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Originales - 4 - Conocimientos sobre la enfermedad en adultos con diagnóstico de diabetes mellitus del municipio de Teziutlán, Puebla, México

 
Cómo citar este artículo:
Suárez Máximo JD, Vidal Quinto LA, Telumbre Terrero JY. Conocimientos sobre la enfermedad en adultos con diagnóstico de diabetes mellitus del municipio de Teziutlán, Puebla, México. RIdEC 2024; 17(2):37-44.
 
Fecha de recepción: 12 de abril de 2024.
Fecha de aceptación: 13 de noviembre de 2024.
 

Autores

 
1 Juan Daniel Suárez Máximo
2 Lorenzo Antonio Vidal Quinto
3 Juan Yovani Telumbre Terrero
 
  1. Doctorante en Ciencias de Enfermería, Campus Celaya-Salvatierra, Universidad de Guanajuato (UG). Maestro en Salud Pública (UPAEP); Licenciado en Enfermería (BUAP); Coordinador por la Vocalía México de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC).
  2. Pasante del Programa de Licenciatura de Enfermería y Obstetricia. Puebla (México).
  3. Docente Investigador de la Licenciatura en Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma del Carmen. Ciudad del Carmen Campeche (México).

 

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Resumen 

Objetivo: determinar el nivel de conocimiento que tienen las personas con diabetes mellitus (DM) sobre su enfermedad del municipio de Teziutlán, Puebla, México.
Metodo: estudio cuantitativo transversal descriptivo realizado en 228 participantes con DM de tres unidades de salud de Teziutlán, a través de una muestra no probabilística; se utilizó la prueba Diabetes Knowledge Questionnaire (DKQ-24).
Resultados: se identificó una media de 46,13 años (DE= 13,66), predominó el sexo femenino (65,8%) y el estado civil casado (48,7%). El 32% de los participantes padece diabetes mellitus tipo I (DMTI) y el 68%, tipo II (DMTII). Se obtuvo una media de 16,28 puntos (DE= 2,9). Por sexo, las mujeres obtuvieron una puntuación de 16,45 (DE= 3,0) y los hombres de 15,94 (DE=
2,8). Al categorizar las puntuaciones, el 56,1% se ubicó en un conocimiento moderado.
Conclusión: los hallazgos muestran un conocimiento moderado en la población de estudio, estos pudieran estar determinados por factores personales como la edad y el sexo, además de factores asociados al tipo de DM, así como al medio donde los sujetos nacen, crecen y se reproducen.
Palabras clave: diabetes mellitus; adulto; alfabetización en salud; autocuidado.
 

Abstract 

Knowledge about the disease in adults with a diagnosis of Diabetes Mellitus in the municipality of Teziutlán, Puebla, Mexico
 
Objective: ito determine the level of knowledge that people with DM have about their disease in the municipality of Teziutlán, Puebla, Mexico.
Method: descriptive cross-sectional quantitative study conducted in 228 participants with diabetes mellitus in three health units of Teziutlán, Puebla, Mexico, through a non-probabilistic sample, using the Diabetes Knowledge Questionnaire (DKQ-24).
Results: an average of 46.13 years was identified (SD= 13.66), the female sex predominated (65.8%) and the marital status was married (48.7%). 32% of the participants suffer from Diabetes Mellitus type I (DMTI) and 68% from type II (DMTII). An average of 16.28 points (SD= 2.9) was obtained; by sex, women obtained a score of 16.45 (SD= 3.0) and men 15.94 (SD=
2.8). When categorizing the scores, 56.1% were in moderate knowledge.
Conclusion: the findings show moderate knowledge in the study population, these could be determined by personal factors such as age and sex, in addition to factors associated with the type of DM, as well as the environment where the subjects are born, grow and reproduce.
Key words: diabetes mellitus; adult; health literacy; self-care.
 

Introducción 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la diabetes mellitus (DM) es una enfermedad que sucede cuando el páncreas no crea suficiente insulina o el cuerpo no la utiliza adecuadamente, lo que implica una seria de problemas a la salud a corto, mediano y largo plazo. Se estima que en todo el mundo la prevalencia de esta enfermedad ha aumentado significativamente, de manera particular en los países de ingresos bajos y medianos causando ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de miembros inferiores (1). En este sentido, la Federación Internacional de Diabetes estima que existen 537 millones (10,5%) de personas con diabetes en todo el mundo, además destaca que la alimentación saludable, el ejercicio físico regular, el mantenimiento de un peso normal y la evitación del consumo de tabaco o alcohol previenen la diabetes o retrasan su aparición, por lo que resulta interesante abordar los determinantes de la salud en esta población (2).
En Latinoamérica hay aproximadamente 62 millones de personas enfermas, lo que evidencia un incremento importante de personas con la enfermedad y se prevé que alcanzará la cifra de 109 millones para el 2040, posicionándose como la segunda causa de pérdida funcional por discapacidad (3). En México, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 señala que en los últimos 10 años la incidencia se incrementó de 9,2% a 10,2%, con mayor proporción en mujeres, lo que representa a 14,1 millones de personas con diabetes, reportando una tasa anual de fallecimiento de 361 por 100 mil habitantes en diabetes tipo II, y la de tipo I es de 30 decesos por 100 mil. Así también, el Instituto Nacional de Estadística y Geográfica reporta que en el estado de Puebla están registradas 592.495 personas (9,0%) con diabetes y en el municipio de Teziutlán se registran 10.773 con la misma patología (4).
En consonancia con lo anterior, diversas investigaciones identificaron que los adultos mayores presentan limitaciones en la comprensión de la DM y esto constituye un factor crucial en su capacidad para mantener prácticas continuas de autocuidado que contribuyan al manejo de la enfermedad y evitar complicaciones que limitaran la integridad de las personas (5).
Además, hay que considerar que gran parte del cuidado recae en la propia persona y su familia, donde la falta de información y entendimiento de la patología se pudiera convertir en un obstáculo para aceptar de la mejor manera el tratamiento con las prácticas necesarias de autocuidado (6). Es ahí donde se reconoce que el conocimiento sobre esta enfermedad se encuentra directamente relacionado con la adopción de un estilo de vida saludable, pieza fundamental tanto en la prevención como en el tratamiento de esta (7).
Las complicaciones de esta patología se manifiestan a través del daño en los vasos sanguíneos, problemas renales y neurológicos, lo que repercute en la calidad de vida y mortalidad prematura, además de asociarse a un deficiente estilo de vida, ligado a la alimentación, el sedentarismo, el consumo de alcohol y tabaco, entre otros (8). No obstante, la manera en que los pacientes afrontan la DM siempre será desde el grado de información que tengan, las emociones que presenten y la motivación que reciban, pues son aspectos importantes para un autocuidado saludable. Por tanto, el nivel de conocimientos de la persona sobre su salud permite saber sobre la diabetes, desde su control y el autocuidado, contribuyendo a mejorar o mantener el estilo de vida, que se traduce en una mejora o incremento de la calidad de vida de los adultos (9).
Por ello, la importancia de fomentar y aumentar el conocimiento de los adultos puede determinar de forma favorecedora a un adecuado apego al tratamiento, a una apropiada alimentación, al fomento de la actividad física, a la monitorización de la glucosa, al cuidado de los pies, todos ellos aspectos fundamentales para gestionar eficientemente la diabetes de forma autónoma (10). Así, la evaluación de los conocimientos vinculados a la diabetes constituye un paso inicial y crucial para educar y lograr un comportamiento eficaz hacia el mejoramiento de la enfermedad (8). Sobre la base de lo anterior, se pretende describir el nivel de conocimiento que tienen las personas con DM sobre su enfermedad del municipio de Teziutlán, Puebla, México. Se espera que los resultados permitan caracterizar a la población de estudio, además de identificar los conocimientos sobre la enfermedad, para que puedan diseñar e implementar intervenciones de enfermería basadas en evidencia que permitan empoderar a los pacientes y enfrentarla de forma eficaz y eficiente.
 

Método 

Diseño de estudio 

Estudio cuantitativo no experimental de corte transversal de tipo descriptivo (11) llevado a cabo del 4 de septiembre al 12 de octubre del 2023, en los centros de salud de Tomaquilapa, Ixticpan y Tacopan pertenecientes al Municipio de Teziutlán, Puebla, México (12).
 

Población, muestreo y muestra 

La población estuvo constituida por adultos y adultos mayores que acudieron a la consulta externa en los centros de salud antes mencionados, se utilizó un muestreo no probabilístico por conveniencia, dada la accesibilidad de los participantes, quedando una muestra conformada por 228 sujetos. Se tomaron en cuenta los criterios inclusión: pacientes mayores de 30 años con diagnóstico de diabetes tipo 1 y 2 que lleven su control en el centro de salud señalado y que decidieron participar de manera voluntaria en la investigación. Como criterios de exclusión, las personas que tuvieran alguna alteración mental y los casos cuyas encuestas estuvieran incompletas, que finalmente no hubo.
 

Instrumentos de recolección de los datos 

Para la obtención de los datos se utilizó un cuestionario de datos sociodemográficos elaborado ex profeso por los investigadores y para los fines de esta investigación, constituido por ocho interrogantes, como edad, sexo, estado civil, DM gestacional, antecedentes familiares y actividad física.
Asimismo, se usó la prueba Diabetes Knowledge Questionnaire (DKQ-24) (13), la cual consta de 24 ítems con tres opciones de respuestas (Sí, No, No sé), obteniendo una valoración de 1 punto las preguntas 2, 5, 6, 8, 11, 14, 15, 16, 18, 19, 20 con respuesta “Sí”, así como las preguntas 1, 3, 4, 7, 9, 10, 12, 13, 17, 21, 22, 23, 24 con respuesta “No”. Para su interpretación se suman los valores obtenidos en cada afirmación y se establecen los siguientes puntos de corte del DKQ-24, que determinan el nivel de conocimiento sobre la diabetes: < 11= conocimiento pobre, 11-17= conocimiento moderado y > 17= buen conocimiento (17). La confiabilidad de esta escala se considera aceptable en esta investigación y se obtuvo un alfa de Cronbach de 0,87.
 

Procedimiento de recolección de datos 

La obtención se hizo presencial, primero se aprobó el proyecto y a continuación se solicitaron los permisos correspondientes para asistir a los centros de salud. Obtenidos los permisos se programaron horarios para poder abordar a los pacientes que asistían a la consulta para el manejo de la enfermedad. Si aceptaban, se les entregaba un consentimiento informado y después la escala de medición. Culminado el llenado de los instrumentos, se les agradeció su participación.
 

Aspectos éticos 

Cabe mencionar que esta investigación se adecuó a los requerimientos éticos de la Asociación Médica Mundial y la Declaración de Helsinki (14), donde se definen los elementos mínimos que deben cumplir de manera obligatoria los investigadores que realizan esta actividad en seres humanos, cumpliendo de manera obligatoria las disposiciones que establece el marco jurídico-legal vigente.
 

