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Espacio AEC

Doce años no son nada

 
Cuando hace doce años las/os socias/os de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC) decidieron que asumiera la responsabilidadde presidir la sociedad científica que dieciséis años atrás un grupo de enfermeras creamos, nunca pensé que seprolongase tanto en el tiempo.
Pueden parecer muchos, pero como cantara, entre otros, Carlos Gardel, doce años (veinte en la letra de la canción) no sonnada y realmente no me han pesado. Muy al contrario, me siento profundamente agradecido y orgulloso por la oportunidadbrindada de poder trabajar por y para las enfermeras comunitarias y por poder hacerlo acompañado de enormes personas yextraordinarias/os profesionales. Por tanto, tan solo tengo palabras de agradecimiento.
El recorrido ha sido largo y en el mismo, como suele ocurrir siempre, ha habido momentos buenos y menos buenos. Pero elbalance, al menos el personal, no puede haber sido más satisfactorio, motivador e ilusionante.
Tener la oportunidad de formar parte de la historia de la Enfermería Comunitaria de España es algo que sin duda permaneceráen mi memoria y en mi corazón para siempre. Y esto es algo que siempre agradeceré a la AEC y a las enfermeras comunitarias.
Porque mi aportación, que no soy yo quien debo analizar ni valorar, ha sido tan solo la de hacer aquello que en cada momentose necesitaba, se reclamaba o se imponía para lograr el avance de la Enfermería Comunitaria impulsado, apoyado y respaldadopor quienes son las verdaderas artífices de lo logrado, las enfermeras comunitarias. Y es que el camino de la AEC y el de lasenfermeras comunitarias ha ido siempre de la mano. Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que nada de lo logrado enEnfermería Comunitaria en los últimos 28 años hubiese sido posible sin la existencia y presencia de la AEC, de igual maneraque la evolución, el crecimiento y la visibilización de la AEC tan solo se puede entender con la aportación, el empuje y lafortaleza que las enfermeras comunitarias le han dado y le siguen dando.
No es momento de hacer una lista de los logros alcanzados, que son muchos e importantes, con independencia de quienhaya estado en cada momento al frente de la AEC. Se hizo, se ha hecho y se deberá seguir haciendo aquello que correspondapara mejorar el desarrollo y la calidad científico-profesional de la Enfermería Comunitaria. Este debe ser siempre el compromisode cuantas/os trabajemos en y para la AEC.
Aunque doce años no son nada, es necesario el relevo que aporte nuevas y renovadas fuerzas. Porque es saludable y porquees necesario para no generar vicios ni perpetuar actitudes por positivas que puedan parecer. Porque la AEC está por encimade personas y mucho más aún de posibles personalismos. No abandono nada, tan solo me hago a un lado para dejar pasar aquien estoy convencido está en disposición de liderar este maravilloso proyecto que tanta vida tiene y tanta vida da.
No se trata de morir de éxito y lo que hay que hacer es, en este caso, identificar aquello que queda por hacer y que de algunamanera supone el legado que traslado a quien me precede en la responsabilidad de la presidencia de la AEC.
Es por ello que desde el minuto uno pido disculpas por no haber logrado algunos de los objetivos que tenía planteados enmi gestión. Me queda la tranquilidad de saber y conocer que quien asume la responsabilidad de presidir y liderar la AEC apartir de ahora es una enfermera altamente cualificada, competente, comprometida e implicada, que ha venido trabajandode manera constante y eficaz pero sin hacerse visible, aunque haya quedado patente el producto de su trabajo como secretariade la AEC. Pero es que, además, Maribel Mármol López es una persona con unos valores y principios que hacen que searespetada desde el respeto que ella siempre tiene hacia todo y hacia todos y que sea valorada desde la humildad que siempreadopta en su quehacer. Pero no hay que confundir su respeto y su humildad con debilidad o falta de carácter. Justamentetodo lo contrario. Su coherencia, claridad de ideas, capacidad de trabajo, liderazgo no exento de generosidad para lograr elmejor trabajo en equipo, hacen de ella una referente enfermera que, estoy convencido, logrará alcanzar aquello que seproponga en beneficio de la Enfermería Comunitaria y de la AEC.
Tenemos por delante retos importantísimos como la internacionalización, el desarrollo de la especialidad y su aportación ala salud comunitaria y salud pública, la identificación como referencia indiscutible para las nuevas generaciones, la generaciónde evidencias que fortalezcan la aportación singular de las enfermeras comunitarias, la unidad de acción de todas lasenfermeras comunitarias, la referencia como sociedad científica ante las instituciones y la sociedad en su conjunto, etc.,entre otros, además de fortalecer y seguir desarrollando lo ya conseguido. Retos que deben ser identificados como oportunidadesy nunca como amenazas. La calidad humana y la competencia profesional del equipo que ha conformado son una garantíade éxito que seguro sabrá gestionar para hacer frente a tan ambiciosos como necesarios objetivos.
No huyo de este maravilloso viaje, pero tarde o temprano hay que detener, o cuanto menos cambiar, el caminar. Que nadiecrea que este camino haya matado mi vieja ilusión, guardo escondida la humilde esperanza de ver a la AEC donde correspondey que es toda la fortuna de mi corazón. Y esa esperanza está en las mejores manos.
Gracias por todo lo que la AEC me ha aportado. Te busco y te nombro. Vivir con el alma aferrada a su dulce recuerdo quesiempre tendré.
 
Dr. José Ramón Martínez Riera
Expresidente de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC)
 
 
 

26 de noviembre de 2022, Día Internacional de la Enfermería Comunitaria (DIEC)

 
Queridas compañeras, amigas, enfermeras comunitarias, el pasado 27 de octubre en Asamblea, se ratificó por sufragio lanueva Junta Directiva. Fue un momento que vivimos con una gran emoción y os damos las gracias por la oportunidad, porvuestro apoyo y por la confianza depositada en la candidatura y en mí, desde ese momento asumimos el compromiso deseguir adelante con fuerza y energía renovadas, para situar la Enfermería Comunitaria en el lugar que le corresponde.
Tras mi incorporación como enfermera comunitaria en el año 1991, mis responsabilidades en la Asociación de EnfermeríaComunitaria (AEC) han sido como vocal de la Comunidad Valenciana desde 2012 a 2014 y como secretaria desde 2014hasta el pasado mes de octubre. Me siento muy ilusionada y muy orgullosa de representar a la AEC desde su presidencia enesta nueva etapa.
En la Junta Directiva me acompañan personas con un largo e importante recorrido como enfermeras comunitarias y comomiembros de AEC, juntas seguiremos dando continuidad a todo lo que se ha realizado en los últimos años de la mano deJosé Ramón Martínez Riera, nuestro presidente durante los últimos 12 años y al que agradecemos su liderazgo, guía y posicionamientode la AEC al más alto nivel. Ya hemos iniciado la nueva etapa y estamos trabajando en el diseño del plan estratégicopara seguir dando respuestas a la comunidad y visibilizando la Enfermería Comunitaria, las enfermeras comunitariasy la especialidad.
El pasado 26 de noviembre, tras la obtención de numerosos apoyos nacionales e internacionales para su institucionalizaciónpor parte de diferentes sociedades profesionales, organismos y enfermeras comunitarias, se celebró por primera vez el DíaInternacional de la Enfermería Comunitaria (DIEC).
La elección del día, el 26 de noviembre, no fue casual, conmemora la fecha en la que se constituyó en 1994, la primeraSociedad Científica de Enfermería Comunitaria, que supuso un punto de inflexión indiscutible en la identificación de laEnfermería Comunitaria y las enfermeras comunitarias, así como su desarrollo disciplinar y profesional, la Asociación deEnfermería Comunitaria (AEC).
En este primer año de celebración se dio la significativa circunstancia de que la fecha de la segunda convocatoria de accesoa la Especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria por la vía excepcional en España (Resolución de 20 de octubre de2022, de la Secretaría General de Universidades, por la que se modifica la de 4 de noviembre de 2021) coincidiera con estegran día. Por respeto a tantas enfermeras comunitarias que se examinaron el día 26 de noviembre, desde la Asociación deEnfermería Comunitaria (AEC) se decidió posponer su celebración hasta el próximo 16 de diciembre, en el marco de laentrega de premios de la Cátedra de Enfermería Familiar y Comunitaria.
Con el lema “Cuidados integrales, integrados e integradores. Por y para una comunidad sana, saludable y participativa”,queremos visibilizar el protagonismo y la aportación específica e irreemplazable de las enfermeras comunitarias en laprestación de cuidados profesionales a la comunidad, apostando por una reorientación de la atención hacia las necesidadesde las personas, las familias y la comunidad, basada en una atención sustentada en evidencias científicas y necesidades decuidado. Las enfermeras comunitarias debemos ser un referente en salud, el referente que la población necesita en todosaquellos ámbitos donde se encuentren las personas; para ello, es fundamental nuestra participación en los puestos de tomade decisiones y nuestra contribución en la configuración de la opinión pública.
Queremos que el Día Internacional de la Enfermería Comunitaria (DIEC) sea una celebración compartida en la que tambiénreflexionemos y seamos conscientes de que nuestro comportamiento enfermero tiene efecto tanto sobre nuestra imagen,como sobre el conocimiento que la población tiene sobre nosotras, influyendo en la visibilidad y el reconocimiento externode nuestra competencia, autonomía e independencia.
Esperamos que este día marque el inicio de una nueva etapa en la que se visibilice y se ponga en valor el trabajo de laEnfermería Comunitaria a nivel nacional e internacional.
¡¡Os esperamos el próximo 16 de diciembre!!
 
Dra. Maribel Mármol López
Presidenta
Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC)
 

Originales - 1 - Intenciones del consumo de alcohol, tabaco y marihuana en adolescentes del noroeste de México

Cómo citar este artículo:
Guzmán Facundo FR, Bracamontes Rivera KJ, Ibarra Escobedo O, Candia Arredondo JS. Intenciones del consumo de alcohol, tabaco y marihuana en adolescentes del noroeste de México. RIdEC 2022; 15(2):9-17.
 
Fecha de recepción: 31 de marzo de 2022.
Aceptada su publicación: 4 de junio de 2022.
 

Autores

1 Francisco Rafael Guzmán Facundo
2 Karla Janeth Bracamontes Rivera
2 Omar Ibarra Escobedo
3 Josefina Sarai Candia Arredondo
 
  1. Profesor e Investigador de Tiempo Completo. Universidad Autónoma de Nuevo León. México.
  2. Estudiante del Programa de Maestría en Ciencias de Enfermería. Universidad Autónoma de Nuevo León. México.
  3. Profesora de Asignatura. Universidad Autónoma de Nuevo León. México.
 
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Resumen

Objetivo: identificar el efecto de las actitudes, las normas subjetivas y el control conductual acerca del consumo de alcohol,  tabaco y marihuana en adolescentes.
Método: el estudio fue descriptivo correlacional de corte trasversal. La población fueron adolescentes de 12 a 18 años del  noroeste de México. El tamaño de la muestra fue de 68 adolescentes. El muestreo fue no probabilístico por cuota. Se utilizó  una cédula de datos personales y la Escala de Medición de Intenciones para el Uso de Drogas (EMIUD).
Resultados: el 41,2% manifestó haber consumido alcohol, 7,4% tabaco y 5,9% marihuana alguna vez en la vida. De acuerdo  con las intenciones se mostró que el 67,6% tuvo intenciones de consumir bebidas alcohólicas, el 22,1% y 25% indicaron  intenciones de fumar tabaco y marihuana, respectivamente. Se mostró un efecto significativo de las actitudes sobre la  intención de consumo alcohol y marihuana y un efecto significativo del control conductual sobre la intención del consumo  de tabaco.
Conclusiones: estos resultados permiten reflexionar sobre la necesidad de intervenciones que favorezcan la reducción de  la intención del consumo drogas, donde se enfatice la inclusión de componentes protectores sobre las actitudes y habilidades  para resistir situaciones que facilitan el consumo de drogas.
Palabras clave: adolescente; consumo de bebidas alcohólicas; uso de tabaco; uso de marihuana; ciencias de la conducta; comportamiento  de búsqueda de drogas.
 

Abstract

Intent to use alcohol, tobacco and marihuana by adolescents from North-Western Mexico
 
Objective: to identify the impact on attitudes, subjective roles and behavioural control on the use of alcohol, tobacco and marihuana in adolescents.
Method: the study was descriptive, cross-sectional and correlational. The population was formed by 12-to-18-year old adolescents from North-Western Mexico. The sample size was of 68 adolescents. There was non-probability sampling by quota. A personal data card was used, as well as the Drug Intent Scale (EMIUD).
Results: of the participants, 41.2% stated that they had drunk alcohol, 7.4% had smoked tobacco and 5.9% marihuana at some point in their lives. In terms of intent, it was shown that 67.6% had intent to drink alcoholic beverages, and 22.1% and 25% stated their intent to smoke tobacco and marihuana, respectively. There was a significant impact of the attitudes on the intent to use alcohol and marihuana, and a significant impact of behavioural control on the intent to use tobacco.
Conclusions: these results allow to reflect on the need for interventions, which encourage the reduction of the intent to use drugs, emphasizing the inclusion of protective components on the attitudes and skills to resist those situations that encourage the use of drugs.
Key words: adolescent; use of alcoholic beverages; tobacco use; marihuana use; behavioural sciences; drug-seeking behaviour.

