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Originales - 3 - Hábitos alimentarios y actividad física en la etapa infantil para prevenir el sobrepeso

Cómo citar este artículo:
Mena Medina H, Guerrero Liñana P, Hernández Crespo C. Hábitos alimentarios y actividad física en la etapa infantil para prevenir el sobrepeso. RIdEC 2022; 15(2):37-48.
 
Fecha de recepción: 1 de mayo de 2022.
Aceptada su publicación: 26 de septiembre de 2022.
 

Autores

1 Héctor Mena Medina
1 Paula Guerrero Liñana
2 Carmen Hernández Crespo
 
  1. Enfermero/a. Centro de Salud de Carlet. Valencia (España).
  2. Enfermera jubilada. Excoordinadora Centro de Salud de Carlet. Valencia (España).
 
Dirección de contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
 

Resumen

Objetivo: la mala alimentación, el sedentarismo y la poca actividad física son algunos de los factores que influyen en el sobrepeso infantil, partiendo de esa premisa se realiza una investigación que tiene como objetivo valorar si los escolares estudiados, que llevan a cabo actividad física reglada por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), presentan exceso de peso y este se relacione con una alimentación incorrecta.
Método: para su logro se abordó desde el punto de vista metodológico un estudio epidemiológico, observacional, de diseño descriptivo, analítico y transversal realizado sobre 70 colegiales deportistas de Valencia en edades comprendidas de los 6 a los 14 años (DM: 2,28). Se utilizó una encuesta descriptiva y explicativa (KIDMED) de modo online. Los datos fueron analizados mediante el programa Excel 2010 y el programa estadístico SPSS v. 21 para Windows.
Resultados: después de analizar la alimentación de los niños deportistas de este estudio se evidenció que solo un 28,6% obtiene una puntuación óptima para una dieta mediterránea, frente al 70,4% que necesita mejorar el patrón de alimentación y un 1,4% tiene una dieta de muy baja calidad.
Conclusiones: a modo de conclusión cabe destacar que los participantes en el estudio presentaron un perfil obeso génico menor que el de la población general de su edad, por lo que se puede afirmar que el deporte es un buen pilar para la prevención de la obesidad infantil.
Palabras clave: alimentación; obesidad; sobrepeso; actividad física; prevención.
 

Abstract

Dietary habits and physical exercise in order to prevent overweight in childhood
Objetive: poor diet, sedentarism and limited physical exercise are some of the factors with impact on childhood overweight; based on this premise, a research study was conducted with the objective to evaluate if the schoolchildren studied, who were doing regulated physical exercise exceeding the recommendations by the World Health Organization (WHO) presented excess weight, and if this was associated with an inadequate diet.
Method: for this objective, the methodological approach for the study was epidemiological, observational, descriptive, analytical and cross-sectional; it was conducted on 70 athletic schoolchildren from Valencia, from 6 to 14 years old (MD: 2.28). A descriptive and explanatory survey (KIDMED) was applied online. Data were analysed through the Excel 2010 method and the SPSS v.21 statistical program for Windows.
Results: after analysing the diet of the athletic children in this study, it was evident that only 28.6% achieved an optimal score for Mediterranean diet vs. 70.4% who needed to improve their dietary pattern, while 1.4% had a diet with very poor quality.
Conclusions: it is worth highlighting that the participants in the study presented a genetic obesity profile lower than that among the overall population of their age; therefore, it can be stated that sports are a good cornerstone for the prevention of childhood obesity.
Key words: diet; obesity; overweight; physical activity; prevention.

Introducción

La obesidad en términos generales es considerada en la actualidad como una enfermedad sistémica y multifactorial que podría convertirse en crónica si no se realiza un cambio de hábitos y estilo de vida. Uno de los factores más importantes en la obesidad infantil es la nutrición (1). Aunque existen diversos elementos que también afectan el estado nutricional y el comportamiento de los niños, cabe destacar factores como el proceso histórico de consumo de alimentos, los cambios en los alimentos disponibles, la incapacidad para manejar la ingesta de energía, los comportamientos nutricionales de la familia, los tipos de alimentos que se mantienen en el hogar y las actividades físicas que realizan los niños (1).
Por tanto, abordar investigaciones que arrojen una mirada más específica a los factores que inciden en la obesidad infantil es el camino para tomar acciones preventivas, pues los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares (2).
Ahora bien, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la obesidad (OB) y el sobrepeso (SP) son una acumulación anormal y excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud y que se manifiesta por un exceso de peso y volumen corporales (2).
Contextualizando el fenómeno de estudio, según datos existentes obtenidos por medio del estudio ALADINO (Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad), España es uno de los países del mundo con unas cifras más elevadas de sobrepeso y obesidad infantil, se trata de una problemática social, cuyas investigaciones en el área son relevantes debido a sus graves consecuencias tanto a nivel físico, psicológico, social y económico afectando de forma directa al bienestar de la población, por lo que mientras más se profundice mayor será las posibilidades de abordaje (3).
Con la intención de mostrar diversas perspectivas de la realidad epidemiológica, es decir, la frecuencia de una determinada enfermedad entre la población en un territorio en concreto, es importante contextualizarla con los datos existentes en el entorno en el que se encuentra ubicado. Por esta razón, dentro de los antecedentes se ha reflejado un abordaje que tiene en común con este estudio las escalas de medida, las cuales reflejan que en España se sitúa en un 25% el exceso de peso sobrepeso y obesidad (4) (Tabla 1):
 
 
Dentro de los estudios extrapolables a la población, por su tamaño muestral y su rigor científico, destaca el estudio ENKID 2000. Incluye una muestra representativa de la población española contemplando un amplio rango de edad que va de los 2 a los 24 años y una muestra de 3.534 individuos de diferentes comunidades autónomas. Ya entonces se situaba el sobrepeso en 31,2% para niños entre los 8 a 13 años y en 21,8% de 14 a 17 años (4).
Otro de los antecedentes relevantes es el estudio ALADINO (2019), estudio descriptivo transversal de las medidas antropométricas obtenidas por medición directa y de factores asociados, obtenidos mediante cuestionarios, con una muestra aleatoria de 16.665 escolares de 276 Centros de Educación Primaria, tiene como resultado una tendencia descendente del exceso de peso desde 2011 y estabilización respecto a 2015, aunque la prevalencia de sobrepeso y obesidad de los escolares de 6 a 9 años en España sigue siendo elevada en el último estudio del año 2019. Aproximadamente cuatro de cada diez escolares de 6 a 9 años presentan exceso de peso (40,6) (5).
En el mismo estudio es significativa la relación del exceso de peso en los niños que realizan menor actividad y tienen una vida más sedentaria. Según ALADINO el porcentaje de niños (75,9 %) y niñas (72,0 %) entre los 6 y 9 años que hacen actividad física extraescolar se sitúa en valores por encima al 70%; por tanto, se observa que a pesar del porcentaje elevado de niños que llevan a cabo deportes hay un elevado exceso de peso, lo que lleva a pensar en la una alimentación incorrecta como el otro factor causante del exceso de peso (5).
El estudio PASOS (2019) evalúa la actividad física, el sedentarismo, los estilos de vida y la obesidad de la población entre 8 y 16 años, y concluye que más de un tercio de los niños y adolescentes en España (34,9%) presenta sobrepeso u obesidad.
Esta cifra está conformada por un 20,7% de niños/as y adolescentes que presentan sobrepeso y un 14,2% que tienen obesidad, destacando el porcentaje de población infantil y adolescente con obesidad abdominal (23,8%), prácticamente un 10%, superior al porcentaje de obesos según el IMC (14,2%) (6) (Gráfico 1).
 

Gráfico 1. Estudio PASOS 2019 sobrepeso y obesidad
 
En la práctica, la medida universalmente aceptada para el diagnóstico de la obesidad es el llamado índice de masa corporal (IMC). El IMC es el resultado de dividir el peso corporal en kilogramos por la estatura o talla expresada en metros al cuadrado (IMC= peso/talla2). El IMC es el método más práctico que se usa para clasificar el estado nutricional, para valorar el IMC en niños y adolescentes no es posible utilizar los mismos puntos de corte fijos como en la población adulta, sino que los puntos de corte se establecen como porcentaje respecto a la media, por lo que se necesitan curvas de referencia poblacionales del IMC para niños, para ello se emplean las tablas y curvas de referencia expresadas en función de dos variables clave: la edad y el sexo (7).
La detección precoz del exceso de peso y su prevención durante la infancia son fundamentales para lograr mayor impacto en salud y contribuir al mantenimiento del peso correcto desde la niñez y durante toda la vida. Por ello, es muy importante realizar una vigilancia estrecha de la situación ponderal de la población infantil, así como de los factores que pueden favorecer el exceso de peso o que permiten identificar los grupos más vulnerables, siendo el punto de partida para establecer medidas de intervención frente a la obesidad (5).
En un estudio realizado en Atención Primaria (2014) a escolares de la población de Carlet (Valencia) se estudiaron 220 escolares de ambos sexos entre los 10 y 14 años. La tasa de escolares que presentan sobrepeso u obesidad fue del 30%. Se obtuvo una r= 0,92 entre las variables índice de masa corporal y perímetro abdominal. Los niños con exceso de peso presentaron un 27% de hipertensión arterial sistólica y un 20% hipertensión arterial diastólica. El 25% de la muestra tenía hipercolesterolemia, el 34,78% trigliceridemia y el 57,9% resistencia a la insulina (8).
La OMS recomienda en niños y jóvenes de 5 a 17 años que inviertan como mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa (9). La actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica (9).
En un informe llevado a cabo por la fundación para la investigación nutricional, desarrollado en el año 2016, se analizaron nueve indicadores de Actividad Física y Sedentarismo. En sus resultados la mayoría de los niños y adolescentes cumple las recomendaciones de la OMS (81-100%) y un 61% a 80% participa en deporte organizado (10).
Expresado lo anterior, el objetivo general de este estudio se centra en valorar si en los escolares estudiados, que realizan actividad física reglada por encima de las recomendaciones de la OMS, presentan exceso de peso y este se relaciona con una alimentación incorrecta. Esto permitirá conocer la prevalencia exceso de peso (sobrepeso y obesidad) en los escolares de la muestra del estudio, así como también la relación de los alumnos de la muestra que presentan exceso de peso con hábitos dietéticos con necesidad de mejorar.
 

Método

Diseño del estudio
En junio de 2020 se efectuó un estudio epidemiológico, observacional, de diseño descriptivo, analítico y transversal realizado sobre 70 escolares de edades comprendidas entre los 6 y 14 años, que además de llevar a cabo las actividades físicas escolares, cumplen con deportes extraescolar en cuatro clubs deportivos de Valencia y Alzira.
 
Población y muestra
Se seleccionaron cuatro escuelas deportivas; tres localizadas en Valencia capital y una en Alzira, cuya población total que recibió la encuesta estuvo conformada por 150 participantes, siendo el 100% de los escolares de sexo masculino nacidos entre 2008 y 2015 que practicaban deporte de fútbol en las escuelas seleccionadas; no obstante, la obtención de respuestas de la encuesta fue de 70 escolares, lo que viene a representar la muestra del estudio. Se estimó un tamaño muestral de 109 escolares, para un IC de 95%. El IC del presente trabajo es de un 91%.
Dentro del procedimiento de muestreo empleado se usaron criterios de inclusión que fueran: escolares varones adscritos a una escuela deportiva y que hayan nacido entre 2008 y 2015. Además, se utilizaron criterios de exclusión, entre los que destacan: la negativa del representante legal del escolar o del propio escolar a participar en el estudio y los escolares adscritos a la asociación deportiva que por diversos motivos no hicieron actividad física en los últimos dos meses.
 
Variables de investigación
Las variables se detallan de forma específica en la Tabla 2.
 