Análisis de la información 

Los datos fueron capturados y analizados en el programa el Statistical Package For The Social Sciences (SPSS) V.25, haciendo uso de la estadística descriptiva por medio de frecuencias, proporciones, medidas de tendencia central y de dispersión.
 

Resultados 

La media de edad de las personas participantes es de 46,13 años (DE= 13,66), con mayor predominio femenino en un 65,8% y estado civil casado (48,7%), seguido de unión libre (31,1%). En relación con la patología, el 85,4% de los adultos lleva de
1 a 10 años con diagnóstico de DM, el 32% de los participantes corresponde a DM tipo I (DMTI) y el 68% al tipo II (DMTII).
Al indagar sobre los antecedentes patológicos, el 82% mencionó que algún familiar ha padecido DM, 49,6% hipertensión arterial, 43,4% obesidad y el 21,5% algún tipo de cáncer.
Sobre la práctica de actividad física, el 78,1% afirmó realizar caminatas de al menos 30 minutos al día y el 5,3% natación. Al analizar los conocimientos que tienen los sujetos sobre la enfermedad de manera global, el 90,8% considera que comer mucha azúcar causa DM y el 90,4%, señaló de forma afirmativa que una glucemia de 210 mg/dl es alta. Por otra parte, el 89,9% manifestó que padecer diabetes mellitus sin tratamiento conlleva a una elevación de la glucosa, además si padece la enfermedad, sus hijos la sufrirán. Se destaca que el 86,8% considera que la diabetes mellitus no se puede curar (Tabla 1).
 
 
En relación con la puntuación total de la escala se obtuvo una media de 16,28 puntos (DE= 2,9), por sexo las mujeres obtuvieron una puntuación de 16,45 (DE= 3,0) y los hombres de 15,94 (DE= 2,8). Ahora bien, al categorizar las puntuaciones de la escala, el 56,1% se ubicó en un conocimiento moderado (Gráfico 1).
Al analizar por variables sociodemográficas, se identificaron puntuaciones de un conocimiento “Bueno” en las mujeres, en personas con DM tipo II y las personas que asisten a la unidad de salud de Tomaquilapa (Tabla 2).
 
 
 
 

Discusión 

En función de los resultados con respecto a las enfermedades crónicas no transmitibles presentes en algún miembro de la familia, se determina que concuerda con lo reportado por investigadores de Ecuador (15), quienes identificaron que en la población en estudio el 84,4% tenía antecedentes patológicos, donde prevalece el sobrepeso y la obesidad. En Cuba (16), el
52% de los pacientes presentó antecedentes de DM, hipertensión arterial y sobrepeso, lo que permite predecir el riesgo y realizar detecciones oportunas y medidas preventivas a corto, mediano y largo plazo. Estos datos muestran la importancia de realizar una valoración integral y minuciosa en los individuos sanos que permitan evaluar la susceptibilidad al desarrollo de enfermedades crónicas como hipercolesterolemia, hipertensión arterial y diabetes mellitus, con el fin de realizar intervenciones oportunas (9).
Dentro de la actividad física de la muestra, en contraste con otros estudios, se determina que en Ecuador (15) el 62% de las personas con DM realizaba actividad física de moderada a intensa al día o tres veces por semana. En este sentido, la actividad física está asociada con el estilo y la calidad de vida de la persona, siendo una práctica rutinaria y coordinada, con una recomendación de llevarla a cabo en una duración de 30 minutos de actividad aeróbica moderada o 15 minutos de forma vigorosa, en algunos casos de forma combinada, impactando en la reducción de complicaciones (17) que marcan la diferencia entre salud y enfermedad. Esta actividad representa un área para el profesional de enfermería que está inmerso en la atención de los pacientes desde el ámbito clínico o comunitario, para concientizar a la población sobre la importancia de un estilo de vida saludable, que repercuta en la aparición de la DM o mejorar su control (15).
En consonancia con el tema central de la investigación, de manera general, las afirmaciones que considera el consumo excesivo de azúcar causa DM, así como las consideraciones de los niveles altos en la prueba de glicemia capilar y que la diabetes es una enfermedad no curable, lo que concuerda con lo descrito en Montería, Colombia (18), donde se evidencia que muchos pacientes conocen su diagnóstico y tienen claridad sobre la patología, contrario a lo reportado en Venezuela (9), donde se encontraron diferencias significativas en los conocimientos sobre la enfermedad en adultos con y sin tratamiento.
Por otra parte, resalta la importancia sobre la forma en que se preparan los alimentos, el proceso de cicatrización de las heridas cuando se padece DM y que derivado de la enfermedad se pueden presentar problemas de circulación, lo que concuerda con lo reportado en Puerto Rico (5), donde los participantes identifican las acciones que pudieran mejorar o empeorar su salud, así como las complicaciones derivadas de la enfermedad que repercuten en la calidad y el estilo de vida de los sujetos.
Ante estas variaciones se debe considerar que la DM es una enfermedad que se puede controlar con acciones de autocuidado, basadas en una dieta saludable, ejercicio regular y adherencia al tratamiento farmacológico, todo ello previo conocimiento del paciente y con la disponibilidad de adoptar un estilo de vida adecuado (17). Así también es imprescindible considerar que la educación en diabetes representa una herramienta eficaz para empoderar a los pacientes sobre el control y manejo de la enfermedad, donde se pretende que el paciente logre obtener y mantener conductas que lleven a un óptimo manejo de la vida con la enfermedad (16).
Al categorizar la puntuación de la escala, se ubicó en un conocimiento moderado seguido de un conocimiento bueno, contrario a lo señalado en Perú (19), donde predominó un conocimiento inadecuado, con un 68,2% (el adecuado fue del
31,8%), lo que se asocia a un bajo nivel en la adherencia al tratamiento. Así también, en Colombia (18) el 54% expresó conocer sobre su enfermedad y el 46% respondió no conocer sobre ella.
Ante este panorama, la educación en DM juega un papel importante, donde se adquieren conocimientos y habilidades para cambiar conductas, que conlleven al empoderamiento en el autocuidado con el objetivo central de mejorar el control de la glucosa y prevenir complicaciones (20). Aquí los profesionales de la salud asumen el reto de que los pacientes desarrollen habilidades, destrezas, aptitudes y actitudes que le permitan manejar bien esta enfermedad (18).
Para el profesional de enfermería, estos hallazgos representan un área de oportunidad para poder encaminar acciones dirigidas a la educación y promoción de la salud, tanto en el ámbito comunitario como clínico, que permitan la prevención de la enfermedad y complicaciones, pero también para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad a través de una sensibilización del sujeto para que afronte la enfermedad y su evolución de una forma eficaz y eficiente.
Los resultados revelan que las mujeres tienen mayores conocimientos en comparación con los hombres, así como las personas con DM, lo que evidencia la presencia de factores que pudieran determinar el nivel de conocimientos en las personas que padecen diabetes y condicionar su estado de salud. Ante ello, es inminente la importancia de la educación para la salud, basada en el autocuidado (21), la cual no solo se ha de basar en el contenido y el conocimiento que tiene que incorporar y entender el paciente, sino que obedece directamente a la actitud flexible y de soporte que ha de promoverse y mantenerse tanto en el paciente como en el equipo educador (22). Ahora bien, es importante mencionar que no solo se deben considerar factores individuales que determinen los conocimientos, sino también aspectos sociales y del propio sistema de salud. En este sentido, investigadores de España señalan que el nivel de estudios, el área geográfica y la accesibilidad a los servicios de salud son aspectos que, sumados al autocuidado, pueden influir en el nivel de conocimientos de las personas con DM (23).
 

Conclusiones 

La presente investigación permitió abordar los conocimientos sobre la enfermedad en paciente con DM. Los resultados evidencian la alta prevalencia de diabetes, principalmente DMTII, con una duración de 1 a 10 años en la población en estudio, además se identificó que los antecedentes familiares pudieran representar un factor de riesgo ante la presencia de las enfermedades no transmisibles y la importancia de fomentar estilos de vida saludables en la población de interés que permita la prevención de complicaciones.
Los participantes mostraron conocimientos sobre la enfermedad, desde su etiología, factores de riesgo y de protección, tratamientos y complicaciones en las personas que lo padecen, sin dejar de lado las implicaciones para la familia y el sistema de salud, dado que las tendencias indican un aumento en el número de personas con la enfermedad.
Así también los resultados muestran que las mujeres presentan puntuaciones algo mayores que los hombres, lo que representa un interés, ya que la mujer suele ser responsable del cuidado de la familia y del cuidado de su propia salud. De igual manera, los resultados constituyen un área de oportunidad para el profesional de enfermería, siendo el enlace entre la población y los servicios de salud, donde se pueden fomentar estilos de vida saludables en personas que padecen DM como estrategia para evitar complicaciones y prevención en personas que no padecen la enfermedad.
 

Conflicto de intereses 

Ninguno.
 

Financiación 

Ninguna.
 

Bibliografía 

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Revisiones - 1 - Síndrome de una la sensibilidad química múltiple: manifestaciones clínicas, factores desencadenantes y prevención

 
Cómo citar este artículo:
Sancho Sinisterra P, Soriano García M. Síndrome de la sensibilidad química múltiple: manifestaciones clínicas, factores desencadenantes y prevención. RIdEC 2024; 17(2):46-56.
 
Fecha de recepción: 17 de junio de 2024.
Fecha de aceptación: 6 de noviembre de 2024.
 

Autores

 
1 Pablo Sancho Sinisterra
2 Marta Soriano García
 
  1. Enfermero. Escuela Universitaria de Enfermería de Teruel. Hospital Obispo Polanco. Teruel (España).
  2. Enfermera de Quirófano. Hospital Obispo Polanco. Teruel (España).
 
E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
 

Resumen 

Introducción: la sensibilidad química múltiple (SQM) es un trastorno crónico en el que la exposición a concentraciones bajas de sustancias químicas provoca la aparición de varios síntomas. El objetivo de esta revisión es determinar las principales manifestaciones clínicas, factores de riesgo o desencadenantes y medidas preventivas para la SQM.
Método: revisión bibliográfica narrativa. La búsqueda se realizó en SciELO, Pubmed, Scopus, Web of Science y Google Scholar.
Se seleccionaron artículos originales y de revisión, publicados a partir de 2014, en inglés o español, y con información referente a la SQM. Mediante planillas CASPe y clasificación CEBM se evaluaron la calidad documental y los niveles de evidencia.
Resultados: el perfil general obtenido corresponde con el de una mujer de entre 40 y 50 años con antecedentes de asma y alergia. Los desencadenantes más frecuentes fueron productos de limpieza, perfumados, formaldehídos y COVs. Las principales manifestaciones clínicas fueron respiratorias y neurológicas, seguidas de las gastrointestinales y cognitivas. Las medidas preventivas fueron la evitación de los desencadenantes y el acondicionamiento de los espacios. La psicoterapia y el tratamiento sintomático fueron efectivos en algunos casos. Se ha propuesto la creación de un kit de emergencia personal.
Conclusiones: la SQM es un trastorno crónico que puede requerir un aislamiento completo. Las principales manifestaciones son respiratorias y neurológicas. Actualmente, la prevención de la SQM va dirigida al acondicionamiento del espacio y evitación de los desencadenantes. Podría ser beneficioso incluir psicoterapia en el abordaje de la afección, así como educar a las personas del entorno cercano del paciente.
Palabras clave: sensibilidad química múltiple; factores de riesgo; intolerancia ambiental idiopática; prevención; signos y síntomas.
 