Introducción

Actualmente el consumo de drogas se considera un problema de salud pública que está afectando cada vez a más personas en el mundo, causando daños en la salud del consumidor debido a los efectos negativos que tienen en el cuerpo humano; de igual manera perjudica a la sociedad por las consecuencias que se relacionan con este fenómeno, como desintegración familiar, violencia, delincuencia e inseguridad ciudadana (1).
Los efectos negativos que se producen por el consumo de drogas son diversos, por ejemplo, en el alcohol puede provocar intoxicación, cirrosis, hepatitis, enfermedades degenerativas, cardiopatías y pancreatitis; de igual manera causan problemas sociales como conducta violenta, prácticas sexuales de riesgo, entre otras. En el caso del tabaco ocasiona varios tipos de cáncer como el pulmonar, esofágico, oral y de otros órganos, además de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y enfermedades vasculares cerebrales. En cuanto al consumo de otras sustancias psicoactivas puede desencadenar problemas psicológicos como alucinaciones, delirios y trastornos de la conducta (2). Por lo tanto, los problemas de salud relacionados con el consumo de drogas son un campo prioritario de acción para los profesionales de enfermería en Atención Primaria, responsables de intervenir en la prevención del consumo de sustancias.
A nivel mundial, el uso de sustancias psicoactivas se incrementó del 2010 al 2019 en un 22% y se proyecta que este fenómeno se potencialice un 11% para el 2030. Datos recientes indican que el 5,5% de la población de entre 15 a 64 años ha consumido drogas en el último año, lo que representa que el 13% padece algún trastorno por su consumo (3). En la Región de las Américas se reporta que alrededor de 5,6 millones de hombres y mujeres sufren trastornos por el uso y abuso de drogas, ocasionando dependencia y derivando en problemas crónicos, afectando la salud de los consumidores y a su vez causando consecuencias desfavorables en el aspecto familiar, laboral, interpersonal o legal (4).
La etapa de la adolescencia está marcada por transiciones biológicas, sociales y psicológicas, por tal razón a los adolescentes se le considera una población expuesta al consumo de drogas debido a que están en proceso de desarrollo y maduración tanto física y mentalmente, además se encuentran en la búsqueda de identidad personal e independencia y se comienzan a alejar del entorno facilitar y buscan aprobación de sus pares para sentirse aceptados. El acercamiento a las drogas se está presentando a edades más tempranas, sobre todo las legales como el alcohol y tabaco. Debido a este inicio prematuro crece la probabilidad de querer experimentar con otro tipo de drogas más fuertes (5).
La ingesta de alcohol alguna vez en adolescentes mexicanos ha disminuido de 2011 a 2016 de 42,9% a 39,8%; sin embargo, el consumo durante el último mes ha tenido un aumento significativo de 4,3% a 8,3%. En el consumo de drogas alguna vez ha aumentado de 2011 a 2016 de 3,3% a 6,4%, hablando de cualquier droga, en cuanto a la marihuana el incremento fue de 2,4% a 5,3%. Referente al tabaco, el 4,9% de la población de 12 a 17 años fuma lo que representa 684 mil adolescentes; por otro lado, la edad promedio de inicio del consumo diario es de alcohol de 14,3 años, fumándose alrededor de 5,8 cigarros al día (6).
Los datos anteriores muestran la magnitud que representa el consumo de drogas, alcohol y tabaco en adolescentes mexicanos, datos que son alarmantes para el sector salud ya que existe un gran número de la población de 12 a 17 años en riesgo de sufrir consecuencias por el consumo de estas sustancias; sin embargo, a pesar de que el uso y la venta de estas sustancias son prohibidos en todo el territorio nacional en menores de edad, los datos indican que cada vez es mayor el número de estos jóvenes que realizan estas conductas no saludables.
Dos estados con prevalencias de consumo de drogas con medias superiores a las nacionales son Tamaulipas y Nuevo León, donde se reportan índices de consumo de cualquier droga en 10,3% y 11,4% respectivamente (6). Respecto a Nuevo León, la evidencia muestra prevalencias altas en cuanto al consumo de alcohol, donde se reportan resultados de alguna vez en la vida con 78,3%, en el último año con 74%, el consumo en el último mes de 39,5% y finalmente el consumo en los últimos siete días correspondió a 22,1% (7).
El consumo de tabaco en adolescentes alguna vez en la vida fue de 30,5%, en el último año de 19,3%, en el último mes de 12,5%, en la última semana de 7,3% (8). El consumo de marihuana en los adolescentes nuevoleoneses alguna vez en la vida fue de 6,1%, en el último año de 3,8% y en el último mes de 1,6% (9). Los datos reportados en el estado de Tamaulipas sobre el alcohol (33,6%, 18,0% y 7,5%), tabaco (19% 10,5% y 6,1%) y marihuana (10,2%, 5,8% y 2%) resultan alarmantes, respecto a alguna vez en la vida, en el último año y en el último mes (10).
Una teoría que se ha utilizado para explicar el estudio del comportamiento humano en relación al fenómeno del consumo de drogas es la Teoría de la Conducta Planificada (TCP) propuesta por Azjen. La TCP explica la intención del individuo de realizar o no una conducta, postula tres determinantes: el primero es la actitud hacia la conducta y se refiere al grado en que la persona tiene una evaluación favorable o desfavorable de la conducta; el segundo predictor es la norma subjetiva, esta se refiere a la presión social percibida para realizar o no el comportamiento; y el tercero es el grado de control conductual percibido, explica la facilidad o dificultad percibida para llevar a cabo la conducta y refleja la experiencia previa, así como los impedimentos y obstáculos anticipados (11).
Existen estudios que han demostrado la influencia de los conceptos de la TCP sobre el consumo de alcohol, tabaco y drogas en adolescentes mexicanos tales como las actitudes, las normas subjetivas y el control conductual percibido, donde se ha destacado que a mayores actitudes favorables hacia el consumo de estas sustancias, así como a mayor percepción de normas sociales y subjetivas favorables para el consumo de drogas y a mayor percepción de falta de control sobre resistir el consumo de estas sustancias, mayor es la probabilidad de tener intenciones para iniciar el consumo de alcohol, tabaco y drogas (12-16).
Por todo lo anterior, es necesario contar con una descripción del consumo de drogas en adolescentes escolarizados de dos localidades del noroeste de México, donde se pueda identificar la influencia de las actitudes, las normas subjetivas y el control conductual sobre las intenciones del consumo de alcohol, tabaco y marihuana, dado que estos resultados sirven como base para la justificación, diseño o adaptación de intervenciones dirigidas a la prevención del consumo de estas sustancias en este grupo vulnerable. Por tal razón, el propósito de este documento es identificar el efecto de las actitudes, las normas subjetivas y el control conductual sobre el consumo de alcohol, tabaco y marihuana en adolescentes de Monterrey y Matamoros.
 

Métodos

Diseño del estudio
El diseño del estudio fue descriptivo correlacional de corte transversal (17). Realizado en las ciudades de Monterrey, Nuevo León y Matamoros, Tamaulipas, México del 19 enero al 16 febrero del 2022.
 
Población y muestra
La población fue conformada por adolescentes de 12 a 18 años de dos ciudades de Nuevo León y Tamaulipas. El tamaño de la muestra se calculó por medio del software nQuery Advisor V4.0, para una correlación alterna de ,30, con un nivel de significancia de 0,5 con una potencia de 0,80 para obtener una muestra de 68 participantes (32 de Monterrey y 36 Matamoros). El muestro fue no probabilístico por cuota (18), la invitación para participar en estudio se realizó por redes sociales.
 
Variables de investigación
Las variables de este estudio fueron las actitudes, las normas subjetivas y el control conductual (variables independientes) asociado con el consumo de alcohol, tabaco y marihuana (variables dependientes).
 
Recogida de datos
Para la recolección de los datos se solicitaron autorizaciones correspondientes, se contactó a dos docentes de secundaria de Nuevo León y Tamaulipas, donde se solicitó apoyo para establecer el contacto con la muestra de adolescentes y solicitar los consentimientos informados de los sus padres, la recolección de los datos se realizó mediante Google Forms, donde se invitó a los estudiantes adolescentes a participar por medio de redes sociales (WhatsApp). Se explicó a cada participante el objetivo de la investigación, además se le indicó la mecánica para realizar el llenado del instrumento, si el adolescente aceptaba se le proporcionaba el link para que procediera a contestar la encuesta. Finalmente se le agradeció por su participación.
Se utilizó una cédula de datos en los que reportaron la edad, la escolaridad, el sexo, la ocupación, las personas con la que vive y el estado de residencia. El instrumento utilizado fue la Escala de Medición de Intenciones para el Uso de Drogas (EMIUD) (19), el cual ha sido validado en población mexicana y ha mostrado confiabilidad aceptable (16,19). En este estudio los resultados de confiabilidad a través del Alpha de Cronbach fueron entre 0,83 a 0,98 para sus escalas.
 
Análisis de datos
Para el análisis de datos se utilizó el paquete SPSS versión 21.0, se aplicó estadística descriptiva, como frecuencias, porcentajes, medidas de tendencia central y de variabilidad, para describir la población del estudio. Se determinó la confiabilidad con el Alpha de Cronbach. Se realizó la prueba de bondad de ajuste de Kolmogorov-Smirnov con Corrección de Lilliefors para determinar la normalidad en la distribución de las variables continuas y numéricas y se aplicaron las pruebas de U de Mann Whitney y Modelos de Regresión Logística.
 
Aspectos éticos
La presente investigación estuvo regulada conforme a los principios éticos del cumplimiento de los requerimientos de acuerdo con el Reglamento de la Ley General de Salud en materia de Investigación para la Salud (20). Fueron obtenidos los permisos personales mediante el consentimiento digital de cada participante y de sus padres, respetando su anonimato y la confidencialidad de los datos.
 

Resultados

Entre las características de la muestra se observó un promedio de edad de 14,44 (DE= 1,59). El sexo femenino ocupa el mayor porcentaje (55,9%), un 36,8% se ubicaba ensegundo grado de secundaria (36,8%), el 14,7% tiene un trabajo remunerado, la población del estado de Tamaulipas fue predominante (52,9%).
Respecto al consumo de alcohol se observó que el 41,2% manifestó haber consumido alguna vez en vida, el 23,5% en el último mes y el 8,8% en los últimos siete días. De acuerdo con el consumo de tabaco se mostró que el 7,4% ha consumido alguna vez en la vida, el 1,5% en el último mes y en los últimos siete días. Por otra parte, el 5,9% de los adolescentes indicó consumir marihuana alguna vez en la vida, el 4,4% en el último mes y el 2,9% en los últimos siete días.
De acuerdo con las intenciones se mostró que el 67,6% (IC95% 56-79) de los adolescentes refirió tener intenciones de consumo en el futuro de bebidas alcohólicas, el 22,1% (IC95% 11-32) y el 25% (IC95% 14-35) indicaron intenciones de fumar tabaco y marihuana respectivamente.
Con el fin de demostrar el efecto de las actitudes, las normas subjetivas y el control conductual sobre las intenciones del consumo de alcohol, tabaco y marihuana se muestran los resultados en la Tabla 1 de los Modelos de Regresión Logística.
Los resultados del modelo para la intención del consumo de alcohol fueron significativos (χ2= 16,899, p=< ,001), con una varianza explicada de 30,7%, destacando que la variable que contribuye al modelo significativamente fue la actitud favorable al consumo de alcohol (β= ,123, p= ,008). Los resultados del modelo para la intención del consumo de tabaco fueron significativos (χ2= 13,309, p<= ,004) con una varianza explicada de 27,3%, destacando que la variable que contribuye al modelo significativamente fue el control conductual al consumo de tabaco (β= ,149, p= ,016). Finalmente los resultados del modelo para las intenciones del consumo de marihuana fueron significativos (χ2= 13,022, p=< 0,005) con una varianza explicada de 25,8%, destacando que la variable que contribuye al modelo significativamente fue la actitud al consumo de marihuana (β= ,034, p= ,038).
 
