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Originales - 4 - Efecto de un programa educativo: e-continuidad de cuidados domiciliarios a pacientes con COVID-19

 
Cómo citar este artículo:
Galicia-Aguilar RM, Herrera-Rodríguez J, Maldonado Cervantes KA, Pedraza Valdez AL, Cristales Sánchez DA. Efecto de un programa educativo: e-continuidad de cuidados domiciliarios a pacientes con COVID-19. RIdEC 2022; 15(Supl. 1):33-9.
 
Fecha de recepción: 31 de marzo de 2022.
Aceptada su publicación: 17 de abril de 2022.

Autores

 
1 Rosa María Galicia-Aguilar
2 Jahir Herrera-Rodríguez
3 Karla Aimé Maldonado Cervantes
4 Ana Luisa Pedraza Valdez
5 Daniel Andrés Cristales Sánchez 
 
  1. MCE. Profesora Investigadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. México.
  2. ME. Profesor Investigador de la Universidad del Valle de Puebla. México.
  3. ME. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. México.
  4. ME. Auxiliar de Enfermería en Salud Pública del Instituto Mexicano del Seguro Social. México.
  5. ME. Profesor Investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México.
 
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Resumen

 
Objetivo: los pacientes y cuidadores que han vivido la experiencia de padecer coronavirus requieren continuidad de cuidados en el domicilio para otorgar información acerca de las medidas de protección para evitar complicaciones y detener la cadena de propagación. El objetivo es evaluar la eficacia del programa educativo e-continuidad de cuidados en pacientes con COVID-19 y sus cuidadores.
 
Método: diseño cuasi-experimental, mediante muestreo por bola de nieve, en 23 pacientes de ambos sexos con diagnóstico de COVID-19 y sus cuidadores principales, que se encontraban en aislamiento domiciliario. La intervención se implementó en tres fases: diagnóstica, se aplicó el instrumento de conocimientos, prácticas y actitudes hacia COVID-19, y el cuestionario de evaluación clínica al alta telefónica; planeación e implementación; y evaluación, se conformó por cinco sesiones de 30 minutos, que se impartieron durante un mes por plataformas digitales. El análisis de los datos fue descriptivo, para comparar el test y re-test se aplicó una t de Student. Se consideraron aspectos éticos para un estudio de bajo riesgo.
 
Resultados: el 52,2% fue mujer, el 47,8% hombre, la media de edad fue de 34,4, el 8,7% padece alguna enfermedad crónica, un 52,2% tiene dudas acerca de la enfermedad y el 82,6% desea incrementar sus conocimientos para el cuidado en el hogar. En el pretest, el 56,5% tuvo un nivel regular de conocimientos, en el re-test el 91,3% obtuvo un nivel bueno de co- nocimientos, con un efecto estadísticamente significativo (p= ,005).
 
Conclusión: la e-continuidad de cuidados domiciliarios es una estrategia eficaz para la gestión del cuidado domiciliario.
 
PALABRAS CLAVE: COVID-19 ; atención de enfermería ; educación en enfermería ; continuidad de la atención al paciente ; cuidados de enfermería en el hogar

Abstract

Impact of an educational program: e-continuity of care at home for patients with COVID-19
 
Objective:patients and caregivers who have lived through the experience of suffering coronavirus require continuity of care at home to provide information about the protection measures to prevent complications and stop the chain of spread. The objective is to evaluate the efficacy of the E-continuity of Care in Patients with COVID-19 and their Caregivers educational program
 
Methodology: a quasi-experimental design through snowball sampling, in 23 patients of both genders diagnosed with COVID-19 and their main caregivers, who were in home lockdown. The intervention was implemented in three stages: diagnostic, applying the instrument of knowledge, practices and attitudes towards COVID-19, and the clinical evaluation questionnaire at discharge by telephone; planning and implementation; and evaluation, consisting of five 30-minute sessions dispensed during a month through digital platforms. There was descriptive data analysis; Student’s T was applied to compare test and re-test. There were ethical considerations for a low-risk study.
 
Results: of the sample, 52.2% were female and 47.9% male; their mean age was 34.4 years, 8,7% suffered a chronic disease, 52.2% had doubts about the disease, and 82.6% wished to increase their knowledge for care at home. In the pre-test, 56.5% had a regular level of knowledge, while 91.3% obtained a good level of knowledge at the re-test, with a statistically significant effect (p= .005).
 
Conclusion: the r-continuity of care at home is an effective strategy for the management of home care.
 
KEYWORDS: COVID-19; nursing care; Nursing education; patient care continuity; nursing care at home
 

Introducción

 
La nueva enfermedad infecciosa por coronavirus (COVID-19) tiene una alta capacidad de trasmisión de humano a humano (1), por ello, tanto en México como en muchos países del mundo, se han establecido medidas preventivas para el control de la pandemia, que incluyen la detección temprana de pacientes con síntomas leves o graves, así como el corte de mecanismos de trasmisión y la protección comunitaria mediante medidas de aislamiento social (2). Aun así, las personas mayores y las que padecen otras afecciones como obesidad, diabetes e hipertensión arterial tienen mayor probabilidad de sufrir una enfermedad grave (3,4) cuando son infectadas por este virus y en consecuencia deberán recibir atención hospitalaria.
 
Estos pacientes y sus cuidadores que se encuentran en situación de vulnerabilidad clínica después del alta hospitalaria precisan de la vinculación entre la continuidad de cuidados en el hogar, la Educación para la Salud (EpS) y la informática en enfermería, con la finalidad de facilitar la gestión del cuidado, el desarrollo de habilidades y detener la cadena de propagación del virus (5).
 
La continuidad de cuidados se define como una metodología de practica avanzada que consiste en otorgar soporte asistencial a través de un plan terapéutico individualizado, y la EpS es un componente esencial de la Atención Primaria que proporciona las herramientas para que la persona tome decisiones informadas y participe de forma activa en el control de su salud.
 
Ante una pandemia la gestión del cuidado puede implementarse mediante la informática en enfermería (IE) (6,7), herramienta clínica que permite asegurar la calidad, la seguridad y el seguimiento del cuidado domiciliario (8) del paciente con COVID- 19 y sus familiares de forma segura y efectiva minimizando el riesgo de trasmisión; la IE hace posible el monitoreo remoto, facilita la evaluación de signos y síntomas de alarma, permite el acompañamiento y evita la interrupción en la atención. El objetivo de este trabajo fue evaluar la eficacia del programa educativo e-continuidad de cuidados en pacientes con COVID- 19 y sus cuidadores.
 

Metodología

 
Se realizó un diseño cuasi-experimental durante el año 2020, con muestreo aleatorio simple, donde se consideró al grupo de intervención como su propio control, con un tratamiento estadístico test-retest (9), dirigido a 25 pacientes, los criterios de selección fueron: personas de ambos sexos, con diagnóstico de COVID-19 que se encontraban en aislamiento domiciliario y que tuvieran un cuidador principal.
 
La intervención se llevó a cabo mediante un formato simple ciego y se fundamentó en el modelo PRECEDE-PROCEDE (10) en tres fases:
 
Fase 1. Diagnóstica: en la que se midieron los conocimientos, las actitudes y las prácticas hacia la COVID-19, a través de la aplicación del cuestionario de Zhong (2020) que reporta una confiabilidad aceptable de 0,71 (11), contiene 12 ítems divididos en tres subescalas; la primera indaga sobre presentaciones clínicas, la segunda mide las vías de transmisión y la tercera sobre prevención y control de COVID-19. Los puntos de cohorte son de 0 a 4 puntos nivel bajo de conocimientos, de 5 a 8 puntos nivel regular de conocimiento y de 9 a 12 puntos nivel bueno de conocimientos. Asimismo, se aplicó un cuestionario de evaluación clínica al alta telefónica, conformado por 18 ítems agrupados en cuatro subescalas, la primera se refiere a los criterios clínicos, la segunda indaga sobre la adherencia al tratamiento, la tercera infiere en la valoración de comorbilidades y la cuarta mide la valoración funcional y social (12).
 
El análisis de los datos se realizó a través del paquete estadístico Statistical Package for the Social Sciences® (SPSS) versión 26; para los datos sociodemográficos se utilizó estadística descriptiva. Se obtuvo la consistencia interna del instrumento mediante el alfa de Cronbach; se efectuó la prueba de bondad Kolmogorov-Smirnov, para determinar el nivel de comparación entre el test y re-test; y se aplicó una prueba de t de Student para muestras relacionadas (13). El programa se implementó con apego a los lineamientos que establece la Ley General de Salud en materia de investigación, considerando la intervención como un estudio de bajo riesgo (14) y con la aprobación del comité de ética de la Secretaría de Investigación y Estudios de Posgrado de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con el número de registro SIEP/039/2021.
 
Fase 2. Planeación e implementación del programa: la intervención estuvo conformada por cinco sesiones, se llevaron a cabo dos veces por semana con una duración de 30 minutos durante un mes. Las sesiones se impartieron en forma de taller mediante el uso de materiales educativos audiovisuales y visuales a través de plataformas digitales (Zoom®, meet®, Whatsapp®, Genially®, Youtube®). En la primera sesión se orientó a los participantes acerca de los conceptos básicos de la COVID-19 mediante una infografía que se elaboró con apego a los criterios de aceptación, comprensión, involucración y atracción que propone la Organización Panamericana de la Salud (15). En la segunda sesión se realizaron intervenciones de continuidad informacional, acerca del manejo de elementos personales, desecho de residuos, técnica de lavado de manos, uso apropiado del cubre bocas, procedimientos para la limpieza y desinfección de áreas a través de una simulación de procesos y estrategias de reforzamiento mediante mensajes por Whatsapp®. En la tercera sesión se explicó la importancia de identificar signos y síntomas de alarma en el patrón respiratorio con el uso del oxímetro a través Google meet®. En la sesión cuatro se implementaron ejercicios de rehabilitación respiratoria con el apoyo de material interactivo que combina la proyección de imágenes con la sincronización de la enseñanza en el entrenamiento muscular respiratorio, las técnicas para la tos efectiva, expectoración, estornudos y ejercicios generales adaptados a las características y necesidades de cada paciente. Finalmente, en la sesión cinco se implementó la intervención de continuidad de gestión en la que se orientó a los participantes acerca de la coordinación en los procesos para el seguimiento de su salud, articulando la comunicación y los recursos disponibles.
 