Abstract 

Multiple chemical sensitivity syndrome: clinical manifestations, triggers and prevention 
 
Introduction: multiple chemical sensitivity (MCS) is a chronic disorder in which exposure to low concentrations of chemicals results in the development of various symptoms. The aim of this review is to determine the main clinical manifestations, risk factors or triggers and preventive measures for MCS.
Method: narrative literature review. The search was conducted in SciELO, Pubmed, Scopus, Web of Science and Google Scholar. Original and review articles were selected, published from 2014 onwards, in English or Spanish, and with information on MCS. Documentary quality and levels of evidence were assessed using CASPe templates and CEBM classification.
Results: the general profile obtained corresponds to that of a woman aged between 40 and 50 years with a history of asthma and allergy. The most frequent triggers were cleaning products, perfumes, formaldehyde and VOCs. The main clinical manifestations were respiratory and neurological, followed by gastrointestinal and cognitive. Avoidance of triggers and space conditioning were the main preventive measures. Psychotherapy and symptomatic treatment were effective in some cases. The creation of a personal emergency kit has been proposed.
Conclusions: MCS is a chronic disorder that may require complete isolation. The main manifestations are respiratory and neurological. Currently, prevention of MCS is aimed at space conditioning and avoidance of triggers. It may be beneficial to include psychotherapy in the management of the condition, as well as educating people in the patient’s close environment.
Key words: multiple chemical sensitivity; risk factors; idiopathic environmental intolerance; prevention; signs and symptoms.
 

Introducción 

El síndrome de la sensibilidad química múltiple (SQM) o intolerancia ambiental idiopática es un trastorno multisistémico, crónico e incapacitante que consiste en la aparición de una amplia variedad de síntomas tras la exposición a concentraciones de agentes químicos consideradas como no perjudiciales para la población general. La manifestación de los síntomas puede presentarse tanto de forma gradual (tras exposición a dosis bajas), como de forma brusca (tras un alto nivel de exposición) (1,2). La persona que sufre este síndrome presenta una pérdida de la tolerancia a una cantidad cada vez mayor de productos químicos, lo que le obliga a evitar una gran variedad de lugares y situaciones. Esto interfiere de forma significativa en su entorno social, laboral y familiar, pudiendo llegar a requerir, en casos graves, el aislamiento completo.
La SQM es una entidad patológica de diagnóstico fundamentalmente clínico. En 2011, se establecieron por consenso de expertos una serie de criterios para el diagnóstico del síndrome (Cuadro 1). Una herramienta diagnóstica muy empleada es el cuestionario Quick Environmental Exposure Sensitivity Inventory (QEESI), el cual está validado para determinar la gravedad y el pronóstico de la SQM (3,4).
 
 
Se estima que la SQM afecta hasta a un 0,04% de la población general, cifra que asciende al 19% en personas con alergia (4). Sin embargo, estos datos deben tomarse con precaución dada la dificultad para determinar las cifras reales de prevalencia. Esto es debido a que gran parte de la información recogida procede de cuestionarios autocumplimentados por pacientes que se consideraban a sí mismos como enfermos de SQM, mostrando prevalencias de entre el 0,48% y el 15,90% (5).
La etiopatogenia del síndrome de la sensibilidad química múltiple es actualmente desconocida, aunque la evidencia sugiere un posible origen multifactorial en el que se ven involucradas variables genéticas, neurológicas, inmunológicas, endocrinas y anatómicas (4,6). La SQM a menudo se presenta de forma comórbida con otras enfermedades como la fibromialgia, la migraña y el síndrome de la fatiga crónica (4-7). Su desarrollo conlleva una disfunción de la esfera física, social y psicológica, lo que repercute negativamente en la calidad de vida de las personas que la padecen. Se trata de un síndrome poco conocido y estudiado, cuyas opciones terapéuticas son limitadas (4-10). Dado el gran impacto que la SQM puede llegar a tener en la vida de las personas, se ve justificado el estudio de la evidencia actual sobre cuáles son los factores de riesgo y los desencadenantes de esta enfermedad, cuáles son sus manifestaciones clínicas y qué formas hay de prevenirlas. En la presente revisión se ofrece una síntesis del conocimiento más actualizado teniendo en cuenta lo recogido, no solo en otras revisiones bibliográficas y sistemáticas, sino también en los estudios observacionales y los casos clínicos más recientes en los que se han encontrado aspectos novedosos y relevantes referidos a manifestaciones clínicas, desencadenantes y medidas preventivas para este trastorno. Una síntesis actualizada sobre las características de la SQM a través de una revisión bibliográfica podría constituir una buena base teórica para el desarrollo de nuevos estudio observaciones que contribuyan a comprender mejor esta enfermedad. Por lo tanto, se plantea la siguiente pregunta de investigación: ¿cuáles son las manifestaciones clínicas, los factores de riesgo y desencadenantes, y las medidas de prevención para el síndrome de la sensibilidad química múltiple? El objetivo de este trabajo es el de determinar las principales manifestaciones clínicas, factores de riesgo o desencadenantes y medidas preventivas para la SQM.
 

Método 

Las variables de estudio fueron las siguientes: manifestaciones clínicas de la sensibilidad química múltiple, factores de riesgo o desencadenantes de la sensibilidad química múltiple y medidas de prevención de la sensibilidad química múltiple.
Se llevó a cabo una revisión bibliográfica de la literatura. Para ello se consultaron las bases de datos electrónicas Pubmed, Scopus, Web of Science y SciELO, y el buscador de literatura científica Google Scholar. En la estrategia de búsqueda emplearon los Medical Subject Headings (MeSH) (multiple chemical sensitivity, signs and symptoms, risk factors, primary prevention). Las combinaciones de búsqueda se realizaron utilizando los operadores booleanos AND y OR. En cada base de datos se llevó a cabo, en primer lugar, una búsqueda simple a través del término “multiple chemical sensitivity”. A continuación, para refinar los resultados, se empleó la combinación “multiple chemical sensitivity” AND (“risk factors” OR “primary prevention” OR “signs and symptoms”). También se consultaron páginas web de interés como la del Ministerio de Sanidad y la de la Asociación de Afectados por el Síndrome de la Fatiga Crónica y por el Síndrome de la Sensibilidad Química Múltiple de la Comunidad de Madrid (Asociación SFC-SQM Madrid).
Los criterios de inclusión fueron artículos originales, de revisión y casos clínicos, de un máximo de 10 años de antigüedad, en inglés o en español, y que contuvieran información referente a la sensibilidad química múltiple, sus factores de riesgo o desencadenantes y sus medidas de prevención. Los criterios de exclusión fueron tesis doctorales, literatura gris y publicaciones que no respondieran a los objetivos de la revisión. Para la lectura crítica de los artículos de casos y controles, estudios de cohortes y revisión sistemática se emplearon las planillas de CASPe, aceptándose los trabajos con una puntuación igual o superior a 8 (11). Cada uno de los estudios incluidos se clasificó según los niveles de evidencia y grados de recomendación de The Centre of Evidence-Based Medicine (CEBM) (12). En la elaboración de la revisión se siguieron los criterios de calidad de la declaración Prisma (13). El análisis de la información recogida fue narrativo. Se agruparon los resultados en una tabla de síntesis.
 

Resultados 

En la búsqueda inicial se obtuvieron 5.768 registros, los cuales se redujeron a 29 tras la aplicación de los criterios de selección, la eliminación de duplicados, la lectura del título y del resumen. Tras la lectura crítica se eliminaron 12 artículos, obteniéndose un total de 17 (Figura 1). Entre los artículos seleccionados hay seis casos clínicos (1,3,4,7,8,14), dos casos y controles (15,16), dos estudios de prevalencia (17,18), cuatro estudios transversales descriptivos (19-22), dos revisiones (23,24) y un estudio de cohortes prospectivo (25). Del total de artículos, hay uno del año 2014, uno del 2017, cinco del
2018, uno del 2020, cuatro del 2021, uno del 2022, tres del 2023 y uno del 2024. Todos los estudios de cohortes, de casos y controles y la revisión sistemática obtuvieron una puntuación CASPe igual o superior a 8 puntos.
En la Tabla 1 se muestra la síntesis de resultados para los factores de riesgo o desencadenantes, las manifestaciones clínicas y las medidas preventivas del síndrome de la SQM. En nueve estudios se observó un perfil similar que corresponde con el de una mujer de entre 40 y 50 años (1,3,4,7,8,14,15,18,19). Los antecedentes de asma, atopia y demás procesos alérgicos fueron frecuentes. El estrés subjetivo, el bajo nivel socioeconómico y estatus social también fueron otros factores comúnmente asociados al desarrollo del síndrome de la SQM (1,14,17-21,23,25). Los factores desencadenantes más comunes fueron la exposición a productos de limpieza, productos perfumados (perfumes, desodorantes y ambientadores) y materiales presentes en edificios de nueva construcción o reformados (1,3,4,7,8,14,16-18,22-25). Respecto a las manifestaciones clínicas, las más habituales fueron las relacionadas con la disfunción respiratoria (disnea, crisis asmática y tos) y con alteraciones del sistema nervioso central (cefaleas y problemas sensitivos, neuromusculares y motores). También fueron comunes los problemas gastrointestinales (vómitos y diarrea) y cognitivos (falta de concentración y pérdida de memoria) (1,3,4,7,8,14,15,17-20,25).
 
 
 
 
 
Respecto a las medidas de prevención, la más frecuentemente empleada fue la de evitar la exposición a las sustancias químicas desencadenantes, especialmente a través de la adaptación o reubicación del lugar de trabajo y el acondicionamiento de la vivienda o habitación (1,3,4,7,8,14,17,18,22-24). La terapia psicológica, respiratoria y el tratamiento sintomático con broncodilatadores y corticosteroides también fueron empleados en algunos casos, aunque no contribuyeron a la mejora global de la enfermedad (1,4,14,18,23). También se mencionó la importancia de educar a la familia y a los miembros del círculo social de la persona afectada como forma de contribuir a la prevención de las manifestaciones clínicas de la SQM (23). Damiani et al. (24) proponen, mediante un consenso, la creación de un kit personalizado para cada paciente con SQM en el que se incluya material sanitario (mascarillas, gafas de oxígeno, etc.) libre de productos desencadenantes como el látex. También apuestan por una medida preventiva para el personal sanitario (técnicos de emergencias y personal del hospital), la cual consiste en evitar el uso de perfumes y desodorantes en las seis horas previas al comienzo de la actividad laboral.
 

