caso.
Además, se explicó la definición de grupo estable de convivencia (GEC) como aquel formado por el alumnado de una clase o grupo-aula y su equipo docente. De esta forma se garantiza la posibilidad de la socialización y el juego entre los miembros del grupo estable. Es importante mencionar que el CEG debe estar aislado del resto de grupos del centro educativo, en la medida de lo posible.
Teniendo en cuenta esta definición se identificarán como contacto estrecho a todos los miembros del GEC. No obstante, si se determina un caso positivo que no forma parte de un GEC se tendrá en cuenta la definición principal de contacto estrecho para la delimitación de estos.
 
Personal que trabaja en el centro  
 
Los profesionales de los centros educativos son considerados personal esencial, por lo que, en caso de contacto estrecho y tras la obtención de un resultado negativo en la prueba diagnóstica, deberán continuar su jornada laboral con las debidas precauciones.
Tanto el personal docente como el no docente hará un uso correcto de la mascarilla. De esta manera no serán considerados como contacto estrecho en el caso de que un estudiante (perteneciente o no a un GEC) resultara infectado.
Si algún profesional del centro resultase contagiado por el virus SARS-CoV2 se le aplicaría el mismo protocolo que a la población general, indicando aislamiento domiciliario e incapacidad laboral temporal por esta causa.
 
Responsabilidad de los padres 
 
Los tutores legales del alumno tienen la obligación de firmar un documento en el que asumen la responsabilidad de que su hijo se incorpora al ámbito escolar sano. En caso de que no lo firmen se tendrán que poner el centro en contacto con Salud Pública.
 
Estudiantes con situaciones especiales 
 
Colegios de Educación Especial
 
En muchas ocasiones, en este tipo de colegios es más complejo llevar a cabo las medidas higiénicas de forma estricta. Por ello, es de vital importancia que el personal de los Centros Educativos de Educación Especial haga un uso correcto del EPI, ya que, con ello, minimizan o evitan el riesgo de contagio ante acciones naturales como tos, estornudos o esputos. De esta forma no llegaría a ser un contacto estrecho ante los ejemplos expuestos en este párrafo.
Aún existe un vacío en cuanto a las medidas a tomar con alumnos con hipoacusia, con quienes la lectura de labios es una parte esencial de la comunicación. En este caso, Salud Pública debe ser la encargada de plantear medidas adecuadas para este escenario.
 
Transporte escolar
 
Aunque dentro de un vehículo escolar todos los alumnos deberían llevar la mascarilla y hacer un uso correcto de esta, se entiende que los y las alumnas de Centros de Educación Especial pueden no hacerlo, debido a su diversidad funcional. De esta forma, si se detecta que un caso positivo ha compartido el vehículo y el resto de tripulantes no llevaban la mascarilla de forma correcta, todos pasarían a ser contacto estrecho y a guardar la correspondiente cuarentena.
 
Discusión
 
El diálogo con los centros educativos ha permitido identificar las necesidades sentidas por la comunidad educativa y poner en común los diferentes puntos de vista tanto personales como profesionales entorno a la pandemia.
Dada esta situación en la que las guías de actuación y los protocolos son cambiantes, la única constante es la incertidumbre.
Por ello, es necesario garantizar actuaciones organizadas que den respuesta a las necesidades expresadas por los centros educativos que se integran en la comunidad.
Las preguntas de los centros educativos en relación a sus respectivas actuaciones en las aulas han sido: uso de la mascarilla, estudiante con síntomas, aula COVID, definición de contacto estrecho, personal que trabaja en el centro, responsabilidad de los padres y estudiantes en situaciones especiales.
Respecto al uso de las mascarillas, es necesario que los centros educativos interioricen el efecto protector de las mismas, pero más importante aún es que aprendan cómo deben utilizarse de forma adecuada, ya que de no hacerlo se podría favorecer el avance de la infección (15).
Aunque se ha podido observar que la transmisión en niños y adolescentes es baja y la clínica de la infección es más leve, es necesario cumplir las recomendaciones establecidas para limitar el alcance de la transmisión (16).
Se ha intentado responder a las dudas que planteaban siempre con arreglo a las guías de actuación y protocolos oficiales y, aunque no siempre se ha podido ofrecer una respuesta, la sesión ha cumplido de manera parcial los objetivos planteados y ha generado un mayor clima de tranquilidad y confianza en los centros educativos.
Este clima de tranquilidad permitirá minimizar el impacto educativo que haya podido generar la pandemia en la comunidad educativa del territorio, disminuyendo las desigualdades generadas (17). La implementación de estas buenas prácticas de higiene y seguridad en los centros educativos dificultará el cierre de las aulas y de los centros, lo cual volvería a producir una gran desigualdad de oportunidades educativas en los estudiantes (18). No se puede ignorar las consecuencias negativas que el cierre de los colegios tendría en los estudiantes, tales como el aumento del sedentarismo, la reducción de las interacciones sociales, el aumento de trastornos psiquiátricos y también alteraciones en la nutrición (16).
A pesar de la gran satisfacción mostrada por los centros participantes, la actividad inicial es insuficiente. Sería necesario crear redes con los centros educativos, así como canales digitales que permitan un flujo de información para mantener actualizada a toda la comunidad educativa. La dinamización de las relaciones y redes pueden contribuir a disminuir la transmisión del virus al fomentar la comunicación, haciendo accesible el conocimiento, detectando necesidades y promoviendo mecanismos de cooperación (19).
Aunque los roles de los equipos hayan cambiado, no debemos olvidar las bases de la APS para frenar la propagación de la enfermedad (20). En este sentido, cobra especial importancia la promoción de la salud y la atención comunitaria para empoderar a la comunidad y mantenerla correctamente informada. Solo de esta manera serán capaces de tomar decisiones adecuadas.
Tras la revisión bibliográfica de los trabajos publicados por numerosos autores en los últimos meses se puede concluir que la participación comunitaria es clave en la resolución de problemas durante la pandemia (5,6,8,19).
 
Conclusiones
 
Se hace necesario modificar la organización del equipo de APS para dar respuestas a las necesidades sentidas por la comunidad. La orientación comunitaria y la participación de la comunidad ayudan a contener el avance de la pandemia.
La comunidad educativa debe ser tenida en cuenta como un activo en salud.
La creación de redes con los centros escolares del territorio permitirá garantizar las medidas de vigilancia de la pandemia, facilitando los entornos seguros y protegiendo a todas las personas que forman parte de la comunidad educativa.
 
 
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