Fase 3. Evaluación: en esta fase se midió el efecto del programa educativo (re-test) con la aplicación del instrumento de conocimientos, actitudes y prácticas ante la COVID-19 (Figura 1).
 
 

Resultados

 
La muestra estuvo constituida por 23 participantes de ambos sexos, donde predominó el género femenino con 52,2%, la media de edad fue de 35,4 años, el 43,5 % está casado, el 52,2% tiene un nivel de licenciatura y el 8,7% padece de diabetes e hipertensión. En relación con las plataformas digitales el 100% reportó contar con una computadora en el domicilio y manejar herramientas digitales como Whatsapp®, Google meet®, Youtube® y Zoom®.
 
El 82,6% de los participantes se realizó la prueba de COVID-19 y solo el 69,6% recibió información acerca de su diagnóstico, un 52,2% tuvo dudas de la enfermedad y el 82,6% deseó incrementar sus conocimientos para un mejor cuidado en el hogar.
 
Con respecto a la valoración clínica de los participantes, el 60,9% refirió sentir falta de aire al caminar, el 91,3% no presentó fiebre después del alta hospitalaria, un 34,8% tuvo falta de apetito y el 52,2% expresó sentimientos como tristeza, miedo e incertidumbre. Así mismo, el 69,6% de los participantes reseñó la necesidad de recibir cuidados de enfermería, el 91,3% refirió tener atención de un cuidador principal y el 78,3% aseguró que ningún integrante de su familia ha presentado síntomas de infección por COVID-19.
 
En la fase diagnóstica (test) se obtuvo que el 8,7% tenía un nivel bajo y solo el 56,5% poseía un nivel bueno de conocimientos acerca de la COVID-19. En la fase de evaluación (re-test), los hallazgos mostraron que, posterior a la implementación del programa educativo, el 91,3% obtuvo un nivel del conocimiento bueno (Tabla 1).
 
Para alcanzar el objetivo del programa educativo en la fase diagnóstica y de evaluación se midió el conocimiento antes y después de la intervención bajo el método de confiabilidad test-retest para realizar las contrastaciones de medias aritméticas en muestras relacionadas, en donde se obtuvo un efecto positivo y estadísticamente significativo (p= ,005) (Tabla 2).
 
 

Discusión

 
Este estudio se realizó en el ámbito de la EpS en personas con COVID-19. Los resultados de las características sociodemográficas de la población revelan que predominó el género femenino, la media de edad fue de 35,4 años, la mayoría refiere estar casado, tiene un nivel de escolaridad de licenciatura y padece alguna enfermedad crónica; resultados que difieren con Medina et al. (16) (2020), quienes estudiaron las características clínicas y epidemiológicas de los pacientes positivos con COVID-19, reportaron una media de edad de 61 años y la comorbilidad con mayor incidencia fue la hipertensión arterial.
 
La intervención e-continuidad de cuidados se implementó mediante plataformas digitales como un entorno para el intercambio de la información, estrategia consistente con lo que propone la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la creación de espacios de interacción que faciliten la telemonitorización y la evaluación clínica de los pacientes con COVID- 19 que están en aislamiento domiciliario (17).
 
En lo que respecta a las características clínicas de la población, el mayor porcentaje se realizó la prueba de COVID-19, presentaron disnea al caminar, falta de apetito, tristeza, dudas sobre la enfermedad y el 82,6% deseó incrementar sus conocimientos para un mejor cuidado en el hogar, datos que coinciden con lo que reporta Moreno et al. (18) (2021), quienes estudiaron variables clínicas relacionadas con la infección.
 
En el pretest se obtuvo que solo el 56,5% tenía un nivel bueno de conocimientos acerca de la COVID-19, datos que concuerdan con lo que reporta el estudio de Díaz, et al. (19) (2020), quienes evaluaron el impacto de una intervención educativa sobre el nivel de conocimiento de la COVID-19, reportaron un nivel de conocimiento general inadecuado antes de la intervención. Los hallazgos en el retest mostraron un incremento del nivel de conocimientos del 91,3%, y un efecto positivo y estadísticamente significativo (p= ,05) como lo evidencia Tejeda et al. (20) (2020), quienes refieren un impacto positivo posterior a la intervención.
 
Tal como lo describe la literatura las personas que padecen alguna enfermedad de larga evolución son más vulnerables al padecer la enfermedad por COVID-19 y desarrollar complicaciones, por ello las intervenciones de seguimiento otorgan un cuidado integral individualizado que contribuye a la recuperación de su salud.
 
La experiencia de los autores en este estudio permite valorar la importancia de la atención oportuna de las manifestaciones clínicas respiratorias y de la EpS, como una intervención para orientar al paciente y la familia en el cuidado domiciliario para evitar secuelas y disminuir la propagación del virus.
 
La realización de intervenciones educativas en enfermería dirigidas a pacientes con COVID-19 permitió el incremento de los conocimientos y las habilidades para la toma de decisiones en su autocuidado; de tal forma que la participación de enfermería dentro de la prevención y promoción de la salud es fundamental para el desarrollo de la ciencia de la profesión.
 
Limitaciones del estudio: no se contó con un grupo control; sin embargo, los mismos participantes se comportaron como su propio control para llevar a cabo las contrastaciones estadísticas.
 

Conclusiones

 
El resultado obtenido reporta eficacia estadísticamente significativa de las sesiones que conformaron el programa educativo. La e-continuidad de cuidados domiciliarios es una estrategia eficaz que permite identificar y atender las necesidades de información, relación y gestión sobre COVID-19 para prevenir complicaciones y disminuir el reingreso hospitalario. Desde el punto de vista clínico los datos sugieren que la IE es clínicamente útil y segura, dado que permite una monitorización efectiva, reduce las visitas espontáneas a urgencias y disminuye la sobrecarga de los sistemas sanitarios.
 

Financiación

 
Ninguna.
 

Conflicto de intereses

 
Ninguno.
 

Bibliografía

 
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Originales - 5 - Resiliencia y apoyo social en adultos mayores de municipios del Estado de Hidalgo, México

 
Cómo citar este artículo:
Cano Estrada A, Castañeda Márquez AC, Hernández Mariano JA, Malo Martínez GJ, Pérez López M, Esquivel González MF. Resiliencia y apoyo social en adultos mayores de municipios del Estado de Hidalgo, México. RIdEC 2022 ; 15(Supl. 1):40-7.
 
Fecha de recepción: 31 de marzo de 2022.
Aceptada su publicación: 17 de abril de 2022.

Autores

 
1 Araceli Cano Estrada
1 Ana Cristina Castañeda Márquez
1 José Ángel Hernández Mariano
2 Gabriela Jatziry Malo Martínez
2 Margarita Pérez López
2 María Fernanda Esquivel González
 
  1. Profesor/a titular de tiempo completo. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. México.
  2. Licenciada en enfermería. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. México.
 
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Resumen

 
Objetivo: analizar la asociación entre el apoyo social y la resiliencia en adultos mayores de diferentes municipios del Valle de Mezquital, en el estado de Hidalgo, México.
 
Método: estudio observacional, cuantitativo y transversal. La muestra fue de 200 adultos mayores de siete diferentes municipios del Valle del Mezquital en el estado de Hidalgo, México. El muestreo fue no probabilístico por conveniencia. Se utilizó la escala de Resiliencia de Connor-Davidson (CD-RISC) y el instrumento Medical Outcomes Study-Social Support Survey (MOS-SSS) para medir el apoyo social. El análisis de datos se llevó a cabo mediante la prueba exacta de Fisher y regresión logística.
 
Resultados: los adultos mayores que perciben un apoyo social máximo tuvieron mayor posibilidad de presentar un nivel de resiliencia alta [RM 7,03 (IC95% 2,76-17,94)]. Se obtuvieron diferencias significativas (p< 0,05) al comparar el estado civil y el tipo de vivienda con el grado de resiliencia de los participantes.
 
Conclusiones: el apoyo social que reciben los adultos mayores pertenecientes al Valle del Mezquital en Hidalgo es un factor que se asocia a su grado de resiliencia.
 
PALABRAS CLAVE: apoyo social; resiliencia psicológica; envejecimiento emociones.

Abstract

Resilience and social support in older adults from towns in the State of Hidalgo, Mexico
 
Objective: to analyse the association between social support and resilience in older adults from different towns of the Mezquital Valley, in the state of Hidalgo, Mexico.
 
Method: an observational, quantitative and cross-sectional study. The sample consisted of 200 older adults from seven different towns of the Mezquital Valley in the state of Hidalgo, Mexico. There was non-probability convenience sampling. Social support was measured with the Connor-Davidson Resilience Scale (CD-RISC) and the Medical Outcomes Study-Social Support Survey (MOS-SSS) instrument. Data analysis was conducted through Fisher’s Exact Test and logistic regression.
 
Results: older adults who perceived maximum social support had a higher likelihood to present a high level of resilience [MR 7.03 (CI95% 2.76-17.94)]. Significant differences (p< 0,05) were obtained when comparing the marital status and type of housing with the level of resilience of the participants.
 
Conclusions: the social support received by the older adults from the Mezquital Valley in Hidalgo was a factor associated with their level of resilience.
 
KEYWORDS: social support; psychological resilience; ageing; emotions.
 