Discusión 

El síndrome de sensibilidad química múltiple es un trastorno crónico y limitante caracterizado por la manifestación de múltiples síntomas tras la exposición a dosis bajas de sustancias químicas. Los factores desencadenantes y los signos y síntomas desarrollados pueden ser muy variados en función del caso. Sin embargo, la evidencia encontrada sugiere que los factores desencadenantes más habituales son los productos perfumados y de limpieza, y que las manifestaciones clínicas más frecuentes son las relacionadas con el sistema respiratorio y el sistema nervioso central. Cabe destacar el hecho de que la gran mayoría de personas afectadas por este síndrome son mujeres. Esto podría atribuirse a factores socioculturales y ocupacionales, dado que tradicionalmente las mujeres se han visto mayormente involucradas en la realización de actividades y puestos de trabajo que implican un mayor contacto con sustancias químicas (personal de limpieza, técnicos de laboratorio, etc.) (3,4,8). Otra explicación podría estar relacionada con la mayor concentración de grasa corporal del sexo femenino respecto al masculino. Sustancias como el benceno y el cloruro de metileno se absorben y se acumulan con mayor facilidad en el tejido graso, donde podrían liberarse y tener efectos tóxicos de forma prolongada, incluso después de haber cesado la exposición a dichas sustancias (26).
El asma y la alergia han sido algunas de las enfermedades más asociadas con este síndrome. Esto ha llevado a plantear hipótesis etiológicas que proponen que la SQM podría estar originada por una disregulación del sistema inmunológico.
Los resultados hallados en la presente revisión sugieren que el asma, la atopia y demás procesos alérgicos podrían estar estrechamente relacionados con este síndrome (1,14,17,18,21,23,25). Sin embargo, en un estudio de prevalencia de la SQM realizado en dos grupos de trabajadores universitarios (investigadores de laboratorio y administrativos) se encontró que ser alérgico o asmático no se relacionaba con una mayor prevalencia del síndrome, lo que contradice la hipótesis del mecanismo de sensibilización alergénica como etiología de la SQM (27).
Recientemente, también se ha considerado la SQM como una posible variante de la hipertensión intracraneal idiopática a raíz de un caso publicado en Jacobs Journal of Neurology and Neuroscience. Además, se hace referencia a la existencia de un componente genético para ambas afecciones, puesto que el hijo de la paciente del caso también ha sido diagnosticado de SQM y de hipertensión intracraneal idiopática (7). Esto coincide con los hallazgos de un estudio de casos y controles en el que se concluye que la predisposición genética a la SQM podría estar implicada en una alteración de la biotransformación de los agentes químicos (28). Aunque todavía no se conocen los mecanismos fisiopatológicos involucrados en la hipertensión intracraneal en relación con la SQM, este caso sin duda abre nuevas perspectivas para el estudio de ambas patologías.
La ansiedad, la irritabilidad, la pérdida de memoria y la depresión son otras de las manifestaciones clínicas a destacar que se relacionan con el síndrome de la SQM, según la evidencia encontrada. Esto concuerda con las conclusiones de un estudio transversal publicado en Journal of Psychosomatic Research en 2017, en el que se encontró una asociación entre el síndrome de la SQM y el trastorno depresivo mayor y de ansiedad generalizada (29). Además, en el caso de los hombres también se halló una relación inversa entre el bienestar mental y la SQM. Debido a la falta de explicaciones biológicas uniformes, se ha llegado a sugerir un posible origen psicológico de la SQM, aunque todavía no está claro si las alteraciones psicológicas y psiquiátricas son parte de la causa o bien una consecuencia de las manifestaciones físicas del síndrome (2,4). En una revisión reciente publicada en Translational Psychiatry se evidencia la participación de la disregulación inmunológica en el desarrollo de la depresión mayor y del trastorno bipolar, algo que podría constituir un punto de encuentro para las hipótesis inmunológicas y psiquiátricas acerca de la etiología de la SQM (30).
En tres de los estudios seleccionados se ha observado que habitar en edificios de nueva construcción o recientemente reformados está relacionado con la manifestación de los síntomas de la SQM (18,22,25). En un estudio publicado en la revista Building and Environment se encontró un mayor riesgo de desarrollo de SQM en habitantes de apartamentos con mayores concentraciones de formaldehídos y compuestos orgánicos volátiles (COV). Además, también se concluyó que la mayor prevalencia de SQM en dichos apartamentos no solo se debía a factores relacionados con condiciones alérgicas de sus habitantes, sino también con características propias del edificio (31). A modo de hipótesis, esto podría llevar a considerar a la SQM como una variante o subtipo de síndrome del edificio enfermo (SEE).
Dada la gran variedad de manifestaciones clínicas, factores desencadenantes y comorbilidad con otras enfermedades, el síndrome de la SQM es una entidad patológica de difícil diagnóstico. Este se basa en la valoración clínica de los signos y síntomas y en la aplicación del cuestionario QEESI; una herramienta validada que ha mostrado una sensibilidad del 92% y una especificidad del 95% para el diagnóstico de la SQM (3,4,32). La amplia diversidad de aparatos y sistemas que pueden verse afectados en la SQM también requiere un tratamiento multidisciplinar dirigido a eliminar o disminuir la intensidad de los signos y síntomas tras la exposición a un agente químico. La síntesis de resultados obtenidos muestra que la evitación de la exposición a los agentes desencadenantes es la medida preventiva más habitualmente recomendada para las personas que sufren SQM. La recomendación en Atención Primaria de los kits de emergencia individuales y la reserva de espacios libres de químicos en los hospitales donde poder atender a pacientes con SQM podrían ser medidas preventivas realmente beneficiosas. También cabe destacar la terapia psicológica especializada, la promoción de la salud y la educación de los miembros de la esfera social y familiar del afectado como recursos valiosos para el abordaje de la SQM (4,17). Esto podría jugar un papel fundamental para el manejo de la enfermedad, dado que la evidencia sugiere que, además de las consecuencias físicas, el síndrome de la SQM puede llegar a tener repercusiones importantes sobre la dimensión psicológica y social de las personas que la padecen, las cuales a menudo reportan sufrimiento psicológico y existencial, así como problemas sociales, laborales y económicos (4,5,33,34).
Respecto a las limitaciones del estudio, cabe señalar el bajo nivel de evidencia de los casos clínicos incluidos en la revisión, lo cual limita considerablemente su nivel de aportación a la calidad de esta. En virtud de apostar por un enfoque biopsicosocial, sería interesante revisar o llevar a cabo trabajos de investigación cualitativa con el fin de identificar nuevas variables relacionadas con las dimensiones subjetivas de las personas que padecen el síndrome de la SQM. Esto podría facilitar el diseño de nuevas terapias psicosociales encaminadas a tratar alteraciones como la ansiedad, el dolor, la depresión y el aislamiento social que, con frecuencia, acompañan a la persona que padece este síndrome.
 

Conclusión 

El síndrome de la sensibilidad química múltiple es un trastorno crónico, multisistémico e incapacitante caracterizado por la manifestación de una amplia variedad de signos y síntomas tras la exposición a dosis bajas de agentes químicos que, en casos graves, puede llegar a requerir el aislamiento completo del paciente. Afecta principalmente a mujeres de entre 40 y
50 años con antecedentes de asma y alergias. Los agentes químicos desencadenantes más frecuentes son los productos de limpieza y los perfumados, y las manifestaciones clínicas más habituales son las respiratorias (disnea, tos, crisis asmática, etc.) y las del sistema nervioso central (cefaleas, alteraciones neuromotoras, etc.). Las principales medidas de prevención para la SQM son el acondicionamiento de la vivienda y de espacios hospitalarios, la evitación de los agentes desencadenantes y la creación de kits de emergencia de uso personal. El tratamiento sintomático también puede ser efectivo en algunos casos. La terapia psicológica, la promoción de la salud y la educación de los miembros del entorno social y familiar del afectado podrían ser recursos valiosos para el abordaje de la SQM, dado que se trata de una patología que puede llegar a repercutir gravemente en la dimensión psicológica, social y laboral de la persona que la sufre.
 

Conflicto de intereses 

Ninguno.
 

Financiación 

Ninguna.
 

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Revisiones - 2 - Intervenciones para favorecer la aceptabilidad de la vacuna contra el VPH en padres: revisión integrativa

 
Cómo citar este artículo:
Gómez-Ramírez K, Orozco-Gómez C, Patiño-López ME. Intervenciones para favorecer la aceptabilidad de la vacuna contra el VPH en padres: revisión integrativa. RIdEC 2024; 17(2):57-65.
 
Fecha de recepción: 22 de abril de 2024.
Fecha de aceptación: 13 de noviembre de 2024.
 

Autores

1 Karla Gómez Ramírez
2 Claudia Orozco Gómez
3 María Esther Patiño López
 
  1. Licenciada en Enfermería y Obstetricia. Universidad de Guana-juato. División de Ciencias de la Salud e Ingenierías. México.
  2. Doctora en Ciencias de Enfermería. Universidad Autónoma de Chihuahua. Facultad de Enfermería y Nutriología. México.
  3. Maestra en Ciencias de Enfermería. Universidad de Guanajuato. División de Ciencias de la Salud e Ingenierías. México.
 
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Resumen 

Objetivo: revisar la información disponible sobre las intervenciones que favorezcan la aceptabilidad de la vacuna contra el VPH en padres.
Método: revisión integrativa basada en Dollande et al., la metodología PRISMA. La búsqueda de artículos se realizó en los últimos 10 años, en idioma español e inglés a través de las bases de datos PudMed, EBSCO Host, BVS, Scielo y Science Direct, lista de referencias de artículos y literatura gris. Se usaron las palabras claves siguientes: intervention, vaccine papilomavirus, acceptability y parents, integrando el operador booleano AND.
Resultados: tres intervenciones aumentaron la aceptabilidad de la vacuna contra el VPH en padres; sin embargo, se encontró que también fueron efectivas en componentes secundarios como el conocimiento, la actitud hacia la vacuna, la intención para vacunar, las creencias positivas sobre la vacuna contra el VPH.
Conclusiones: esta revisión genera una perspectiva nueva sobre la aceptabilidad de la vacuna contra el VPH en padres que permite evidenciar elementos que son relevantes para llevar a cabo una intervención como es el uso de las teorías y herramientas tecnológicas para aumentar la aceptabilidad de la vacunación contra el VPH.
Palabras clave: intervención; vacuna contra el VPH; aceptabilidad; padres.
 