 
En el Gráfico 1 se muestra el efecto de las actitudes favorables para el consumo de alcohol sobre la intención de consumo.
De la misma manera en el Gráfico 2 se observa el efecto del control conductual del consumo de tabaco sobre la intención del consumo del mismo. Finalmente, en el Gráfico 3 se destaca el efecto de las actitudes favorables al consumo de marihuana sobre el consumo de marihuana.
Gráfico 1. Efecto de las actitudes sobre la intención del consumo de alcohol
 
Nota: el Gráfico 1 representa el efecto de las actitudes sobre el consumo de alcohol (β= ,123, p= ,008), muestra que a mayor índice de actitudes favorables hacia el consumo de alcohol, mayor es la probabilidad para que los adolescentes tengan intención de consumo de alcohol.
 

Gráfico 2. Efecto de control conductual sobre la intención del consumo de tabaco
 
 
Nota: el Gráfico 2 representa el efecto de la falta de control conductual sobre el consumo de tabaco (β= ,149, p= ,016), muestra que a mayor índice de la falta de control conductual de tabaco, mayor es la probabilidad para que los adolescentes tengan intención de consumo de tabaco.
 

Gráfico 3. Efecto de las actitudes sobre la intención del consumo de marihuana
 
Nota: el Gráfico 3 representa el efecto de las actitudes sobre el consumo de marihuana (β= ,034, p= ,038), muestra que a mayor índice de actitudes favorables hacia el consumo de marihuana mayor es la probabilidad para que los adolescentes tengan intención de consumo de marihuana.
 

Discusión

La presente investigación aplica los conceptos de la TCP (actitud, norma subjetiva, control conductual e intención) relacionados con la intención de consumo de alcohol, tabaco y marihuana en 68 adolescentes de noroeste de México.
Con respecto a la prevalencia de consumo de alcohol, tabaco y marihuana alguna vez en la vida, se mostró que la droga de mayor consumo fue el alcohol, seguido de la marihuana y tabaco (67%, 25%, 22%, respectivamente). Estos resultados son superiores a lo reportado en estudios de alcohol y tabaco anteriores (7,8). Esto puede deberse a que en esta región de México exista mayor oferta del consumo de alcohol, tabaco y marihuana, dado que constantemente los medios de comunicación manifiestan mayor consumo de bebidas alcohólicas y mayor producción de marihuana.
Estos resultados deben ser considerados como relevantes por las consecuencias y daños que provoca el consumo de alcohol y marihuana en el organismo y por los problemas sociales que actualmente enfrenta el país; aunado que en la etapa de adolescencia debido a la inmadurez y desarrollo de los individuos los hace más vulnerables para convertirse en dependientes a las sustancias con mayor rapidez (15).
Es importante destacar que más del 60% de los adolescentes mostró tener intenciones de consumo de alcohol y una cuarta parte de la muestra refirió intención de consumo de marihuana. De acuerdo con Ajzen (11) se indica que la intención es el principal predictor de una conducta. Varios estudios han demostrado un efecto predictivo de la intención sobre el consumo de diferentes drogas (16), lo que pone en manifiesto la importancia de considerar las intenciones como un indicador de riesgo para el consumo de drogas en población adolescente, lo cual debe ser considerado en las intervenciones preventivas sobre drogas.
Los resultados de los modelos de regresión logística mostraron el efecto predictivo de las actitudes sobre la intención de consumo alcohol y marihuana, a mayores actitudes, mayor es la probabilidad de tener intención de consumo de alcohol y marihuana. Esto significa que el hecho de tener creencias sobre los efectos positivos del consumo de alcohol y marihuana, además de una evaluación positiva de los beneficios que lleva su consumo, potencializa una actitud positiva hacia el consumo, lo que favorece tener intenciones para realizar dicha conducta. Estos resultados concuerdan con la literatura (13,16). En este sentido estas actitudes deben de ser consideradas en programas preventivos dirigidos a adolescentes, ya que las actitudes para el consumo de alcohol y drogas están determinadas por el conjunto de creencias sobre las consecuencias que provoca dichas sustancias. Sin embargo, esas creencias pueden reforzarse en los adolescentes que ya tienen una experiencia previa de consumo. Con estos resultados, discutidos anteriormente, se reafirma que si un joven muestra actitudes favorables, este se inclinará hacia una mayor respuesta al consumo (11).
En el modelo para explicar la intención del consumo de tabaco se mostró un efecto del control conductual del consumo de tabaco sobre la intención del consumo de este, es decir, a menor o falta de control conductual, mayor es la probabilidad de tener intención de consumo de tabaco. Es importante mencionar que el consumo de tabaco ha disminuido en población general, las creencias sobre sus efectos son bien conocidas entre los adolescentes; sin embargo, la falta de control o bien las situaciones que facilitan para su consumo están presenten en los adolescentes. Los resultados de la influencia del control conductual sobre la intención del consumo de tabaco concuerdan con los postulados de la TCP (11), esto muestra que los adolescentes que perciben menor capacidad de autocontrol (control conductual) ante situaciones que podrían propiciar el consumo de tabaco tienen mayor posibilidad de tener intenciones de consumo. Cabe mencionar que estos resultados concuerdan con la literatura revisada (15), donde menciona que los adolescentes que mostraron mayores creencias de falta de control para resistir el consumo de alguna droga en situaciones que faciliten el consumo, mayor es la probabilidad de presentar intenciones sobre el consumo de drogas y/o de iniciar el consumo de sustancias.
El actuar del profesional enfermero tiene como objetivo principal la prevención y la promoción de la salud de los individuos, es por ello que los resultados del presente estudio contribuyen a la formación de conocimiento científico que en un futuro servirá de base para la adaptación de programas preventivos que incluyan principalmente las variables de actitudes y de habilidades de control conductual en el consumo de alcohol, tabaco y marihuana, con el fin de limitar las intenciones del consumo de estas sustancias.
 

Conclusiones

Se mostró un efecto predictivo de las actitudes con la intención del consumo de alcohol. Así mismo, el control conductual fue un predictor para la intención del consumo de tabaco. Finalmente, las actitudes fueron predictoras para la intención del consumo de marihuana.
Estos resultados permiten reflexionar sobre la necesidad de intervenciones que favorezcan la reducción de la intención del consumo principalmente del alcohol y marihuana, así como tabaco, donde se enfatice la inclusión de componentes protectores sobre las actitudes ante el consumo de estas sustancias y habilidades para fortalecer el control en la resistencia del consumo del alcohol, tabaco y marihuana.
 

Financiación

Por la beca de estudios de posgrados nacionales a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (CONACyT).
 

Conflicto de intereses

Ninguno.
 

Bibliografía

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[2] Norma Oficial Mexicana NOM-028-SSA2-2009. Diario Oficial de la Federación, 21 de agosto del 2009. Para la prevención, tratamiento y control de las adicciones.
[3] Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y del Delito (UNOCD). Informe Mundial sobre las Drogas 2021 de UNODC: los efectos de la pandemia aumentan los riesgos de las drogas, mientras la juventud subestima los peligros del cannabis [internet]. Viena: UNODC; 2021 [citado 10 oct 2022]. Disponible en: https://www.unodc.org/mexicoandcentralamerica/es/webstories/2020/2021_06_24_informe-mundial-sobre-las-drogas-2021-de-unodc_-los-efectos-de-la-pandemia-aumentan-los-riesgos-de-las-drogas--mientras-la-juventud-subestimalos-peligros-del-cannabis.html
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Originales - 2 - Conocimientos de primeros auxilios del colectivo cinegético ante un accidente de caza

Cómo citar este artículo:
Barberia Larrad C, Lorente Aznar T. Conocimientos de primeros auxilios del colectivo cinegético ante un accidente de caza. RIdEC 2022; 15(2):18-25.
 
Fecha de recepción: 1 de mayo de 2022.
Aceptada su publicación: 26 de septiembre de 2022.
 

Autores

1 Cristina Barberia Larrad
2 Teófilo Lorente Aznar
 
  1. Enfermera de Atención Continuada. Sector de Huesca. España.
  2. Médico de Atención Primaria. Centro Salud de Jaca. Huesca. España.
 
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Resumen

Objetivo: evaluar los conocimientos en primeros auxilios del colectivo cinegético a nivel nacional ante un incidente durante la caza.
Método: estudio observacional descriptivo transversal sobre conocimientos en primeros auxilios de los cazadores. Los factores estudiados fueron el nivel de conocimiento, el número de aciertos en el cuestionario, la formación sanitaria, la edad y la antigüedad en la caza. Se realizó un cuestionario de 22 preguntas tipo test de elaboración propia, basado en otros cuestionarios validados acerca de dichos conocimientos.
Resultados: se analizaron 180 cuestionarios (el 91,7% varones) teniendo en cuenta el perfil epidemiológico de los encuestados.
Se encontraron diferencias significativas entre los participantes no formados en primeros auxilios y los formados, obteniendo estos mejores resultados. El grupo más joven tuvo peores resultados en comparación con los otros. Evidentemente los sanitarios tuvieron mejores resultados que el resto de profesiones.
Conclusiones: el colectivo cinegético parece no poseer unos conocimientos óptimos para desenvolverse adecuadamente ante un accidente durante la caza, que se puede deber a una falta de formación sanitaria de sus miembros, ya que el poseer formación sanitaria previa demostró un aumento en la puntuación del cuestionario. El resto de factores no influyeron en el número de aciertos salvo la edad, puesto que los más jovenes tuvieron menor puntuación, por lo que necesitarían mayor formación. Un programa de formación teórico-práctico sería recomendable para disminuir las inseguridades, aumentar la participación asistencial y realizar una buena praxis.
Palabras clave: primeros auxilios; atención prehospitalaria; espectador; caza.
 

Abstract

First aid knowledge by the hunting community when faced with a hunting accident
Objective: to evaluate the knowledge regarding first-aid among the national hunting community when faced with an incident during the hunt.
Method: an observational descriptive cross-sectional study on first-aid knowledge among hunters. The factors studied were: level of knowledge, number of correct answers in the questionnaire, healthcare training, age, seniority in hunting. A 22-question multiple choice questionnaire was self-prepared, based on other validated questionnaires regarding this knowledge.
Results: in total, 180 questionnaires were analysed (91.7% of respondents were male), taking into account the epidemiological profile of the respondents. Significant differences were found between those participants without training in first aid and those with training, with the latter obtaining better results. The younger group showed worse results in comparison with the others. Obviously, healthcare professionals achieved better results than the rest of professions.
Conclusions: the hunting community does not seem to have optimal knowledge in order to act adequately when faced with an accident during the hunt; this could be due to the lack of healthcare training of its members, because having previous healthcare training demonstrated an increase in the questionnaire score. The rest of the factors did not have impact on the number of correct answers, except for age, because the younger respondents obtained lower scores, and therefore would require higher training. A theoretical-practical training program would be recommended in order to reduce insecurities, increase participation in assistance, and lead to good practice behaviours.
Key words: first aid; pre-hospital care; onlooker; hunting.