Introducción

 
La población mayor de 65 años presenta mayores probabilidades de presentar algún problema físico o mental. Determinadas investigaciones afirman que el desempeño de las actividades de la vida diaria de los adultos mayores puede verse afectado total o parcialmente debido al deterioro propio de la edad (1-3). Adicionalmente, a medida que se envejece, se presentan un mayor número de eventos estresantes como son la jubilación, las enfermedades, la muerte del cónyuge o familiares cercanos, así como cambios en las condiciones de vida (4,5). Por estas razones, es común que las personas de la tercera edad presenten trastornos emocionales, tales como la depresión.
A pesar de las adversidades que se presentan en la vejez, los adultos mayores pueden tener una integración positiva, alcanzando una satisfacción personal y un bienestar emocional, llegando al final de la vida siendo conscientes de sí mismos (6). A esa capacidad que tiene el ser humano para enfrentar las adversidades de la vida es considerada resiliencia.
Diferentes autores han definido el término de resiliencia como “la capacidad universal que permite a una persona recuperarse, disminuir o superar los efectos nocivos de la adversidad e incluso salir fortalecidos de la situación” (7,8). Recientemente se aborda un concepto más complejo de resiliencia, definiéndola como “un proceso dinámico que tiene como resultado la adaptación positiva en contextos de adversidad” (9-11). Cuando las personas alcanzan y van más allá de sus capacidades para enfrentar eventos adversos se observa un cambio en los niveles de cognición, afecto y comportamiento.
Las emociones sostenidas y persistentes experimentadas por el adulto mayor juegan un papel principal en la satisfacción personal y en el estado de salud, incluso en los procesos de adaptación a los cambios físicos y las emocionales durante esta etapa de la vida. Se ha demostrado que el estrés psicosocial y otros factores de riesgo para la salud tienen un efecto negativo moderado o nulo a medida que se presenta un mayor apoyo social (4). Por lo tanto, es importante considerar las necesidades de afecto, de pertenencia y de independencia durante la vejez.
El aislamiento social, la exclusión y el rechazo afectan considerablemente la calidad de vida en la vejez. La resiliencia permite identificar y potenciar las capacidades individuales y las destrezas sociales para hacer frente a los diferentes tipos de situaciones y proteger el desarrollo personal, aun durante su envejecimiento (12,13); es decir, las personas con un patrón resiliente harán uso de sus recursos para involucrarse en los aspectos y las actividades más importantes para ellos y evitarán estados afectivos negativos como la autocompasión, la ira y la depresión (14).
Las emociones positivas son muy importantes en el proceso de resiliencia e intervienen de manera especial a medida que se envejece. Es sumamente importante que el profesional de la salud refuerce el estado afectivo y las redes sociales del adulto mayor. El desarrollo e implementación de la resiliencia por los profesionales resulta vital e imprescindible para poder lograr un envejecimiento activo y saludable.
A pesar de la importancia que puede conllevar la resiliencia para los adultos mayores, gran parte de la literatura previa se ha enfocado especialmente en niños y adolescentes (15), por lo que aún se conoce poco sobre los factores que están involucrados en el desarrollo de la resiliencia en otras etapas de la vida como la vejez. La presente investigación tuvo como objetivo analizar la asociación entre apoyo social y resiliencia en adultos mayores de diferentes municipios del Valle del Mezquital en el estado de Hidalgo (México).
 

Método

 
Diseño del estudio y muestra
Estudio cuantitativo, descriptivo de corte transversal. El muestreo fue no probabilístico por conveniencia. La muestra estuvo conformada por 200 adultos mayores residentes en siete municipios diferentes del Valle del Mezquital en el Estado de Hidalgo, México. Como criterios de inclusión se consideraron a los adultos mayores que tuvieran más de 10 años viviendo en el Valle del Mezquital y con independencia ambulatoria. Se excluyeron del estudio adultos mayores que no hablaran el idioma español y aquellos con deterioro cognitivo grave o con demencia.
 
Variables de investigación
Las variables se dividieron en sociodemográficas y de estudio. Entre las sociodemográficas se incluyeron la edad, el género, el lugar de residencia, la religión, la ocupación, la presencia de enfermedades, el ingreso mensual y la vivienda. Por otra parte, las variables de estudio fueron la resiliencia y el apoyo social.
 
Recogida de datos
A todos los participantes en el estudio se les aplicó el instrumento Medical Outcomes Study- Social Support Survey (MOS- SSS) diseñado por Sherbourne y Stewart (16) en 1991, adaptado al castellano por Revilla et al. (17) en 2005. Evalúa el apoyo social percibido a través de 19 ítems tipo Likert con cinco niveles de respuesta (desde 1= Nunca hasta 5= Siempre) y un ítem adicional que evalúa la extensión de la red social del paciente (“Aproximadamente, ¿cuántos amigos íntimos o familiares cercanos tiene Ud?”). El cuestionario se divide en cuatro dimensiones del apoyo social funcional (apoyo emocional/ informacional, apoyo instrumental, apoyo afectivo e interacción social positiva). La fiabilidad de este cuestionario es de un alfa de Cronbach que oscila entre ,85 y ,9418.
Además, se les aplicó la escala de resiliencia de Connor-Davidson (CD-RISC). Esta es una escala que consta de 25 ítems que se responden en una escala desde 0= en absoluto hasta 4= siempre. El constructo se compone de cinco factores: persistencia- tenacidad-autoeficacia (ítems: 10-12, 16, 17, 23-25); control bajo presión (ítems: 6, 7, 14, 15, 18, 19, 20); adaptabilidad y redes de apoyo (ítems: 1, 2, 4, 5, 8); control y propósito (ítems: 13, 21, 22) y espiritualidad (ítems: 3, 9). Las puntuaciones de cada ítem se suman y se interpreta que a mayor puntuación en cada dimensión, más indicadores de resiliencia muestra el individuo. La fiabilidad de este cuestionario es de un alfa de Cronbach ,9019.
 
Análisis de datos
Las variables son reportadas como medias y desviaciones estándar; así como porcentajes, para variables continuas y categóricas, respectivamente. Para la comparación de las características generales de acuerdo con el nivel de resiliencia se utilizó la prueba exacta de Fisher para variables categóricas y la prueba U de Mann-Whitney para variables continuas. Para el análisis de asociación entre la resiliencia y el apoyo social se realizó un modelo de regresión logística. Las variables de ajuste se determinaron mediante la evaluación del cambio del estimador ocasionada al introducir cada una de las covariables al modelo, en el modelo final solo se incluyeron aquellas que tuvieran un impacto mayor al 10% sobre el estimador.
Finalmente, el modelo se ajustó por edad, sexo, religión, estado civil, ingreso mensual, diagnóstico de enfermedades crónicas y estatus de institucionalización.
Los resultados se consideraron estadísticamente significativos con un valor p< 0,05. Todos los análisis se llevaron a cabo empleando el software paquete estadístico STATA versión 15 (Stata Corp LP, College Station, Tex., USA).
 
Aspectos éticos
Al total de la muestra se le proporcionó un consentimiento informado en el que ellos aceptarían o no participar en la investigación y con la finalidad de que los adultos mayores estuvieran conscientes de la investigación y conocer la capacidad de ejercer los derechos de acceso, ratificación, cancelación u oposición. Para el desarrollo de este estudio se tuvieron en cuenta lineamientos nacionales e internacionales, para la investigación con seres humanos, apoyándose de la Ley General de Salud de México (20) y la declaración de Helsinki (21).
 

Resultados

 
Para el presente estudio se incluyeron un total de 200 adultos mayores. La mediana de edad de la población estudiada fue de 71 años, con un rango intercuartil de 12,5 años. La mayoría de los participantes era residente de los municipios de Mixquiahuala y Progreso de Obregón (Gráfico 1).
 
 
Al comparar las características generales de la población de acuerdo con el nivel de resiliencia se encontraron diferencias significativas, observándose que el 43,2% de los participantes con resiliencia baja tenía un estado civil de viudo, mientras que el 59,6% de quienes presentaron una resiliencia alta estaba casado. Por otra parte, el 27,3% de los individuos con un nivel de resiliencia bajo refirió rentar una vivienda, mientras que el 86,5% de quienes reportaron una resiliencia alta tenía una vivienda propia. Con respecto al apoyo social percibido por los participantes, el 38,6% de quienes se encontraban en la categoría de resiliencia baja reportó un apoyo social medio/bajo, y el 92,3% de quienes refirieron resiliencia alta presentó un nivel de apoyo social máximo (Tabla 1).
 
 
Cuando se efectúa el modelo de asociación entre el apoyo social y la resiliencia, ajustado por potenciales confusores, se observa que quienes reportaron un nivel de apoyo social máximo tuvieron más posibilidades de tener un nivel de resiliencia alta, en comparación con aquellos que reportaron un apoyo social medio/bajo [RM 7,03 (IC95% 2,76 -17,94)] (Tabla 2).
 
 