Abstract 

Interventions to promote HPV vaccine acceptability in parents: an integrative review 
 
Objective: to review available information on interventions to promote HPV vaccine acceptability to parents.
Methods: integrative review based on Dollande et al., PRISMA methodology. The search for articles was conducted in the last 10 years, in Spanish and English through the databases PudMed, EBSCO Host, BVS, Scielo and Science Direct, reference list of articles and grey literature. The keywords intervention, vaccine papillomavirus, acceptability and parents are used, integrating the Boolean operator AND.
Results: three were only two interventions that increased the acceptability of the HPV vaccine in parents; however, they were also found to be effective on secondary components such as knowledge, attitude towards the vaccine, intention to vaccinate, positive beliefs about HPV vaccine.
Conclusions: this review generates a new perspective on the acceptability of the HPV vaccine in parents that allows us to evidence elements that are relevant to carry out an intervention such as the use of theories and technological tools to increase the acceptability of HPV vaccination.
Key words: intervention; HPV vaccine; acceptability; parents.
 

Introducción 

El virus del papiloma humano (VPH) es una infección de transmisión sexual de alta prevalencia. En el año 2022 se estima que 7.941,66 millones de personas se habían infectado con el virus (1). La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo cataloga como un problema de salud pública (2) que tiene repercusiones debido a que se considera como principal percusor del cáncer cervicouterino, cáncer de pene, ano, vagina y orofaríngeo, así como de verrugas genitales. En este sentido, la OMS reporta una incidencia mundial de cáncer cervical de aproximadamente 570.000 casos invasores diagnosticados por año (3). Dentro de las posibles soluciones que los gobiernos han encontrado para prevenir la infección del VPH y sus complicaciones ha sido el uso del condón como forma de protección del área que cubre, así como la vacunación contra los serotipos oncogénicos y no oncogénicos más comunes y de mayor impacto mundial (4).
Existen diversas vacunas para la prevención del VPH, en la actualidad la vacuna Gardasil® (9) es la que protege contra nueve serotipos de VPH, dentro de los oncogénicos cubre contra los tipos 16 y 18 que son serotipos con mayor potencial para desarrollar cáncer y con mayor prevalencia, también cubre con otros tipos oncogénicos que se encuentran con menor frecuencia como el VPH 31, 33, 45, 52 y 585. Además, protege contra VPH no oncogénicos del tipo 6 y 11 que generan verrugas genitales (6).
Las recomendaciones para recibir la vacuna contra el VPH dependen de cada país, pero la OMS y el fabricante recomiendan aplicarla en escolares de entre 9 a 15 años que no han iniciado vida sexual por lo menos en una sola ocasión (7), contemplando a esta población como el foco de las de campañas de vacunación a lo largo del planeta. Para el año 2023, en el continente americano, la cobertura de la primera dosis de la vacuna contra el VPH en mujeres de 15 años fue del 76% (8).
Sin embargo, debido a sucesos históricos como la pandemia por COVID-19 y la globalización (9) ha disminuido la cobertura en el mundo de esta vacuna, ya sea por desabasto o prioridad ante otras enfermedades (10). Otro factor que ha contribuido ha sido la corriente antivacunas, la cual genera dudas sobre la efectivad y seguridad de esta vacuna. Además de la percepción del riesgo y el conocimiento sobre el VPH y sus complicaciones (11), la aceptabilidad de la vacuna contra el VPH de los padres (12) contribuye a que estos lleven a cabo la vacunación de sus hijas. La aceptabilidad se define como la aprobación y el acuerdo que los padres tienen para la vacunación contra el VPH, cabe resaltar que en revisiones sistemáticas previas, el término de aceptación o aceptabilidad se usa como un sinónimo de intención o voluntad; sin embargo, para esta revisión no se considera como sinónimos (13).
Es importante mejorar la aceptabilidad en los padres debido a que, en la aplicación de la vacuna en los escolares, al ser menores de edad, el consentimiento y decisión de si la aplicación se lleva a cabo recae en ellos. Frecuentemente los padres reciben información a través de diversos medios de información que pueden llegar a confundirles en la toma de decisiones, por lo que es importante que el personal de enfermería oferte la vacunación contra el VPH y eduque sobre esta con información que permita disminuir las creencias erróneas de la vacuna (14).
Existen revisiones sistemáticas previas que sintetizan la evidencia disponible sobre estrategias de aceptabilidad de la vacuna contra el VPH, pero no son específicas en los padres (15), por lo que se consideró de manera sustancial la creación de una revisión integrativa que permita revisar la información disponible sobre las intervenciones que favorezcan la aceptabilidad de la vacuna contra el VPH en padres, lo cual permitirá ampliar el conocimiento sobre las estrategias viables para que sean utilizadas en práctica de enfermería. La pregunta que se planteó para la búsqueda de la revisión fue ¿cuáles son las intervenciones efectivas para favorecer la aceptabilidad de la vacuna contra VPH en padres de adolescentes? 
Método 
Se realizó una revisión integrativa bajo los pasos de Dollande et al. (16) y se utilizó el método PRISMA (17). La búsqueda de los artículos se realizó en las bases de datos PudMed, EBSCO Host, BVS, Scielo y Science Direct, además se consultaron listas de referencias de artículos y literatura gris. Se emplearon las palabras claves: intervention, vaccine papilomavirus, acceptability y parents, integrando el operador booleano AND, las palabras clave se identificaron en los Descriptores de la Salud con excepción de la palabra aceptabilidad, la cual se identificó en palabras claves de artículos que han utilizado esta variable. Se incluyeron artículos que tuvieran como diseños experimentales, ensayo clínico aleatorizado, estudios cuasiexperimentales o preexperimental y revisiones que abordarán intervenciones de interés. Además, que estuvieran escritos en el idioma español e inglés y publicados dentro del periodo 2014-2024. Se excluyeron artículos que fueran protocolos de intervención, artículos que no estuvieran a texto completo, aquellos que estuvieran dirigidas a personal de salud, así como a otras poblaciones.
Para la selección de los artículos, se exportaron a la herramienta web Rayyan, la que cual permitió que se efectuara el escrutinio por dos revisores de manera independiente, cabe mencionar que no existieron discrepancias en la selección de los artículos. Para la selección de los artículos se efectuó primero por la lectura de los títulos, dejando de lado los que no incluyeran las palabras clave, posteriormente se pasó a lectura de los resúmenes y para finalizar se hizo lectura crítica del texto completo para lo cual se evaluó a través de ficheros FLC.
Dentro de los criterios incluidos en la ficha FLC 3.0 para ensayos clínicos, son referencias, descripción del estudio, pregunta de investigación, método, resultados, conclusiones, conflicto de interés, validez externa y calidad del estudio. Cada uno de estos elementos es evaluado con una de tres respuestas “Sí”, “Parcialmente” y “No”, que refleja el grado de cumplimiento de cada criterio. Con base en las respuestas se clasifica la calidad general del estudio en tres niveles: alta, media o baja. Un estudio se considera de alta calidad cuando la mayoría de los criterios han sido evaluados como “Sí”, de calidad media si la mayoría de los criterios reciben la valoración de “Parcialmente”, y de baja calidad si la mayoría de las respuestas son “No”.
Para mayor precisión, el sistema permite hasta nueve combinaciones posibles de respuestas, lo que facilita al evaluador una valoración completa y estructurada sobre la calidad del estudio (18). Este proceso asegura que los ensayos clínicos cumplan con estándares metodológicos adecuados, aportando mayor confiabilidad y validez a sus resultados y conclusiones.
Se elaboró una tabla de extracción que permitió resumir la evidencia disponible así como los datos claves de los estudios, la cual incluyó autor/es, año de publicación, país, objetivo del estudio, teoría, método y diseño, característica de la intervención, contenido temático y principales resultados. El análisis y la presentación de resultados se presentaron en tablas con síntesis descriptiva de los datos encontrados.
 

Resultados 

En la Figura 1, se puede observar que a través de la búsqueda en las bases de datos se obtuvieron 1.029 artículos, de los cuales se eliminaron 224 duplicados, obteniendo así 803 artículos para su selección por medio de la lectura de los títulos, de los cuales 200 no se recuperaron en la búsqueda; por tanto, fueron 503 buscados para su recuperación. En la siguiente fase de lectura de los resúmenes, se evaluaron 303 artículos de lectura completa, de los cuales 200 no cumplían con la población que se buscaba, 40 contaban con resultados incompletos, 20 no están en texto completo, 25 tenían una discordancia lingüística entre el título y los resultados, por lo que se excluyeron, y 15 fueron estudios pilotos que solo evaluaban la viabilidad y factibilidad de la intervención, pero no brindaban resultados que pudieran seleccionarse. Adicionalmente se agregaron 10 artículos de fuentes secundarias o búsqueda por referencias, de las cuales solo cuatro fueron evaluadas para su elegibilidad, siendo tres descartados por sus resultados que no mencionaban la variable de aceptabilidad y solo hacían alusión a esta en el título o en sus resúmenes. Los estudios incluidos que cumplieron con los criterios antes mencionados fueron cuatro.
Como posible limitante es que dentro de la búsqueda no se incluyeron artículos de no open acces debido a que no se encontró dentro del cribado; sin embargo, no se realizó una búsqueda en revistas de pago para la búsqueda de estudios de estas variables, siendo esta una limitante.
Los estudios que se encontraron fueron de los años 2019 al 2023, en países como Indonesia (19), Estados Unidos de América (20), Holanda (21) y Nigeria (22), fueron escritos en idioma inglés. La totalidad de los artículos buscaban evaluar la intervención para mejorar la aceptabilidad de la vacuna contra el VPH; sin embargo, también se contempló incrementar la conciencia, el conocimiento (19-22) y las percepciones sobre la infección del VPH, vacuna contra el VPH y el cáncer uterino (21).
Tres de las intervenciones fueron guiadas por teoría, entre estas se encontraron el Modelo de Creencias en Salud (19,20) y la Teoría de la Conducta Planeada (20), dentro de la calidad de los artículos se pueden destacar que tres se ellos tenían una calidad media debido a que se catalogaron entre preexperimental y cuasiexperimental (19,20,22); sin embargo, dos de los artículos obtuvieron una ponderación de alta calidad debido a su naturaleza de ensayo clínico aleatorizado, así como sus características.
Se observó que en los cuatro artículos las madres se ven involucradas de manera activa y en mayor proporción, aunado a esto, en dos de los artículos destaca que los padres participaron de manera conjunta, aunque en menor proporción (19,20).
En las características propias de cada intervención se encontró que tres de las intervenciones (20,21) se realizaron utilizando medios tecnológicos como tabletas y computadoras donde por medio de programas de software tenían el acercamiento con las herramientas para mejorar la aceptabilidad; por otro lado, las otras dos intervenciones educativas contaron con un capacitador que guío todo el seguimiento durante una sesión de una manera presencial, utilizando como recurso las presentaciones en PowerPoint, la discusión, folletos y carteles como estrategias de la intervención (19,23).
 