Introducción

En 1994, Hussain y Redmond descubrieron que el 39% de las muertes prehospitalarias producidas por lesiones accidentales se podría haber evitado si se hubieran realizado primeros auxilios en el momento adecuado (1).
Existen estudios que establecen que los primeros auxilios tempranos y efectivos ante un traumatismo pueden mejorar la supervivencia de las víctimas (2,3). Murad et al. (4) comprobó que en los casos en los que se practicaron primeros auxilios se redujo la mortalidad del 5,8% en comparación con los heridos que no recibieron asistencia.
Numerosos autores (1,4) hablan de la existencia de un periodo crítico entre el momento del accidente y la llegada de los sanitarios, donde una intervención temprana podría salvar vidas. Gran parte de las muertes por traumatismo ocurren en el mismo lugar del accidente, y con frecuencia hay una clara relación entre el tiempo de espera hasta la llegada de los servicios de emergencias y el fallecimiento de la víctima, viéndose intensificado en las zonas rurales. Se puede incrementar la supervivencia de las víctimas si los primeros intervinientes llevan a cabo maniobras simples de primeros auxilios, como abrir las vías respiratorias, asistir un paro cardiaco, aplicar presión en áreas con sangrado abundante y prevenir la hipotermia (1,2).
Se evidencia que la supervivencia tras un traumatismo o una parada cardiaca puede depender de la actuación por parte de los espectadores (5). La realización de reanimación cardiopulmonar (RCP) precoz tras una parada cardiaca puede doblar la tasa de supervivencia y mejorar las posibilidades de recuperación neurológica completa (5).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda involucrar a no profesionales en la atención prehospitalaria para prestar asistencia hasta la llegada de los sanitarios (6). Bakke et al. (3,5) recogen en diversos estudios que si los primeros intervinientes han recibido formación previa, aumenta la probabilidad de que actúen aplicando los primeros auxilios. Otros estudios señalan que los formados previamente garantizan una mejor asistencia que los que nunca han recibido formación (2). Por ello, proponen que la educación a los no sanitarios puede generar mejores resultados en el trauma y el paro cardiaco (5).
En su revisión sistemática, Bakke et al. (3) observó que varios estudios informaban de la posibilidad de un impacto negativo en el rendimiento del interviniente ante factores como las múltiples víctimas, el estrés emocional, las condiciones de poca luz, la lluvia y el frío. Varios estudios informan de la necesidad de mejorar en la prevención de la hipotermia, ya que se asocia con peores resultados (2).
La situación ideal sería la formación adecuada del mayor número de personas, en el menor tiempo y con el menor uso de recursos, pero dado que no sería factible realizar la formación en primeros auxilios para toda la población se debería capacitar a los grupos de alto riesgo y al ámbito escolar (5). El colectivo cinegético podría considerarse grupo de riesgo por el uso de armas durante su actividad en un entorno abrupto, en condiciones de temperatura extrema y alejados de los servicios sanitarios.
Se han realizado investigaciones que evalúan los conocimientos en primeros auxilios de algunos colectivos comunitarios.
Un estudio del colectivo policial de Tanzania mostró que el aprendizaje práctico durante la formación mejoró su confianza en la asistencia en el entorno real (6). En otro se evaluaron los conocimientos y la actitud que poseían los conductores comerciales en situaciones con víctimas en accidentes de tráfico, concluyendo que la mayoría no poseía conocimientos pero tenían una actitud de asistencia positiva y estaban dispuestos a recibir formación (7).
Según los datos aportados en una contestación parlamentaria realizada por el Gobierno al senador Carles Mulet, la caza se ha cobrado en España un total de 51 víctimas mortales en 605 accidentes durante 2020 (hasta el 6 de septiembre). En estas cifras no están incluidos los casos de Cataluña y Euskadi, que poseen policías autonómicas (8). Estos datos fueron cuestionados por agrupaciones de cazadores, que tan solo reconocieron tres víctimas mortales de 208 accidentes en los últimos cinco años.
En Castilla-La Mancha, con un total de 177 víctimas y 12 fallecidos, se sitúan cuatro de las siete provincias con más accidentes. Toledo es la provincia que concentra el mayor número de accidentes (67), seguida de Ciudad Real (50), Córdoba y Jaén (31), Cuenca (28), y Albacete y Asturias (25). En cuanto a víctimas mortales, Toledo es también la que más registra (6), seguida de Asturias (5) y Ourense (4) (8).
Se evidencian también diferencias de género en los heridos, presentando una incidencia menor en el colectivo femenino, con 15 víctimas (una mortal), probablemente porque el número de mujeres en el colectivo es mucho menor (8).
La hipótesis del estudio fue que los miembros del colectivo cinegético no poseen un grado de conocimientos suficientes para afrontar adecuadamente una situación de emergencia que pudiera generarse durante un accidente en la práctica cinegética.
El objetivo principal consistió en evaluar los conocimientos en primeros auxilios que presentan los miembros del colectivo cinegético a nivel nacional ante un incidente durante la caza.
Como objetivos secundarios se plantearon conocer el perfil epidemiológico de los encuestados, su capacitación para actuar, la importancia de la formación sanitaria y los factores relacionados con el nivel de conocimientos.
 

Método

Diseño del estudio
Se realizó un estudio observacional descriptivo transversal de recogida de datos de conocimientos y actitudes sobre primeros auxilios de los cazadores mediante cuestionario-encuesta, en el que participaron 180 personas voluntariamente, pertenecientes a diversos cotos nacionales. La recogida de datos se llevó a cabo entre diciembre de 2020 y marzo de 2021.
 
Población y muestra
La población diana fueron los cazadores de los diferentes cotos nacionales españoles. Se tramitaron 800.000 licencias anuales de caza.
El cálculo del tamaño muestral se realizó en función del número de licencias que había, considerando el rango del posible resultado de 0 al 22, con una desviación estándar (DE) esperada de 4 y una precisión del intervalo de confianza (IC) de +/- 1%, el número esperado fue de 62 sujetos, que se amplió a 180 porque se preveía el análisis de subgrupos.
La técnica de muestreo fue la de conveniencia, ya que los integrantes fueron voluntarios dispuestos a responder unas preguntas. Para distribuir los cuestionarios, en primer lugar se contactó por teléfono con miembros de cotos cercanos (Guasillo, Borau, Villanúa y Sabiñánigo) para informarles tanto de la realización como de la temática del estudio y poder conocer su interés y disposición para participar, facilitar en sus sedes el cuestionario en papel y solicitar la difusión del estudio por redes sociales, para así llegar a un mayor número de cazadores.
 
Criterios de selección
Todos los participantes seleccionados debían pertenecer al colectivo de cazadores con licencia federativa.
El criterio de exclusión fue que la edad del participante fuera menor de 18 años.
Se recibieron 193 cuestionarios, de los cuales solo se analizaron 180, ya que los 13 restantes estaban incompletos o no cumplían con los criterios.
 
Variables de investigación
La variable principal del estudio fue el nivel de conocimientos en primeros auxilios y el número de aciertos en el cuestionario.
Otros factores del estudio fueron la cercanía en el tiempo de la formación sanitaria recibida, la edad, la antigüedad en el colectivo, la comunidad autónoma (CC.AA.) y la profesión.
 
Recogida de datos
Dado que no se encontró en la búsqueda bibliográfica un cuestionario online que pudiera adaptarse se elaboró uno original de autocumplimiento en línea. En función de los conocimientos de los autores en el ámbito sanitario y en el cinegético se confeccionó un cuestionario que constó de dos partes. Una parte incluía las características sociodemográficas (sexo, edad, antigüedad en colectivo, profesión y CC.AA.) y una segunda parte de 22 preguntas tipo test (cada una de las cuales presentaba una respuesta correcta entre cuatro y donde se evaluaron los conocimientos en las actuaciones ante posibles lesiones durante su actividad). La información se recogió mediante un cuestionario online o en papel, solicitándolo en los cotos de caza de Guasillo, Borau, Villanúa y Sabiñánigo.
Para la elección de preguntas se adaptó otro cuestionario validado (9) relacionado con la atención a lesiones traumáticas asistidas por no sanitarios, añadiendo alguna pregunta más específica del ámbito cinegético.
 
Análisis de datos
Se efectuó un análisis estadístico descriptivo básico. Para comprobar si existe relación entre el nivel de conocimientos y los distintos factores evaluados (edad, nivel de formación, etc.) se aplicó la prueba paramétrica T de Student y ANOVA para datos independientes. El umbral de significación se fijó en el 5%.
Los datos se analizaron con el paquete estadístico Jamovi.
 
Aspectos éticos y legales
El estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Investigación de la Comunidad Autónoma de Aragón (CEICA).
A los participantes se les ofreció la opción de obtener información sobre primeros auxilios que podían ser de utilidad durante su actividad, así como informarse de la realización de un taller sobre el tema, entrando en el enlace web: https://primerosauxilioscaza.wordpress.com.
Toda la información recogida en los cuestionarios fue realizada de manera anónima respetando la confidencialidad de los participantes.
 

Resultados

Se evaluaron finalmente 180 encuestas, en los que la edad media de los encuestados era de 38,76 años (DE: 13,62), siendo el más joven de 18 años y el más longevo de 72 años.
Existe una gran variedad con respecto a la antigüedad en el colectivo, desde 1 a 59 años, suponiendo una media de 19,97 años (DE: 13,18) en la actividad.
La Tabla 1 refleja la distribución por género de los encuestados, de los cuales el 5,6% (12) pertenecía al ámbito sanitario (2,2- 8,9%).
La Tabla 2 recoge la formación sanitaria en primeros auxilios de los encuestados.
 
 
 
126 participantes (70%) se consideraban capacitados para dar asistencia en caso de accidente, a pesar de que más de la mitad de los encuestados (58,3%) no lleva botiquín durante la actividad.
La mayoría de los cazadores (95%) estima necesaria una formación en primeros auxilios. Algunos comentarios de los participantes con respecto a dicha necesidad fueron: “Sí es necesaria debido al entorno y a la media de edad del colectivo, es posible que cualquier compañero pueda necesitar asistencia. Incluso con las mejores condiciones, cualquiera puede sufrir caídas, golpes…”, “Es necesaria porque es importante tener nociones básicas en RCP, taponamiento de hemorragias e inmovilización de fracturas”, “Sí, ya que en determinadas zonas no es fácil el acceso en caso de accidente y los primeros en llegar somos nosotros”.
El resto de cazadores (5%) manifestaron opiniones como: “No es necesario. Hay que tener precaución y eso garantiza no tener que saber”, “No, para eso están los sanitarios”.
La media de puntuación obtenida en el cuestionario fue de 13,87 (DE: 3,12) (Gráfico 1) para la superación del cuestionario fue necesario haber cumplimentado de manera adecuada la media + 1DE, es decir, obtener más de 16,99 aciertos. Únicamente 42 de ellos, que representan el 23,3% (IC95% 17,2-30%), sacaron más de 16 aciertos.
Las preguntas falladas por más del 50% de los encuestados fueron: la 1 (78%) sobre la valoración del inconsciente, la 7 (70%) sobre agentes hemostáticos, la 3 (68%) sobre el uso del torniquete, la 21 (61%) sobre la picadura de una víbora, la 22 (57%) sobre convulsiones y la 4 (55%) sobre la evisceración.
A pesar de que la media de puntuación de las mujeres (15,27; DE: 3,05) es superior a la de los hombres (13,74; DE: 3,10), no se alcanzó la significación estadística (p= 0,07) entre género y resultado (Gráfico 2). El 60% de mujeres y el 54,54% de hombres recibieron formación, por lo que no se no se encontraron diferencias entre género y formación (p= 0,938%). 
Hubo diferencias significativas (p= 0,007) en la puntuación del cuestionario según la edad. Entre los jóvenes (18-25 años) la media fue de 12,75 (DE: 3,55) mientras que la media del grupo de mediana edad (30-50 años) fue de 14,41 (DE: 2,83) y la de los más mayores (> 50 años) fue de 14,19 (DE: 2,81) (Gráfico 3).
 
Gráfico 1. Diagrama de barras sobre los resultados
 
 
Gráfico 2. Diagrama de barras de error sobre sexo.
Resultado
 

Gráfico 3. Diagrama barras de error sobre grupo de edad.
Resultado
 
Respecto a la relación entre la antigüedad y el nivel de conocimientos se observó que no había diferencias significativas (p= 0,634).
No se encontraron diferencias entre los resultados en función de las CC.AA., ya que la media en Aragón fue de 13,90 (DE: 3,31) y la del resto de 13,80 (DE: 2,77).
Se comparó Aragón con el resto de comunidades, ya que 115 participantes (63,8%) eran de Aragón.
Los resultados en función de la formación mostraron diferencias significativas (p= < 0,001) entre los que recibieron formación y los que no. La media en los no formados (12,75; DE: 3,12) fue dos puntos menor que en los que recibieron formación, mientras que entre los diferentes periodos de formación no se encontraron diferencias: antes de 2010 (14,72; DE: 2,89), entre 2010-2015 (15; DE: 2,79), después de 2015 (14,70; DE: 2,85) (Gráfico 4).
También se encontraron diferencias significativas (p= 0,001) entre los profesionales sanitarios con una media de 17,10 (DE: 1,96) aciertos frente a los 13,68 (DE: 3,07) de media de los no sanitarios.
 

Gráfico 4. Diagrama barras de error sobre formación.
Resultado
 

Discusión

Basándose en los resultados obtenidos se puede afirmar que el nivel de conocimientos en la materia fue insatisfactorio, pero quizá se requiere un análisis más minucioso para verificarlo.
En el estudio se constató que hay algunos factores relacionados con el nivel de conocimientos, como es el caso de la edad, de la formación recibida y del sexo. Ndile et al. (6) mostró que para una mejor respuesta asistencial era necesario un aprendizaje práctico, además de la formación teórica. Mucha gente manifiesta una falta de confianza en sus habilidades prácticas a pesar de saber las recomendaciones y actuaciones de manera teórica. Por ello, se consideró oportuno facilitar la participación en talleres teórico-prácticos con el objetivo de mejorar esas habilidades y mejorar su confianza. La mayoría de los participantes era hombre, lo que es de esperar en un colectivo tradicionalmente masculino. Los hallazgos indicaron que la profesión laboral influye en la motivación para brindar una asistencia. Por ejemplo, se demostró que sanitarios, los cuales están más formados en la temática, tenían mayor número de conocimientos y de motivación asistencial. Gran parte de los participantes del estudio llevaban consigo recursos asistenciales deficientes para brindar primeros auxilios, evidenciando una falta de concienciación en la importancia de su introducción en la mochila durante la actividad. En cambio, los profesionales mencionados llevaban botiquín a las batidas. Al igual que Awasthi et al. (7) se detectó que la falta de recursos puede impedir una atención adecuada. Tal como Carrillo et al. (9) no se preguntó sobre la revisión ni el material de los botiquines.
Las preguntas que más se fallaron del cuestionario tenían relación con el control de hemorragias, demostrando falta de conocimientos en el uso de agentes hemostáticos y del torniquete. Es preocupante que un colectivo que usa armas durante la actividad no tenga conocimiento de una correcta respuesta ante una situación de compromiso vital. Las lesiones sufridas por civiles durante un incidente con armas de fuego son similares a las que se encuentran en combate.
Los heridos civiles pueden morir por causas prevenibles como hemorragias, neumotórax y obstrucción de la vía aérea (10).
Los conocimientos de la mayoría del colectivo ante la mordedura de víbora o ante crisis convulsiva estaban anticuados, ya que más de la mitad succionaba o realizaba incisiones en la zona de la mordedura, y en el caso de presenciar una crisis convulsiva decidían sujetar o poner un palo en la boca de la víctima. Ante la posibilidad de presenciar una evisceración traumática por una cornada de animal, su actuación no fue del todo errónea, puesto que muchos no introducían las vísceras pero usaban gasas secas y no húmedas y pocos cometían el gran error de reintroducirlas dentro.
Algunos estudios evalúan los conocimientos en primeros auxilios en el ámbito escolar o colectivos policiales, entre otros, pero no en el colectivo cinegético, por lo que no se ha podido discutir los resultados (6,7).
Cualquier formación de primeros auxilios debe incluir el reconocimiento temprano, la evaluación y la priorización de necesidades, la prestación de cuidados en función de los conocimientos y las habilidades adquiridas y la conciencia de las limitaciones del primer interviniente no sanitario junto con la búsqueda de ayuda temprana (11).
 