Discusión

 
Los resultados sugieren que el apoyo social percibido se asocia positivamente con la resiliencia de los adultos mayores. Hasta donde se conoce, este es el primer estudio publicado en México que ha evaluado el posible rol del apoyo social sobre el estado resiliencia en este grupo poblacional. En la presente muestra de estudio se observa una pequeña proporción de adultos mayores que percibieron un bajo apoyo social, lo cual es consistente con un estudio previo realizado en adultos mayores de la ciudad de México, en el que se reportó que menos del 12% percibió un nivel bajo de apoyo social (22). Esto muy probablemente se deba a que, por un lado, los adultos mayores de México suelen vivir normalmente con familiares, quienes son una importante fuente de apoyo (23); y por otro, a los programas sociales de protección a este grupo de edad (24).
Por otra parte, el 78% de los participantes presentó una resiliencia alta. Estudios llevados a cabo en adultos mayores han encontrado un rango de resilencia alta entre 46% y 15%. Este valor depende de las características socioculturales y demográficas de la muestra de estudio, así como del instrumento empleado. Se han observado niveles más altos de resilencia con los intrumentos Connor-Davison, así como del cuestionario CAPS-19, mientras que un porcentaje más bajo se ha encontrado utilizando el cuestionario General de Salud, GHQ-12.25
Se ha descrito que a menor edad los adultos suelen ser menos resilientes (26). Sin embargo, no es concluyente que la edad sea un factor relacionado. En esta investigación no se encontraron diferencias estadisticamente significativas entre la edad y el grado de resiliencia. Se ha sugerido que entre los factores que pueden asociarse fuertemente con una alta resiliencia se encuentran la adaptación, el optimismo y la esperanza, las emociones positivas, el apoyo social y la participación en la comunidad, así como la independencia en las actividades de la vida diaria y la actividad física (27,28). Diferencias estadisticamente significativas entre el grado de resiliencia con el estado civil con el tipo de vivienda y el apoyo social fueron encontradas en este estudio, observando que aquellos adultos mayores que mostraban una resilencia alta eran aquellos que se encontraban casados y quienes poseían una vivienda propia, posiblemente el contar con una pareja aumenta el afecto y el apoyo percibido para hacer frente a situaciones adversas. Se encontró que los adultos mayores que reciben un mayor apoyo social se asociacia a una resiliencia alta. Este resultado es congruente con estudios previos donde se observa que aquellos adultos mayores que poseen redes sociales fuertes antes o durante una adversidad tendrán un mayor grado de resiliencia (29).
Para la adecuada interpretación de los resultados es necesario tomar en cuenta algunas consideraciones. El enfoque transversal de este análisis no permite establecer una secuencia de temporalidad entre el apoyo social percibido y el estado de resiliencia de los adultos mayores, por lo que los hallazgos deben ser interpretados con cautela. Por otra parte, el intervalo de confianza de la estimación de la RM fue relativamente amplio, muy probablemente por el tamaño muestral del estudio; no obstante, dicho tamaño de muestra fue suficiente como para detectar la asociación buscada entre las variables de interés tras el ajuste por confusores.
A pesar de las limitaciones mencionadas, el presente estudio tiene importantes fortalezas. El análisis estadístico se basó en un modelo de regresión logística para estimar la RM entre las variables de interés, por lo que, a diferencia de estudios previos, se pudo estimar la magnitud y fuerza de la asociación entre el nivel de apoyo social y la resiliencia de los adultos mayores. Además, se recuperaron datos de los sujetos de estudio que permitieron hacer el ajuste por potenciales confusores en el modelo de regresión logística, por lo que es muy poco probable que estos hallazgos se vean afectados por un sesgo de confusión. Para la determinación del nivel de apoyo social y el estado de resiliencia se emplearon instrumentos validados y con un nivel relativamente alto de confiabilidad, los cuales fueron aplicados por personal capacitado, de tal modo que no se espera que estos resultados se hayan visto afectados por un error de la mala clasificación.
Se han demostrado que los adultos mayores con problemas fisiológicos o de salud mental logran tener un alto grado de resiliencia si presentan un máximo apoyo social (30). Sin embargo, existe también evidencia que muestra que los adultos mayores suelen tener una menor interacción social que las personas más jóvenes; por lo tanto, es necesario crear una red social sólida alrededor del adulto mayor. Para lograr esto es necesario incluirlos en actividades sociales, así como tener el soporte de su familia y lo más importante es que el adulto mayor se sienta satisfecho con el apoyo social recibido (29), de esta manera se podrá ser más resiliente a los cambios asociados al envejecimiento.
La resiliencia muestra la capacidad de hacer frente a situaciones difíciles como puede ser una enfermedad, un accidente o un trauma; mientras se restablece la condición normal o saludable; por lo tanto, en términos de salud, la resiliencia desempeña un papel muy importante (31). Cuanto mayor sea la resiliencia menor será el riesgo de sufrir enfermedades o comorbilidades.
 

Conclusión

 
Los adultos mayores pertenecientes a siete municipios del Valle del Mezquital en Hidalgo, México, presentaron un grado de resiliencia el cual se asocia al apoyo social que reciben en un momento específico. Por lo tanto, en la etapa del envejecimiento, donde se llevan a cabo un gran número de cambios, puede resultar estresante, por lo que es necesario fortalecer las redes de apoyo de los adultos mayores, para así aumentar su grado de resiliencia y por ende mejorar su calidad de vida.
 

Financiación

 
Ninguna.
 

Conflicto de intereses

 
Ninguno.
 

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Originales - 6 - Evaluación del nivel de autogestión y resultados de salud en adultos mayores con diabetes en pandemia COVID-19

 

Cómo citar este artículo:
Velázquez Hernández M, Ibarra González CP, Montoya García RE, De los Reyes Nieto LR, Sánchez Leo A, Cerda Flores RM. Evaluación del nivel de autogestión y resultados de salud en adultos mayores con diabetes en pandemia COVID-19. RIdEC 2022; 15(Supl. 1):49-56.
 
Fecha de recepción: 2 de abril de 2022.
Aceptada su publicación: 17 de abril de 2022.

Autores

 
1 Mireya Velázquez Hernández
1 Cinthya Patricia Ibarra González
1 Rosa Elvia Montoya García
1 Laura Roxana de los Reyes Nieto
1 Artemisa Sánchez Leo
2 Ricardo M. Cerda Flores
 
  1. Profesor de carrera, Facultad de Enfermería Victoria, Universidad Autónoma de Tamaulipas. México.
  2. Profesor de carrera, Facultad de Enfermería, Universidad Autónoma de Nuevo León. México.
 
Dirección de contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Resumen

 
Objetivo: el objetivo del presente estudio fue identificar el nivel de autogestión y los resultados de salud de los adultos mayores con diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) residentes de Ciudad Victoria, Tamaulipas (México) durante la pandemia por COVID-19.
 
Método: se realizó un estudio descriptivo transversal, con una población de 144 adultos mayores que pertenecen a un grupo público de apoyo llamado Adultos Mayores 65 y más, este grupo se encuentra en redes sociales como Facebook. Por medio de un muestreo por conveniencia se aplicó el instrumento SMP-T2D PAG- DT2 vía web a través de forms.
 
Resultados: se encontró que la media total de autogestión fue de 48,30 (DE= 13,44), lo que representa una autogestión regular en los adultos mayores con diabetes, la adherencia al tratamiento (alimentación, actividad física y toma de medi- camentos) fue el dominio más bajo con una media de 23,42 (DE= 14,57). La autogestión se observó más baja en el género masculino, en quien se administra insulina inyectada, tiene dos o más comorbilidades y presenta descontrol en los niveles de hb1ac, colesterol total y triglicéridos.
 
Conclusiones: la falta de actividad física, una alimentación inadecuada y una atención médica nula o esporádica, por el confinamiento por COVID-19, pudieron repercutir en el descontrol bioquímico de los adultos mayores.
 
PALABRAS CLAVE: autogestión; adulto mayor; diabetes; resultados de salud COVID-19.

Abstract

Evaluation of the level of self-management and health results in older adults with diabetes during the COVID-19 pandemic
 
Objective: the objective of this study was to identify the level of self-management and the health results in older adults with T2DM living in Ciudad Victoria, Tamaulipas (Mexico) during the COVID-19 pandemic.
 
Methodology: a cross-sectional descriptive study was conducted, on a population of 144 older adults belonging to the public support group Adultos Mayores 65 y más (Older adults Over 65), which appears in Facebook social networks. The SMP-T2D PAG- DT2 instrument was applied through web forms using convenience sampling.
 
Results: it was found that the total mean level of self-management was 48.30 (SD= 13.44), which represents a regular self-management in older adults with diabetes. Adherence to treatment (diet, physical activity and medication intake) was the lowest domain with a mean 23.42 (SD= 14,57). There was lower self-management in the male gender, those who received injected insulin, those with two or more comorbidities and who presented uncontrolled levels of Hb1ac, total cholesterol and triglycerides.
 
Conclusions: lack of physical activity, inadequate diet and null or sporadic medical care due to COVID-19 lockdown could have an impact on the lack of biochemical control in older adults.
 
KEYWORDS: self-management; older adult; diabetes; health resultsCOVID-19.
 

Introducción

 
La diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) es una de las patologías crónicas degenerativas más predominantes en el adulto mayor de 60 años, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo (1). En México, poco más de una cuarta parte de población de 60 a 69 años declaró contar con un diagnóstico previo de diabetes, lo que representa 2,3 millones de personas y una tasa de mortalidad por complicaciones de esta enfermedad en el año 2020 de 11,95 personas por cada 10.000 habitantes, siendo la cifra más alta en los últimos 10 años (2).
 
La mortalidad por DMT2 en el adulto mayor se relaciona con el hecho de padecer una o más comorbilidades, entre las principales se encuentra la hipertensión arterial, las dislipidemias y el deterioro cognitivo (3). Además, estas comorbilidades se vinculan con un aceleramiento del deterioro físico en el individuo y, por ende, esto provoca mayor utilización de los servicios de salud en comparación con los que solo tienen DMT2 (4). Así mismo, los costos relacionados con el descontrol y las complicaciones de las personas con esta enfermedad equivalen a un total de $1.163.028.00 pesos al año entre material médico, revisiones médicas, cirugías y estudios clínicos (5).
 
En el adulto mayor resulta complejo llevar un control adecuado, puesto que multifactores hacen que experimenten cambios en las funciones fisiológicas, cognitivas, mentales, psicológicas, familiares, económicas y sociales, lo que puede influir directamente en la adherencia terapéutica efectiva (6). El control se mide a través de la hemoglobina glicosilada (HbA1c), puesto que es una de las principales pruebas disponibles que muestra el control glucémico del paciente con DMT2 (7). Así bien, es importante considerar los valores bioquímicos de perfil lipídico (PL), los individuos con DMT2 y con un pobre control glucémico exhiben incrementos en la glicosilación de las lipoproteínas y de otras proteínas séricas (8). Además, se ha demostrado que si las personas con DMT2 tienen buen control de la presión arterial pueden prevenir complicaciones principalmente microvasculares (9).
 
Sumándole a esto, la actual pandemia, que por su homología genética con el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo es identificada como COVID-19, aparecida en diciembre de 2019 y presente hasta el día de hoy, hace difícil el acceso a la atención y control de la salud del adulto mayor con DMT2 en las instituciones de salud, y que además dicho virus se asocia con edades más avanzadas y tener enfermedades crónico-degenerativas, lo que implica un riesgo alto de presentación clínicamente grave en este grupo poblacional (10).
 
En los Estados Unidos de Norteamérica, con la intención de mejorar el control de la DMT2 en los individuos, han incluido intervenciones en función de la autogestión en los sistemas de salud, para promover en las personas la responsabilidad de su control y ofrecer herramientas que permitan mejorar su cuidado y fomentar la adherencia a los tratamientos no farmacológicos y farmacológicos. En el paciente con DMT2, la autogestión es un proceso activo, continuo y flexible, en que el individuo lleva el control de su enfermedad a través de la relación de una amplia gama de dimensiones, en las que se incluyen: actividad física, alimentación saludable, toma de medicamentos, control de glucosa en sangre, resolución de problemas, reducción de riesgos y adaptación psicosocial (11).
 