 
Recogida de datos
Se desarrollaron varias etapas, se recogieron características sociodemográficas, medidas antropométricas y hábitos dietéticos mediante encuesta online.
Como instrumentos se utilizó una encuesta descriptiva y explicativa, remitida a los alumnos de forma online. Los datos fueron analizados mediante el programa Google Drive, Excel 2010 y el programa estadístico SPSS versión 21.0.
Las encuestas utilizadas en el estudio fueron:
  • Cuestionario KIDMED11: consta de diversos ítems, dando el valor de un punto a cada ítem con respuesta positiva. El resultado indica la calidad de la dieta.
  • Valor del índice KIDMED ≤ 3: dieta de muy baja calidad; 4 a 7: necesidad de mejorar el patrón alimentario para ajustarlo al modelo mediterráneo; ≥ 8: dieta mediterránea óptima.
Ahora bien, para hacer una descripción detallada de la recogida de datos se especifican los diversos procedimientos: 
  • Se presenta el estudio a las entidades deportivas y a los padres o tutores responsables de los escolares deportistas.
  • Se analizó la adherencia a la dieta mediterránea mediante el cuestionario KIDMED. Se remitieron 150 encuestas de las que se obtuvieron 70 respuestas, distribuidas en diversas edades.
  • Se estableció su composición corporal de acuerdo con su índice de masa corporal (IMC) (12) y se calculó el percentil (13) por edad, introduciendo los datos obtenidos en el programa asistencial de Abucasis de la Conselleria de Sanidad Valenciana.
  • Como instrumento de medida se emplea el cuestionario KIDMED: responder positivamente a las preguntas con connotación positiva (ítems 1, 2, 3, 4, 5, 7, 8, 9, 10, 11, 13 y 15) suma un punto. Las respuestas negativas no puntúan. La puntuación total da lugar al índice KIDMED, que se clasifica en tres categorías: puntuación ≥ 8, dieta mediterránea óptima o adherencia alta; puntuación 4-7, necesidad de mejorar el patrón alimentario para adecuarlo al modelo mediterráneo o adherencia media; puntuación ≤ 3, dieta de muy baja calidad o adherencia baja.
Análisis de datos
La estadística descriptiva se presentó como media y desviación estándar para las variables continuas y en términos de frecuencia y porcentajes para las variables categóricas y la correlación entre la edad y el percentil de peso. Para la estadística inferencial se aplicó la prueba T de Student para comparar las medias de las variables cuantitativas de la respuesta del cuestionario KIDMED y la prueba Chi cuadrado para evaluar la independencia entre variables cualitativas (p < 0,05). Los análisis se realizaron utilizando el programa SPSS v.21 para Windows.
 
Aspectos éticos
Todos los escolares deportistas participaron de forma voluntaria. Se solicitó consentimiento informado a los tutores legales para que participaran en el estudio y responsables de los Club Deportivos.
 

Resultados

Se obtuvieron 70 respuestas de los 150 escolares consultados que practican deporte de manera habitual en los cuatro centros deportivos. Los escolares encuestados tenían entre los 6 a 14 años. Dentro de los criterios de abordaje se presentaron: 
  • Edad de los escolares encuestados.
  • Categoría deportiva a la que pertenecen los escolares: la categoría deportiva se distribuía según la edad.
  • Clasificación de peso según percentil OMS.
  • Cuestionario KIDMED.
De esos patrones de recogida de información se obtienen los siguientes resultados generalizados, en relación a la edad y comparados a los percentiles de la OMS y además la encuesta Kidmed (Tabla 3 y Tabla 4).
 
 
 
Del resultado de la encuesta KIDMED, el 70% de los escolares deportistas analizados necesita mejorar la dieta mediterránea, se muestra en el Gráfico 2.
En relación a la variable obesidad, la encuesta Kidmed arrojó que de los 10 niños que presentan obesidad, seis (60%) necesitan mejorar su dieta. De los 10 niños que presentan obesidad, cuatro (40%) los situaba en una alimentación mediterránea.
Solo un niño corresponde a dieta de “mala calidad”, no situándose en el patrón de exceso de peso.
 

Gráfico 2. Resultado grupal de la encuesta KIDMED
 

Discusión

Los resultados muestran cifras de exceso de peso del 17,2%, distribuyéndose: 2,9% en sobrepeso y 14,3% en obesidad, aun siendo niños que realizan ejercicio de forma regular.
Comparando con los estudios efectuados en escolares españoles, el exceso de peso se sitúa por debajo de los datos de la población; en el estudio ENKID 2000, el exceso de peso fue del 31,2% para niños entre los 8 a 13 años, en este estudio poblacional no se contempla la variable ejercicio, a pesar que la investigación tiene 20 años sigue estando vigente pues arroja cifras similares a la actualidad dejando ver que el problema de obesidad ha estado presente por décadas en España.
En el presente trabajo el exceso de peso se sitúo en 17,2%, es llamativo el porcentaje de obesidad (14,3), al ser niños deportistas el IMC puede verse algo elevado por la masa muscular. La cantidad de masa muscular que un deportista puede llegar a tener hace que ese peso extra pueda confundirse con sobrepeso u obesidad (14). Aunque el IMC es útil en estudios poblacionales y epidemiológicos, los nuevos métodos de imagen indican que el IMC tiene un valor predictivo muy limitado para estimar la grasa corporal (15).
En el estudio ALADINO 2013 (15), con una amplia muestra de 3.426 niños de ambos sexos en 71 escuelas y donde se han utilizado las mismas graficas de percentil de IMC (estándares de crecimiento OMS) que en el presente estudio, la prevalencia de exceso de peso fue 43%, sobrepeso hallado fue del 24,6% y la prevalencia de obesidad fue del 18,4%.
Es así como comparando los presentes resultados respecto a la obesidad se observa una diferencia de 4 puntos. Respecto al grupo de edad (7 y 8 años) del estudio ALADINO 2013 y comparando con estos resultados, aun siendo una muestra pequeña, cuatro escolares de 7 años presentaron obesidad y uno escolar de 8 años, sobrepeso. El exceso de peso se situó en 38,4%, 5 puntos menos que el resultado del estudio ALADINO 2013 (16). Se puede afirmar que es un resultado elevado en niños que mantienen una actividad física superior a la media.
En el año 2019, el Ministerio de Consumo realizó un nuevo estudio de Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España en escolares de 6 a 9 años, donde se observó una tendencia decreciente. La prevalencia de exceso de peso se situó en un 30,6%, los datos mostraron una disminución del sobrepeso, mientras que la obesidad se mantuvo (17).
La muestra de los niños con edades comprendidas entre los 6 y 9 años de la presente investigación es de 19 colegiales deportistas, de los cuales: 13 presentaron normopeso, uno sobrepeso y cinco obesidad. Siguen presentando un exceso de peso de 31,5%. Resultados similares en cuanto al exceso de peso en las mismas edades que los del estudio llevado a cabo por el Ministerio de Consumo del año 2019 (18).
La situación en la Comunidad Valenciana se muestra con las palabras publicadas por la presidenta del Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunitat: “La obesidad infantil ya es una pandemia en España y en concreto en nuestra comunidad autónoma, que ha alcanzado la tercera posición en el ranking de las autonomías con mayor número de niños obesos" (19).
En el último informe de la Conselleria de Sanidad (2016) el sobrepeso y la obesidad tienden a estabilizarse, así como se observa un incremento en la actividad física. En la población infantojuvenil de entre 2 y 17 años, el exceso de peso todavía afecta a una cuarta parte de la población. El 16,3% de los chicos tiene sobrepeso y un 12,5%, obesidad. Comparando estos datos con los presentes resultados, donde el sobrepeso se sitúa en 2,9% y la obesidad en 14,3% se puede decir que los resultados del grupo de escolares deportistas estudiados presentan datos positivos en cuanto el exceso de peso. Si bien esos 2 puntos más de obesidad podrían deberse a la masa muscular de los colegiales deportistas como ya se ha mencionado (15).
Analizando la alimentación de los niños deportistas de este estudio se observa que solo un 28,6% obtiene una puntuación óptima para una dieta mediterránea frente al 70,4% que necesita mejorar el patrón de alimentación y un 1,4% tiene una dieta de muy baja calidad. En un estudio descriptivo transversal realizado a escolares jugadores de futbol, participaron 303 niños, con una media de 13 y 16 años (DE= 1,06), analizaron la adherencia a la dieta mediterránea y el nivel de actividad física con los cuestionarios KIDMED y PAQ-A. El 36,3% de los jugadores obtuvo una puntuación óptima, el 54,8% debía mejorar el patrón de dieta y el 8,9% tenía una dieta de muy baja calidad (19,20).
En el estudio PASOS, en sus resultados sobre la alimentación (utilizaron el índice KIDMED), afirman que niños/as y adolescentes siguen hábitos de alimentación que van en detrimento de la calidad de la dieta, como desayunar bollería industrial (31,7%), comer en restaurante de comida rápida al menos una vez a la semana (23,1%), consumir dulces, golosinas varias veces al día (22%) (6). Datos que en la presente investigación tienen resultados similares, a excepción del consumo de dulces y golosinas que es más bajo, un 6,3% frente al 22%.
 
Limitaciones
Considerando los estudios previos referentes a la obesidad infantil en el contexto de España, y con la guía de los instrumentos ya elaborados en dichos estudios, pueden quedar fuera algunas otras variables a considerar para el aumento de peso en los niños, lo que podría convertirse en una limitación. Estas variables podrían ser las condiciones de salud, los factores psicológicos y el consumo regular de ciertos medicamentos con receta médica que pueden aumentar el riesgo de obesidad. Según una publicación de Mayo Clinic para criar a un niño saludable (2020), en su página web mayoclinic.org, el consumo de prednisona, litio, amitriptilina, paroxetina, gabapentina y propranolol se emplea para tratar alguna condición médica puede incidir directamente en el aumento de peso en los niños (21).
Por otra parte, cabe destacar que como la muestra seleccionada está conformada por escolares que realizan actividad física, los resultados podrían estar sesgados, ya que en el resto de la población podría ser mayor el porcentaje de obesidad.
Asimismo, al seleccionarse solo estudios circunscritos a la colectividad de España, como una forma de contextualizar la investigación, hay información importante que podría limitar los resultados del presente.
 

Conclusión

A modo de conclusión, cabe destacar al realizar la valoración de los resultados obtenidos se puede considerar que los participantes en el estudio presentaron un perfil obesogénico menor que la población general de su edad. Por lo que se afirma que el deporte es un buen pilar para la prevención de la obesidad infantil.
Se observa que aun realizando los escolares actividad física de forma regular y con una intensidad vigorosa, más de 60 min/día, hay niños que presentan exceso de peso. Destaca en este estudio que los escolares deportistas precisan de una mejora en la alimentación para acercarla a la dieta mediterránea.
 

Financiación

Ninguna.
 

Conflicto de intereses

Ninguno.
 

Bibliografía

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Originales - 4 - Medidas de seguridad y estilos de vida durante la pandemia COVID-19 en estudiantes universitarios, México

Cómo citar este artículo:
Fernández Sánchez A, Fajardo Santana MS, Ortega Ceballos PA, Macías Carrillo C. Medidas de seguridad y estilos de vida durante la pandemia COVID-19 en estudiantes universitarios, México. RIdEC 2022; 15(2):38-48.
 
Fecha de recepción: 1 de abril de 2022.
Aceptada su publicación: 31 de octubre de 2022.
 

Autores

1 Abigail Fernández Sánchez
2 María del Socorro Fajardo Santana
3 Paola Adanary Ortega Ceballos
4 Claudia Macías Carrillo
 
  1. Profesor investigador de tiempo completo. Facultad de Enfermería. Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). México.
  2. Profesora tiempo parcial. Facultad de Enfermería. UAEM. México.
  3. Profesor Investigador de tiempo completo. Facultad de Enfermería. UAEM. México.
  4. Profesor de tiempo completo. Facultad de Enfermería. UAEM. México.
 
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Resumen

Objetivo: determinar los estilos de vida saludables y aprendizaje, conocimientos y prácticas de cuidado por causa de la pandemia de COVID-19 en estudiantes de Enfermería de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (México).
Método: estudio descriptivo, transversal, con participación de 265 estudiantes. Se aplicaron los cuestionarios en línea HPLPII, valorando estilos de vida, y cuestionario exprofeso para conocimientos, práctica del cuidado durante la pandemia, de septiembre a octubre 2020.
Resultados: conocimientos: los estudiantes reconocen las limitantes en el aprendizaje virtual, mencionan que practican solo algunas de las medidas de seguridad; se obtuvieron asociaciones entre conocimientos, aprendizaje virtual, práctica y estilos de vida p= <,05.
Conclusión: la población universitaria es vulnerable al contagio, aún no han dimensionado la magnitud del problema que se vive, tiene escasos recursos; los estilos de vida se fragilizan afectando las dimensiones: alimentación, actividad y ejercicio, control del estrés, relaciones interpersonales, aprendizaje, entre otros.
Palabras clave: estudiantes; COVID-19; estilos de vida; medidas de seguridad; aprendizaje virtual (DeCS).
 

Abstract

Safety measures and lifestyles during the COVID-19 pandemic among university students in Mexico
Objective: to determine the healthy lifestyles and learning, knowledge, and practices of care due to the COVID-19 pandemic among Nursing students from the Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
Method: a descriptive, cross-sectional study, with 265 students included. The online HPLP-II questionnaires were applied to assess lifestyles, and a specially designed questionnaire for knowledge and care practice during the pandemic, from September to October 2020.
Results: regarding knowledge, students acknowledged the limitations of virtual learning, and mentioned that they only put in practice some of the safety measures. Associations were obtained between knowledge, virtual learning, practice and lifestyles (p= <.05).
Conclusion: the university population was vulnerable to contagion, they were still not aware of the extent of the current problem, they had limited resources. Lifestyles had become fragile, with impact on these dimensions: diet, activity and exercise, stress control, interpersonal relationships, learning, among others.
Key words: students; COVID-19; lifestyles; safety measures; virtual learning (DeCS).