 
Las intervenciones fueron efectivas para incrementar la aceptabilidad, fueron de tipo educativa (19,23) y con uso de tabletas y un software (20). También fueron efectivas para incrementar en conocimiento y percepciones de la vacunación contra el VPH en todas las intervenciones, disminuir barreras para poder los padres otorgar su consentimiento para esta vacuna contra el VPH (19-21), como se puede observar en la Tabla 1.
 
 

Discusión 

Esta revisión integrativa tenía como finalidad sintetizar la evidencia disponible sobre las intervenciones que contribuyan a la aceptabilidad de la vacuna contra el VPH en padres, solo dos fueron efectivas para incrementar la aceptabilidad de la vacuna en padres. En comparativa con la revisión sistemática de Benavides et al. (15), en la cual se encuentran intervenciones dedicadas tanto a los padres de familia, adolescentes, así como en personal sanitario; sin embargo, dentro de sus resultados no menciona la variable de aceptabilidad, pero se menciona de manera importante el aumento de las tasas de vacunación posterior a la finalización del programa, demostrando la eficacia de las intervenciones. Los principales miedos que los padres tenían para la aceptación de la vacuna contra VPH fueron los posibles efectos secundarios de la vacuna o el dolor que causaría su aplicación, se denota que en esta revisión solo un artículo incluía a los padres como población (23).
Haciendo comparativas con otra revisión, se encuentran detalles significativos que permitieron generar una lectura de referencias secundarias, en esta destacan que solo el 12% (2/17 artículos) informó un impacto limitado o nulo de la intervención en la aceptación de la vacuna. Se confirma que existen pocos artículos que mencionen información sobre la aceptación de la vacuna y que tengan resultados significativos. Como complemento se optó por realizar lectura de las referencias, así se pudo integrar un artículo más para complementar esta revisión (24).
En el análisis de los artículos, se encontró que las intervenciones fueron efectivas en generar cambios en componentes que promueven la aceptabilidad de los padres para llevar a cabo la vacunación de sus hijos, entre estas se encontraron el conocimiento, las actitudes y las creencias (19,21,22), por lo que es importante que el personal de enfermería intervenga en ellos. Esto se afirma en un estudio que buscaba explorar las actitudes, el conocimiento y la toma de decisiones de los padres sobre la vacunación contra el VPH en adolescentes (25) que fue realizado en el año 2021, confirmando que se va encaminando la creación de intervenciones efectivas en mejorar la aceptabilidad de la vacuna contra el VPH.
Al realizar esta revisión, se detectó dificultad en la selección de artículos debido a la conceptualización de la aceptabilidad (13), se encontró discordancia entre la variable resultado de aceptabilidad y la variable que mencionaban en el apartado de resultados, entre estos hacían referencia a la voluntad, la intención y la cobertura. Aun así, se encontró una revisión sistemática que abarcaba la aceptabilidad; sin embargo, se encontraba fuera del periodo establecido, por lo que al hacer la recuperación de los estudios se encontraron referencias mayores a 10 años, por lo que se puede considerar como criterio de exclusión (26).
En esta revisión las intervenciones estuvieron dirigida a padres, predominando las madres, las cuales son las más involucradas en el cuidado de los hijos por imposición social y cultural, el cuidado se ha ligado a la maternidad. La maternidad no es un “hecho natural”, sino una construcción cultural compleja y poderosa que es, a la vez, fuente y efecto del género (27). Por ende, debe de involucrarse tanto a los padres como madres en las intervenciones dependiendo de la construcción familiar de cada escolar adaptándose a su contexto social. No obstante, revisiones previas incluyen solo a adolescentes para favorecer el conocimiento sobre el VPH y la vacuna (28), es importante que tanto los adolescentes como los padres tengan el conocimiento, debido a que este grupo etario para poder adquirir la vacuna contra el VPH debe de contar con el consentimiento de los padres o tutores, la recomendación para la aplicación de la vacuna involucra que el menor aún no tenga contacto sexual, por lo tanto al ser mayor de edad pudiera obtenerla, pero podría no ser efectiva como lo disponen sus fichas técnicas.
Dentro de las limitaciones de esta revisión se pueden encontrar aspectos conceptuales donde se abordó de manera muy específica el concepto de aceptabilidad, siendo rigurosa la selección de los artículos dispuestos. Contemplando esto, se sugiere crear un concepto general que no involucre la intención como un sinónimo de aceptación, por lo que considerando que se puede operacionalizar la aceptación como una variable se ha de contemplar la sinonimia como un recurso lingüístico, como potencial de intercambiar dos palabras en un contexto determinado sin que se pierda el significado original. Todo ello ha presentado una serie de problemas teóricos y técnicos en la lingüística (29), por lo que se invita a realizar estudios que generalicen un término que pueda ser utilizado en referencia la vacuna contra el VPH, como lo hacen en la vacuna contra COVID-19 (30) y que anexe a los Descriptores de Ciencias de la Salud. Además, la calidad de los estudios no es alta en la mayoría de los artículos y en las intervenciones mostraron resultados variables.
También es primordial generar un descriptor en Ciencias de la Salud que permita concretar la aceptabilidad como un todo, sin tener que pasar por procesos lingüísticos que puedan limitar la búsqueda de información, lo cual puede limitar los sesgos en la creación de nuevo conocimiento para el personal de enfermería.
 

Conclusiones 

Se encontraron intervenciones que son efectivas para incrementar la aceptabilidad de la vacuna contra el VPH a través de sesiones educativas y mensajes personalizados en línea. Asimismo, fueron efectivas en factores que predicen la aceptabilidad como el conocimiento, las actitudes y creencias por lo que es necesario fortalecerlos en los padres de escolares o adolescentes para que les permita tomar decisión respecto a la vacunación contra el VPH en sus hijos. Es importante incentivar a los profesionales de la salud a realizar intervenciones que ayuden a generar la aceptabilidad de la vacuna contra el VPH, lo cual podría ayudar a combatir esta problemática a nivel internacional, que aqueja a todos los países con sus repercusiones que pueden llegar a ser mortales si no hay una prevención.
 

Conflicto de intereses 

Ninguno.
 

Financiación 

Ninguna.
 

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ARTÍCULO ESPECIAL

 

APLICACIÓN DEL PROCESO DE ATENCIÓN DE ENFERMERÍA ANTE UNA QUEMADURA TRAS CRIOTERAPIA

 
Cómo citar este artículo: 
Tejada Barroeta L, Lago Díaz N, Bajeneta Tejada A, Carpio Coloma A. Aplicación del proceso de atención de enfermería ante una quemadura tras crioterapia. RIdEC 2024; 17(2):66-71.
 
Fecha de recepción: 20 de mayo de 2024.
Fecha de aceptación: 13 de noviembre de 2024.
 

Autoras

 
Leyre Tejada Barroeta. Enfermera. Centro de salud Amorebieta. Bizkaia (España)
Naiara Lago Díaz. Enfermera Urgencias. Hospital Galdakao-Usansolo. Bizkaia (España)
Ainara Bajeneta Tejada. Enfermera. Centro de salud Landako. Bizkaia (España)
Ainara Carpio Coloma. Enfermera. Servicio Transfusión Hospital Galdakao-Usansolo. Bizkaia (España)
 
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Resumen 

Objetivos: el caso aborda una quemadura de segundo grado producida tras la aplicación de crioterapia, cuyo fin era el tratamiento de una verruga. Es fundamental la detección precoz y el tratamiento de este tipo de lesiones con el fin de evitar efectos posteriores como cicatrices, deformidades, dolor o incluso pérdida de sensibilidad.
El objetivo principal es dar a conocer el manejo óptimo de una quemadura de segundo grado tras crioterapia, y para ello, se aplicarán los conocimientos adquiridos en relación con el proceso y los cuidados de enfermería analizando el caso del paciente, reconociendo los patrones funcionales de la salud, determinando metas e intervenciones de enfermería (PAE).
Método: se trata de un método de estudio de caso con intervención enfermera basada en el PAE propuesta por estudios detectados mediante revisión.
Resultados: en el caso clínico, se identifican los diagnósticos de enfermería y se determina e implementa un plan de cuidados, realizando un abordaje terapéutico que fue progresando según la evolución clínica de la lesión. Siguiendo las pautas de pensamiento crítico y utilizando la evidencia para evaluar las intervenciones de cuidados, se observa una evolución favorable de la curación de la lesión.
Conclusiones: la actuación por parte de enfermería del centro de salud para el manejo correcto de dicha lesión fue clave para conseguir mejorar la evolución del caso.
Palabras clave: crioterapia; quemadura segundo grado; apósitos hidrocoloides.
 

Abstract 

Application of the nursing care process for burns after cryotherapy 
 
Objectives: the case deals with a second degree burn produced after the application of cryotherapy, the purpose of which was the treatment of a wart. Early detection and treatment of this type of lesion is essential in order to avoid later effects such as scarring, deformity, pain or even loss of sensitivity.
The main objective is to provide information on the optimal management of a second-degree burn after cryotherapy, and to this end, the knowledge acquired in relation to the process and nursing care will be applied by analysing the patient’s case, recognising the functional patterns of health, determining goals and nursing interventions (PAE).
Method: this is a case study method with nursing intervention based on the PAE proposed by studies detected through review.
Results: in the clinical case, nursing diagnoses were identified and a care plan was determined and implemented, with a therapeutic approach that progressed according to the clinical evolution of the injury. Following the guidelines of critical thinking and using evidence to evaluate the care interventions, a favourable evolution of the healing of the injury was observed.
Conclusions: the actions taken by the nursing staff at the health centre for the correct management of the lesion were key to improving the evolution of the case.
Key words: cryotherapy; second degree burn; hydrocolloid dressings.
 