En México, la mayoría de los estudios de la DMT2 en adultos mayores están dirigidos hacia el autocuidado. Existen programas destinados a prevenir y controlar la DMT2, como el Programa de atención al paciente con Diabetes (DiabetIMSS) del IMSS implementado en el 2013, este pretende prevenir las consecuencias que genera esta enfermedad mediante atención multidisciplinaria a quienes lo padecen (12); sin embargo, poco se ha identificado sobre cómo es la autogestión en sus siete dimensiones de los adultos mayores con DMT2 (11) aunado a que no se sabe si durante la pandemia se mantuvieron activos muchos de estos programas y cuál ha sido su efectividad. Se considera que explorar el nivel de autogestión y los resultados de salud del adulto mayor permitirá comprender la situación actual de los individuos con la enfermedad y sustentar prácticas innovadoras de autogestión en el quehacer de Enfermería. Todo ello con el fin de ayudar al individuo a lograr un control de la enfermedad y disminuir la carga hospitalaria por complicaciones, la mortalidad y los altos costos en salud.
 
Los resultados de salud que se obtengan se compararán con los recogidos en otros países y quizás se lleguen a considerar en los planes de salud que ayuden a mejorar el control de la DMT2 de los adultos mayores. Por tanto, este estudio en los adultos mayores con DMT2 residentes de Ciudad Victoria, Tamaulipas, durante la pandemia por COVID-19 tiene como objetivos: 1) Evaluar el nivel de autogestión y 2) Evaluar los resultados de salud.
 

Metodología

 
Se realizó un estudio descriptivo transversal durante los meses de septiembre de 2021 a febrero de 2022. La población de interés estuvo conformada por adultos mayores con diagnóstico de DMT2 residentes en Ciudad Victoria, Tamaulipas, que pertenecen a un grupo público de apoyo llamado Adultos Mayores 65 y más, este grupo se encuentra en redes sociales como Facebook. El muestreo fue por conveniencia, se les invitó a participar por medio de un anuncio en el grupo de la red social. Un total de 144 adultos mayores completó la muestra. Los criterios de inclusión fueron: adultos mayores de 60 años, con diagnóstico de DMT2 de mayor o igual a un año de evolución, que usaran WhatsApp o correo electrónico, tuvieran por escrito resultados de salud de Hb1Ac, GC, PL, y PA no mayor a tres meses.
 
Los criterios de exclusión fueron: sujetos con tratamiento para cáncer, enfermedades renales, en silla de ruedas, dependientes totalmente de un cuidador o que no pudieran enviar sus resultados de salud por Whatsapp o correo electrónico. Se diseñó una cédula para obtener los datos personales de los participantes. Para mediar la autogestión se aplicó el cuestionario de Evaluación de la Autogestión de la Diabetes Tipo 2 (SMP-T2D PAG- DT2) adaptado culturalmente del instrumento original SMP-T2D (Perfil de Autogestión de para la Diabetes Tipo 2) (13). El SMP-T2D PAG-DT2+HTA es un cuestionario breve (19 ítems) que contiene siete dominios: monitoreo de glucosa en sangre, toma de medicamentos, alimentación saludable, actividad física (adherencia al tratamiento), resolución de problemas (afrontamiento de la enfermedad), reducción de riesgos (confianza o autoefectividad) y adaptación psicosocial (consecuencias del afrontamiento).
 
Para dicha investigación no se consideraron las preguntas relacionadas con la hipertensión arterial. Los niveles de respuestas para las primeras cuatro preguntas son de una escala de 0 a 7 días, donde 0 corresponde a ningún día y 7 a todos los días de la semana. Para este estudio las respuestas se transformaron a una escala de tipo Likert, quedando las categorías de la siguiente manera: 1 (0 días), 2 (1-2 días), 3 (3-4 días), 4 (5-6 días) y 5 (7 días). La pregunta tres y cuatro debe ser invertida para su análisis. La pregunta cinco y seis se midió con una escala de respuesta de tipo Likert que va de 1 (No tuve dificultad) a 5 (Demasiada dificultad). Para las preguntas de la siete a la nueve la escala de respuesta es de tipo Likert que va de 1 (Nada) a 5 (Demasiado), donde “Nada" representa menor autogestión y “Demasiado” mayor autogestión.
 
Para su interpretación, la suma de las respuestas de cada subescala y total se trasformaron en índices de 0-100, de modo que los puntajes más altos indican una buena autogestión (67-100), los puntajes medios indican una regular autogestión (33-66) y los puntajes más bajos indican una baja autogestión (0-32). Este cuestionario ha reportado una consistencia interna de ,70 por alpha de Cronbach, en población adulta mayor mexicana (14).
 
Para conocer los resultados de salud se tomaron como referencia los archivos de laboratorio enviados por los pacientes (hemoglobina glicosilada, glucosa capilar y perfil lipídico). Se consideró el control de los resultados con base en los criterios que señala la guía de la práctica clínica Diagnóstico de Diabetes Mellitus en el adulto mayor vulnerable (15). Para la realización del estudio se tuvieron en cuenta los criterios éticos para la conservación de la integridad física, psíquica y confidencialidad de los participantes. Para la selección de los participantes se realizó una base de datos de los interesados que registraron un mensaje en la red social, se les contactó vía telefónica y se les hizo una entrevista para cotejar criterios de inclusión.
 
Una vez reconocidos los individuos a participar, el investigador se detalló a explicar los objetivos y el procedimiento a ejecutar, se envió por Whatsapp o correo electrónico, el consentimiento informado según lo solicitó el participante. Cumplido con lo anterior, se le solicitó el envío del archivo de resultados de laboratorio y se mandó la liga de acceso al instrumento.
 

Resultados

 
Se obtuvo un total de 144 adultos mayores, la edad promedio fue de 68,44 años (D= 4,32), respecto a la educación, el promedio de años de escolaridad fue de 12,61 (D= 4,65). El 58,33% fue del sexo femenino. En cuanto a la trayectoria de la DMT2 fue de 8,21 (D= 6,41). El 70,83% tenía cuatro hijos o más, el 31,94% se administra insulina y el resto su tratamiento es a través de la medicación vía oral. El 48,62% padece dos o más comorbilidades, el 31,94% una comorbilidad y el 19,44% se encuentra sin comorbilidades.
 
En cuanto a la autogestión en la Tabla 1 se observa que la media más baja fue para el dominio de adherencia al tratamiento, la cual corresponde a las dimensiones de alimentación, toma de medicamentos y actividad física. Para la escala total se obtuvo una media de 48,30 (DE= 13,44), lo que indica una regular autogestión en los adultos mayores.
 
 
Para establecer el grado de control de la DMT2, considerando los resultados bioquímicos de laboratorio de Hb1Ac, glucosa capilar y perfil lipídico, se tomaron los puntos de corte establecidos por la Guía de la práctica clínica: Diagnóstico de Diabetes Mellitus en la persona adulta mayor, 2021 (15), se identificó que poco menos de la mitad de los adultos mayores se encuentra controlado en sus valores bioquímicos (Tabla 2).
 
En cuanto al comportamiento de la autogestión según el género, se observó baja en los dos géneros, los resultados arrojan diferencias significativas entre los valores comparados (Tabla 3).
 
El comportamiento de autogestión según el régimen de la enfermedad se pudo observar bueno en 24 adultos mayores con medicación vía oral y 10 adultos mayores con régimen de insulina inyectada (Tabla 4).
 
En cuanto a la autogestión según la severidad de la condición se encontró baja en las tres condiciones de comorbilidad, y predominó la categoría con dos o más comorbilidades (Tabla 5).
 
Según los resultados de salud se encontró buena autogestión en quien estaba controlado en los niveles de Hb1Ac, glucosa capilar, colesterol total y triglicéridos (Tabla 6).
 
 
 
 

Discusión

 
La muestra del estudio se caracterizó por tener una mayor proporción de mujeres que de hombres, el promedio de edad fue de 68,44 años y una escolaridad que los ubicaba en el nivel medio. Los datos anteriores coinciden con las características de adultos mayores de los datos nacionales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía del año 2020 (16) de acuerdo con la clasificación geoestadística urbana. En relación con el tiempo de padecer la DMT2, fue en promedio 8,21 años, el 68,06% llevaba únicamente tratamiento vía oral, casi la mitad de esta población padecía dos o más comorbilidades asociadas a la DMT2. Estos resultados coinciden con los realizados por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del año 2020 en su último informe sobre diabetes en México (17).
 
Con respecto a la autogestión de la DMT2 por parte de los adultos mayores, se encontró una regular autogestión en general. Los dominios que reportaron promedios más altos fueron: afrontamiento de la enfermedad y confianza o autoefectividad; por otro lado, la más baja fue adherencia al tratamiento (alimentación, toma de medicamentos y actividad física). Estos resultados coinciden con lo reportado por Theodoropoulou et al. (18) en el año 2020, donde señalan que la autogestión en general de pacientes con diabetes fue baja y los dominios más afectados fueron la toma de medicamentos y angustia. Adu et al. (19), en el año 2019, reportaron de igual manera una baja autogestión predominando estrés, alimentación y actividad física.
 
Se encontró que más de la mitad de los adultos mayores con DMT2 tenía un monitoreo inadecuado de sus resultados de salud bioquímicos (Hb1Ac, glucosa capilar, colesterol total, y triglicéridos), los cuales coinciden con Oliveros (20) en el 2021, donde los niveles de Hb1Ac eran elevados. En comparación con lo reportado por Feil et al. (21) en el 2012, donde reportan que los adultos mayores con DMT2 registraron cifras normales de Hb1Ac.
 
Posiblemente los resultados de este estudio sobre el bajo control de valores bioquímicos pudieron deberse a que la población estudiada proviene del confinamiento por COVID-19, donde se hicieron presentes limitantes como poca o nula atención de seguimiento en la consulta de medicina familiar, falta de medicamentos, baja economía, desempleo, restricción de espacios públicos para realizar actividad física, etc. Estos resultados coinciden con Ballesteros et al. (22) en el 2021, quienes encontraron altos niveles de Hb1ac y colesterol en su población y mencionan que se debe a una mala alimentación e inactividad física.
 