Introducción

La situación de salud en México tiene rezagos importantes, la epidemiología lo muestra con la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) y la continuidad de enfermedades emergentes, medidas que se han tomado desde el siglo XX, en búsqueda de una transformación de la salud pública en un encuentro entre lo biológico y lo social, el individuo y la sociedad, lo técnico y lo político y entre el pensamiento y la acción. Frenk (1), secretario de salud de México, señaló que la salud pública nace de la fusión del pensamiento y la acción, y la acción efectiva requiere de pensamiento riguroso.
Enfatiza Frenk (1), que el conocimiento es un instrumento valioso para mejorar la condición en producción, enseñanza con ayuda de las tecnologías, así como la prevención y el fomento de la salud primaria, para la toma de decisiones sobre bases de hallazgos científicos. Por lo tanto, la salud pública es igual a las condiciones de salud y las respuestas sociales, condiciones que se abordan a través de la investigación epidemiológica en los sistemas de salud.
Por otra parte, las formas de vida y el nivel económico, la ocupación, la estratificación social y los mecanismos de redistribución, conllevan la revisión de las condiciones de trabajo y las condiciones de estilos de vida y sistemas de atención en salud y estado de salud del individuo (2).
La epidemiologia en México sitúa a las ECNT con un gran peso y costos, y se abordan diversos problemas en la salud pública.
La llegada de la pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19) es un problema de salud pública mexicano, así como a nivel mundial; además, ha transformado de manera importante a las organizaciones de salud, los sectores sociales, económicos y, en gran magnitud, la salud de la población por los altos índices de morbilidad y mortalidad. El problema del confinamiento favorece en los ambientes de estrés y las formas de vida individual, familiar y comunitaria, afectando a las personas en el desempeño de sus actividades cotidianas laborales y escolares que compensan sus necesidades biopsicosociales y espirituales (3,4).
El síndrome respiratorio agudo grave SARS-CoV-2 fue determinado como el nuevo coronavirus, agente etiológico de la enfermedad COVID-19, declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las principales estrategias establecidas por la OMS fueron: informar a la población con aporte de conocimientos ante la presencia de síntomas principales para detener la transmisión de persona a persona, así como identificar, aislar y cuidar a las personas infectadas; además, se llevaron a cabo actividades para acelerar el diagnóstico oportuno, otorgar tratamiento y vacunas, realizar actividades de sensibilización comunitaria en confinamiento, medidas higiénicas de seguridad (5,6), y así minimizar los impactos sociales y económicos en el trabajo y escuela en casa (7).
La vía de transmisión de la COVID-19 es por contacto y gotas respiratorias (aerosoles), en distancias cortas (1,5 m) y, también, por fómites contaminados. El contacto prolongado es el de mayor riesgo, la mayoría de los contagios se producen de pacientes sintomáticos, no se descartan los contagios de personas asintomáticas e incluso a partir del periodo de incubación de la enfermedad. Estas formas de contagio han entorpecido la limitación de la cadena de transmisión, así como las complicaciones para el control de la enfermedad (6,8).
Las medidas higiénicas/seguridad: lavado de manos, uso de alcohol en gel y cubrebocas, distanciamiento 1,5 metros, estornudo de etiqueta, así como el aislamiento comunitario y en el ambiente hospitalario, son las normas recomendadas habituales para este tipo de transmisión: distanciamiento entre pacientes, uso de batas impermeables, guantes, gafas protectoras y mascarillas exclusivas para el personal sanitario (8).
El cuadro clínico de la enfermedad COVID-19 afecta más a varones, el periodo de incubación se sitúa en un intervalo de cuatro/siete días y máximo de 12-13 días. Los síntomas más habituales son: fiebre, tos, disnea y mialgias o fatiga. Alrededor de un 20% de los pacientes presenta complicaciones graves, siendo las más frecuentes la neumonía y el síndrome de distrés respiratorio del adulto (6); el inicio de la enfermedad es confundido en México por los síntomas con infecciones gastrointestinales, renales, dengue, entre otros. Por los síntomas diversos de inicio (cuadros diarreicos, vómito, anosmia, ageusia y fiebre) es necesario hacer una valoración integral para alcanzar un diagnóstico oportuno (8).
Los estilos de vida determinan conductas en la población, están relacionados con los factores personales, biológicos, psicológicos y socioculturales, son predictivos en promoción de la salud para favorecer la mejora de los hábitos saludables; en la armonía entre el comportamiento o actitud cotidiana relacionado con la salud mental en una persona se precisa la alimentación, la actividad física, la prevención de la salud, el trabajo, la relación con el medio ambiente y la actividad social (9-11).
Ante la pandemia se integró la enseñanza en línea y se modificaron los programas educativos a: virtual por emergencia. Con el soporte digital se solventa de alguna manera la crisis educativa. El plan de emergencia se llevó a cabo en México en todos los niveles educativos para evitar las deserciones escolares, y en la educación universitaria para evitar el rezago en las carreras, principalmente. La respuesta de la población estudiantil, por estar en confinamiento, fue aceptar el plan de emergencia remota que afectaba de alguna manera la calidad de enseñanza, así como el aprendizaje. De acuerdo con otros autores, es preciso mencionar las limitaciones en el aprovechamiento, pero se está en la transición de regresar a las aulas físicas y recuperar la socialización con los estudiantes y mejorar su aprendizaje. El objetivo es poder abordar esta problemática a través de soluciones híbridas, de una enseñanza y aprendizaje mixtos, combinados o, mejor dicho, integrados y flexibles (12).
Por otra parte, los factores que pueden favorecer son los estilos de vida, sumados a conocimientos sobre medidas de seguridad/higiénicas; estudios sistemáticos de determinantes de estilo de vida hacen énfasis en los hábitos alimentarios, el nivel de actividad física y el consumo de tabaco, alcohol y drogas y su impacto en la salud de los universitarios de las carreras que integran las Ciencias de la Salud (10,11,13).
Por lo tanto, los estilos de vida son: 
  • Responsabilidad en salud: es un sentido activo de responsabilidad por el propio bienestar, incluye prestar atención a su propia salud, la educación de uno mismo acerca de la salud y el ejercicio de informarse y buscar ayuda profesional. Enfatiza Resnik (14) que las condiciones de las personas no son equitativas para que estas asuman una responsabilidad total del cuidado de su salud.
  • Actividad física: realizar de manera regular actividades físicas ligeras, moderadas y/o vigorosas. Esto puede ocurrir dentro de un programa planificado y controlado por el bien de la aptitud y la salud o incidentalmente como parte de la vida diaria o las actividades de ocio. Sin embargo, por el confinamiento se ha incrementado el sedentarismo.
  • Nutrición: conocimientos, selección y consumo de alimentos esenciales para el sustento, la salud y el bienestar. Se incluye la elección de una dieta diaria saludable y al alcance, relacionada con la seguridad alimentaria.
  • Autoeficacia: explica ciertas creencias, pautas y comportamientos humanos a partir de niveles de análisis afectivos, espirituales, cognitivos y conductuales, y está centrado en el desarrollo de los recursos internos, que se logra a través de trascender, ponen en contacto nuestro ser en equilibrio, da la paz interior y abre a la posibilidad de crear una conexión obteniendo una sensación de armonía.
  • Relaciones interpersonales: la comunicación humana es una necesidad personal, el contacto y la comunicación significativa entre las personas, la participación consiste en el intercambio de ideas y sentimientos diversos que implican unidad, cierta concordancia, así como el apreciar sensación de intimidad y cercanía que desenvuelve al hombre y la mujer en un proceso de humanización.
  • Manejo del estrés: respuesta humana ante un estresor, implica la identificación y la movilización de los recursos psicológicos y fisiológicos para mantener la homeostasis para controlar y/o afrontar eficazmente y reducir la tensión (9,10,14).
Otros indicadores no mencionados son la educación sanitaria, la vigilancia de enfermedades, la planificación urbana y la salud ocupacional. Debe prestarse mayor atención a las estrategias de promoción de la salud distintas del acceso a la atención sanitaria, como la salud ambiental y pública (14).
Con sustento en lo anterior, también es posible identificar las características de los estilos de vida presentados durante la pandemia de COVID-19, un ejemplo de ello es la investigación que se llevó a cabo por la facultad de enfermería de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México; con base en el Modelo de Promoción a la salud de Nola Pender, el cuál utilizó el instrumento de indagación sobre estilos de vida saludable, enfocado a orientar las estrategias dirigidas a los estudiantes para contribuir a la promoción de un estilo de vida saludable y asertivo (5,6).
De tal forma, se podría argumentar que los estudiantes durante el periodo universitario se encuentran en un momento crítico por el estilo de vida adoptado (10,11) y que este impactará en un futuro en su desempeño profesional y salud; por lo tanto, el objetivo de este trabajo es determinar los estilos de vida saludables, conocimientos y prácticas de cuidado por causa de la pandemia de COVID-19 en estudiantes de enfermería de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
 

Método

El estudio se realizó con enfoque cuantitativo con diseño transversal, descriptivo y correlacional. La población de estudio fueron estudiantes de licenciatura de Enfermería con una muestra de 265 estudiantes de ambos sexos. Se utilizó muestreo aleatorio, no probabilístico y por conveniencia. Se incluyeron estudiantes de Enfermería de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, de ambos sexos, de 1er a 9º semestre, durante el año 2020 (15).
Variables sociodemográficas: edad, estado civil, semestre, integrantes de familia, trabajo, familiares que han enfermado y/o muerto por COVID-19. Conocimientos de síntomas de COVID-19 con 13 ítems α ,88. Medidas higiénicas/seguridad con ocho ítems con opción: nunca/rara vez, a veces, frecuente y rutinariamente α ,88. Además, un cuestionario exprofeso de conocimientos, medidas higiénicas y de seguridad en la pandemia de COVID-19 (6).
El instrumento Health-Promoting Lifestyle Profile (HPLP-II) de Nola Pender (16-18) consta de 50 ítems evaluados por una escala de Likert: nunca, a veces, frecuente y rutinariamente, Alpha de Cronbach de α ,97, versión validada en estudiantes universitarios (18). Consta de seis dimensiones: nutrición, actividad física, manejo del estrés, responsabilidad en salud, relaciones interpersonales y autoeficacia, permitiendo identificar los estilos de vida de los estudiantes durante la pandemia relacionados con conocimientos y medidas de seguridad relacionadas a edad, sexo y semestre.
Se solicitó la autorización de la institución educativa, la dirección y la secretaría de investigación, para aplicar el instrumento y tener acceso con los correos de los estudiantes. Por medio electrónico se invitó a los estudiantes a participar en este estudio. En el instrumento fue integrada la cláusula de confidencialidad y consentimiento informado, y los participantes hicieron válida su inclusión mediante la participación en contestar el cuestionario que se envió por vía electrónica.
Los datos fueron procesados en Statistical Package for Social Sciences, SPSS V. 22; la descripción y análisis de los resultados fue mediante estadística descriptiva, por frecuencias, porcentajes y medidas de tendencia central, univariado y bivariado; y para determinar la correlación de las variables empleo, correlación de Rho de Spearman con significancia estadística de p=< 0,05. La técnica de comparación de medias, a través de la prueba t de Student para muestras independientes y para la comparación de medias ANOVA.
Este estudio se realizó conforme a lo establecido del reglamento de la Ley de Salud en materia de investigación y la Norma Oficial Mexicana 012 NOM-012-SSA3-2012 (19,20).
 

Resultados

La mayor participación fue de mujeres (83,8%), estado civil: solteros (97,4%), se agruparon los semestres como inicial 1er 3er semestre, intermedio 4º a 6º semestres y avanzado de 7º a 9º semestre, con promedio de 88,3; la edad promedio es de 21,5, que fluctuó entre 17 a 33 años; integrantes de la familia desde monoparental, nuclear y familias extensas, integrantes de dos a 15 por familia; los participantes trabajan el 65% en un trabajo fijo o temporal, en su mayoría originarios del estado de Morelos. Esta entrevista se realizó la primera ola de la COVID-19, ellos mencionan que han presentado síntomas indefinidos (59%), algún integrante de su familia ha enfermado (20%) y han muerto por COVID-19 dentro de su familia el 10,6% (Tabla 1). 
 
 
Con relación a los conocimientos de síntomas de COVID-19, el resultado es diversificado; como se muestra en la Tabla 2 aún carecen de conocimientos y experiencia para distinguir la sintomatología de la enfermedad. Los problemas de mayor identificación fueron los respiratorios, en menores porcentajes fiebre, diarrea, vómito, pérdida de sensación del gusto, del olfato, postración, entre otros.
 
 
Las medidas higiénicas y/o seguridad son clave en la promoción a la salud, se encuentra que las prácticas básicas de seguridad entre los estudiantes de enfermería no son aplicadas/comprendidas en su totalidad (Tabla 3).
En relación y análisis entre los semestres, sexo, medidas higiénicas y/o seguridad y estilo de vida: para medidas higiénicas/seguridad se obtuvo el 2,319, y nutrición el 1,509, en los cuales puntuaron más los estudiantes de semestres intermedios (del 4º a 6º semestre) y las mujeres; sin embargo, para asumir la responsabilidad con su salud fueron los hombres quienes puntuaron más, 1,553.
 