Limitaciones
La implicación de factores como nerviosismo, miedo o tensión, que pueden presentarse ante un accidente, no se pueden valorar, ya que es complicado evaluar estas actuaciones con simulacros prácticos y por ello se realizó esta simulación/evaluación teórica. En cuanto a la representatividad, se presenta un muestreo oportunista, los participantes no están escogidos aleatoriamente, fueron evaluados los cazadores que desearon participar.
 

Conclusiones

Puede afirmarse que el colectivo cinegético no posee un grado de conocimientos adecuado para afrontar adecuadamente una emergencia que pudiera darse durante un accidente en la caza. Esta falta de conocimiento parece deberse a que no reciben formación en primeros auxilios obligatoria para el desempeño de su actividad. El sexo, la antigüedad en la actividad y la CC.AA. de origen no influyeron en el número de aciertos. Se verificó que la formación sanitaria supone un aumento de los conocimientos en primeros auxilios, por lo que una formación básica sería de utilidad para mejorar la asistencia en caso de accidente. Por ello, un programa de formación teórico-práctico sería de gran importancia para disminuir las inseguridades, aumentar la participación asistencial y realizar una buena praxis. Los cazadores más jóvenes son los menos preparados, ya sea por falta de experiencia o por otros factores, por lo que dicho programa sería conveniente realizarlo al colectivo más joven. Sería conveniente para obtener la licencia de armas aportar la realización de un curso de primeros auxilios.
 

Financiación

Ninguna.
 

Conflicto de intereses

Ninguno.
 

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Originales - 3 - Hábitos alimentarios y actividad física en la etapa infantil para prevenir el sobrepeso

Cómo citar este artículo:
Mena Medina H, Guerrero Liñana P, Hernández Crespo C. Hábitos alimentarios y actividad física en la etapa infantil para prevenir el sobrepeso. RIdEC 2022; 15(2):37-48.
 
Fecha de recepción: 1 de mayo de 2022.
Aceptada su publicación: 26 de septiembre de 2022.
 

Autores

1 Héctor Mena Medina
1 Paula Guerrero Liñana
2 Carmen Hernández Crespo
 
  1. Enfermero/a. Centro de Salud de Carlet. Valencia (España).
  2. Enfermera jubilada. Excoordinadora Centro de Salud de Carlet. Valencia (España).
 
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Resumen

Objetivo: la mala alimentación, el sedentarismo y la poca actividad física son algunos de los factores que influyen en el sobrepeso infantil, partiendo de esa premisa se realiza una investigación que tiene como objetivo valorar si los escolares estudiados, que llevan a cabo actividad física reglada por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), presentan exceso de peso y este se relacione con una alimentación incorrecta.
Método: para su logro se abordó desde el punto de vista metodológico un estudio epidemiológico, observacional, de diseño descriptivo, analítico y transversal realizado sobre 70 colegiales deportistas de Valencia en edades comprendidas de los 6 a los 14 años (DM: 2,28). Se utilizó una encuesta descriptiva y explicativa (KIDMED) de modo online. Los datos fueron analizados mediante el programa Excel 2010 y el programa estadístico SPSS v. 21 para Windows.
Resultados: después de analizar la alimentación de los niños deportistas de este estudio se evidenció que solo un 28,6% obtiene una puntuación óptima para una dieta mediterránea, frente al 70,4% que necesita mejorar el patrón de alimentación y un 1,4% tiene una dieta de muy baja calidad.
Conclusiones: a modo de conclusión cabe destacar que los participantes en el estudio presentaron un perfil obeso génico menor que el de la población general de su edad, por lo que se puede afirmar que el deporte es un buen pilar para la prevención de la obesidad infantil.
Palabras clave: alimentación; obesidad; sobrepeso; actividad física; prevención.
 

Abstract

Dietary habits and physical exercise in order to prevent overweight in childhood
Objetive: poor diet, sedentarism and limited physical exercise are some of the factors with impact on childhood overweight; based on this premise, a research study was conducted with the objective to evaluate if the schoolchildren studied, who were doing regulated physical exercise exceeding the recommendations by the World Health Organization (WHO) presented excess weight, and if this was associated with an inadequate diet.
Method: for this objective, the methodological approach for the study was epidemiological, observational, descriptive, analytical and cross-sectional; it was conducted on 70 athletic schoolchildren from Valencia, from 6 to 14 years old (MD: 2.28). A descriptive and explanatory survey (KIDMED) was applied online. Data were analysed through the Excel 2010 method and the SPSS v.21 statistical program for Windows.
Results: after analysing the diet of the athletic children in this study, it was evident that only 28.6% achieved an optimal score for Mediterranean diet vs. 70.4% who needed to improve their dietary pattern, while 1.4% had a diet with very poor quality.
Conclusions: it is worth highlighting that the participants in the study presented a genetic obesity profile lower than that among the overall population of their age; therefore, it can be stated that sports are a good cornerstone for the prevention of childhood obesity.
Key words: diet; obesity; overweight; physical activity; prevention.

Introducción

La obesidad en términos generales es considerada en la actualidad como una enfermedad sistémica y multifactorial que podría convertirse en crónica si no se realiza un cambio de hábitos y estilo de vida. Uno de los factores más importantes en la obesidad infantil es la nutrición (1). Aunque existen diversos elementos que también afectan el estado nutricional y el comportamiento de los niños, cabe destacar factores como el proceso histórico de consumo de alimentos, los cambios en los alimentos disponibles, la incapacidad para manejar la ingesta de energía, los comportamientos nutricionales de la familia, los tipos de alimentos que se mantienen en el hogar y las actividades físicas que realizan los niños (1).
Por tanto, abordar investigaciones que arrojen una mirada más específica a los factores que inciden en la obesidad infantil es el camino para tomar acciones preventivas, pues los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares (2).
Ahora bien, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la obesidad (OB) y el sobrepeso (SP) son una acumulación anormal y excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud y que se manifiesta por un exceso de peso y volumen corporales (2).
Contextualizando el fenómeno de estudio, según datos existentes obtenidos por medio del estudio ALADINO (Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad), España es uno de los países del mundo con unas cifras más elevadas de sobrepeso y obesidad infantil, se trata de una problemática social, cuyas investigaciones en el área son relevantes debido a sus graves consecuencias tanto a nivel físico, psicológico, social y económico afectando de forma directa al bienestar de la población, por lo que mientras más se profundice mayor será las posibilidades de abordaje (3).
Con la intención de mostrar diversas perspectivas de la realidad epidemiológica, es decir, la frecuencia de una determinada enfermedad entre la población en un territorio en concreto, es importante contextualizarla con los datos existentes en el entorno en el que se encuentra ubicado. Por esta razón, dentro de los antecedentes se ha reflejado un abordaje que tiene en común con este estudio las escalas de medida, las cuales reflejan que en España se sitúa en un 25% el exceso de peso sobrepeso y obesidad (4) (Tabla 1):
 
 
Dentro de los estudios extrapolables a la población, por su tamaño muestral y su rigor científico, destaca el estudio ENKID 2000. Incluye una muestra representativa de la población española contemplando un amplio rango de edad que va de los 2 a los 24 años y una muestra de 3.534 individuos de diferentes comunidades autónomas. Ya entonces se situaba el sobrepeso en 31,2% para niños entre los 8 a 13 años y en 21,8% de 14 a 17 años (4).
Otro de los antecedentes relevantes es el estudio ALADINO (2019), estudio descriptivo transversal de las medidas antropométricas obtenidas por medición directa y de factores asociados, obtenidos mediante cuestionarios, con una muestra aleatoria de 16.665 escolares de 276 Centros de Educación Primaria, tiene como resultado una tendencia descendente del exceso de peso desde 2011 y estabilización respecto a 2015, aunque la prevalencia de sobrepeso y obesidad de los escolares de 6 a 9 años en España sigue siendo elevada en el último estudio del año 2019. Aproximadamente cuatro de cada diez escolares de 6 a 9 años presentan exceso de peso (40,6) (5).
En el mismo estudio es significativa la relación del exceso de peso en los niños que realizan menor actividad y tienen una vida más sedentaria. Según ALADINO el porcentaje de niños (75,9 %) y niñas (72,0 %) entre los 6 y 9 años que hacen actividad física extraescolar se sitúa en valores por encima al 70%; por tanto, se observa que a pesar del porcentaje elevado de niños que llevan a cabo deportes hay un elevado exceso de peso, lo que lleva a pensar en la una alimentación incorrecta como el otro factor causante del exceso de peso (5).
El estudio PASOS (2019) evalúa la actividad física, el sedentarismo, los estilos de vida y la obesidad de la población entre 8 y 16 años, y concluye que más de un tercio de los niños y adolescentes en España (34,9%) presenta sobrepeso u obesidad.
Esta cifra está conformada por un 20,7% de niños/as y adolescentes que presentan sobrepeso y un 14,2% que tienen obesidad, destacando el porcentaje de población infantil y adolescente con obesidad abdominal (23,8%), prácticamente un 10%, superior al porcentaje de obesos según el IMC (14,2%) (6) (Gráfico 1).
 

Gráfico 1. Estudio PASOS 2019 sobrepeso y obesidad
 
En la práctica, la medida universalmente aceptada para el diagnóstico de la obesidad es el llamado índice de masa corporal (IMC). El IMC es el resultado de dividir el peso corporal en kilogramos por la estatura o talla expresada en metros al cuadrado (IMC= peso/talla2). El IMC es el método más práctico que se usa para clasificar el estado nutricional, para valorar el IMC en niños y adolescentes no es posible utilizar los mismos puntos de corte fijos como en la población adulta, sino que los puntos de corte se establecen como porcentaje respecto a la media, por lo que se necesitan curvas de referencia poblacionales del IMC para niños, para ello se emplean las tablas y curvas de referencia expresadas en función de dos variables clave: la edad y el sexo (7).
La detección precoz del exceso de peso y su prevención durante la infancia son fundamentales para lograr mayor impacto en salud y contribuir al mantenimiento del peso correcto desde la niñez y durante toda la vida. Por ello, es muy importante realizar una vigilancia estrecha de la situación ponderal de la población infantil, así como de los factores que pueden favorecer el exceso de peso o que permiten identificar los grupos más vulnerables, siendo el punto de partida para establecer medidas de intervención frente a la obesidad (5).
En un estudio realizado en Atención Primaria (2014) a escolares de la población de Carlet (Valencia) se estudiaron 220 escolares de ambos sexos entre los 10 y 14 años. La tasa de escolares que presentan sobrepeso u obesidad fue del 30%. Se obtuvo una r= 0,92 entre las variables índice de masa corporal y perímetro abdominal. Los niños con exceso de peso presentaron un 27% de hipertensión arterial sistólica y un 20% hipertensión arterial diastólica. El 25% de la muestra tenía hipercolesterolemia, el 34,78% trigliceridemia y el 57,9% resistencia a la insulina (8).
La OMS recomienda en niños y jóvenes de 5 a 17 años que inviertan como mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa (9). La actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica (9).
En un informe llevado a cabo por la fundación para la investigación nutricional, desarrollado en el año 2016, se analizaron nueve indicadores de Actividad Física y Sedentarismo. En sus resultados la mayoría de los niños y adolescentes cumple las recomendaciones de la OMS (81-100%) y un 61% a 80% participa en deporte organizado (10).
Expresado lo anterior, el objetivo general de este estudio se centra en valorar si en los escolares estudiados, que realizan actividad física reglada por encima de las recomendaciones de la OMS, presentan exceso de peso y este se relaciona con una alimentación incorrecta. Esto permitirá conocer la prevalencia exceso de peso (sobrepeso y obesidad) en los escolares de la muestra del estudio, así como también la relación de los alumnos de la muestra que presentan exceso de peso con hábitos dietéticos con necesidad de mejorar.
 