Con respecto a la autogestión, se encontró que los que se medican con insulina inyectada mostraron más baja autogestión. Esta situación puede deberse a lo planteado por Aghilia et al. (23) en el 2017, quienes mencionan en su estudio que un tratamiento requerido de insulina inyectada es causa de un mal control de la enfermedad. Además, se encontró que quien tenían dos o más comorbilidades tenían menor autogestión lo cual concuerda con los hallazgos de Ortega et al. (24) en el 2018 donde mencionan que probablemente este hecho se deba a que, al tener un mayor número de fármacos para tratar las comorbilidades asociadas, los pacientes pueden llegar a tener dificultad para la adherencia terapéutica efectiva y quizá podrían tender a ser menos estrictos en los objetivos de la enfermedad.
 
Los hallazgos del presente estudio coinciden con lo reportado por los diferentes autores; sin embargo, es importante señalar que es la primera vez que se documenta la autogestión en sus siete dimensiones en la población tamaulipeca adulto mayor con DMT2, y se debe resaltar que la autogestión en estos individuos con enfermedad crónica degenerativa, como es la DMT2, es un proceso muy importante para el control de su enfermedad, hallazgo que debe seguir analizándose en sus diferentes contextos y poblaciones. En cuanto a las limitaciones que se presentaron destaca que no se logró obtener el total de muestra de los resultados de perfil lipídico debido a que los pacientes carecían de esa información.
 

Conclusiones y recomendaciones

 
En la evaluación de la autogestión se encontró regular y esto se vinculó como consecuencia de tener parámetros no controlados de Hb1Ac, colesterol total y triglicéridos, tener dos o más comorbilidades y tener medicación por insulina inyectada. En este sentido, la falta de actividad física, una alimentación inadecuada y una atención médica nula o esporádica a causa del confinamiento por COVID-19 pudo repercutir en el buen control bioquímico de los adultos mayores. Es valioso continuar con la investigación en otros grupos con características más específicas como derechohabientes de instituciones de salud para comparar los resultados encontrados, así como estudiar la autogestión en relación con el apoyo de los proveedores de salud.
 

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Originales - 7 - Intervención educativa de enfermería para la prevención de conductas sexuales de riesgo en adolescentes

 
Cómo citar este artículo:
De la Cruz Hernández Y, Cruz Bello P, Flores Merino MV, Jiménez Vargas D, Martínez Albarrán DMC, de la Cruz Martínez A. Intervención educativa de enfermería para la prevención de conductas sexuales de riesgo en adolescentes. RIdEC 2022; 15(Supl. 1):57-64.
 
Fecha de recepción: 2 de abril de 2022.
Aceptada su publicación: 20 de abril de 2022.

Autores

 
1 Yesenia de la Cruz Hernández
1 Patricia Cruz Bello
1 Miriam Verónica Flores Merino
1 Diana Jiménez Vargas
1 Dora María Cleotilde Martínez Albarrán
1 Alejandra de la Cruz Martínez
 
  1. Facultad de Enfermería y Obstetricia. Uaeméx. México. 
 
Dirección de contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Resumen

 
Objetivo: evaluar la aplicación del programa de intervención de enfermería en adolescentes mexiquenses de primer año de preparatoria del ciclo escolar 2020-2021, como fomento a la prevención de conductas sexuales de riesgo.
Método: estudio cuantitativo, cuasi-experimental de pretest y postest con intervención educativa en 73 estudiantes de 15 a 17 años. Se determinaron características sociodemográficas y conductas sexuales de riesgo mediante el cuestionario
Estilos de vida, aplicado antes y dos meses después de la ejecución del programa. El análisis de datos se efectuó con IBM SPSS 25, se establecieron frecuencias, porcentajes y correlaciones con la prueba de rangos con signo de Wilcoxon, se consideraron diferencias estadísticamente significativas los valores de p< 0,05.
Resultados: predominó la edad de 15 años tanto en el sexo femenino como el masculino con un 46,5% y 39,7% respectivamente. El 74% vive en una familia nuclear siendo su principal ocupación el ser estudiantes. Previo a la intervención, únicamente el 32,9% consideraba conductas sexuales de riesgo: mantener relaciones coitales sin protección o con desconocidos y tener varias parejas sexuales; posterior a la aplicación del programa hubo un incremento al 94,4% para su consideración (p 0,002).
Conclusiones: las intervenciones educativas otorgadas por el profesional de enfermería representan un impacto significativo
en los adolescentes, ya que, realizándolas oportunamente, se pueden prevenir conductas sexuales que generen riesgos a su salud.
 
PALABRAS CLAVE: adolescente ; conducta sexual ; salud sexual ; educación en salud ; enfermería.
 

Abstract

Educational nursing intervention for the prevention of sexual risk behaviours in adolescents
 
Objective: to evaluate the application of the nursing intervention program in Mexiquense adolescents at their first year of high school in the academic year 2020-2021, in order to promote the prevention of sexual risk behaviours.
 
Method: a qualitative quasi-experimental pre-test and post-test study with educational intervention in 73 students between 15 and 17 years old. Sociodemographic characteristics and sexual risk behaviours were determined through the Lifestyles questionnaire, applied before and two months after the program was implemented. Data analysis was conducted with IBM SPSS 25; frequencies, percentages and correlations were determined through the Wilcoxon signed-rank test, and p< 0.05 values were considered statistically significant differences.
 
Results: the predominant age was 15 years, both in the female and male genders, with 46.5% and 39.7% respectively; 74% were living with their nuclear family and their main occupation was being students. Before the intervention, only 32.9% considered engaging in sexual activity without protection or with strangers and having many sexual partners as sexual risk behaviours; after the application of the program there was a 94.4% increase in their consideration (p 0.002).
 
Conclusions: the educational interventions applied by Nursing professionals will cause a significant impact on adolescents; when conveniently conducted, sexual behaviours that will generate health risks can be prevented.
 
KEY WORDS: adolescent; sexual behaviour; Sexual Health; health education; nursing.
 

Introducción

 
La Organización Mundial de la Salud (OMS) (1) define la adolescencia como el periodo de crecimiento y desarrollo humano comprendido desde los 10 a 19 años, es considerada una de las etapas de transición más importantes en la vida del ser humano.
 
La adolescencia (2) inicia desde la pubertad, cuando el individuo comienza a experimentar una serie de transformaciones intensas que repercutirán en su esfera biológica, psicológica y social; el cese de este periodo será el indicio de avanzar a la etapa adulta.
 
En esta etapa aparecen los caracteres sexuales secundarios, en un periodo de turbulencia con gran ambivalencia afectiva, aumenta la experimentación sexual, cambios impredecibles de conducta y carácter que pueden estar determinados por influencias sociales y educativas (3). Los cambios representan una amplia variación dentro de la normalidad; sin embargo, su conocimiento resulta útil para diferenciarlos respecto de las anomalías en el desarrollo físico y psicosocial (4).
 
Por ende, una conducta sexual de riesgo (5) se considera como la exposición de una persona a situaciones que pueda ocasionar daños a su salud o a la de otra, a través de la posibilidad de: contagio por enfermedades de trasmisión sexual; inicio no elegido, involuntario y desprotegido de vida sexual; exposición a embarazos no planeados, no deseados, o en condiciones inadecuadas (6).
 
En el ámbito global, antes de cumplir 20 años, los adolescentes ya son sexualmente activos; en México, el inicio de vida sexual oscila entre los 15 y los 19 años (7). Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) señala que el 68,6% de las y los adolescentes de 12 a 19 años utilizó de manera consistente algún método anticonceptivo entre el 2018- 2019; el condón fue el método más empleado y el 80% de los hombres tuvo mayor prevalencia de uso (8).
 
Un estudio realizado en la Ciudad de México (9) identificó alta frecuencia de conductas sexuales de riesgo entre los adolescentes, se observó que el 29,7% inició su vida sexual entre los 14 y 15 años; asimismo, el 24,4 % ya había tenido más de tres parejas sexuales y 48,2% no utilizaba condón.
 
El abordaje hacia las conductas sexuales de riesgo en adolescentes plantea cada vez grandes desafíos, debido a que el diseño e implementación de programas debe ir enfocado hacia la prevención de estas conductas y con la finalidad de proporcionar información oportuna acerca de los riesgos y las consecuencias de iniciar tempranamente la vida sexual (10).
 
La prevención consiste en educar, potenciar el desarrollo integral de la persona, fomentar la adquisición de las habilidades para saber afrontar y resolver aquellas situaciones que pongan en riesgo su salud; al potenciar la educación sexual se genera autonomía que permitirá al adolescente convertirse en un adulto sexualmente saludable, con la capacidad para evitar los riesgos a través de una correcta toma de decisiones (11).
 
La evidencia demuestra que la intervención de enfermería debe seguir fomentándose en este ámbito (12), ya que el conocimiento por sí solo no basta para prevenir conductas de riesgo, ejemplo de lo anterior es el programa educativo preventivo “Dilo por Dos”, que posterior a la intervención mostró un aumento significativo en el nivel de conocimientos, habilidades y actitudes para prevenir conductas de riesgo (13).
 
El objetivo del estudio radicó en evaluar la aplicación del programa de intervención diseñado y aplicado por el personal de enfermería a los adolescentes de la preparatoria de San Cristóbal Tecolit, Zinacantepec, México, para prevenir las conductas sexuales de riesgo.
 

Método

 
Diseño del estudio: cuantitativo, cuasi-experimental en el cual se aplicó un programa de intervención educativa de enfermería, durante enero de 2020 a marzo de 2021.
 
Población y muestra: la población estuvo conformada por 120 alumnos de primer año de preparatoria ubicada en San Cristóbal Tecolit, Zinacantepec, México. El tipo de muestreo fue de conveniencia a criterio del investigador, tomando como referente la postura de la institución educativa al ser alumnos de primer año con factores predisponentes hacia conductas sexuales de riesgo y con la intención de continuar con intervenciones de enfermería en el segundo y tercer año; por tanto, la muestra estuvo constituida por 73 adolescentes.
 