 
En actividad y ejercicio se encontró que los estudiantes iniciales del 1er al 3er semestre realizan ejercicio con una media de 1,534; por otra parte, se identificó mayor estrés en hombres con una puntuación media de 1,518. En relaciones interpersonales, las mujeres puntúan una media de 1,648 y finalmente en la autoeficacia/crecimiento espiritual destacaron los hombres con una media de 2,037 (Tabla 4).
 
 
En relación de la prueba t de Student los resultados son significativos p< 0,05 (5%), en las variables de estilos de vida: responsabilidad de su salud, actividad y ejercicio, presencia de estrés, relaciones interpersonales y autoeficacia/crecimiento espiritual.
La relación entre variables se determinó mediante la prueba de coeficiente de correlación de Rho de Spearman, en la escala de estilos de vida y variables ante la pandemia COVID-19, al analizarlos se observa una correlación negativa que afecta entre ellos y significativa (p< 0,01). Cuanto mayor es el semestre que cursan, menor la actividad y ejercicio (r= -0,122*, p< 0,047), así como la responsabilidad de su salud (r= -0,112, p< 0,067), la presencia de estrés (r= -0,136*, p< 0,027), relaciones interpersonales (r= -0,248**, p< 0,000) y autoeficacia/crecimiento espiritual (r= -0,238**, p< 0,000). Cuanto mayor es la edad es menor la autoeficacia/crecimiento espiritual (r= -0,122*, p< 0,046).
Se observa una correlación positiva entre ellos y significativa. El sexo influye en la actividad y el ejercicio (r= 0,146*, p< 0,017) y el estrés (r= 0,115, p< 0,059). Medidas higiénicas y/o de seguridad con estilos de vida (r= 0,341**, p< 0,000) y manejo de estrés (r= 0,213**, p< 0,000), relaciones interpersonales (r= 0,240**, p< ,0,000), autoeficacia/crecimiento espiritual (r= 0,241**, p< 0,000) por miedo y temor (r= 0,141*, p< 0,022). Cuanto mayor es el miedo y temor, menor la práctica de actividad y ejercicio (r= 0,151*, p< 0,014), responsabilidad de su salud (r= 0 340**, p< 0,000) y es alta en estilos de vida (r= 0,564**, p< 0,000). En relacion a vida escolar es mayor y la responsabilidad de su salud es baja (r= 2,216, p< 0,000); en relaciones interpersonales es mayor (r= 0,317**, p< 0,000) y baja en miedo y temor (r= 0,257**, p< 0,000) (Tabla 5).
 
 

Discusión

Los conocimientos de síntomas de COVID-19 en los estudiantes de enfermería son diversificados, carecen de ellos y de experiencia para distinguir la sintomatología de la enfermedad. En medidas higiénicas y/o prácticas básicas de seguridad, los estudiantes de enfermería no los aplican o comprenden. En un estudio similar, por Aguilar (21), en estudiantes de medicina en México, se encontró que los conocimientos y las prácticas son adecuadas, así como actitudes positivas.
En relación con las correlaciones, se encuentra un estudio similar de Guerreo y Contreras (22), en el cual se reportaron diferencias significativas en las dimensiones actividad física y relaciones interpersonales, sueño y estrés, nutrición, familiares y amigos (p< 0,01); tipo de personalidad y satisfacción escolar e imagen interior y orden (p< 0,05).
En general en el estudio realizado se muestran estilos de vida saludable regulares; estudios por Veramendi, Portocarero y Espinoza (23), en Perú, revelan resultados significativos en los estilos de vida de los estudiantes en Perú, los estudiantes tuvieron un estilo de vida saludable (media 81,9) y una calidad de vida percibida buena (media 152,5). Por otro lado, existe relación significativa entre los estilos de vida y la calidad de vida (Rho Spearman 0,67; p≤ 0,000).
Los hallazgos relacionados con el sexo puntuaron en mayor escala en las mujeres en relación con los estilos de vida y las medidas de seguridad, así como nutrición y relaciones interpersonales, y los hombres puntuaron más en actividad y ejercicio y autoeficacia; estudio en Colombia (24) el 92% de los participantes era de sexo femenino, el 95% presentaba un estilo de vida adecuado y un 5% tenía un estilo de vida algo bajo. No se evidenciaron diferencias en el puntaje global por sexo (76,1 vs. 72,9 p= 0,05), desarrollo o no de práctica clínica formativa (72,9 vs. 75,1 p= 0,13) y nivel socioeconómico bajo o alto (72,8 vs. 75,1 p= 0,10).
Estudio similar por Gadi et al. (3) refieren en estilo de vida y comportamientos: el 51,5% cambió su dieta, el 45,5% hacía menos ejercicio, el 66,5% experimentó un cambio en el sueño, el 51,1% refirió cambio en el apetito. Salud mental: el 84,2% se preocupó demasiado por diferentes cosas, el 61,9% no pudo dejar o controlar la preocupación, el 71,2% experimentó problemas para relajarse durante varios días. Sentimientos de minusvalía: el 72,1%. Educación: el 65,7% tuvo problemas para completar los resultados de aprendizaje con la entrega en línea; el 82% estuvo preocupado por la afectación de las habilidades prácticas, el 60,5% se preocupaba por el impacto de la COVID-19 en su futuro laboral. Casi la mitad, 48,9%, creía que la enseñanza en línea debería formar parte del plan de estudios estándar.
Un estudio en México durante la pandemia evidencia en sus hallazgos la prevalencia de nivel de actividad física según el género y el rango de edad y expone el nivel de actividad física que realizan; con mayor predominio del nivel bajo con 46,35%, seguido del nivel alto 31,76 % y finalmente el moderado 21,89%. Por otra parte, la frecuencia de los diferentes niveles de actividad física fue significativamente distinta con respecto al género, donde el femenino muestra mayor prevalencia en el nivel bajo de actividad física con respecto al masculino (25).
Guerreo y Contreras (22) reportaron diferencias significativas en las dimensiones: actividad física y social, sueño y estrés, nutrición, familiares y amigos (p< 0,01); tipo de personalidad y satisfacción escolar, imagen interior y orden (p< 0,05).
De acuerdo con Ramos et al. (26) y Mebarak et al. (27) se identifican los hábitos saludables y no saludables en los adolescentes y se ven influenciados por la vulnerabilidad y el entorno social, el uso de la tecnología y la vida moderna, los cuales afectan el tiempo libre y los determinantes sociales en salud.
En estudios anteriores donde se abordan los estilos de vida de los adolescentes se encuentran riesgos en la alimentación, el estrés escolar, sobre todo el autocuidado de su salud, y en esta temporada de pandemia se intensificó más el descuido en el cuidado de la salud y se toma como un estigma no tener buenos estilos de vida saludable (28).
Por lo cual, la tendencia de aquellas conductas que promueven la salud se reconoce que no en todos los casos son aplicadas con regularidad (29-31). Esta dinámica coincide con lo planteado sobre los estilos de vida saludable, ya que es común encontrar entre los individuos altos niveles de conocimientos en torno a los beneficios de conductas que favorecen la salud, al tiempo que se encuentra una tendencia hacia la falta de aplicación de las mismas en su vida cotidiana.
Por lo antes mencionado, es palpable que en la pandemia han surgido desafíos de larga data, y los procesos de aceleración, cambio y parálisis han marcado la educación en estos tiempos. Además, los aspectos epidemiológicos, tecnológicos y psicológicos deben ser más valorados en el regreso a las actividades. Para la formación de enfermería está el surgimiento de tecnologías de interfaz que articulan lo físico con lo digital y que amplían el debate, el intercambio de experiencias, la interacción, la reflexión y el pensamiento crítico (32-34).
El cuidado de enfermería es presencial e indispensable. Así, la formación de profesionales para el cuidado de la vida humana requiere de conocimientos, habilidades y actitudes en la integración docente servicio-comunidad y en el trabajo interprofesional (6,35).
 
Limitación del estudio
En México es imperativo evidenciar intervenciones en gestión de estilos de vida saludables para minimizar factores de riesgo en los adolescentes y prevenir enfermedades. Así mismo, no se cuenta con pruebas sólidas para hacer visibles las intervenciones de enfermería en situaciones de conductas de riesgo para promover los estilos de vida basados en métodos y medidas de investigación validadas con especial atención en los factores de riesgo y protección de nivel individual, familiar y comunitario.
 

Conclusiones

El modelo de promoción a la salud está centrado en ayudar a las personas para alcanzar mayores niveles de bienestar e identificar los factores de fondo que influyen en el comportamiento de la salud; el trabajo de enfermería en el aporte del desarrollo del conocimiento como un proceso esencial. El modelo de promoción a la salud es util para planificar y cambiar los comportamientos poco saludables debido a que utiliza los componentes biopsicosociales relacionados a la conducta y conocimientos de las personas, además refiere a las barreras percibidas o apreciaciones negativas o desventajas que representa la percepción del compromiso y competencia de uno mismo para ejecutar cierta conducta.
Los estilos de vida dependen, en gran medida, de la situación social de cada adolescente a partir de su entorno (subregión de procedencia), las características de las familias e individuales (género, edad, grado escolar), la institución educativa, las creencias y las costumbres, los resultados de estas formas de vida que llevan algunos de ellos son en conductas de riesgo para el cuidado en esta pandemia, las variantes de edad y sexo, así como vida escolar y no solo procesos patológicos. Se puede argumentar que existe una relación positiva entre los estilos de vida y los conocimientos y las prácticas, a mayor estilo de vida se evidencia mayor percepción de bienestar percibido en la población de estudio.
 

Financiación

Ninguna.
 

Conflicto de intereses

Ninguno.
 

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Artículos especiales - 1 - Enfermedad meningocócica invasiva en España: de la epidemiología a las estrategias de vacunación

 

 

Cómo citar este artículo:
Ayala Velasco R, García Pérez A, Montoro Montero I, Cisneros Leralta E, González Quero N, Salamanca Postigo E. Enfermedad meningocócica invasiva en España: de la epidemiología a las estrategias de vacunación. RIdEC 2022; 15(2):49-61.
 
Fecha de recepción: 22 de marzo de 2022.
Aceptada su publicación: 18 de octubre de 2022.
 

Autores

1 Raúl Ayala Velasco 
2 Alejandro García Pérez
3 Irene Montoro Montero
3 Elisa Cisneros Leralta 
3 Natalia González Quero
3 Elisa Salamanca Postigo
 
  1. Enfermero. Centro Salud el Sardinero. Santander, Cantabria (España).
  2. Enfermero. Centro Salud La Mejostilla. Cáceres (España).
  3. Departamento Médico, GSK, Tres Cantos. Madrid (España).
 
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Resumen

Objetivo: ofrecer a los profesionales de enfermería la evidencia científica más reciente sobre la enfermedad meningocócica invasiva (EMI), para responder a sus desafíos como comunicadores de primera línea sobre salud e inmunización de la ciudadanía.
Métodos: revisión no sistemática, búsqueda bibliográfica en PubMed sobre epidemiología, presentación clínica, factores de riesgo de la EMI y vacunación frente a meningococo, con análisis narrativo. Se examinaron datos epidemiológicos sobre la EMI en España/Europa y recomendaciones de vacunación en España.
Resultados: en España y Europa, el serogrupo meningocócico B (MenB) causa la mayoría de los casos de EMI y afecta principalmente a lactantes (< 1 año) y niños de 1-4 años. Durante muchos años, MenC ha sido el segundo serogrupo más frecuente en España. Sin embargo, el número de casos de MenC fue disminuyendo gracias a la vacunación. Actualmente, MenB se mantiene como el serogrupo predominante, seguido de MenW y MenY. El desarrollo de una vacuna efectiva frente a MenB ha supuesto un reto, pero los avances científicos recientes han permitido el desarrollo de dos vacunas efectivas frente a MenB.
Solo una de ellas está indicada en lactantes y niños pequeños.
Conclusiones: esta revisión proporciona a los profesionales de enfermería información actualizada sobre la EMI y la vacunación antimeningocócica, que puede serles de ayuda en su labor de informar a padres y pacientes. Además, complementa los conocimientos sobre la administración y gestión de estas vacunas en la práctica diaria para prestar unos cuidados de calidad, eficaces y eficientes.
Palabras clave: infección meningocócica; enfermedad meningocócica invasiva; Neisseria meningitidis; serogrupo; vacuna antimeningocócica; pandemias.
 