Introducción 

La crioterapia es una técnica que trata lesiones cutáneas superficiales con frío (nitrógeno líquido a -196 oC). Según la localización y el tamaño de la lesión, se aplica de forma directa, con aerosol, o indirecta, con una torunda de algodón o con pinzas. Las indicaciones de la crioterapia son verrugas víricas, moluscos contagiosos, queratosis actínicas y condilomas acuminados, entre otros (1).
Muchas veces es difícil aplicar estos productos solo en la verruga sin tocar la piel circundante, por lo que existe el riesgo de producir una quemadura iatrogénica, ya que los ácidos causan quemaduras químicas al contacto con la piel.
En España, se calcula que anualmente se ven afectadas por quemaduras cerca de 144.000 personas, de las cuales tan solo el 5%-15% precisan de atención hospitalaria. El porcentaje restante puede ser tratado en Atención Primaria, lo que implica que se trata de una quemadura menor (2). Una quemadura es una lesión en la piel u otros órganos causada por traumatismos físicos y/o químicos, que produce la desnaturalización de las proteínas tisulares y conduce a una alteración del tegumento superficial hasta la total destrucción de los tejidos implicados (3). Se entiende por quemadura menor, según la American Burn Association, la quemadura de segundo grado menor del 15% de la superficie corporal total quemada (SCTQ) en adultos o menor del 10% de SCTQ en niños; quemadura de tercer grado menor del 2% de SCTQ sin afectar zonas de atención especial (ojos, oídos, cara, manos, pies, perineos, articulaciones). Excluye las lesiones eléctricas, por inhalación, traumatismos concurrentes, todos los pacientes con riesgo elevado (4). Los elementos fundamentales a tener en cuenta ante la valoración y el diagnóstico de una quemadura, ya que condicionan el tratamiento y la propia evolución, son la extensión, profundidad, localización y el agente causante (5). En las quemaduras de segundo grado se lesionan la epidermis y la dermis. Su principal característica es la aparición de flictenas o ampollas. Bajo la flictena la piel tiene un color rosado, además es muy dolorosa ya que están expuestas las terminaciones nerviosas. Su tiempo de curación es entre 7-14 días (6).
El reto al que se enfrenta el profesional enfermero día a día es cómo abordar la quemadura dérmica superficial en la consulta.
Según la bibliografía consultada, en cuanto al abordaje existen diferentes opiniones de los expertos, pero lo cierto es que no hay evidencias científicas respecto a si se ha de desbridar o puncionar. Hay autores que justifican la necesidad de desbridar siempre cualquier ampolla alegando que no se sabe la profundidad real de la lesión. Otros defienden la punción para extraer el líquido dejando la piel como protección. También hay opiniones de dejarlas intactas hasta las 48 h y valorar una vez pasado este tiempo la necesidad o no de desbridar. En definitiva, el consejo es decidir el manejo tras la valoración de las características de la lesión en función de la localización, la etiología, la extensión y la gravedad de la quemadura. Tras analizar otros estudios, hay evidencia de que se deberían desbridar: las quemaduras de 2o grado superficial y/o profundo y con una mayor extensión. En estos casos, es preferible desbridarlas completamente porque, generalmente, la quemadura ya está contaminada. Por su parte, el Servicio Estatal de Lesiones por Quemaduras de The agency for Clinical Innovation (ACI) de New South Wales (NSW) Government recomienda en la Guía de Práctica Clínica (GPC) sobre el manejo de pacientes quemados publicada en 2019, que el tratamiento de las ampollas por quemaduras sea la eliminación de la piel y el líquido, después de una analgesia adecuada y que las ampollas menores de 5 mm se dejen intactas (7). Por otro lado, el tipo de apósito debe establecerse de manera individualizada según las características y la valoración de cada lesión: profundidad, extensión, localización, riesgo de infección, fase evolutiva, cantidad de exudado, sensibilidad, dolor y signos de infección, pauta de curas posibles y características del paciente (8). El apósito ideal debe mantener un grado relativo de humedad en el lecho de la quemadura, ha de ser capaz de absorber el exudado sin resecar y su retirada no tiene que ser traumática.
Según estudios previos, los pacientes con lesiones por quemadura tratadas con apósitos hidrocoloides presentaron un menor tiempo para la completa epitelización de lesiones, necesitaron un menor número de curas, presentaron menor dolor y disminuyeron el número de días de reepitelización y dolor en comparación de los pacientes tratados con tratamientos tópicos. Los apósitos de plata están indicados cuando la quemadura esté infectada o haya un alto riesgo de que se infecte.
Son eficaces frente a bacterias grampositivas (Staphylococcusaureus), gramnegativas (Pseudomonasaeruginosa) y hongos. El objetivo fundamental cuando se usan es disminuir la carga bacteriana, tratar la infección y evitar su diseminación, pero no la cicatrización, que es un objetivo primario en otros apósitos. Es importante no mantener estos apósitos durante mucho tiempo ya que pueden generar resistencia (9).
La valoración de la quemadura es indispensable para determinar la gravedad de una quemadura y su posterior gestión. Para ello, y según las últimas evidencias, la enfermería es una figura clave y está capacitada para la prevención y el tratamiento de las quemaduras menores (2). Al tratarse de consultas en las que el personal de enfermería es el encargado de tratar este tipo de casos, resulta importante añadir que parece fundamental la aplicación del método científico en la práctica asistencial (proceso enfermero), ya que proporciona a las enfermeras/os una forma de pensamiento que organizaría el ejercicio profesional y centra además la toma de decisiones clínicas (10). El proceso de atención enfermero, comúnmente llamado PAE, tiene una serie de etapas, entre las que se pueden destacar las siguientes (10-12): valoración (recogida de datos), diagnóstico (juicios clínicos), planificación (cuidados de enfermería), ejecución (puesta en marchas del plan) y evaluación de resultados. La evaluación inicial de las quemaduras es esencial para determinar la gravedad y extensión de esta.
Una vez comentado todo esto, con este trabajo, además de dar a conocer el manejo de una quemadura de segundo grado causada por aplicación de nitrógeno líquido para el tratamiento de una verruga resuelta por enfermería, se detecta la necesidad de incluir el PAE en la práctica, ya que permite a los y las profesionales prestar al paciente los cuidados que necesita de una forma estructurada, lógica y siguiendo un determinado sistema.
Descripción del caso: varón de 21 años, sin antecedentes de interés, acude a consulta ambulatoria de enfermería refiriendo dolor en 1er dedo de la extremidad superior izquierda tras aplicación de nitrógeno líquido (-196 oC) en una verruga hace seis días.
 

Metodología

Se trata de un método de estudio de caso con intervención enfermera basada en el PAE propuesta por estudios detectados mediante revisión.
Para ello, se lleva a cabo una valoración inicial: en esta consulta primeramente se realiza una valoración según los 11 Patrones Funcionales de Marjory Gordon y se obtienen los siguientes datos: 
• Percepción y manejo de la salud: no alergias, no tratamiento habitual, analgesia a demanda, reconoce las funciones de enfermería para abordar esta lesión y asiste periódicamente a control de enfermería para las curas de esta.
• Nutricional y metabólico: dieta sana y normohidratada.
• Eliminación: continente.
• Actividad y ejercicio: acude al gimnasio 2-3 veces por semana.
• Sueño y descanso: sueño reparador.
• Cognitivo y perceptual: percepción adecuada del entorno.
• Autopercepción y autoconcepto: positivo.
• Rol y relaciones: satisfactorio.
• Sexualidad y reproducción: saludable.
• Adaptación y tolerancia al estrés: buen manejo del estrés.
• Valores y creencias: vive según su sistema de valores.
El paciente refiere que hace 48 h acudió a urgencias extrahospitalarias, donde creyeron pertinente poner un apósito de protección y permitir así su resolución espontánea. Pasadas esas 48 h acude al centro de salud ya que refiere no mejoría.
 

Resultados 

A continuación, se establecen los siguientes diagnósticos de enfermería (NANDA) referidos al caso clínico según los Patrones Funcionales de Majory Gordon.
• 0046- Deterioro de la integridad cutánea r/c sustancias químicas manifestado por una flictena hemorrágica de 1,3 x 1 cm en el tercio medio del 1er dedo de mano izquierda producida por una quemadura tras la aplicación de nitrógeno líquido en consulta de Dermatología hace seis días (Imagen 1).
• 0044- Deterioro de la integridad tisular r/c irritantes químicos manifestado por una quemadura de segundo grado superficial. Está afectada la epidermis y la capa más superficial de la dermis (papilar).
• 0004- Riesgo de infección r/c defensas primarias inadecuadas (rotura de la piel y/o destrucción tisular).
• 00132- Dolor agudo r/c agentes lesivos manifestado por dolor de seis puntos en la escala de EVA.
 
 

Planificación 

A continuación, se plantearon los siguientes objetivos (NOC):
• 1101- Integridad tisular: piel y membranas mucosas. Se valoran criterios como piel intacta y perfusión tisular.
• 1103- Curación de la herida: por segunda intención. Para ello se tendrán en cuenta los siguientes criterios: granulación, disminución del tamaño de la herida, secreción purulenta, eritema cutáneo circundante, edema perilesional y fistulización.
 

Ejecución de los cuidados 

Para abordar el problema se realiza una serie de intervenciones (NIC) adaptadas al caso:
• 3661- Cuidados de las heridas: quemaduras. Se decide desbridar la ampolla por los días de evolución y el aumento de dolor que refiere el paciente desde hace 48 h (6 puntos en la escala EVA) (Imagen 2).
• 3509- Vigilancia de la piel: en este caso, se ha utilizado un apósito hidrocoloide no adhesivo, no oclusivo, no adherente a la herida, formada por una trama de poliéster impregnada de partículas hidrocoloides (carboximetilcelulosa), vaselina y sal de plata. Tras el desbridamiento y la limpieza de esta con suero fisiológico, se seca el área con toques suaves, se decide poner un apósito con Ag y valorar en 48 h.
• 6550- Protección contras las infecciones: se decide añadir Ag por la susceptibilidad de infección de la lesión.
• 1400- Manejo del dolor: para el dolor se aconseja al paciente la toma de medicación analgésica habitual.
 
 
 
El paciente acude en 48 h para valorar evolución, y como se puede observar, presenta una evolución favorable y una disminución del riesgo de infección, por lo que tras la limpieza con suero fisiológico se decide cambiar al mismo tipo de apósito prescindiendo de Ag. Además, refiere no haber precisado analgésico las últimas 24 h (Imagen 3).
 
 
Las dos curas posteriores se pautan cada 72 h debido a la buena evolución de esta (disminución del dolor, reducción de la profundidad y el tamaño de la lesión).
 
En ocho días se logra la completa curación de esta (Imagen 5).
Desde la consulta se hacen unas recomendaciones al alta, como evitar la exposición solar de la lesión (al menos durante un año después de curarse la quemadura) e hidratación diaria con protección solar.
 
 
 
 
 

Discusión 

Actualmente en la práctica clínica enfermera se pueden encontrar actuaciones desechadas por las últimas evidencias. Es por ello, por lo que se ha decidido abordar el caso de una quemadura, una lesión de elevada incidencia en la consulta de Atención Primaria y que, pese a la no elevada complejidad de su abordaje, el desconocimiento y la mala praxis están muy extendidos entre población y personal sanitario (12).
El mejor tratamiento de las quemaduras es la prevención; no obstante, el caso que acontece presenta una quemadura como consecuencia de aplicación de nitrógeno líquido en la consulta de Dermatología. El nitrógeno se encuentra a una temperatura de -196 oC, por lo que el contacto con la piel puede provocar quemaduras criogénicas, como en el caso descrito anteriormente.
Para la limpieza de la quemadura se debe utilizar agua potable o suero fisiológico para las quemaduras leves, ya que los antisépticos pueden interferir en el proceso de cicatrización (3,12).
Por un lado, teniendo en cuenta el desbridamiento de la flictena, existe controversia entre desbridar o no las flictenas, es un ejemplo significativo donde las últimas evidencias no han llegado a tener el alcance deseado. Mientras que algunos señalan que las ampollas intactas presentan mayor riesgo de infección, otros sostienen que actúan como una barrera natural contra las infecciones. Sin embargo, el desbridamiento de las ampollas parece ser la conducta más adecuada en las quemaduras de segundo grado superficial, ya que se previenen infecciones, se alivia el dolor y se acelera el proceso de curación.
Por otro lado, el uso de apósitos biológicos, biosintéticos o sintéticos parece dar los mejores resultados después de desbridar las heridas, ya que favorecen el proceso de granulación, proporcionan un entorno húmedo a la herida, minimizan el riesgo de infección, no son dolorosos y requieren pocos cambios a lo largo del proceso de curación (3). No se recomienda aplicar antibióticos tópicos ni anestésicos en quemaduras que no presenten signos clínicos de infección o muy alto riesgo de la misma (3,12).
Los apósitos de plata están indicados en heridas con infección ya establecida o cuando hay una carga microbiana excesiva.
Son especialmente indicados en heridas con inflamación, debido a sus efectos antinflamatorios demostrados en estudios experimentales previos (13).
En definitiva, habrá que valorar el tipo de apósito a utilizar en el manejo de la quemadura en función del dolor, la infección, el exudado, el estado de la piel y la necesidad de una continua reevaluación.
 