Variables de investigación: la intervención educativa (pretest y postest) es la variable independiente. Las dependientes son las conductas sexuales de riesgo (mantener relaciones coitales sin protección o con desconocidos y tener varias parejas sexuales); así como las respuestas del cuestionario: actitudes y prácticas de salud, necesidades de salud sexual y capacidad de autocuidado.
 
Recogida de datos: se utilizó un cuestionario de Estilos de vida, que ha sido validado por expertos que acreditaron experiencia en el área, y valor de 0,8 de confiabilidad con alfa de Cronbach. El cuestionario tiene dos secciones, la primera se refiere a datos sociodemográficos, y la segunda sobre la salud sexual del adolescente con 50 preguntas de opción múltiple, subdivida en tres dimensiones: Actitudes y prácticas de salud, necesidades de salud sexual y capacidad de autocuidado.
 
Procedimiento: se realizó la gestión correspondiente con las autoridades, orientadores escolares y padres de familia de la institución educativa, a quienes se les dio a conocer el objetivo, el procedimiento y los beneficios de la investigación. Una vez que se obtuvo el permiso, se invitó a los adolescentes a participar en la investigación, se les explicaron las actividades a realizar y previo asentimiento informado se les pidió contestar el cuestionario (pretest) el día 4 de febrero de 2020 en las aulas de clase.
 
Los resultados del pretest se procesaron mediante el programa IBM SPSS Statistics en su versión 25 y se obtuvieron porcentajes preliminares; estos permitieron generar el diseño del programa para la intervención educativa, el enfoque fue hacía las conductas sexuales de mayor riesgo y manteniendo el énfasis hacia la prevención oportuna de las mismas.
 
De igual manera, los temas que se seleccionaron para las sesiones correspondientes se derivan de las necesidades de información que se identificaron en los adolescentes en cada dimensión del cuestionario (actitudes y prácticas de salud, necesidades de salud sexual y capacidad de autocuidado).
 
Para la intervención se conformaron tres grupos, inició el 13 de octubre de 2020 y constó de cinco sesiones, impartidas semanalmente en 60 minutos a través de la plataforma Google Meet y Zoom. La temática fue: Sesión I: Conociendo mi cuerpo, Sesión II: Salud sexual y responsable, Sesión III: Conductas sexuales de riesgo, Sesión IV: Embarazo en la adolescencia y Sesión V: Métodos anticonceptivos; en cada una se emplearon actividades didácticas y lúdicas virtuales para atraer la atención del adolescente y favorecer el aprendizaje.
 
La participación de los alumnos fue significativa, y mediante las plataformas elegidas se brindó atención a las inquietudes y comentarios de los alumnos que lo hicieron a través del chat. Las principales fueron: uso del condón femenino, uso de la pastilla de emergencia y sus efectos, violencia sexual, eficacia de los métodos anticonceptivos y elección del método ideal.
 
El 10 febrero de 2021 se evaluó la intervención aplicando el mismo procedimiento del cuestionario inicial (postest).
 
Análisis de datos: los datos obtenidos fueron analizados con el programa IBM SPSS Statistics en su versión 25, se establecieron correlaciones y comparación de los resultados pretest y postest de la intervención empleando frecuencias y porcentajes en tablas.
 
Para el análisis de los datos en cada dimensión del cuestionario se utilizó la prueba de rangos con signo de Wilcoxon para muestras pareadas y, en general, se consideraron diferencias estadísticamente significativas los valores de p inferiores a 0,05.
 
Aspectos éticos: la investigación deriva del Macroproyecto “Salud del adolescente” con registro 2019/03 del Comité de Ética e Investigación del Centro de Investigación en Ciencias Médicas de la Universidad Autónoma del Estado de México.
 
Los procedimientos realizados en el estudio se sustentaron en los principios básicos de la Declaración de Helsinki (14), los artículos 13, 16 y 17 (investigación con riesgo mínimo) de la Ley General de Salud en Materia de investigación (15); y finalmente, con los consentimientos y asentimientos informados de los padres y adolescentes respectivamente.
 

Resultados

 
En el estudio participaron adolescentes en su mayoría de 15 años, del sexo femenino en un 46,58%. El 74% vive en familias nucleares, siendo su principal ocupación el ser estudiantes, el resto pertenece a hogares monoparentales donde la jefa de familia es la madre.
 
En la primera dimensión referente a las actitudes y prácticas de salud se evaluaron los conocimientos generales de los adolescentes respecto a la temática de sexualidad antes y después de la intervención (Gráfico 1); cabe destacar que para algunas preguntas no se consideraron respuestas correctas, ya que estas consistieron en la identificación de cambios físicos, psicológicos y sociales en torno a su vivencia.
 
 
Al momento de la intervención, el 21,9% de los adolescentes ya había iniciado su vida sexual activa, resaltando que la primera relación coital fue en su relación de noviazgo de ese momento y el rango de edad: 14 a 15 años.
 
Por otra parte, el 16,4% ha tenido una pareja sexual y el 8,2% lo representaron aquellos con más de dos. El resto de los adolescentes aún no inicia su vida sexual.
 
En relación con el uso de métodos anticonceptivos para quienes ya son activos, el 88,8% utiliza condón masculino. En este sentido, se destacó el incremento de adolescentes que identificaron el procedimiento idóneo para su colocación que fue de 34,2% a 79,5%.
 
Respecto a las conductas sexuales de riesgo que se incluyeron fueron mantener relaciones coitales sin protección o con desconocidos y tener varias parejas sexuales (Tabla 1); los resultados después de la intervención representaron una mejora para la prevención de conductas sexuales de riesgo y fue significativa (p 0,002).
 
 
Para la dimensión de necesidades de salud sexual, respecto a la resolución de dudas o inquietudes acerca de temas que no se atreven a abordar con sus padres, el 53,4% de adolescentes indaga en internet, a diferencia del 39,7% que prefiere hacerlo con personal de salud.
 
El 75,3% de los adolescentes considera que una de las actividades primordiales para alcanzar y gozar de una sexualidad responsable es mantenerse informados adecuadamente y el 23,3% la asocia al inicio de una vida sexual activa donde se esté consciente de las implicaciones y se adquiera esa responsabilidad para cuidar su salud.
 
Para la última dimensión en la capacidad de autocuidado, el 20,5% consideraba que una de las ventajas de usar métodos anticonceptivos únicamente consistía en la prevención de embarazos; no obstante, se pudo observar que posteriormente, el 71,2% amplió su panorama hacia la prevención de embarazos, planificación familiar y evitar enfermedades de transmisión sexual.
 
En el ámbito de enfermedades de trasmisión sexual, el 69,9% de los adolescentes logró identificar las particularidades que comparten estos padecimientos: secreción verdosa o amarillenta, lesiones en el área genital, dolor al orinar y fiebre. El procedimiento para actuar ante un padecimiento de esta índole se abordó en una sesión del programa con enfoque a tratamiento y procedimientos para solicitar atención médica inmediata.
 
El 83,6% de los adolescentes traduce sexualidad responsable como tomar la mejor decisión acerca de su sexualidad sin riesgos para a la salud, mientras que el 12,3% considera el uso de métodos anticonceptivos.
 
En las tres dimensiones se observaron diferencias significativas (p< 0,05) al finalizar con las intervenciones orientadas a la prevención de las conductas sexuales de riesgo (Tabla 2).
 
 

Discusión

 
Durante la etapa de la adolescencia es fundamental la educación y promoción de la salud sexual, con la finalidad de promover conductas saludables a través de información sólida para contribuir al desarrollo de una sexualidad plena (16).
 
La falta de educación sexual dirigida a los adolescentes desencadena conductas que pueden perjudicar su salud, ya que estos desconocen las consecuencias a las que podrían enfrentarse debido al inicio de una vida sexual precoz y además sin protección (17).
 
Un estudio realizado en México (18), en el que se ejecutó una intervención educativa enfocada a aumentar el conocimiento de los métodos anticonceptivos en este grupo etario, logró un avance significativo; al igual que otro enfocado a la educación sexual en adolescentes cubanos, concluyó que hubo una reducción en las conductas de riesgo que ya mantenían los adolescentes (19).
 
Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) más reciente (2018-2019) constatan que adolescentes mexicanos de 12 a 19 años ya iniciaron vida sexual (20). Por ende, en similitud a la edad de inicio de este estudio que fue de los 14 a 15 años, se infiere que estos son a edades tempranas cuando aún no se ha alcanzado la madurez requerida y algunos no han recibido la información adecuada para afrontar dicha responsabilidad.
 
Para algunos autores, las conductas sexuales de riesgo se identifican como el inicio de vida sexual a temprana edad, tener relaciones sexuales sin preservativo, tener relaciones bajo los efectos del alcohol o alguna droga, tener múltiples parejas sexuales secuenciales o al mismo tiempo (21); en este estudio se consideraron: las relaciones coitales sin protección o con desconocidos y tener varias parejas sexuales; sin embargo, el programa de intervención, que fue diseñado acorde a las necesidades mostradas, permitió englobar en las sesiones las consecuencias de estas conductas traducidas a un embarazo adolescente o contagio por enfermedades de transmisión sexual principalmente.
 
En este sentido se ha demostrado mejoría frente a los conocimientos y las actitudes deficientes respecto a las conductas sexuales de riesgo en los adolescentes que inician a temprana edad con relaciones coitales a través de intervenciones oportunas y de igual manera fortaleciendo la información para aquellos que deciden no hacerlo aún (22).
 
No obstante, el interés por disminuir estas conductas que colocan en peligro la salud de un grupo vulnerable también debe orientarse a conocer las creencias, prácticas religiosas, el tipo de familia, la influencia del grupo de iguales, el estilo de vida, el consumo de alcohol, entre otros (23). En este estudio los adolescentes buscan información sobre sus dudas en otras fuentes como internet, de las cuales se desconoce su veracidad, por lo que, en la intervención de enfermería se consideró pertinente orientar sobre las redes sociales donde pueden acceder a informarse acerca de su sexualidad.
 