Método

Diseño del estudio
En junio de 2020 se efectuó un estudio epidemiológico, observacional, de diseño descriptivo, analítico y transversal realizado sobre 70 escolares de edades comprendidas entre los 6 y 14 años, que además de llevar a cabo las actividades físicas escolares, cumplen con deportes extraescolar en cuatro clubs deportivos de Valencia y Alzira.
 
Población y muestra
Se seleccionaron cuatro escuelas deportivas; tres localizadas en Valencia capital y una en Alzira, cuya población total que recibió la encuesta estuvo conformada por 150 participantes, siendo el 100% de los escolares de sexo masculino nacidos entre 2008 y 2015 que practicaban deporte de fútbol en las escuelas seleccionadas; no obstante, la obtención de respuestas de la encuesta fue de 70 escolares, lo que viene a representar la muestra del estudio. Se estimó un tamaño muestral de 109 escolares, para un IC de 95%. El IC del presente trabajo es de un 91%.
Dentro del procedimiento de muestreo empleado se usaron criterios de inclusión que fueran: escolares varones adscritos a una escuela deportiva y que hayan nacido entre 2008 y 2015. Además, se utilizaron criterios de exclusión, entre los que destacan: la negativa del representante legal del escolar o del propio escolar a participar en el estudio y los escolares adscritos a la asociación deportiva que por diversos motivos no hicieron actividad física en los últimos dos meses.
 
Variables de investigación
Las variables se detallan de forma específica en la Tabla 2.
 

 
Recogida de datos
Se desarrollaron varias etapas, se recogieron características sociodemográficas, medidas antropométricas y hábitos dietéticos mediante encuesta online.
Como instrumentos se utilizó una encuesta descriptiva y explicativa, remitida a los alumnos de forma online. Los datos fueron analizados mediante el programa Google Drive, Excel 2010 y el programa estadístico SPSS versión 21.0.
Las encuestas utilizadas en el estudio fueron:
  • Cuestionario KIDMED11: consta de diversos ítems, dando el valor de un punto a cada ítem con respuesta positiva. El resultado indica la calidad de la dieta.
  • Valor del índice KIDMED ≤ 3: dieta de muy baja calidad; 4 a 7: necesidad de mejorar el patrón alimentario para ajustarlo al modelo mediterráneo; ≥ 8: dieta mediterránea óptima.
Ahora bien, para hacer una descripción detallada de la recogida de datos se especifican los diversos procedimientos: 
  • Se presenta el estudio a las entidades deportivas y a los padres o tutores responsables de los escolares deportistas.
  • Se analizó la adherencia a la dieta mediterránea mediante el cuestionario KIDMED. Se remitieron 150 encuestas de las que se obtuvieron 70 respuestas, distribuidas en diversas edades.
  • Se estableció su composición corporal de acuerdo con su índice de masa corporal (IMC) (12) y se calculó el percentil (13) por edad, introduciendo los datos obtenidos en el programa asistencial de Abucasis de la Conselleria de Sanidad Valenciana.
  • Como instrumento de medida se emplea el cuestionario KIDMED: responder positivamente a las preguntas con connotación positiva (ítems 1, 2, 3, 4, 5, 7, 8, 9, 10, 11, 13 y 15) suma un punto. Las respuestas negativas no puntúan. La puntuación total da lugar al índice KIDMED, que se clasifica en tres categorías: puntuación ≥ 8, dieta mediterránea óptima o adherencia alta; puntuación 4-7, necesidad de mejorar el patrón alimentario para adecuarlo al modelo mediterráneo o adherencia media; puntuación ≤ 3, dieta de muy baja calidad o adherencia baja.
Análisis de datos
La estadística descriptiva se presentó como media y desviación estándar para las variables continuas y en términos de frecuencia y porcentajes para las variables categóricas y la correlación entre la edad y el percentil de peso. Para la estadística inferencial se aplicó la prueba T de Student para comparar las medias de las variables cuantitativas de la respuesta del cuestionario KIDMED y la prueba Chi cuadrado para evaluar la independencia entre variables cualitativas (p < 0,05). Los análisis se realizaron utilizando el programa SPSS v.21 para Windows.
 
Aspectos éticos
Todos los escolares deportistas participaron de forma voluntaria. Se solicitó consentimiento informado a los tutores legales para que participaran en el estudio y responsables de los Club Deportivos.
 

Resultados

Se obtuvieron 70 respuestas de los 150 escolares consultados que practican deporte de manera habitual en los cuatro centros deportivos. Los escolares encuestados tenían entre los 6 a 14 años. Dentro de los criterios de abordaje se presentaron: 
  • Edad de los escolares encuestados.
  • Categoría deportiva a la que pertenecen los escolares: la categoría deportiva se distribuía según la edad.
  • Clasificación de peso según percentil OMS.
  • Cuestionario KIDMED.
De esos patrones de recogida de información se obtienen los siguientes resultados generalizados, en relación a la edad y comparados a los percentiles de la OMS y además la encuesta Kidmed (Tabla 3 y Tabla 4).
 
 
 
Del resultado de la encuesta KIDMED, el 70% de los escolares deportistas analizados necesita mejorar la dieta mediterránea, se muestra en el Gráfico 2.
En relación a la variable obesidad, la encuesta Kidmed arrojó que de los 10 niños que presentan obesidad, seis (60%) necesitan mejorar su dieta. De los 10 niños que presentan obesidad, cuatro (40%) los situaba en una alimentación mediterránea.
Solo un niño corresponde a dieta de “mala calidad”, no situándose en el patrón de exceso de peso.
 

Gráfico 2. Resultado grupal de la encuesta KIDMED
 

Discusión

Los resultados muestran cifras de exceso de peso del 17,2%, distribuyéndose: 2,9% en sobrepeso y 14,3% en obesidad, aun siendo niños que realizan ejercicio de forma regular.
Comparando con los estudios efectuados en escolares españoles, el exceso de peso se sitúa por debajo de los datos de la población; en el estudio ENKID 2000, el exceso de peso fue del 31,2% para niños entre los 8 a 13 años, en este estudio poblacional no se contempla la variable ejercicio, a pesar que la investigación tiene 20 años sigue estando vigente pues arroja cifras similares a la actualidad dejando ver que el problema de obesidad ha estado presente por décadas en España.
En el presente trabajo el exceso de peso se sitúo en 17,2%, es llamativo el porcentaje de obesidad (14,3), al ser niños deportistas el IMC puede verse algo elevado por la masa muscular. La cantidad de masa muscular que un deportista puede llegar a tener hace que ese peso extra pueda confundirse con sobrepeso u obesidad (14). Aunque el IMC es útil en estudios poblacionales y epidemiológicos, los nuevos métodos de imagen indican que el IMC tiene un valor predictivo muy limitado para estimar la grasa corporal (15).
En el estudio ALADINO 2013 (15), con una amplia muestra de 3.426 niños de ambos sexos en 71 escuelas y donde se han utilizado las mismas graficas de percentil de IMC (estándares de crecimiento OMS) que en el presente estudio, la prevalencia de exceso de peso fue 43%, sobrepeso hallado fue del 24,6% y la prevalencia de obesidad fue del 18,4%.
Es así como comparando los presentes resultados respecto a la obesidad se observa una diferencia de 4 puntos. Respecto al grupo de edad (7 y 8 años) del estudio ALADINO 2013 y comparando con estos resultados, aun siendo una muestra pequeña, cuatro escolares de 7 años presentaron obesidad y uno escolar de 8 años, sobrepeso. El exceso de peso se situó en 38,4%, 5 puntos menos que el resultado del estudio ALADINO 2013 (16). Se puede afirmar que es un resultado elevado en niños que mantienen una actividad física superior a la media.
En el año 2019, el Ministerio de Consumo realizó un nuevo estudio de Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España en escolares de 6 a 9 años, donde se observó una tendencia decreciente. La prevalencia de exceso de peso se situó en un 30,6%, los datos mostraron una disminución del sobrepeso, mientras que la obesidad se mantuvo (17).
La muestra de los niños con edades comprendidas entre los 6 y 9 años de la presente investigación es de 19 colegiales deportistas, de los cuales: 13 presentaron normopeso, uno sobrepeso y cinco obesidad. Siguen presentando un exceso de peso de 31,5%. Resultados similares en cuanto al exceso de peso en las mismas edades que los del estudio llevado a cabo por el Ministerio de Consumo del año 2019 (18).
La situación en la Comunidad Valenciana se muestra con las palabras publicadas por la presidenta del Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunitat: “La obesidad infantil ya es una pandemia en España y en concreto en nuestra comunidad autónoma, que ha alcanzado la tercera posición en el ranking de las autonomías con mayor número de niños obesos" (19).
En el último informe de la Conselleria de Sanidad (2016) el sobrepeso y la obesidad tienden a estabilizarse, así como se observa un incremento en la actividad física. En la población infantojuvenil de entre 2 y 17 años, el exceso de peso todavía afecta a una cuarta parte de la población. El 16,3% de los chicos tiene sobrepeso y un 12,5%, obesidad. Comparando estos datos con los presentes resultados, donde el sobrepeso se sitúa en 2,9% y la obesidad en 14,3% se puede decir que los resultados del grupo de escolares deportistas estudiados presentan datos positivos en cuanto el exceso de peso. Si bien esos 2 puntos más de obesidad podrían deberse a la masa muscular de los colegiales deportistas como ya se ha mencionado (15).
Analizando la alimentación de los niños deportistas de este estudio se observa que solo un 28,6% obtiene una puntuación óptima para una dieta mediterránea frente al 70,4% que necesita mejorar el patrón de alimentación y un 1,4% tiene una dieta de muy baja calidad. En un estudio descriptivo transversal realizado a escolares jugadores de futbol, participaron 303 niños, con una media de 13 y 16 años (DE= 1,06), analizaron la adherencia a la dieta mediterránea y el nivel de actividad física con los cuestionarios KIDMED y PAQ-A. El 36,3% de los jugadores obtuvo una puntuación óptima, el 54,8% debía mejorar el patrón de dieta y el 8,9% tenía una dieta de muy baja calidad (19,20).
En el estudio PASOS, en sus resultados sobre la alimentación (utilizaron el índice KIDMED), afirman que niños/as y adolescentes siguen hábitos de alimentación que van en detrimento de la calidad de la dieta, como desayunar bollería industrial (31,7%), comer en restaurante de comida rápida al menos una vez a la semana (23,1%), consumir dulces, golosinas varias veces al día (22%) (6). Datos que en la presente investigación tienen resultados similares, a excepción del consumo de dulces y golosinas que es más bajo, un 6,3% frente al 22%.
 
Limitaciones
Considerando los estudios previos referentes a la obesidad infantil en el contexto de España, y con la guía de los instrumentos ya elaborados en dichos estudios, pueden quedar fuera algunas otras variables a considerar para el aumento de peso en los niños, lo que podría convertirse en una limitación. Estas variables podrían ser las condiciones de salud, los factores psicológicos y el consumo regular de ciertos medicamentos con receta médica que pueden aumentar el riesgo de obesidad. Según una publicación de Mayo Clinic para criar a un niño saludable (2020), en su página web mayoclinic.org, el consumo de prednisona, litio, amitriptilina, paroxetina, gabapentina y propranolol se emplea para tratar alguna condición médica puede incidir directamente en el aumento de peso en los niños (21).
Por otra parte, cabe destacar que como la muestra seleccionada está conformada por escolares que realizan actividad física, los resultados podrían estar sesgados, ya que en el resto de la población podría ser mayor el porcentaje de obesidad.
Asimismo, al seleccionarse solo estudios circunscritos a la colectividad de España, como una forma de contextualizar la investigación, hay información importante que podría limitar los resultados del presente.
 

Conclusión

A modo de conclusión, cabe destacar al realizar la valoración de los resultados obtenidos se puede considerar que los participantes en el estudio presentaron un perfil obesogénico menor que la población general de su edad. Por lo que se afirma que el deporte es un buen pilar para la prevención de la obesidad infantil.
Se observa que aun realizando los escolares actividad física de forma regular y con una intensidad vigorosa, más de 60 min/día, hay niños que presentan exceso de peso. Destaca en este estudio que los escolares deportistas precisan de una mejora en la alimentación para acercarla a la dieta mediterránea.
 

Financiación

Ninguna.
 

Conflicto de intereses

Ninguno.
 

Bibliografía

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Originales - 4 - Medidas de seguridad y estilos de vida durante la pandemia COVID-19 en estudiantes universitarios, México

Cómo citar este artículo:
Fernández Sánchez A, Fajardo Santana MS, Ortega Ceballos PA, Macías Carrillo C. Medidas de seguridad y estilos de vida durante la pandemia COVID-19 en estudiantes universitarios, México. RIdEC 2022; 15(2):38-48.
 
