ENFERMERÍA, UNA VOZ PARA LIDERAR EL MODELO DE ATENCIÓN PRIMARIA... PERO TAMBIÉN LIDERAZGO EN INVESTIGACIÓN

 

Recién celebrada la semana y el Día Internacional de las Enfermeras 2022 en los que, además de conmemorar simbólicamente la figura de Florence Nightingale y el progreso y crecimiento de la enfermería y de las enfermeras, se aprovecha el día para ejercer posicionamientos y exponer/reclamar a la sociedad, a la clase política, y en especial a las personas que ejercen alta responsabilidad en la toma de decisiones sociales y sanitarias, sobre la capacidad de las enfermeras como agentes de salud. En especial, lanzamos mensajes sobre lo infrautilizado e ignorado que está un colectivo que es el más numeroso de los sistemas sanitarios, que tiene estudios superiores hasta terceros ciclos y una excelente y sólida formación, capacidad y competencia.

Pero en especial, si algo destacaría en las enfermeras, y creo que también lo ignora el sistema de salud, son las ganas, las muchas ganas que tienen y aplican para su persona y su profesión las enfermeras. Y como sabemos, el conocimiento y la habilidad suman, pero la actitud multiplica; y las ganas no son más que eso: actitud positiva.

Una gran parte de las enfermeras expertas y con más años de trayectoria han asumido el reto y se han lanzado a trabajar no solo de enfermeras en cualquiera de sus funciones, sino también a trabajar mediáticamente para recordar día sí y día también que estamos aquí, que estamos preparadas, y que ignorar a las enfermeras en cualquier decisión, no para el colectivo sino para el sistema y la población, es una irresponsabilidad que nadie se puede permitir. Es ese un liderazgo visible en lo que llamaríamos también competencia política. Imprescindible. También están las enfermeras más jóvenes, las que se formaron ya con planes de estudio de Grado y que han tenido la fortuna de salir al mercado laboral como graduadas superiores, accediendo a estudios oficiales de segundos y terceros ciclos como cualquier otra profesión, incluso con espe- cialidades. Por lo tanto, con niveles de estudios que permiten mirar de tú a tú a cualquier otro profesional y que deberían servirles para tener un grado A1 o acceder a cualquier puesto en igualdad de condiciones, por mérito y capacidad, cosa que la resistencia y la inercia frenan, convirtiendo al sistema en inmovilista, apolillado y defensor del “aquí siempre ha sido así y no queremos cambiarlo...”, mientras proponen para la práctica la innovación, la transformación, las buenas prácticas y la evidencia. Eso sí, en gestión, nada de eso.

Por si alguien lo dudaba, lo recuerdo: las generaciones más recientes y las nuevas generaciones de enfermeras vienen preparadas... muy preparadas para la acción. No es infrecuente un hecho que hace solo 15 o 20 años era algo inusual: enfermeras que, pese a su juventud, trabajan a tiempo completo, tienen uno o dos másteres profesionalizantes, alguna es- pecialidad, se están doctorando y tienen varias publicaciones científicas en revistas de alto impacto, cuando aún no han cumplido los 30 o incluso los 25 años. Me gustaría que reflexionaran al respecto de qué otras profesiones en la actualidad hacen más que las enfermeras por su desarrollo.

Estos perfiles, ya no tan inusuales, y para nada convertido en una egocéntrica reflexión mía sobre la calidad de las enfermeras de España o exclusivo de las enfermeras comunitarias, son un fenómeno internacional y sin fronteras. En todas partes las enfermeras se desarrollan más, asumen mayores responsabilidades con desparpajo, y con incluso edades inapropiadas para ello, se permiten, como en el caso de D. Juan Daniel Suárez Máximo, asumir el liderazgo de vocalías internacionales de la Asociación de Enfermería Comunitaria AEC como la de México, y trabajar incansablemente para que la Revista Iberoamericana de Enfermería Comunitaria RIdEC siga su proceso de crecimiento y visibilidad en un entorno geográfico y cultural tan importante como es Latinoamérica, trabajando y organizando un equipo para que el número especial RIdEC México 2022 haya sido el pasado mes de mayo, y coincidiendo con la semana de las enfermeras, una realidad (https://www.enfermeriacomunitaria.org/web/index.php/ridec/2893-ridec-2022-vol-15-supl-1).

Seguro que coinciden conmigo en lo que decía: que estos perfiles profesionales son cada vez más frecuentes, y que hay ganas, muchas ganas... pero también talento, mucho talento.

Destacaría todo esto especialmente en las enfermeras de Atención Primaria (AP), especialistas o no. Porque talento hay, y mucho, en las enfermeras comunitarias. No creo necesario recordar el estado de la AP en España. Una AP rota, atropellada por una pandemia atroz pero ya herida antes de la pandemia, sin recursos, sin inversión, sin enfermeras (SÍ, especialmente sin enfermeras), biologicista, poco familiar y poco comunitaria, con nuevos planes estratégicos para transformarla, pero sin casi inversión. Es normal que sea muy biologicista, poco familiar y poco comunitaria, porque faltan enfermeras. Decía al respecto la Organización Mundial de la Salud (OMS): invertir en enfermeras... Desde luego, la OMS lo sabe y lo recuerda cada año: inviertan en enfermeras. Inviertan en enfermeras comunitarias si quieren transformar la AP. Inviertan en talento, capacidad y competencia, en otra visión y gestión, anticípense a la realidad, al presente y futuro demográfico, social y sanitario. Pues la transformación del modelo de AP será con las enfermeras o no podrá ser. Pero no confíen en las enfermeras comunitarias como acompañantes sumisas y grandes colaboradoras, como en otras eras de la historia, sino como protagonistas, líderes y decisoras. No más que otros, pero tampoco menos que nadie. A este punto hemos llegado sin enfermeras, si quieren transformar, pongan enfermeras.

Ciertamente diría que nos repetimos con demasiada frecuencia estas virtudes enfermeras en foros internos, en foros enfermeros, y se comparten esas potencialidades en menor proporción en foros externos que alcancen a los grupos de decisión, los que finalmente invierten o dejan de invertir en Enfermería, y que pueden confiar los liderazgos a enfermeras, en gestión, en docencia, en asistencia, pero también en investigación.

Por ello, desde este editorial quiero recordar el lema del Consejo Internacional de Enfermeras (ICN) para el año 2022, "Enfermeras, una voz para liderar: Invertir en Enfermería"... para compartir que también queda pendiente otra brecha por romper, que es la del liderazgo enfermero en investigación, para el que probablemente también sea necesario invertir, pero que también es una responsabilidad enfermera: la investigación en cuidados.

 

Dr. Vicente Gea-Caballero

Editor Revista Iberoamericana de Enfermería Comunitaria RIdEC.

Asociación de Enfermería Comunitaria.

 

 

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