Abstract

Invasive Meningococcal Disease in Spain: from epidemiology to vaccination strategies
Objective: to offer nursing professionals the most recent scientific evidence about Invasive Meningococcal Disease (IMD), in order to give an answer to their challenges as first line communicators regarding health and immunization in the community.
Methods: a non-systemic review, bibliographic search in PubMed on epidemiology, clinical presentation, risk factors for IMD and vaccination against meningococcus, with narrative analysis. Epidemiological data on IMD in Spain / Europe was examined, as well as recommendations for vaccination in Spain.
Results: in Spain and Europe, meningococcal serogroup B (MenB) causes the majority of IMD cases, and it affects mainly infants (< 1-year-old) and 1-to-4-year-old children. For many years, MenC has been the second most frequent serogroup in Spain; however, the number of MenC cases has been reduced due to vaccination. Currently, MenB is still the prevailing serogroup, followed by MenW and MenY. Developing an effective vaccine against MenB has represented a challenge, but recent scientific advances have led to the creation of two effective vaccines against MenB. Only one of them has the indication for infants and small children.
Conclusions: this review provides updated information on IMD and antimeningococcal vaccination to nursing professionals, which can be helpful for their task of informing parents and patients. Besides, it complements their knowledge on administration and management of these vaccines in daily practice, in order to offer good-quality care which is effective and efficient.
Key words: meningococcal infection; invasive meningococcal disease; Neisseria meningitidis; serogroup; antimeningococcal vaccine; pandemics.

Introducción

La meningitis es una inflamación de las meninges (membranas que protegen y cubren el cerebro y la médula espinal) que progresa rápidamente. Constituye un problema importante de salud pública, afectando a casi tres millones de personas en el mundo y causando más de 300.000 muertes anuales (1). La meningitis puede estar causada por virus, bacterias, hongos y, rara vez, medicamentos. La etiología más común es la viral y el tipo más grave, la meningitis bacteriana (2). La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elaborado un plan de acción para la erradicación de la meningitis en 2030. El primer pilar de este plan consiste en prevenir la meningitis bacteriana mediante vacunación (3). Entre las bacterias causales se encuentran Neisseria meningitidis o meningococo, Streptococcus pneumoniae o neumococo, Haemophilus influenzae de tipo b (Hib); Streptococcus agalactiae o estreptococo del grupo B, Listeria monocytogenes y Escherichia coli. La introducción de vacunas frente a algunos de estos patógenos ha modificado el perfil epidemiológico de la meningitis bacteriana (3). Así, la meningitis por Hib, anteriormente la más frecuente en niños menores de 5 años, ahora, en la era posvacunal, es la más infrecuente; ha disminuido un 50% en el mundo (3) y aún más (≥ 90%) en los países desarrollados (4).
La enfermedad meningocócica invasiva (EMI), cuya presentación clínica principal es la meningitis meningocócica, cursa como epidemia con brotes de tamaño diverso y como endemia con casos esporádicos (5). La EMI se da en todas las edades, pero sobre todo entre lactantes (niños menores de 1 año), niños de 1 a 4 años, seguidos de adolescentes y adultos jóvenes (3,5-7). La prevalencia de la EMI y la distribución de serogrupos varían según la región (3). La mayor carga de EMI se da en las epidemias de estaciones secas en el llamado “cinturón de la meningitis”: regiones del África subsahariana de Senegal a Etiopía (3). Los serogrupos meningocócicos (Men) responsables de la mayoría de los casos de EMI son A, B, C, W, X e Y (3).
En España y el resto de Europa, MenB produce la mayoría de los casos (6-9).
El ser humano es el único reservorio del meningococo (10%-35% de las personas) (10,11). Los adolescentes muestran las tasas más altas de portación; los jóvenes de 19 años son los portadores más habituales (portación media: 23,7%), seguidos por personas de 30 (13,1%) y 50 años (7,8%), niños de 10 años (7,7%) y bebés (4,5%) (12). La nasofaringe es el único reservorio natural, donde sobrevive como comensal inocuo, transmitiéndose a través de gotículas de las secreciones respiratorias de enfermos y portadores asintomáticos (10,13). En pocos casos, por razones no totalmente esclarecidas, algunas bacterias superan las defensas del organismo y escapan de la nasofaringe hacia la sangre causando EMI (10). Al alcanzar el torrente sanguíneo, el meningococo se reproduce, causando sepsis y fallo orgánico y/o atraviesa la barrera hematoencefálica hasta alcanzar el epitelio meníngeo (14).
Durante muchos años se dispuso de vacunas frente a MenA, MenC, MenW y MenY y las recomendaciones correspondientes de vacunación se incorporaron a los Programas Nacionales de Inmunización (PNI) de todo el mundo (3), también en España (15). Sin embargo, el desarrollo de una vacuna efectiva frente a MenB supuso un enorme reto para los investigadores durante muchos años. Solo los avances recientes en vacunología inversa han permitido alcanzar este objetivo (16).
La pandemia por COVID-19 ha sometido a los sistemas sanitarios de todo el mundo a una presión extrema. Paradójicamente, aunque esta pandemia subrayara los beneficios de las vacunas para la humanidad, también interrumpió programas de inmunización que salvan vidas (17). Uno de los aprendizajes tras la primera ola de pandemia por COVID-19 y la reanudación de las vacunaciones que fueron interrumpidas es la importancia de que el personal sanitario siga informando a la población sobre la vacunación (17). Los profesionales de enfermería constituyen un eslabón fundamental para resolver las preocupaciones, informar y dar respuesta a las dudas que se les plantean diariamente sobre vacunas, con un lenguaje comprensible. Su papel es esencial en la reanudación de los programas, la gestión de las campañas de vacunación y, en última instancia, la “derrota” de la meningitis, algo complejo y que implica una buena coordinación entre los programas de vacunación y su implementación (18,19). Por todo ello, se ofrece una actualización sobre la prevención de la EMI en la práctica diaria de enfermería, con énfasis en el MenB, causante de la mayoría de los casos en España.
 

Métodos

Diseño
Entre febrero de 2020 y octubre de 2022 se efectuó una revisión no sistemática de la bibliografía y de la evidencia científica publicadas.
 
Estrategia de búsqueda
La revisión se llevó a cabo buscando los términos y las combinaciones siguientes en PubMed: epidemiology, clinical presentation, pathology, risk factors, invasive meningococcal disease, meningococcal vaccines, Neisseria meningitidis. La búsqueda bibliográfica y la extracción de información fue realizada por seis personas. También se seleccionaron artículos, documentos técnicos y científicos, bases de datos y sitios web de organizaciones y organismos oficiales de salud que contuvieran datos epidemiológicos de Europa y España sobre EMI, presentación clínica, factores de riesgo, información sobre vacunas antimeningocócicas y recomendaciones de vacunación.
También se seleccionaron artículos científicos, además de los encontrados en PubMed, en guías de práctica clínica, informes de organismos de salud internacionales, ministerios de sanidad, consejerías de salud e información de producto de agencias de medicamentos. Para minimizar el número de referencias bibliográficas se han escogido algunas referencias entre varias con la misma información.
No se aplicó ningún límite temporal para la recuperación de documentos.
 
Análisis de datos
Se extrajeron los datos cuantitativos y cualitativos de interés para este artículo y en línea con el objetivo del mismo. Se ha realizado una revisión narrativa.
 

Resultados

Búsqueda bibliográfica
En la búsqueda bibliográfica se seleccionaron artículos científicos encontrados en PubMed (51), guías de práctica clínica (2), informes de organismos de salud internacionales (15), ministerios de sanidad (12), consejerías de salud (10) e información de producto de agencias de medicamentos (8). Para minimizar el número de referencias bibliográficas en este artículo se han escogido algunas referencias entre varias que contienen la misma información.
En la Figura 1 se resume el contexto, los resultados y el impacto de esta revisión bibliográfica para los profesionales sanitarios.
 

Figura 1. Resumen en lenguaje sencillo
 
Factores de riesgo y presentación clínica
La EMI, cuyos factores de riesgo dependen del huésped, el microorganismo y el ambiente (Figura 2), es una urgencia médica que requiere tratamiento clínico inmediato (19). Desde que aparecen los síntomas, causa la muerte de la mitad de los pacientes no tratados y del 10% de la totalidad en solo 48 horas. Además, puede producir secuelas neurológicas, cognitivas y motoras en el 20% de los pacientes (3). El 10% de los niños que sobrevive a MenB sufre una discapacidad importante y al menos un tercio experimenta déficits de la función física, cognitiva y ejecutiva (crisis epilépticas, amputaciones de miembros, sordera y alteraciones visuales) (20). Los síntomas fulminantes pueden instaurarse rápidamente tras un cuadro clínico inicial leve. El fallo multiorgánico y la muerte ocurren en horas (21). El periodo medio de incubación entre la invasión sanguínea del meningococo y los síntomas es de cuatro días, pero varía desde dos hasta diez días (3).
Los síntomas característicos de la EMI son rigidez de cuello, fiebre, confusión, fotofobia, cefalea y vómitos; los síntomas tempranos pueden confundirse con los de la gripe o el resfriado común. En niños mayores de 5 años a menudo se observa también fiebre, irritabilidad y agitación. Algunos bebés lloran sin consuelo y a veces muestran una fontanela abultada 12- 15 horas después del comienzo de los síntomas. Las crisis epilépticas suceden en bebés y pacientes mayores en las primeras 24 horas. La sepsis ocurre en las primeras 12 horas y el síntoma característico es la erupción purpúrica; cursa también con colapso circulatorio, dolor en miembros inferiores, frialdad periférica y palidez cutánea. La inflamación meníngea ocasiona asimismo edema, aumento de la presión intracraneal, herniación cerebral y muerte (3,22).
Por último, los adolescentes pueden sufrir en ocasiones síntomas gastrointestinales atípicos causados por una cepa hipervirulenta MenW, asociada a una alta letalidad. Por esto, es importante que los profesionales sanitarios de primera línea conozcan esta presentación clínica inusual pero grave, para poder garantizar un diagnóstico y un tratamiento tempranos (22).
 

Figura 2. Factores de riesgo para la EMI
 
Epidemiología de la EMI en España
En España, la enfermedad meningocócica está incluida en la lista de enfermedades de declaración obligatoria, lo que
significa que “los casos que cumplen los criterios de declaración de acuerdo con el protocolo de vigilancia se notifican a
la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE)”, que los analiza por temporada epidemiológica (desde la semana
41 de un año hasta la semana 40 del año siguiente) (6). La incidencia de la EMI en España ha seguido una tendencia
ascendente desde la temporada 2014-2015, aumentando en 2017-2018 un 27,6% frente a la temporada anterior (6,15).
Respecto a los grupos de edad, el perfil epidemiológico en España no ha variado en los últimos años: lactantes y niños de
1-4 años siguen siendo el principal grupo afectado por la EMI (6,7,9,15) (Gráfico 1).
 

Gráfico 1. Tasa de notificación de EMI (número de casos notificados y confirmados* por 100.000 habitantes) por grupos de edad en España, 2000-2018
 
En España, desde hace unos veinte años, MenB ha causado la mayoría de los casos (6,9,15) (Gráfico 2), mientras que MenC era el segundo serogrupo más frecuente.
 
Vacunación frente al meningococo: vacunas disponibles y recomendaciones de vacunación en España

Vacunas frente a MenC y MenACWY

Se dispone de tres vacunas MenC, dos de ellas conjugadas con un mutante no tóxico de la toxina diftérica (MenC-CRM, Menjugate, GSK y Meningitec, Nuron Biotech) y otra con el toxoide tetánico (MenC-TT, NeisVac-C, Pfizer) (23,24) (Tabla 1). Por otra parte, existen tres vacunas tetravalentes MenACWY (MenACWY-TT, Nimenrix, Pfizer; MenACWY-TT, MenQuadfi, Sanofi; y MenACWY-CRM, Menveo, GSK) (Tabla 1), indicadas para la inmunización activa frente a los serogrupos incluidos en la vacuna (23,24).
La vacuna MenACWY-CRM se administra en una sola dosis. Para garantizar niveles óptimos de anticuerpos frente a los serogrupos vacunales, el programa de vacunación primaria debe terminarse un mes antes de la posible exposición a MenACWY (Tabla 1; Menveo-Ficha técnica). Las tres vacunas MenACWY se pueden administrar concomitantemente con las vacunas propias de la edad en lugares de inyección separados y lados opuestos. Las inyectadas en una misma extremidad deben distanciarse 2,5 cm como mínimo, para individualizar las posibles reacciones locales (23). Además, MenACWY-CRM se puede coadministrar con vacunas para viajeros (fiebre amarilla, encefalitis japonesa, fiebre tifoidea y rabia) (Tabla 1; Menveo- Ficha técnica).
 

Gráfico 2. Distribución de casos notificados y confirmados* de EMI por serogrupo, 2000-2018
 

 
En España, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) incluyó la vacuna conjugada MenC en su programa de inmunización pediátrica en el año 2000. Tras varias actualizaciones, la última recomendación (una dosis a los 4 meses y una dosis a los 12 meses con vacuna conjugada frente a MenC y una dosis de vacuna frente a MenACWY a los 12 años de edad, con un rescate progresivo hasta los 18 años de los nacidos entre 2001 y 2006) se publicó en marzo de 2019 (15).
Actualmente, el CISNS recomienda la vacuna antimeningocócica MenC a los 4 y 12 meses de edad y no contempla la vacunación frente a MenACWY en población infantil más allá de la dosis comentada de la adolescencia (25), quedando sujeta su inclusión a la potencial existencia de aumentos en la incidencia de MenW y MenY en la infancia (15,23). Andalucía, Castilla y León, Melilla, Murcia y Baleares son las únicas regiones que incluyen la vacuna MenACWY a los 12 meses en sustitución de la vacuna frente a MenC (Tabla 2).
 

