Las consecuencias que la actual crisis sanitaria por el COVID-19 está provocando en prácticamente todos los sectores de nuestra sociedad, los supermercados adquieren especial importancia como distribuidores de productos de primera necesidad. El Estado de Alarma decretado los ha situado como, prácticamente, los únicos establecimientos que pueden estar abiertos al público. Si a esto unimos la desmesurada utilización que la población está haciendo de los mismos acudiendo en masa, la situación es altamente contraproducente en relación con las medidas preventivas que desde todos los ámbitos sanitarios se están recomendando y para los que se requiere la colaboración de todos.
En ese sentido, llama la atención que las/os trabajadoras/es (reponedoras/es, cajeras/os o dependientas/es) de dichos establecimientos no estén provistos de mascarillas en un contexto de aglomeración, a poca distancia entre y con las/os clientas/es y dado que están en contacto directo con productos de alimentación. De igual manera se deberían extremar las medidas que obligasen a las clientas/es a utilizar guantes para la manipulación de los productos de autoservicio, por ejemplo.
Desde la Sociedad Científica, Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC), queremos trasladar un mensaje que permita concienciar a todas/os de la importancia de llevar a cabo estas sencillas, pero imprescindibles medidas de seguridad tanto para las/os trabajadoras/es como para las/os consumidoras/es. Es responsabilidad de todas/os actuar con sentido común y con respeto.