Fecha de recepción: 1 de abril de 2022.
Aceptada su publicación: 31 de octubre de 2022.
 

Autores

1 Abigail Fernández Sánchez
2 María del Socorro Fajardo Santana
3 Paola Adanary Ortega Ceballos
4 Claudia Macías Carrillo
 
  1. Profesor investigador de tiempo completo. Facultad de Enfermería. Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). México.
  2. Profesora tiempo parcial. Facultad de Enfermería. UAEM. México.
  3. Profesor Investigador de tiempo completo. Facultad de Enfermería. UAEM. México.
  4. Profesor de tiempo completo. Facultad de Enfermería. UAEM. México.
 
Dirección de contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
 

Resumen

Objetivo: determinar los estilos de vida saludables y aprendizaje, conocimientos y prácticas de cuidado por causa de la pandemia de COVID-19 en estudiantes de Enfermería de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (México).
Método: estudio descriptivo, transversal, con participación de 265 estudiantes. Se aplicaron los cuestionarios en línea HPLPII, valorando estilos de vida, y cuestionario exprofeso para conocimientos, práctica del cuidado durante la pandemia, de septiembre a octubre 2020.
Resultados: conocimientos: los estudiantes reconocen las limitantes en el aprendizaje virtual, mencionan que practican solo algunas de las medidas de seguridad; se obtuvieron asociaciones entre conocimientos, aprendizaje virtual, práctica y estilos de vida p= <,05.
Conclusión: la población universitaria es vulnerable al contagio, aún no han dimensionado la magnitud del problema que se vive, tiene escasos recursos; los estilos de vida se fragilizan afectando las dimensiones: alimentación, actividad y ejercicio, control del estrés, relaciones interpersonales, aprendizaje, entre otros.
Palabras clave: estudiantes; COVID-19; estilos de vida; medidas de seguridad; aprendizaje virtual (DeCS).
 

Abstract

Safety measures and lifestyles during the COVID-19 pandemic among university students in Mexico
Objective: to determine the healthy lifestyles and learning, knowledge, and practices of care due to the COVID-19 pandemic among Nursing students from the Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
Method: a descriptive, cross-sectional study, with 265 students included. The online HPLP-II questionnaires were applied to assess lifestyles, and a specially designed questionnaire for knowledge and care practice during the pandemic, from September to October 2020.
Results: regarding knowledge, students acknowledged the limitations of virtual learning, and mentioned that they only put in practice some of the safety measures. Associations were obtained between knowledge, virtual learning, practice and lifestyles (p= <.05).
Conclusion: the university population was vulnerable to contagion, they were still not aware of the extent of the current problem, they had limited resources. Lifestyles had become fragile, with impact on these dimensions: diet, activity and exercise, stress control, interpersonal relationships, learning, among others.
Key words: students; COVID-19; lifestyles; safety measures; virtual learning (DeCS).

Introducción

La situación de salud en México tiene rezagos importantes, la epidemiología lo muestra con la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) y la continuidad de enfermedades emergentes, medidas que se han tomado desde el siglo XX, en búsqueda de una transformación de la salud pública en un encuentro entre lo biológico y lo social, el individuo y la sociedad, lo técnico y lo político y entre el pensamiento y la acción. Frenk (1), secretario de salud de México, señaló que la salud pública nace de la fusión del pensamiento y la acción, y la acción efectiva requiere de pensamiento riguroso.
Enfatiza Frenk (1), que el conocimiento es un instrumento valioso para mejorar la condición en producción, enseñanza con ayuda de las tecnologías, así como la prevención y el fomento de la salud primaria, para la toma de decisiones sobre bases de hallazgos científicos. Por lo tanto, la salud pública es igual a las condiciones de salud y las respuestas sociales, condiciones que se abordan a través de la investigación epidemiológica en los sistemas de salud.
Por otra parte, las formas de vida y el nivel económico, la ocupación, la estratificación social y los mecanismos de redistribución, conllevan la revisión de las condiciones de trabajo y las condiciones de estilos de vida y sistemas de atención en salud y estado de salud del individuo (2).
La epidemiologia en México sitúa a las ECNT con un gran peso y costos, y se abordan diversos problemas en la salud pública.
La llegada de la pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19) es un problema de salud pública mexicano, así como a nivel mundial; además, ha transformado de manera importante a las organizaciones de salud, los sectores sociales, económicos y, en gran magnitud, la salud de la población por los altos índices de morbilidad y mortalidad. El problema del confinamiento favorece en los ambientes de estrés y las formas de vida individual, familiar y comunitaria, afectando a las personas en el desempeño de sus actividades cotidianas laborales y escolares que compensan sus necesidades biopsicosociales y espirituales (3,4).
El síndrome respiratorio agudo grave SARS-CoV-2 fue determinado como el nuevo coronavirus, agente etiológico de la enfermedad COVID-19, declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las principales estrategias establecidas por la OMS fueron: informar a la población con aporte de conocimientos ante la presencia de síntomas principales para detener la transmisión de persona a persona, así como identificar, aislar y cuidar a las personas infectadas; además, se llevaron a cabo actividades para acelerar el diagnóstico oportuno, otorgar tratamiento y vacunas, realizar actividades de sensibilización comunitaria en confinamiento, medidas higiénicas de seguridad (5,6), y así minimizar los impactos sociales y económicos en el trabajo y escuela en casa (7).
La vía de transmisión de la COVID-19 es por contacto y gotas respiratorias (aerosoles), en distancias cortas (1,5 m) y, también, por fómites contaminados. El contacto prolongado es el de mayor riesgo, la mayoría de los contagios se producen de pacientes sintomáticos, no se descartan los contagios de personas asintomáticas e incluso a partir del periodo de incubación de la enfermedad. Estas formas de contagio han entorpecido la limitación de la cadena de transmisión, así como las complicaciones para el control de la enfermedad (6,8).
Las medidas higiénicas/seguridad: lavado de manos, uso de alcohol en gel y cubrebocas, distanciamiento 1,5 metros, estornudo de etiqueta, así como el aislamiento comunitario y en el ambiente hospitalario, son las normas recomendadas habituales para este tipo de transmisión: distanciamiento entre pacientes, uso de batas impermeables, guantes, gafas protectoras y mascarillas exclusivas para el personal sanitario (8).
El cuadro clínico de la enfermedad COVID-19 afecta más a varones, el periodo de incubación se sitúa en un intervalo de cuatro/siete días y máximo de 12-13 días. Los síntomas más habituales son: fiebre, tos, disnea y mialgias o fatiga. Alrededor de un 20% de los pacientes presenta complicaciones graves, siendo las más frecuentes la neumonía y el síndrome de distrés respiratorio del adulto (6); el inicio de la enfermedad es confundido en México por los síntomas con infecciones gastrointestinales, renales, dengue, entre otros. Por los síntomas diversos de inicio (cuadros diarreicos, vómito, anosmia, ageusia y fiebre) es necesario hacer una valoración integral para alcanzar un diagnóstico oportuno (8).
Los estilos de vida determinan conductas en la población, están relacionados con los factores personales, biológicos, psicológicos y socioculturales, son predictivos en promoción de la salud para favorecer la mejora de los hábitos saludables; en la armonía entre el comportamiento o actitud cotidiana relacionado con la salud mental en una persona se precisa la alimentación, la actividad física, la prevención de la salud, el trabajo, la relación con el medio ambiente y la actividad social (9-11).
Ante la pandemia se integró la enseñanza en línea y se modificaron los programas educativos a: virtual por emergencia. Con el soporte digital se solventa de alguna manera la crisis educativa. El plan de emergencia se llevó a cabo en México en todos los niveles educativos para evitar las deserciones escolares, y en la educación universitaria para evitar el rezago en las carreras, principalmente. La respuesta de la población estudiantil, por estar en confinamiento, fue aceptar el plan de emergencia remota que afectaba de alguna manera la calidad de enseñanza, así como el aprendizaje. De acuerdo con otros autores, es preciso mencionar las limitaciones en el aprovechamiento, pero se está en la transición de regresar a las aulas físicas y recuperar la socialización con los estudiantes y mejorar su aprendizaje. El objetivo es poder abordar esta problemática a través de soluciones híbridas, de una enseñanza y aprendizaje mixtos, combinados o, mejor dicho, integrados y flexibles (12).
Por otra parte, los factores que pueden favorecer son los estilos de vida, sumados a conocimientos sobre medidas de seguridad/higiénicas; estudios sistemáticos de determinantes de estilo de vida hacen énfasis en los hábitos alimentarios, el nivel de actividad física y el consumo de tabaco, alcohol y drogas y su impacto en la salud de los universitarios de las carreras que integran las Ciencias de la Salud (10,11,13).
Por lo tanto, los estilos de vida son: 
  • Responsabilidad en salud: es un sentido activo de responsabilidad por el propio bienestar, incluye prestar atención a su propia salud, la educación de uno mismo acerca de la salud y el ejercicio de informarse y buscar ayuda profesional. Enfatiza Resnik (14) que las condiciones de las personas no son equitativas para que estas asuman una responsabilidad total del cuidado de su salud.
  • Actividad física: realizar de manera regular actividades físicas ligeras, moderadas y/o vigorosas. Esto puede ocurrir dentro de un programa planificado y controlado por el bien de la aptitud y la salud o incidentalmente como parte de la vida diaria o las actividades de ocio. Sin embargo, por el confinamiento se ha incrementado el sedentarismo.
  • Nutrición: conocimientos, selección y consumo de alimentos esenciales para el sustento, la salud y el bienestar. Se incluye la elección de una dieta diaria saludable y al alcance, relacionada con la seguridad alimentaria.
  • Autoeficacia: explica ciertas creencias, pautas y comportamientos humanos a partir de niveles de análisis afectivos, espirituales, cognitivos y conductuales, y está centrado en el desarrollo de los recursos internos, que se logra a través de trascender, ponen en contacto nuestro ser en equilibrio, da la paz interior y abre a la posibilidad de crear una conexión obteniendo una sensación de armonía.
  • Relaciones interpersonales: la comunicación humana es una necesidad personal, el contacto y la comunicación significativa entre las personas, la participación consiste en el intercambio de ideas y sentimientos diversos que implican unidad, cierta concordancia, así como el apreciar sensación de intimidad y cercanía que desenvuelve al hombre y la mujer en un proceso de humanización.
  • Manejo del estrés: respuesta humana ante un estresor, implica la identificación y la movilización de los recursos psicológicos y fisiológicos para mantener la homeostasis para controlar y/o afrontar eficazmente y reducir la tensión (9,10,14).
Otros indicadores no mencionados son la educación sanitaria, la vigilancia de enfermedades, la planificación urbana y la salud ocupacional. Debe prestarse mayor atención a las estrategias de promoción de la salud distintas del acceso a la atención sanitaria, como la salud ambiental y pública (14).
Con sustento en lo anterior, también es posible identificar las características de los estilos de vida presentados durante la pandemia de COVID-19, un ejemplo de ello es la investigación que se llevó a cabo por la facultad de enfermería de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México; con base en el Modelo de Promoción a la salud de Nola Pender, el cuál utilizó el instrumento de indagación sobre estilos de vida saludable, enfocado a orientar las estrategias dirigidas a los estudiantes para contribuir a la promoción de un estilo de vida saludable y asertivo (5,6).
De tal forma, se podría argumentar que los estudiantes durante el periodo universitario se encuentran en un momento crítico por el estilo de vida adoptado (10,11) y que este impactará en un futuro en su desempeño profesional y salud; por lo tanto, el objetivo de este trabajo es determinar los estilos de vida saludables, conocimientos y prácticas de cuidado por causa de la pandemia de COVID-19 en estudiantes de enfermería de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
 

Método

El estudio se realizó con enfoque cuantitativo con diseño transversal, descriptivo y correlacional. La población de estudio fueron estudiantes de licenciatura de Enfermería con una muestra de 265 estudiantes de ambos sexos. Se utilizó muestreo aleatorio, no probabilístico y por conveniencia. Se incluyeron estudiantes de Enfermería de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, de ambos sexos, de 1er a 9º semestre, durante el año 2020 (15).
Variables sociodemográficas: edad, estado civil, semestre, integrantes de familia, trabajo, familiares que han enfermado y/o muerto por COVID-19. Conocimientos de síntomas de COVID-19 con 13 ítems α ,88. Medidas higiénicas/seguridad con ocho ítems con opción: nunca/rara vez, a veces, frecuente y rutinariamente α ,88. Además, un cuestionario exprofeso de conocimientos, medidas higiénicas y de seguridad en la pandemia de COVID-19 (6).
El instrumento Health-Promoting Lifestyle Profile (HPLP-II) de Nola Pender (16-18) consta de 50 ítems evaluados por una escala de Likert: nunca, a veces, frecuente y rutinariamente, Alpha de Cronbach de α ,97, versión validada en estudiantes universitarios (18). Consta de seis dimensiones: nutrición, actividad física, manejo del estrés, responsabilidad en salud, relaciones interpersonales y autoeficacia, permitiendo identificar los estilos de vida de los estudiantes durante la pandemia relacionados con conocimientos y medidas de seguridad relacionadas a edad, sexo y semestre.
Se solicitó la autorización de la institución educativa, la dirección y la secretaría de investigación, para aplicar el instrumento y tener acceso con los correos de los estudiantes. Por medio electrónico se invitó a los estudiantes a participar en este estudio. En el instrumento fue integrada la cláusula de confidencialidad y consentimiento informado, y los participantes hicieron válida su inclusión mediante la participación en contestar el cuestionario que se envió por vía electrónica.
Los datos fueron procesados en Statistical Package for Social Sciences, SPSS V. 22; la descripción y análisis de los resultados fue mediante estadística descriptiva, por frecuencias, porcentajes y medidas de tendencia central, univariado y bivariado; y para determinar la correlación de las variables empleo, correlación de Rho de Spearman con significancia estadística de p=< 0,05. La técnica de comparación de medias, a través de la prueba t de Student para muestras independientes y para la comparación de medias ANOVA.
Este estudio se realizó conforme a lo establecido del reglamento de la Ley de Salud en materia de investigación y la Norma Oficial Mexicana 012 NOM-012-SSA3-2012 (19,20).
 