 
Por su parte, el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP) recomienda en 2022 una dosis de la vacuna MenC-TT a los 4 meses más dos dosis de la vacuna MenACWY, a los 12 meses y a los 12 años, con un rescate progresivo hasta los 18 años (24).
 
Vacunas frente a MenB
 
Existen dos vacunas frente a MenB, la de cuatro componentes (4CMenB, Bexsero, GSK) y la de dos componentes (MenBFHbp, Trumenba, Pfizer) (23,24) (Tabla 1). En España, la vacunación MenB no está incluida en el Calendario Común a lo largo de toda la vida. Calendario recomendado año 2022, elaborado por el CISNS (25), salvo para los siguientes grupos de riesgo: asplenia anatómica o disfunción esplénica grave, deficiencias del sistema del complemento, trasplantes de progenitores hematopoyéticos, tratamiento con eculizumab, padecimiento anterior de EMI, personal de laboratorio expuesto a meningococo y, en caso de brotes u otras situaciones, si las autoridades sanitarias lo considerasen necesario (15).
Castilla y León, Canarias, Andalucía, Cataluña y Galicia (Tabla 2), así como varios países y regiones del mundo (Reino Unido, República Checa, Portugal, Irlanda, Andorra, Lituania, San Marino, Italia, Malta, EE.UU. -decisión clínica compartida o condiciones especiales- y Australia Meridional) han introducido 4CMenB en sus programas de inmunización financiados con fondos públicos (26). Recientemente, Castilla-La Mancha ha anunciado que incluirá la vacunación frente a MenB en su calendario vacunal a partir del 1 de marzo del año 2023 (Tabla 2).
El CAV-AEP 2022 recomienda la inmunización frente a MenB en lactantes con una pauta de tres dosis de 4CMenB a partir del 2º mes de edad (2+1). Para el resto de las edades, incluido adolescentes, la recomendación es de tipo individual con cualquiera de las dos vacunas (4CMenB o MenB-FHbp) (24).
 
Indicaciones
De las dos vacunas MenB disponibles (Tabla 1), 4CMenB está indicada para su uso en niños de 2 meses o mayores y MenBFHbp en niños de 10 años o mayores.
4CMenB se puede administrar en un rango etario más amplio a partir de los dos meses, pudiéndose terminar la pauta completa de inmunización en los mayores de 2 años en solo un mes. Esto, unido a la mayor flexibilidad de pauta, podría facilitar el cumplimiento y la adherencia entre adolescentes y adultos jóvenes. Según un estudio reciente, estos grupos de edad tenían más probabilidades de completar la vacunación con 4CMenB que con MenB-FHbp (27).
 
Interacciones y precauciones
4CMenB se debe almacenar en su envase original a 2-8 °C para protegerla de la luz (Tabla 1; Bexsero-Ficha técnica). Es posible su administración concomitante en inyecciones intramusculares separadas, con vacunas que contengan los siguientes antígenos (monovalentes o combinados): difteria, tétanos, tosferina acelular, Hib, poliomielitis inactivada, hepatitis B, neumocócica heptavalente conjugada; sarampión, parotiditis, rubéola, varicela; y MenA, MenC, MenW y MenY conjugada.
MenB-FHbp (Tabla 1; Trumenba-Ficha técnica) se puede administrar concomitantemente con las vacunas tetravalentes del virus del papiloma humano; toxoide tetánico, toxoide diftérico reducido y tosferina acelular y polio inactivada; y vacuna conjugada antimeningocócica de los serogrupos A, C, W e Y.
 
Perfil de seguridad
Los datos de seguridad de MenB-FHbp en la práctica clínica real son limitados (Tabla 1; Trumenba-Ficha técnica). Sin embargo, los datos de seguridad de ensayos clínicos con más de 15.000 personas vacunadas de 10 años o más revelaron que los síntomas más frecuentes eran reacciones en el lugar de inyección, fatiga, cefalea, escalofríos, diarrea, dolor muscular, dolor articular y náuseas (Tabla 1; Trumenba-Ficha técnica).
En cuanto a 4CMenB, según los resultados de 17 ensayos clínicos, 10 de ellos aleatorizados, con 10.565 participantes, las reacciones adversas más frecuentes fueron las del lugar de inyección (dolor, enrojecimiento, hinchazón, etc.) en lactantes, niños, adolescentes y adultos. Los síntomas más habituales también comprenden malestar y cefalea en adolescentes y adultos y fiebre (≥ 38 °C) en lactantes, más frecuente cuando 4CMenB se coadministraba con otras vacunas. A este respecto, el uso de paracetamol como profilaxis reduce la incidencia y la gravedad de la fiebre sin disminuir la inmunogenicidad (Tabla 1; Bexsero-Ficha técnica).
Además, este perfil de seguridad se ha confirmado a partir de los datos obtenidos tras la utilización de 4CMenB en condiciones de vida real, fuera de los ensayos clínicos. En el Reino Unido, de 2015 a 2017, se administraron tres millones de dosis de 4CMenB a 1,29 millones de bebés de 2 a 18 meses con una pauta 2+1 concomitantemente con otras vacunaciones sistemáticas y no se notificaron problemas importantes de seguridad (28). Durante este periodo se notificaron menos de la mitad de las tarjetas amarillas que con la vacuna MenC conjugada introducida en 1999, aunque las importantes mejoras en el sistema de notificación hacían prever lo contrario (28). Esta experiencia del Reino Unido reveló una relación beneficio-riesgo favorable de la vacuna. Las reacciones adversas principales fueron locales, reacciones en el lugar de inyección (41%) y fiebre (40%). La gran mayoría (80%) de las notificaciones de fiebre indicó su resolución, pero no se dio información suficiente sobre el uso del paracetamol (28). No obstante, en un estudio aleatorizado y controlado de fase 2 se describió que la coadministración con las vacunas de rutina aumentaban la incidencia de fiebre y que la profilaxis con paracetamol la reducía, al igual que la de las reacciones locales (29). Asimismo, la profilaxis con paracetamol permitió reducir la incidencia de fiebre entre más de 59.000 participantes (de dos meses a 20 años de edad) en una campaña de vacunación en Quebec (30).
Durante esta campaña, la fiebre resultó más común en los niños pequeños menores de 2 años, duró de uno a dos días y muy pocos niños (0,6%) tuvieron ≥ 40 °C (30).
 

Discusión

Gracias a la vacunación, entre otros factores, la incidencia de EMI se ha reducido en las últimas décadas. La EMI por MenC se ha reducido de forma continua desde el año 2000 y ha alcanzado los niveles de MenY y MenW, siendo incluso inferior a MenW en 2018 (6,9,15). El número de casos de MenW y MenY en España pasó del 3,3% del total de EMI en 2014-2015 al 12,9% (MenW) y al 9,9% (MenY) en 2017-2018 (6,15). Durante la temporada 2017-2018 se atribuyeron a la EMI 44 muertes en España, más del doble de las registradas en 2013-2014 (6,15). La mortalidad total en 2017-2018 fue del 12,7% (6,15), siendo más elevada en los grupos de mayor edad (6,9,15). Al cierre de la temporada epidemiológica 2018-2019, la EMI en España continuó con la tendencia ascendente de los últimos años registrando un total de 400 casos confirmados (7). Sin embargo, en las dos últimas temporadas epidemiológicas 2019-2020 y 2020-2021, tanto el total como el número de casos por serogrupo ha disminuido considerablemente respecto a la temporada 2018-2019, notificándose un total de 265 y 57 casos confirmados de EMI, respectivamente (7,8). MenB se mantiene como el predominante, seguido del MenW (7,8) y los menores de 1 año de edad siguen siendo los más vulnerables (7). El último informe oficial de datos epidemiológicos publicado es el de la temporada 2017-2018 (6); los datos de las temporadas epidemiológicas 2018-2019, 2019-2020 y 2020-2021 son datos provisionales (7,8). Además, hay que tener en cuenta que las temporadas de 2019-2020 y 2020-2021 han coincidido con periodos de la pandemia por COVID-19, por ello, el Instituto de Salud Carlos III ha ido informando en sus boletines semanales de RENAVE que: “debido a la especial situación derivada de la pandemia de SARS-CoV-2, los datos relativos a la vigilancia de todas las enfermedades incluidas en este informe semanal se considerarán provisionales, pudiendo ocurrir que los cero casos se deban a falta de notificación o retraso en algunas de las comunidades autónomas” (7,8).
En cuanto a la EMI por MenW y MenY, se observa que la incidencia de casos ha aumentado de manera exponencial desde 2015 hasta la temporada 2018-2019, especialmente en personas de 15 años o mayores (6-8). Por eso, en marzo de 2019, el Ministerio de Sanidad español recomendó sustituir la dosis de la vacuna MenC de los 12 años por una dosis de la vacuna MenACWY, incluyendo un rescate hasta los 18 años (nacidos entre 2001 y 2006) (15). Así, se espera obtener protección directa en la cohorte vacunada (población con mayores tasas de portación) y protección comunitaria frente a MenW y MenY, a la vez que se mantiene la protección frente a MenC (15).
El desarrollo de una vacuna MenB supuso un hito de la vacunología en la primera década del siglo XXI. Los problemas para su desarrollo se relacionaban con la escasa inmunogenicidad de sus polisacáridos capsulares (31). De hecho, el desarrollo de vacunas frente a MenA, MenC, MenW y MenY se basó en el polisacárido capsular de cada uno de ellos. Sin embargo, esta técnica no pudo ser utilizada para el desarrollo de vacunas frente a MenB. La cápsula de MenB es poco inmunógena y debido a que es químicamente idéntica a un ácido polisiálico de 2-8 enlaces presente en muchos de nuestros tejidos, podría ser causa potencial de efectos autoinmunes (31,32). Los avances científicos posibilitaron el desarrollo de dos vacunas frente a MenB: 4CMenB, mediante vacunología inversa, siendo la primera vacuna MenB registrada y MenB-FHbp desarrollada con el enfoque clásico. Ambas vacunas basadas en proteínas se han utilizado con éxito para contener brotes (33). Además, dado que 4CMenB se ha introducido ya en varios PNI, existe evidencia relevante en la práctica clínica real de su efectividad y seguridad en diferentes entornos sanitarios y grupos de edad (26,28,30,33).
La meningitis es una enfermedad grave pero muy poco frecuente, por lo que la protección individual prima sobre la colectiva.
Debido a que en España las vacunas frente a MenB y MenACWY no están incluidas en los calendarios de vacunación sistemática en algunas comunidades autónomas o llevan poco tiempo incluidas, el efecto de la vacunación, hasta llegar a alcanzar la inmunidad de rebaño, podrá evidenciarse con el transcurso de los años, tras una mayor implementación.
 

Conclusiones

La EMI es una enfermedad grave que constituye un problema importante de salud pública en el mundo por su tasa de letalidad y las posibles secuelas graves. La vacunación se presenta como la herramienta más eficaz de prevención. Las vacunas clásicas frente a MenA, MenC, MenW y MenY se desarrollaron a partir de polisacáridos capsulares. Sin embargo, el desarrollo de una vacuna efectiva frente a MenB, principal responsable de los casos de EMI en Europa y España, suponía un reto, debido a la semejanza del polisacárido capsular de MenB con un ácido polisiálico presente en muchos de nuestros tejidos. Pero los avances de la vacunología moderna han llevado al desarrollo de las dos vacunas disponibles actualmente: 4CMenB y MenB-FHbp. 4CMenB ha sido ampliamente utilizada y está incluida en varios programas de inmunización tanto regionales como nacionales. Los datos procedentes de su uso en vida real demuestran que esta vacuna es efectiva y bien tolerada en todas las edades.
En el contexto de la pandemia de COVID-19, donde las vacunaciones sistemáticas se han visto en ocasiones interrumpidas, se hacen más necesarias que nunca la educación y la información a la ciudadanía por parte de los profesionales sanitarios, para evitar un impacto negativo en las coberturas de vacunación que pueda ocasionar la aparición de brotes de enfermedades inmunoprevenibles que estaban controladas y contribuyan a la sobrecarga del sistema sanitario. En todo este engranaje, el profesional de enfermería tiene un papel fundamental.
 

Agradecimientos

Los autores desean expresar su agradecimiento a Amir Diab Cáceres (GSK, Tres Cantos, Madrid, España), Sheila González Corchado (Centro de Salud Talayuela, Cáceres, España) y Ana Corrales Fernández (Centro de Salud Nueva Montaña, Santander, España) por el apoyo científico durante el desarrollo de este manuscrito Los autores también desean agradecer la asistencia editorial y la coordinación del manuscrito por parte de la plataforma Business & Decision Life Sciences, en nombre de GSK, la asistencia editorial y la coordinación del manuscrito. Athanasia Benekou proporcionó ayuda para la redacción.
 

