Editorial sobre Enfermería Familiar y Comunitaria, la Especialidad, las enfermeras especialistas y las enfermeras expertas
DE ESPECIALISTAS, DE ESPECIALIDADES Y DE ESPECIALIZACIÓN
No es un secreto para nadie que desde su creación hace, 20 años, la AEC siempre ha venido trabajando, reivindicando y peleando por la Especialidad. No en vano fue la primera Sociedad Científica de Enfermería Comunitaria en España y la primera que presentó una propuesta seria, fundamentada y realista de la especialidad de Enfermería Comunitaria.
Quienes iniciaron este proceso, con luces y sombras, con alegrías y tristezas, con realidades y utopías, pero en todos los casos con ilusión, motivación, implicación, paciencia, esfuerzo, emoción y con mucho, mucho trabajo, eran y siguen siendo enfermeras comunitarias.
Cuando después de muchos años, finalmente, se logró que la especialidad fuese una realidad, primero, con la publicación del RD 450/2005 de Especialidades de Enfermería en el que se recogía la Especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria, y posteriormente con el desarrollo del programa formativo, se alcanzó un objetivo anhelado y peleado.
Tras la creación de las primeras unidades docentes y la incorporación de las/os primeras/os residentes tomaba forma lo que, para muchas/os parecía una utopía. Tras dos años de formación acaban las/os primeras/os especialistas y se genera un nuevo escenario con múltiples actores/actrices. Un escenario incierto, en muchas ocasiones hostil, con muchas sombras y pocos claros, con peligros y amenazas, con escasas oportunidades, y con muchos obstáculos. Pero un escenario, al fin y al cabo, de convivencia, de esperanza y de futuro. Futuro que deben afrontar con decisión, valentía, coraje y determinación las enfermeras comunitarias. Todas, especialistas (por disponer de la especialidad por la vía que sea), expertas (quien tiene la experiencia aunque no esté reconocida formalmente), generalistas, todas.
Y es que no debemos perder nunca de vista que lo que seamos o dejemos de ser corresponderá a nuestra capacidad y voluntad de construir una realidad profesional de unidad, fortaleza y crecimiento continuo.
Ni las/os nuevas/os especialistas deben perder nunca de vista que lo son gracias al empeño, dedicación, persistencia, conocimiento y experiencia de las enfermeras comunitarias "no especialistas", pero ojo, enfermeras comunitarias "expertas", gracias a las cuales pueden existir hoy especialistas. Ni las enfermeras comunitarias "expertas" deben olvidar nunca que las nuevas "especialistas" son el resultado de un sueño en el que se creyó y por el que se trabajó durante mucho tiempo y que no es momento de identificar como rivales.
No es posible, por tanto, especialistas sin expertas, ni especialidad sin unidad.