Resultados

La mayor participación fue de mujeres (83,8%), estado civil: solteros (97,4%), se agruparon los semestres como inicial 1er 3er semestre, intermedio 4º a 6º semestres y avanzado de 7º a 9º semestre, con promedio de 88,3; la edad promedio es de 21,5, que fluctuó entre 17 a 33 años; integrantes de la familia desde monoparental, nuclear y familias extensas, integrantes de dos a 15 por familia; los participantes trabajan el 65% en un trabajo fijo o temporal, en su mayoría originarios del estado de Morelos. Esta entrevista se realizó la primera ola de la COVID-19, ellos mencionan que han presentado síntomas indefinidos (59%), algún integrante de su familia ha enfermado (20%) y han muerto por COVID-19 dentro de su familia el 10,6% (Tabla 1). 
 
 
Con relación a los conocimientos de síntomas de COVID-19, el resultado es diversificado; como se muestra en la Tabla 2 aún carecen de conocimientos y experiencia para distinguir la sintomatología de la enfermedad. Los problemas de mayor identificación fueron los respiratorios, en menores porcentajes fiebre, diarrea, vómito, pérdida de sensación del gusto, del olfato, postración, entre otros.
 
 
Las medidas higiénicas y/o seguridad son clave en la promoción a la salud, se encuentra que las prácticas básicas de seguridad entre los estudiantes de enfermería no son aplicadas/comprendidas en su totalidad (Tabla 3).
En relación y análisis entre los semestres, sexo, medidas higiénicas y/o seguridad y estilo de vida: para medidas higiénicas/seguridad se obtuvo el 2,319, y nutrición el 1,509, en los cuales puntuaron más los estudiantes de semestres intermedios (del 4º a 6º semestre) y las mujeres; sin embargo, para asumir la responsabilidad con su salud fueron los hombres quienes puntuaron más, 1,553.
 
 
En actividad y ejercicio se encontró que los estudiantes iniciales del 1er al 3er semestre realizan ejercicio con una media de 1,534; por otra parte, se identificó mayor estrés en hombres con una puntuación media de 1,518. En relaciones interpersonales, las mujeres puntúan una media de 1,648 y finalmente en la autoeficacia/crecimiento espiritual destacaron los hombres con una media de 2,037 (Tabla 4).
 
 
En relación de la prueba t de Student los resultados son significativos p< 0,05 (5%), en las variables de estilos de vida: responsabilidad de su salud, actividad y ejercicio, presencia de estrés, relaciones interpersonales y autoeficacia/crecimiento espiritual.
La relación entre variables se determinó mediante la prueba de coeficiente de correlación de Rho de Spearman, en la escala de estilos de vida y variables ante la pandemia COVID-19, al analizarlos se observa una correlación negativa que afecta entre ellos y significativa (p< 0,01). Cuanto mayor es el semestre que cursan, menor la actividad y ejercicio (r= -0,122*, p< 0,047), así como la responsabilidad de su salud (r= -0,112, p< 0,067), la presencia de estrés (r= -0,136*, p< 0,027), relaciones interpersonales (r= -0,248**, p< 0,000) y autoeficacia/crecimiento espiritual (r= -0,238**, p< 0,000). Cuanto mayor es la edad es menor la autoeficacia/crecimiento espiritual (r= -0,122*, p< 0,046).
Se observa una correlación positiva entre ellos y significativa. El sexo influye en la actividad y el ejercicio (r= 0,146*, p< 0,017) y el estrés (r= 0,115, p< 0,059). Medidas higiénicas y/o de seguridad con estilos de vida (r= 0,341**, p< 0,000) y manejo de estrés (r= 0,213**, p< 0,000), relaciones interpersonales (r= 0,240**, p< ,0,000), autoeficacia/crecimiento espiritual (r= 0,241**, p< 0,000) por miedo y temor (r= 0,141*, p< 0,022). Cuanto mayor es el miedo y temor, menor la práctica de actividad y ejercicio (r= 0,151*, p< 0,014), responsabilidad de su salud (r= 0 340**, p< 0,000) y es alta en estilos de vida (r= 0,564**, p< 0,000). En relacion a vida escolar es mayor y la responsabilidad de su salud es baja (r= 2,216, p< 0,000); en relaciones interpersonales es mayor (r= 0,317**, p< 0,000) y baja en miedo y temor (r= 0,257**, p< 0,000) (Tabla 5).
 
 

Discusión

Los conocimientos de síntomas de COVID-19 en los estudiantes de enfermería son diversificados, carecen de ellos y de experiencia para distinguir la sintomatología de la enfermedad. En medidas higiénicas y/o prácticas básicas de seguridad, los estudiantes de enfermería no los aplican o comprenden. En un estudio similar, por Aguilar (21), en estudiantes de medicina en México, se encontró que los conocimientos y las prácticas son adecuadas, así como actitudes positivas.
En relación con las correlaciones, se encuentra un estudio similar de Guerreo y Contreras (22), en el cual se reportaron diferencias significativas en las dimensiones actividad física y relaciones interpersonales, sueño y estrés, nutrición, familiares y amigos (p< 0,01); tipo de personalidad y satisfacción escolar e imagen interior y orden (p< 0,05).
En general en el estudio realizado se muestran estilos de vida saludable regulares; estudios por Veramendi, Portocarero y Espinoza (23), en Perú, revelan resultados significativos en los estilos de vida de los estudiantes en Perú, los estudiantes tuvieron un estilo de vida saludable (media 81,9) y una calidad de vida percibida buena (media 152,5). Por otro lado, existe relación significativa entre los estilos de vida y la calidad de vida (Rho Spearman 0,67; p≤ 0,000).
Los hallazgos relacionados con el sexo puntuaron en mayor escala en las mujeres en relación con los estilos de vida y las medidas de seguridad, así como nutrición y relaciones interpersonales, y los hombres puntuaron más en actividad y ejercicio y autoeficacia; estudio en Colombia (24) el 92% de los participantes era de sexo femenino, el 95% presentaba un estilo de vida adecuado y un 5% tenía un estilo de vida algo bajo. No se evidenciaron diferencias en el puntaje global por sexo (76,1 vs. 72,9 p= 0,05), desarrollo o no de práctica clínica formativa (72,9 vs. 75,1 p= 0,13) y nivel socioeconómico bajo o alto (72,8 vs. 75,1 p= 0,10).
Estudio similar por Gadi et al. (3) refieren en estilo de vida y comportamientos: el 51,5% cambió su dieta, el 45,5% hacía menos ejercicio, el 66,5% experimentó un cambio en el sueño, el 51,1% refirió cambio en el apetito. Salud mental: el 84,2% se preocupó demasiado por diferentes cosas, el 61,9% no pudo dejar o controlar la preocupación, el 71,2% experimentó problemas para relajarse durante varios días. Sentimientos de minusvalía: el 72,1%. Educación: el 65,7% tuvo problemas para completar los resultados de aprendizaje con la entrega en línea; el 82% estuvo preocupado por la afectación de las habilidades prácticas, el 60,5% se preocupaba por el impacto de la COVID-19 en su futuro laboral. Casi la mitad, 48,9%, creía que la enseñanza en línea debería formar parte del plan de estudios estándar.
Un estudio en México durante la pandemia evidencia en sus hallazgos la prevalencia de nivel de actividad física según el género y el rango de edad y expone el nivel de actividad física que realizan; con mayor predominio del nivel bajo con 46,35%, seguido del nivel alto 31,76 % y finalmente el moderado 21,89%. Por otra parte, la frecuencia de los diferentes niveles de actividad física fue significativamente distinta con respecto al género, donde el femenino muestra mayor prevalencia en el nivel bajo de actividad física con respecto al masculino (25).
Guerreo y Contreras (22) reportaron diferencias significativas en las dimensiones: actividad física y social, sueño y estrés, nutrición, familiares y amigos (p< 0,01); tipo de personalidad y satisfacción escolar, imagen interior y orden (p< 0,05).
De acuerdo con Ramos et al. (26) y Mebarak et al. (27) se identifican los hábitos saludables y no saludables en los adolescentes y se ven influenciados por la vulnerabilidad y el entorno social, el uso de la tecnología y la vida moderna, los cuales afectan el tiempo libre y los determinantes sociales en salud.
En estudios anteriores donde se abordan los estilos de vida de los adolescentes se encuentran riesgos en la alimentación, el estrés escolar, sobre todo el autocuidado de su salud, y en esta temporada de pandemia se intensificó más el descuido en el cuidado de la salud y se toma como un estigma no tener buenos estilos de vida saludable (28).
Por lo cual, la tendencia de aquellas conductas que promueven la salud se reconoce que no en todos los casos son aplicadas con regularidad (29-31). Esta dinámica coincide con lo planteado sobre los estilos de vida saludable, ya que es común encontrar entre los individuos altos niveles de conocimientos en torno a los beneficios de conductas que favorecen la salud, al tiempo que se encuentra una tendencia hacia la falta de aplicación de las mismas en su vida cotidiana.
Por lo antes mencionado, es palpable que en la pandemia han surgido desafíos de larga data, y los procesos de aceleración, cambio y parálisis han marcado la educación en estos tiempos. Además, los aspectos epidemiológicos, tecnológicos y psicológicos deben ser más valorados en el regreso a las actividades. Para la formación de enfermería está el surgimiento de tecnologías de interfaz que articulan lo físico con lo digital y que amplían el debate, el intercambio de experiencias, la interacción, la reflexión y el pensamiento crítico (32-34).
El cuidado de enfermería es presencial e indispensable. Así, la formación de profesionales para el cuidado de la vida humana requiere de conocimientos, habilidades y actitudes en la integración docente servicio-comunidad y en el trabajo interprofesional (6,35).
 
Limitación del estudio
En México es imperativo evidenciar intervenciones en gestión de estilos de vida saludables para minimizar factores de riesgo en los adolescentes y prevenir enfermedades. Así mismo, no se cuenta con pruebas sólidas para hacer visibles las intervenciones de enfermería en situaciones de conductas de riesgo para promover los estilos de vida basados en métodos y medidas de investigación validadas con especial atención en los factores de riesgo y protección de nivel individual, familiar y comunitario.
 

Conclusiones

El modelo de promoción a la salud está centrado en ayudar a las personas para alcanzar mayores niveles de bienestar e identificar los factores de fondo que influyen en el comportamiento de la salud; el trabajo de enfermería en el aporte del desarrollo del conocimiento como un proceso esencial. El modelo de promoción a la salud es util para planificar y cambiar los comportamientos poco saludables debido a que utiliza los componentes biopsicosociales relacionados a la conducta y conocimientos de las personas, además refiere a las barreras percibidas o apreciaciones negativas o desventajas que representa la percepción del compromiso y competencia de uno mismo para ejecutar cierta conducta.
Los estilos de vida dependen, en gran medida, de la situación social de cada adolescente a partir de su entorno (subregión de procedencia), las características de las familias e individuales (género, edad, grado escolar), la institución educativa, las creencias y las costumbres, los resultados de estas formas de vida que llevan algunos de ellos son en conductas de riesgo para el cuidado en esta pandemia, las variantes de edad y sexo, así como vida escolar y no solo procesos patológicos. Se puede argumentar que existe una relación positiva entre los estilos de vida y los conocimientos y las prácticas, a mayor estilo de vida se evidencia mayor percepción de bienestar percibido en la población de estudio.
 

Financiación

Ninguna.
 

Conflicto de intereses

Ninguno.
 

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