Financiación

GlaxoSmithKline Biologicals SA financió este trabajo y se hizo cargo de todos los costes asociados con el desarrollo y la publicación de este manuscrito.
 

Conflictos de intereses

IMM, ECL, NGQ y ESP son empleadas de GSK. ECL tiene acciones en GSK. IMM y ECL, NGQ y ESP no declaran ninguna otra relación o actividad financiera o no financiera. RAV y AGP declaran no tener ninguna relación o actividad financiera o no financiera ni conflictos de interés.
 

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Artículos especiales - 2 - Cuidados enfermeros y atención de la patología de baja complejidad de enfermería en Atención Primaria: a propósito de un caso de diarrea

Cómo citar este artículo:
Dalfó Pibernat A, Feijoo Cid M, Moreno Martínez M, Ovejas López A, Rossel Vidal J. Cuidados enfermeros y atención de la patología de baja complejidad en enfermería en Atención Primaria: a propósito de un caso de diarrea. RIdEC 2022; 15(2):63-9.
 
Fecha de recepción: 30 de marzo de 2022.
Aceptada su publicación: 8 de noviembre de 2022.
 

Autores

Artur Dalfó Pibernat. Enfermero. CAP Horta. Barcelona (España).
María Feijoo Cid. Profesora. Departamento de Enfermería. Facultad de Medicina. Universitat Autònoma de Barcelona. España.
Marina Moreno Martínez. Enfermera. CAP Gironella. Barcelona (España).
Aida Ovejas López. Médico de familia. CAP Horta. Barcelona (España).
Jessica Rosell Vidal. Enfermera. Hospital QuirónSalud Barcelona. España.
 
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Resumen

El Institut Català de la Salut (ICS) es el principal proveedor público de servicios sanitarios de Cataluña y desde el año 2008 los equipos de enfermería atienden y gestionan la patología de baja complejidad aguda en el ámbito de la Atención Primaria (AP), mediante protocolos consensuados con algoritmos de actuación, en determinadas situaciones.
El objetivo del presente trabajo es dar a conocer la atención de la enfermera en este proceso y, con ese fin, se presenta un caso clínico de una mujer de 30 años de edad, que tiene un cuadro de diarrea que gestiona y resuelve la enfermera. La finalidad de esta atención y nuevo rol es que atienda la patología aguda leve, tanto en la población adulta como infantil; ello proporciona un valor añadido con un plan de cuidados enfermeros modificando estilos de vida, promoviendo conductas de prevención y control del riesgo, mejorando la autonomía e incluso dando alternativas de cuidado a la medicalización. La atención de problemas de salud de baja complejidad, como el presente caso, incrementa las responsabilidades y el compromiso de las enfermeras más allá de la educación sanitaria en la AP.
Palabras clave: Atención Primaria de Salud; diarrea; enfermería primaria.
 

Abstract

Nursing and general care of low-complexity conditions by Primary Care Nursing: regarding a case of diarrhea
The Institut Català de la Salut (ICS) is the main public healthcare provider in Catalonia, and nursing teams have been providing care and managing acute low-complexity conditions in the Primary Care (PC) setting since 2008, through protocols by consensus with algorithms of action for certain scenarios.
The objective of the current study is to make public the nursing care in this process; to this aim, a clinical case is presented, regarding a 30-year-old woman with diarrhea, which is managed and solved by the nurse. The objective of this care and new role is that they can manage mild acute conditions, both in the adult and the paediatric population; this will provide an added value with a nursing care plan which modifies lifestyles, promotes behaviours of prevention and risk control, improves independence, and even gives alternative options of care other than medicalization. Managing low-complexity health issues, like this present case, will increase the responsibilities and commitment of nurses beyond healthcare education in PC.
Key words: primary health care; diarrhea; primary nursing.

Introducción

El papel de las enfermeras en la Atención Primaria (AP) de salud ha evolucionado rápidamente en las dos últimas décadas en algunos procedimientos básicos y la prestación de apoyo a los médicos de familia en AP, de forma más activa, en la toma de decisiones sobre el cuidado, el manejo de la salud del paciente en condiciones específicas (1,2) y el establecimiento de un buen enlace entre la atención hospitalaria y la AP (3), entre otras. Una de las actividades que ha despertado un enorme interés es el abordaje por parte de la Enfermería de los pacientes con patología aguda leve que solicitan consultas el mismo día (4,5). La evidencia actual indica que las enfermeras son capaces de dar a los pacientes con patología aguda leve un alto nivel de atención, similar al dado por los médicos de familia (6,7). No se encontraron diferencias importantes entre los pacientes atendidos por ambas profesiones con respecto a la resolución de los síntomas, las recomendaciones para el cuidado secundario, si volvían a consulta hasta dos semanas después por ese motivo y la tasa de prescripción.
Además, las enfermeras dieron una mejor información acerca de la enfermedad en comparación con los médicos (6,8,9) y los pacientes refirieron mayor satisfacción.
A pesar de la evidencia a favor de la función de las enfermeras en proporcionar atención a los pacientes con patología aguda leve que solicitan consulta y atención el mismo día de consulta en AP, la introducción de este nuevo papel de las enfermeras en la práctica ha sido difícil por diferentes razones. La más importante de estas razones incluye tener problemas para hacer frente a legislaciones restrictivas (10), falta de conciencia de la población en general acerca de las habilidades enfermeras, la ya conocida resistencia al cambio, el posicionamiento del colectivo médico y enfermero, la falta de homogeneidad del colectivo de Enfermería y la escasa dotación de enfermeras (ratio enfermeras/médico de 1,4 en España el 2009, por debajo de la media según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –OCDE-).
Desde 2008, el Institut Català de la Salut (ICS) ha implantado en AP y Cataluña el plan para gestionar la patología aguda por parte de las enfermeras. Los objetivos propuestos en la atención de la patología aguda (11,12) fueron: atender diversos problemas de salud, aportar el valor añadido de los servicios enfermeros a la mejoría del sistema sanitario y ser finalista en aquellos procesos agudos que puedan ser resueltos por las enfermeras, como son una ITU (infección del tracto urinario), como en el presente caso, la odinofagia (4) o una diarrea como en presente caso. Así mismo, este proveedor realizó protocolos consensuados de distintas patologías agudas, incluyendo una aplicación en el programa informático asistencial con los diferentes protocolos y un sistema de registro común para todos los profesionales, mediante el uso de textos prefijados.
Todos los problemas de salud incluyen un algoritmo de actuación (Figura 1).
El objetivo del presente trabajo es dar a conocer la atención de enfermería en este proceso y con ese fin se presenta un caso clínico de una mujer de 30 años de edad, que tiene un cuadro de diarrea.
 

Caso clínico

Valoración y diagnóstico
Paciente que acudió al CAP por un cuadro de diarrea solicitando una visita urgente al personal de atención al usuario. La visita se remitió a la enfermera de triaje de urgencias. Una vez que la paciente entró en la consulta, esta se presentó como profesional de Enfermería, informándole que se realizaría una valoración general, recopilando la información sanitaria relevante para el abordaje del problema de salud y evaluando la necesidad de la valoración médica. Una vez explicado esto a la paciente se procedió a su anamnesis y a su examen físico.
La paciente era independiente para la satisfacción (IPSN) de las 14 necesidades según Virginia Henderson. Mujer de 30 años de edad, que consultó por diarrea (en este caso se procedió a desarrollar el protocolo de patología aguda: diarrea) (Figura 1). Presentaba los siguientes antecedentes patológicos de relevancia: hemitiroidectomía (2014), cesárea (2013). Sin medicación activa. En la historia clínica no aparecía ninguna alergia conocida. No refería ningún episodio similar de diarrea recientemente.
Manifestó un aumento de la frecuencia de las deposiciones (> 3 veces/día) y de su fluidez, desde hacía 24 horas. Refirió que las heces no tenían presencia de sangre ni pus ni moco. No estaba embarazada ni presentaba ningún factor psicológico ni situación estresante (Figura 1). Convivía con su marido y sus dos hijos y ninguno de ellos presentaba la misma situación.
En la consulta tenía una temperatura de 37,5 ºC, una tensión arterial de 118/64 mmHg y una frecuencia cardiaca de 70 pulsaciones por minuto. No presentaba signos de deshidratación, la exploración era normal, así como la palpación abdominal y en la fosa ilíaca no presentaba dolor. No refería náuseas ni vómitos. No se realizó glicemia capilar ya que no era diabética.
Siguiendo el protocolo se consideró que no había ningún criterio de derivación médica (Figura 1), por lo que se le diagnosticó de diarrea y se procedió a establecer el plan de actuación.
Se estableció el tratamiento siguiendo el protocolo de actuación. Se recomendó e insistió en la rehidratación oral: agua, infusiones, sueros a Tª ambiente.
Así mismo, se aconsejó reincorporar gradualmente los alimentos, reposo relativo. Al tener febrícula se pautó/prescribió paracetamol 500 mg-1g cada 6-8 h, teniendo en cuenta que la paciente no tenía alergias.
Se realizó la prescripción de forma colaborativa haciendo uso del protocolo establecido de diarrea y por delegación en el programa informático. La enfermera llevó a cabo la prescripción del tratamiento, por delegación informática prescribiendo las recetas en nombre del médico.
Una vez explicada la manera de cómo tomar el tratamiento, se informó de los signos de alarma (fiebre > 38 ºC, presencia de sangre, pus o moco en heces, > 5 vómitos en 12 h, signos de deshidratación; Figura 1). Se le facilitó la IT (incapacidad temporal) ya que era necesario, puesto que esa misma noche trabajaba.
Se le dio una hoja donde constaban estas recomendaciones por escrito. Por último, se le remarcaron los signos y los síntomas de alarma para que pudiera identificar otro episodio de diarrea y reconsultar si fuera necesario.
El problema de salud colaborativo e interdisciplinar (14) realizado en este caso fue una diarrea -frecuencia de eliminación- (00013). Así mismo, el principal diagnóstico enfermero (14) efectuado en este caso fue el mantenimiento inefectivo de la salud, también debido a unos conocimientos deficientes respecto a los métodos para tratar y prevenir la diarrea (00099).
 
 

Figura 1. Algoritmo de decisión en la demanda de diarrea (Institut Català de la Salut, 2009).
 
Planificación de los cuidados
A partir de los diagnósticos enfermeros se desarrolló el plan de cuidados de enfermería, con los criterios de resultado esperados, utilizando la Nurse Outcome Clasification (NOC) (15) (Tabla 1), las intervenciones según la Nursing Intervention Classification (NIC) (16) y las actividades enfermeras prioritarias (Tabla 2): 
1. Eliminación intestinal (NOC: 1605). Manejo de la diarrea (NIC: 0460).
2. Hidratación (NOC: 0602). Manejo de líquidos (NIC: 4120). Monitorización de líquidos (NIC: 4130). Se realizó educación para la salud (Figura 1).
3. Conocimiento: dieta prescrita (1802). Asesoramiento nutricional (NIC: 5246). Enseñanza dieta prescrita (NIC: 5614).
 


 

Evaluación

Asimismo, la paciente evolucionó satisfactoriamente, siguiendo las recomendaciones, reconociendo conductas asociadas al riesgo de infección y desarrollando estrategias efectivas de control saludable. Se cumplieron los indicadores de resultado asociados a los objetivos que se habían propuesto, ya que el paciente acudió de nuevo al CAP en consulta de enfermería para realizarse un análisis de control.
 