Los hallazgos de este estudio fundamentan la intervención en este grupo etario, surgiendo la necesidad de ampliar el alcance hacia su familia, docentes y círculo social para potencializar las intervenciones y fortalecer las redes de apoyo, considerando que en este estudio prevalecen las familias nucleares y pese a ello, los adolescentes ya presentaban conductas de riesgo.
 
Por otra parte, en estudios futuros se podrían emplear como referente modelos y teorías específicos de promoción de la salud; por consiguiente, se daría solidez a líneas de investigación relacionadas con intervenciones de enfermería con enfoque en la salud escolar para la prevención de factores de riesgo.
 

Conclusiones

 
El programa de intervención educativa de enfermería mostró resultados significativos, traduciéndose en beneficio para este grupo etario; se resalta la importancia que continúa adquiriendo el profesional de enfermería al intervenir oportunamente en el fortalecimiento de la salud sexual y la prevención de riesgos para los adolescentes.
 
Por consiguiente, es prioridad seguir innovando en el ámbito de la Educación para la Salud y diseñar intervenciones a largo plazo, con evaluaciones continuas que permitan empoderar a los adolescentes en la toma de decisiones respecto a su sexualidad y puedan disfrutarla plenamente sin complicaciones futuras.
 

Financiación

 
Ninguna.
 

Conflicto de intereses

 
Ninguno.
 

Bibliografía

 
  1. Organización Mundial de la Salud (OMS). Salud del adolescente [internet]. Ginebra: OMS; 2022. [citado 20 abr 2022]. Disponible en: https://www.who.int/es/health-topics/adolescent-health#tab=tab_1
  2. Valencia Valencia A de J, Mena Mena MC. Sexualidad en adolescentes escolarizados: un análisis comparativo de género. CCD [internet] 2021 [citado 20 abr 2022]; 4(4.1):50-6. Disponible en: https://www.cienciadigital.org/revistacienciadigital2/index.php/ConcienciaDigital/article/view/1924
  3. Flores Palacios F, Leyva Flores R. Representación social del VIH/sida en estudiantes de Ciudad México. Salud Publica Mex [internet] 2003 [citado 20 abr 2022]; 45 supl 5: S624-S631. Disponible en: https://www.medigraphic.com/pdfs/salpubmex/sal-2003/sals035g.pdf
  4. Hidalgo Vicario MI, Ceñal González-Fierro MJ. Hablemos de... Adolescencia. Aspectos físicos, psicológicos y sociales. An Pediatr Contin. 2014; 12(1):42-6. Doi: http://doi.org/10.1016/S1696-2818(14)70167-2
  5. Valle-Solís MO, Benavides-Torres RA, Álvarez-Aguirre A, Peña-Esquivel JN. Conducta sexual de riesgo para VIH/SIDA en jóvenes universitarios. Rev Enferm IMSS [internet]. 2011 [citado 20 abr 2022]; 19(3):133-6. Disponible en: https://www.medigraphic.com/pdfs/enfermeriaimss/eim2011/eim113d.pdf
  6. United Nations Fund for Population Activities (UNFPA). Salud sexual y reproductiva en adolescentes y jóvenes. [internet]; 2022. [citado 20 abr 2020]. Disponible en: https://mexico.unfpa.org/es/topics/salud-sexual-y-reproductiva-en-adolescentes-y-j%C3%B3venes
  7. Dirección General de Comunicación Social (DGCS). Boletín UNAM-DGCS-348: en México, una de cada 10 adolescentes ha tenido un hijo [internet]; 2019 [citado 20 abr 2020]. Disponible en: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2019_348.html
  8. Villalobos A, Ávila-Burgos L, Hubert C, Suárez-López L, de la Vara-Salazar E, Hernández-Serrato MI, Barrientos-Gutiérrez T. Prevalencias y factores asociados con el uso de métodos anticonceptivos modernos en adolescentes, 2012 y 2018. Salud Publica Mex. 2020; 62:648-60. Doi: https://doi.org/10.21149/11519
  9. Lavielle-Sotomayor P, Jiménez-Valdez F, Vázquez-Rodríguez A, Aguirre-García, MC, Castillo-Trejo M, Vega-Mendoza S. Impacto de la familia en las conductas sexuales de riesgo de los adolescentes. Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social [internet]. 2014 [citado 20 abr 2022]; 52(1):38-43. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=457745480010
  10. Alfonso L, Figueroa L. Conductas sexuales de riesgo en adolescentes desde el contexto cubano. Rev. Ciencias Médicas de Pinar del Río. [internet] 2017 [citado 20 abr 2020]; 21(2)193-201. Disponible en: http://scielo.sld.cu/pdf/rpr/v21n2/rpr20217.pdf
  11. Alvarado Thimeos J. Educación sexual preventiva en adolescentes. Contextos [internet] 2013 [citado 20 abr 2022]; 29:25-42. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=51271
  12. Alfonso L, Figueroa L, García L, Soto D. Abordaje teórico en el estudio de las conductas sexuales de riesgo en la adolescencia. Rev Ciencias Médicas [internet]. 2019 [citado 20 abr 2022]; 23(6):954-68. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1561-31942019000600954
 
 
 

Carta a la dirección

 

Importancia del estudiante de Enfermería en la Práctica Comunitaria

 
1 Juan Daniel Suárez Máximo
2 Carolina Tejeda González
3 Inving Alexander May May
3 Juan Daniel Robles Padilla
 
  1. Coordinador de la Asociación de Enfermería Comunitaria Vocalía México. Miembro de la Asociación Mexicana de Estudiantes de Enfermería. Licenciado en Enfermería.
  2. Estudiante de la Licenciatura en Enfermería por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP); Miembro de la Asociación Mexicana de Estudiantes de Enfermería.
  3. Miembro de la Asociación Mexicana de Estudiantes de Enfermería. Licenciado en Enfermería.
 
Mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
 
 
Fecha de recepción: 27 de febrero de 2022.
Aceptada su publicación: 04 de marzo de 2022.
 
 
Estimado editor: 
 
La práctica de la enfermería comunitaria tiene su origen en los años 50 del siglo XX, cuando comenzó con la finalidad de poder generar promoción a la salud, teniendo como propósito poder mejorar la calidad de vida de la persona y la familia, y a su paso de la comunidad en general. Posteriormente se fue disminuyendo su impacto hasta la actualidad, es por ello que se debe retomar la práctica comunitaria como un eje del cuidado integral, y así poder empoderar a la persona para que sea parte de su proceso salud-enfermedad. El profesional de enfermería tiene su primer contacto con la comunidad desde que se encuentra en formación, siendo ahí el primer momento donde puede generar un impacto significativo en la persona y poder demostrar que la enfermera no solo se encuentra laborando en un centro sanitario, sino que a través de la promoción a la salud se pueden generar cambios significativos en la salud de la población (1).
 
Es por ello que es de suma importancia que la futura enfermera conozca el concepto, según la Organización Mundial de Salud (OMS), de que la enfermería comunitaria “es parte de la enfermería que desarrolla y aplica de forma integral, en el marco de la Salud Pública, los cuidados al individuo, la familia y la comunidad en la salud y enfermedad” (2). Asimismo, el estudiante durante la práctica comunitaria presentará una autonomía para poder generar un cuidado integral directo e indirecto dirigido hacia la persona, familia y comunidad, es ahí donde él puede hacer uso de los conocimientos teóricos y las habilidades adquiridas en el aula y así poder llevarlos a la práctica con la finalidad de promover y mantener la salud en la población (1,3).
 
El estudiante de enfermería, a través de la práctica comunitaria, podrá promover y restaurar la salud de los individuos de la comunidad por medio de acciones individuales y/o colectivas, que permitirán la adaptación de un nuevo modo de estilo de vida saludable que potencie un nivel óptimo de bienestar, por ende, autocuidado en el individuo y en su ámbito familiar y comunitario. La promoción de la salud llevada a cabo mediante la práctica comunitaria de enfermería reconocerá los medios de práctica comunitaria para mejorar su salud y en el caso de presentar un proceso de enfermedad ejercer un control adecuado de la misma. Dicha práctica debe tener como finalidad un estado adecuado de bienestar físico, mental y social, logrando que ellos sean capaces de tener una autonomía sobre su salud (3,4).
 
Se debe enfatizar al estudiante de enfermería que en la práctica comunitaria es donde se puede generar una mayor autonomía profesional, ya que se trabaja de manera directa con el individuo y la familia para así poder llevar a cabo una atención en el cuidado de la salud comunitaria por medio de los cuidados integrales y lograr estilos de vida saludables, haciendo que se genere un aumento en los estándares en la calidad de vida la persona, familia y comunidad. Hoy en día debemos darle una mayor importancia, durante la preparación profesional, a la práctica comunitaria por todos los beneficios que esta puede tener en la población en función de la prevención de enfermedades; así como la educación de las enfermedades ya latentes en la comunidad y, por ende, una disminución de las complicaciones de las mismas (4,5).
 

Bibliografía

 
  1. Pisano G, González P, Abad B. Enfermera comunitaria y familiar: Claves presentes, desafíos futuros. Enferm Clin 2019; 29(6):364-8. Doi: https://doi.org/10.1016/j.enfcli.2019.10.005
  2. World Health Organization (WHO). Year of the Nurse and the Midwife 2020 [internet]. Geneva: WHO; 2020. [citado 15 abr 2020]. Disponible en: https://www.who.int/campaigns/year-of-the-nurse-and-the-midwife-2020
  3. Rodríguez Gómez R. Los orígenes de la enfermería comunitaria en Latinoamérica. Rev. Univ. Ind. Santader Salud. 2017; 48(3):490-7. Doi: http://dx.doi.org/10.18273/revsal.v49n3-2017007
  4. García Guzmán LF. Modelo de enfermería comunitaria. Una propuesta para el abordaje integral de la salud en Nicaragua. RIdEC 2016;9(1):54-67.
  5. Bennasar Veny M. La Especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria y la importancia de una formación basada en evidencia. Evidentia. [internet] 2010 jul-sep [citado 15 abr 2022]; 7(31). Disponible en: www.index-f.com/evidentia/n31/ev3111.php