Conclusiones 

Según los objetivos planteados se han llegado a diferentes conclusiones.
Por un lado, hay que destacar que la enfermería, mediante la práctica basada en la evidencia, está capacitada para abordar la prevención y el tratamiento de las quemaduras menores e identificar las que precisen de una atención más especializada donde se disponga de recursos avanzados para su abordaje y la actuación por parte de enfermería de Atención Primaria para el manejo correcto de dicha lesión fue clave para conseguir mejorar la evolución de caso.
Además, se ha elaborado el proceso de atención de enfermería, ya que el lenguaje enfermero es básico para poder desarrollar una investigación de calidad que permita identificar patrones de conducta o manifestaciones en pacientes con una misma situación de salud, favoreciendo la toma de decisiones y la planificación de cuidados. La utilización del lenguaje permite, además, comparar e identificar las intervenciones más eficaces o con mayor evidencia y evaluar los resultados de los cuidados, tanto en la salud de los pacientes como en su costo-eficacia. Todo ello se traduce en unos cuidados de mayor calidad, basados en evidencia, con una menor variabilidad y en un mayor reconocimiento de la enfermería como profesión.
 

Conflicto de intereses 

Ninguno.
 

Financiación 

Ninguna.
 

Bibliografía 

1. Societat Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria. Hojas de información para pacientes 2019 [sede web] [citado 1 dic 2024]. Disponible en: http//www.camfit.cat
2. González Suárez B. Abordaje enfermero de quemaduras menores. Rqr Enfermería Comunitaria 2021; 9(1)6-17.
3. Jiménez-Serrano R, García-Fernández FP. Manejo de las quemaduras de primer y segundo grado en atención primaria. Gerokomos [internet]2018 [citado 1 dic 2024]; 29(1):45-51. Disponible en: http://www.gerokomos.com/wp-content/uploads/2018/03/29-1-2018-045.pdf
4. Fernández Santervás Y, Melé Casas M. Quemaduras. Asociación Española de Pediatría. Protoc diagn ter pediatr. [internet] 2020 [citado 1 dic2024]; 1:275-87 Disponible en : https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/21_quemaduras.pdf
5. García-Collado F, Álvarez Millán S, Ramírez Pizano A, Rivera Fernández C, García Murillo M, Franco García EM. Quemaduras dérmicas superficiales: pauta de actuación con apósito primario único de hidrofibra Ag en Atención Primaria. Enferm Dermatol. [internet] 2014 [citado 1 dic 2024]; 8(22). Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5014760
6. Zapata Sirvent RL, Tenenhaus M. Quemaduras. Tratamiento crítico y quirúrgico. Madrid: Amolca; 2017.
7. Clinical Guidelines: Burn Patient Management. Statewide Burn Injury. Service The Agency for Clinical Innovation (ACI). New South Wales (NSW) Government 2019.
8. Miranda Altamirano A. Uso de apósitos en quemaduras. Cir. plást. iberolatinoam. 2020; 46(suppl.1):31-8.
9. Aladro Castañeda M, Díez González S. Revisión del tratamiento de las quemaduras. Rev Seapa 2013; XI:12-7.
10. Barrado-Narvión MJ. Vínculos de NANDA-I, NOC y NIC con el SARS-CoV-2 (COVID-19). Ene [internet]. 2022 [citado 1 dic 2024]; 16(2):1426. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1988-348X2022000200014&lng=es
11. Campos C, Jaimovich S, Wigodski J, Aedo V. Conocimientos y uso clínico de la metodología enfermera (NANDA, NIC, NOC) en enfermeras/os que trabajan en Chile. Rev. iberoam. Educ. investi. Enferm. 2017; 7(1):33-42.
12. Ruymán Brito-Brito P, Sánchez-Herrero H, Fernández-Gutiérrez Domingo A, García-Moreno V, Rodríguez-Álvaro M. Validación de contenido de la clasificación de diagnósticos enfermeros 2015-2017 de NANDA-I para el abordaje de la cronicidad en atención primaria. Ene. [internet] 2016 [citado 1 dic 2024]; 10(3). Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1988-348X2016000300002&lng=es
13. García-Fernández FP, Soldevilla-Ágreda JJ, Pancorbo-Hidalgo PL, Verdú-Soriano J, López-Casanova P, Rodríguez-Palma M. Qué no hay que hacer en las heridas crónicas. Recomendaciones basadas en la evidencia. GNEAUPP 2018.
 
 
 

Carta a la DIRECCIÓN

 

El desafío de la salud mental en población adolescente

 
Fecha de recepción: 27 de abril de 2024.
Fecha de aceptación: 13 de agosto de 2024.
 

Autores

 
1 Paula Segura Daroca
2 Raúl Juárez Vela
3 Antonio Martínez Sabater
 
  1. Enfermera especialista en salud mental. Hospital Clínico Universitario Valencia. España.
  2. Profesor Titular. Universidad de La Rioja. España.
  3. Profesor Titular. Facultad de Enfermería y Podología. Universitat de València. España.
 
E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
 

Estimado editor:
 
La salud mental de los adolescentes es una cuestión de preocupación a nivel mundial, dada la alta prevalencia de trastornos mentales y sus consecuencias negativas en el bienestar y desarrollo de las nuevas generaciones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) (2021) advierte que uno de cada siete adolescentes sufre trastornos mentales, agravados por la pandemia.
La falta de atención puede afectar su salud a largo plazo. Se necesitan programas de intervención en entornos como las escuelas, liderados por enfermeras de salud mental. Es crucial aumentar la investigación y evaluar intervenciones para reducir el estigma y evitar la cronicidad de los trastornos (1).
Según la OMS (2021), uno de cada siete jóvenes de 10 a 19 años padece algún tipo de trastorno mental. La depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento se encuentran entre las principales causas de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes en la actualidad. Tras la pandemia, esta población en edades de desarrollo ha experimentado dificultades y han acabado sufriendo efectos negativos en su salud mental. En los últimos años, se ha observado un aumento de las autolesiones no suicidas entre los adolescentes. Desde la OMS se han propuesto como prioridad la promoción de la salud mental de los niños y adolescentes (1,2).
La adolescencia es una fase crucial de desarrollo, donde se experimentan cambios físicos, emocionales y sociales. Durante este tiempo, adquieren habilidades fundamentales para su correcto desarrollo: como hábitos de sueño saludables, ejercicio regular, relaciones interpersonales sanas y gestión emocional, lo que requiere un entorno seguro y de apoyo en la familia, la escuela y la comunidad. Se ha destacado la importancia de abordar los trastornos mentales en etapas tempranas de la vida, como la infancia y la adolescencia. La detección temprana y la intervención precoz pueden prevenir la aparición de problemas más graves en el futuro y mejorar el pronóstico a largo plazo de los adolescentes afectados (1,2).
El hecho de no ocuparse de los trastornos de salud mental de los adolescentes tiene consecuencias que se extienden a la edad adulta, perjudicando la salud física y mental de la persona, y restringen sus posibilidades de llevar una vida plena en el futuro. Es conocido que las conductas promotoras de salud se adquieren en la adolescencia, es más, muchos efectos de los factores de riesgo para la salud en los adultos podrían ser evitados si se modifican los comportamientos en una etapa inicial (2).
Por tanto, desde la OMS se han propuesto como prioridad la promoción de la salud mental de los niños y adolescentes, a través de políticas y leyes que la promuevan y protejan, apoyando a los profesionales para que puedan brindar cuidados de calidad, poniendo en marcha programas escolares y mejorando los entornos comunitarios y en línea. Destacar que es primordial la creación de programas de intervención con adolescentes en su contexto, la escuela, donde se puedan abordar estos temas. La escuela brinda un entorno interesante para promover la salud, ya que permite alcanzar a una gran parte de la población infanto-juvenil, y a través de ellos a la comunidad (1,2).
Las enfermeras desempeñan un papel fundamental en la prestación de servicios de salud mental para adolescentes. Desde la prevención hasta la intervención en crisis, las enfermeras pueden proporcionar una amplia gama de servicios, incluido el apoyo conductual, la evaluación de riesgos, el asesoramiento individual o grupal, y la derivación a servicios especializados cuando sea necesario. La enfermera puede configurar una red de apoyo, facilitando el contacto con los diferentes profesionales de la salud, posibilitando la coordinación, mejorando las comunicaciones entre el ámbito escolar y el sanitario. Es el profesional ideal para el desarrollo de este tipo de programas debido a su experiencia en habilidades de la comunicación y manejo de emociones, situándola en una posición privilegiada para el desarrollo de este tipo de programas (1,3).
En conclusión, la salud mental en adolescentes es un área de preocupación significativa que requiere una atención urgente, acciones preventivas y de intervención efectivas. Es de vital importancia aumentar la investigación en este ámbito, las evaluaciones de las intervenciones son necesarias para mejorar la evidencia; podría arrojar luz a las necesidades que muestran los adolescentes, disminuyendo la estigmatización en los problemas de salud mental y evitando la cronificación de los trastornos.
 
Palabras claves: salud mental; enfermería; adolescentes; atención de enfermería y educación en salud.
 

Bibliografía

 
1. Organización mundial de la salud (OMS). Salud mental del adolescente. Nota de Prensa. [internet]. Ginebra: OMS; 2021. [citado 1 dic 2024]. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/adolescent-mental-health
2. Hidalgo Vicario M, Ceñal González-Fierro M, Hidalgo MG. La adolescencia. Aspectos físicos, psicosociales y médicos. Principales cuadros clínicos. Medicine-Programa de Formación Médica Continuada Acreditado [internet] 2014 [citado 1 dic 2024]; 11(61):3579-87. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4881821
3. Aimara Guachi V, Martínez García D. Alteraciones emocionales en los adolescentes durante la pandemia Covid-19. FACSALUD-UNE- MI 2023; 7(12):4-18. doi: https://doi.org/10.29076/issn.2602-8360vol7iss12.2023pp4-18p