Discusión e implicaciones para la práctica clínica

La resolución por parte de la enfermera ante un caso de demanda aguda, como es una diarrea, queda demostrada en el presente caso. Este tipo de visita es frecuente en las consultas de AP en Cataluña. Este plan organizativo desarrolla las potencialidades de la profesión aumentando la responsabilidad asumida, bajo su criterio, y un protocolo establecido, diagnostica y prescribe de forma colaborativa (17) un tratamiento farmacológico. A pesar de que está autorizada verbalmente por el médico y delegada informáticamente, este no valora al enfermo, por lo que la enfermera asume la responsabilidad de la prescripción. Este nuevo procedimiento asistencial ha hecho que los colegios profesionales, tanto de médicos como de enfermeras, mostraran su desacuerdo inicialmente (18). La enfermera debe dar un valor añadido a esta atención de un motivo de salud de baja complejidad como el presente caso con un plan de cuidados enfermeros modificando estilos de vida, promoviendo conductas de prevención y control del riesgo, mejorando la autonomía e incluso dando alternativas de cuidado a la medicalización. Este nuevo sistema implica un aumento de las responsabilidades en cuanto al diagnóstico y al tratamiento.
Un estudio de Fabrellas et al. (19,20) analizó la totalidad de pacientes atendidos por las enfermeras de AP en Cataluña por 23 enfermedades preseleccionados (16 motivos en adultos, siete pediátricos) desde marzo de 2009 hasta abril de 2010. Los pacientes fueron vistos por enfermeras entrenadas que siguieron algoritmos predefinidos como en el presente caso (Tabla 1). Si los signos de alarma eran presentes, los pacientes fueron remitidos a un médico de familia. Se realizaron un total de 629.568 consultas, 575.189 en adultos y 54.379 en pacientes pediátricos. La resolución de los casos se logró en un 61% de los adultos y en el 75,6% de los pacientes pediátricos. En los adultos, la tasa de resolución más alta (> 90%) se obtuvo por quemaduras, lesiones de la piel y anticoncepción de emergencia, y el más bajo para las ITU (46,7%), como el presente caso, el dolor de garganta (45,7%), la conjuntivitis (45,5%) y síntomas respiratorios de vías altas (41,4%). En los pacientes pediátricos, las tasas más altas de resolución (> 90%) se obtuvieron para los cólicos estomacales y quemaduras y las más bajas para la tos (36,2%). Solo un 4% de los adultos y un 2,4% de los pacientes pediátricos retornaron a la consulta tras siete días de la primera consulta por la misma razón.
Con estos datos (19,20), y con la experiencia personal, se considera que este sistema de gestión de las urgencias ha agilizado la puerta de entrada a AP, haciendo que la enfermera pueda resolver un número elevado de visitas, no siendo solo la resolución del problema de salud el objetivo de esta atención. Igualmente, es importante la labor de la educación sanitaria a la población, explicando, cuando proceda, que el motivo de la visita no corresponde a una urgencia y que puede esperar a tener una visita programada con el médico de familia. Así mismo, permite incidir en las medidas preventivas y en el seguimiento de las patologías crónicas de forma espontánea. En algunos estudios realizados en otros países (6,7,9), donde la enfermera atiende la demanda urgente en AP, se considera que los pacientes muestran altos niveles de satisfacción con el rol de estos profesionales, pues refieren que les prestan mayor información sobre su problema de salud, disponen de más tiempo por visita y especifican más el tratamiento a seguir, sin hallar diferencias en la prescripción realizada entre los profesionales médicos y los de enfermería (6,7,9). Sin embargo, hay que tener en cuenta que la cualificación de la enfermera en estos países no es la misma que en España, ya que existen niveles profesionales como el de nurse practitioner o “enfermeras de práctica avanzada”, que se alcanzan tras una adecuada formación y años de experiencia profesional. Con la formación adquirida durante la carrera se puede asumir que los profesionales de enfermería tienen las habilidades básicas para poder realizar valoraciones (anamnesis y examen físico) y, en consecuencia, gestionar la patología aguda. A pesar de esto, a nuestro juicio, se debería realizar una formación más exhaustiva sobre el tema, tanto desde la formación pregrado y posgrado como desde la formación continua, ya que realizar la valoración, el diagnóstico y, en algunos casos, la resolución de la visita urgente en 5 min precisa de una gran competencia en la materia. Por otra parte, se debería valorar más detenidamente el marco legal en el que se desarrollan estas funciones, contemplando la prescripción farmacológica que en la práctica diaria se lleva a cabo ya hace tiempo (17). Además, sería necesario realizar estudios de investigación en los que se identificaran y evaluaran la satisfacción, la calidad y la eficiencia de los cuidados prestados por las enfermeras en este nuevo rol asumido y en el resto de las funciones que desempeñan en Atención Primaria. Así mismo, es preciso evaluar tanto la resolución de las enfermeras, similar al estudio de Fabrellas et al. (20), como los porcentajes en las tasas de resolución, si existe retorno a la consulta durante un periodo de siete días y si esto ha mejorado año tras año.
La atención de la patología de baja complejidad por parte de la enfermera ya es una realidad (5). Esta debe entenderla como un escenario ideal dentro de su rol y potencial y no solo atender la agudización ofreciendo un plan de cuidados propio enfermero.
 
Conclusiones
La atención de problemas de salud de baja complejidad incrementa las responsabilidades y el compromiso de las enfermeras más allá de la educación sanitaria en la AP. La enfermera de AP, mediante algoritmos predefinidos y consensuados, puede resolver de forma efectiva los problemas de salud de baja complejidad. La resolución de motivos de salud de baja complejidad proporciona a las enfermeras un valor añadido.
 

Financiación

Ninguna.
 

Conflicto de intereses

Ninguno.
 

Bibliografía

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[9] Kinnersley P, Anderson E, Parry K, Clement J, Archard L, Turton P, et al. Randomised controlled trial of nurse practitioner versus general practitioner care for patients requesting "same day" consultations in primary care. BMJ. 2000; 320(7241):1043-8.
[10] Ley 29/2006, del 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios. Boletín Oficial del Estado (BOE), núm. 178, del 27 de julio de 2006.
[11] Laurant M, Reeves D, Hermens R, Braspenning J, Grol R, Sibbald B. Sustitución de médicos por enfermeras en la atención primaria (Revisión Cochrane traducida). En: La Biblioteca Cochrane Plus, 2007 número 4. Oxford: Update Software Ltd. (traducida de The Cochrane Library, 2007 issue 4. Chichester (UK): John Willey & Sons, Ltd.).
[12] Direcció de processos, cures i qualitat del Institut Català de la Salut. La infermera familiar i comunitària. Gestió de la demanda. Barcelona: Institut Català de la Salut; 2008.
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[14] NANDA. Diagnósticos enfermeros: definiciones y clasificación 2012-2014. Madrid: Elsevier; 2013.
[15] Moorhead S, Johnson M, Maas M. Clasificación de resultados de Enfermería (NOC). 5ª ed. Madrid: Elsevier; 2013.
[16] McCloskey J, Bulechek G. Clasificación de intervenciones de Enfermería (NIC). 6ª ed. Madrid: Elsevier; 2013.
[17] Dalfó-Pibernat A. La prescripción enfermera en atención primaria: mayor autonomía e identifdad profesional percibida. Enferm Clin. 2015; 25(2):100-1. Doi: http://dx.doi.org/10.1016/j.enfcli.2014.11.002
[18] Acord del Consell de Col·legis d’Infermeres i Infermers de Catalunya de 19 de juny de 2013, pel qual s’estableixen directrius per a l’exercicici de les actuacions infermeres en l’anomenada “gestió de la demanda” [internet]. DOG. [citado 8 nov 2022] 6412. 8/7/2013. pp. 1-4.
Disponible en: http://www.coib.cat/uploadsBO/Noticia/Documents/DOGC%208.7.2013.%20PUBLICACIó%20RESOLUCIó%20ACORD%20GESTIó%20DE%20LA%20DEMANDA.PDF
[19] Fabrellas N, Sánchez C, Juvé E, Aurin E, Monserrat D, Casanovas E, Urrea M. A program of nurse algorithm-guided care for adult patients with acute minor illnesses in primary care. BMC Fam Pract. 2013; 16:14:61.
[20] Fabrellas N, Vidal A, Amat G, Lejardi Y, del Puig Deulofeu M, Buendia C. Nurse management of "same day" consultation for patients with minor illnesses: results of an extended programme in primary care in Catalonia. J Adv Nurs. 2011; 67(8):1811-6.
 

Carta a la dirección

La importancia, la perspectiva y el reto de la vacunación en México

 
Fecha de recepción: 2 de noviembre de 2022.
Aceptada su publicación: 9 de noviembre de 2022.
 
1 Juan Daniel Suárez Máximo
2 José Yael Roldan Romero
 
  1. Licenciatura en Enfermería. Egresado de la Maestría en Salud Pública en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (México). Coordinador de la Asociación de Enfermería Comunitaria Vocalía México. Titular de la Oficina Nacional de Investigación AMEENF.
  2. Estudiante de Licenciatura en Enfermería y Obstetricia. Subtitular de la Oficina Nacional de Investigación AMEENF. 
 
Dirección de contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
 
 
 
Es de suma importancia el poder encontrar los espacios para mejorar la tasa de vacunación, todo ello con la finalidad de erradicar las enfermedades que se prevén. En 2018, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), en colaboración con funcionarios y expertos de ocho países de las Américas, se reunieron para analizar nuevas estrategias que permitan aumentar las coberturas de vacunación en las grandes ciudades, como indicador global; entre los cuales destacó la vacuna que provee de anticuerpos contra la difteria, la tosferina y el tétanos (DPT). De la misma forma, la OPS y OMS advirtieron que el 50% de los municipios de la región no alcanza coberturas mayores al 95%; el riesgo de las bajas coberturas es tener brotes emergentes e importados (1).
La OMS y Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) refieren que se realicen esfuerzos inmediatos para vacunar a todas las niñas y los niños, ya que los nuevos datos indican que antes de la pandemia de la COVID-19 al menos 30 campañas de vacunación contra el sarampión fueron canceladas o están en proceso de cancelación, lo que puede generar un aumento en el número de brotes después del año 2020. La cobertura de la vacunación se había estancado en un 85% durante casi una década, es decir, cada año 14 millones de lactantes no recibían una vacuna, siendo este uno de los problemas particularmente relevantes en las grandes ciudades por su alta concentración poblacional (1,2).
Por ende, en el 2020 la OMS y la UNICEF advierten que en todo el mundo se ha producido una alarmante reducción en el número de menores que reciben vacunas para salvaguardar sus vidas, siendo el esquema de vacunación uno de los instrumentos más poderosos en la historia de la salud pública, si en cambio se visualizaran las reducciones de la no cobertura (2).
Del mismo modo, la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, refiere que “debemos evitar un mayor deterioro de la no cobertura de la vacunación y reanudar urgentemente los programas de inmunización antes de que la vida de los niños resulte amenazada por otras enfermedades”, de igual manera “no podemos cambiar una crisis de salud por otra”. Por eso, la probabilidad de que un niño nacido hoy en día esté completamente vacunado con todas las vacunas recomendadas a nivel mundial será inferior al 20%. En 2019, casi 14 millones de niños no recibieron vacunas vitales, como la del sarampión y la DTP, la mayoría de esos niños vive en África y es probable que no tenga acceso a otros servicios de salud; esto se reprenda con una singularidad, con los sectores de bajos recursos y zonas marginales de México (1,2).
De igual manera, se conoce el rechazo a la vacunación; por un lado, señalan múltiples factores intervinientes en los rechazos a una vacuna, en general se debe a la acción de los grupos antivacunas y por la desinformación o divulgación de datos erróneos. Por otro, las poblaciones susceptibles se modifican de manera constante por cambios epidemiológicos, determinados por fenómenos como la globalización o diferentes conflictos que interfieren el accionar sanitario (3).
Un estudio reveló que la aceptabilidad de la vacunación contra la COVID-19 fue de un 62,3%. Esto se relaciona con el género (mujeres) y personas de mayor edad; de igual manera, el nivel educativo, el empleo y/o aquellas quienes trabajan en el sector informal, y los niveles socioeconómicos más bajos, son los perfiles que tienden a negarse o a dudar con más frecuencia sobre la importancia de la vacunación (4).
Sin embargo, también hay oportunidades de mejorar el plan nacional de vacunación, un plan en el que las enfermeras en México tienen un importante rol y liderazgo que asumir. La UNICEF, en los más de 190 países, se encarga de promover el cumplimiento de los derechos y el bienestar de todos los niños, las niñas y los adolescentes. Incluso se genera una propuesta futura a la vacunación, en México, promoviendo y protegiendo los derechos de la infancia a través de contribuciones y donaciones voluntarias de individuos y de empresas para poder cumplir una vacunación segura en las zonas con mayor pobreza, desigualdad y discriminación (4,5).
 

Bibliografía

[1] Organización Panamericana de la Salud (OPS)/ Organización Mundial de la Salud (OMS). Estudian nueva estrategia para mejorar las coberturas de vacunación en grandes ciudades [internet]. 2018 [citado 2 nov 2022]. Disponible en: https://www3.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=14474:new-strategy-developed-to-improve-vaccination-coverage-in-large-cities&Itemid=0&lang=es#gsc.tab=0
[2] UNICEF (México). La OMS y UNICEF advierten sobre una reducción en la cobertura de vacunación durante la COVID-19. UNICEF [internet] 2020 [citado 2 nov 2022]. Disponible en: https://www.unicef.org/mexico/comunicados-prensa/la-oms-y-unicef-advierten-sobre-una-reducción-en-la-cobertura-de-vacunación
[3] Hortal M, Di Fabio JL. Rechazo y gestión en vacunaciones: sus claroscuros. Rev Panam Salud Publica 2019; 43 Doi: https://doi.org/10.26633/RPSP.2019.54
[4] Escuela de Salud Pública de México. Aceptación, rechazo y vacilación de vacunación COVID-19 en México. INSP/ESPM [internet] 2021 [citado 2 nov 2022]. Disponible en: https://www.espm.mx/blog/aceptacion-rechazo-validacion-vacunacion-covid-19/
[5] Hernández-Ávila M, Palacio-Mejía LS, Hernández-Ávila JE, Charvel S. Vacunación en México: coberturas imprecisas y deficiencia en el seguimiento de los niños que no completan el esquema. Salud Publica Mex 2020; 62(2, Mar-Abr):215-24. Doi: https://doi.org/10.21149/10682