Varón de 63 años. NAMC. Diagnosticado de diabetes mellitus II insulinodependiente, hipertensión arterial, EPOC, obesidad tipo I. Fumador de 15 cig/día, bebedor ocasional. Acude a la consulta de atención primaria el 23 de Mayo de 2018. Evolución de la cura de siete meses.

El paciente presenta dos úlceras en base del primer dedo del pie izquierdo. No presencia de tejido desvitalizado, piel perilesional con descamación, durezas y ligera maceración en la zona inferior de más apoyo. Exudado moderado serohemático. No mal olor. No rubor o calor, ligero dolor.
Inicio de la cura con alginatos, apósitos de plata y pomadas de protección perilesional. Además se implantó la terapia de presión negativa.

Diagnósticos NANDA: deterioro de la integridad cutánea relacionado con la alteración de la sensibilidad y alteración del estado metabólico, manifestado por destrucción de las capas de la piel. Desequilibrio nutricional por exceso. Baja autoestima crónica.

Resultados NOC: integridad tisular: piel y membranas mucosas; capacidad personal de recuperación; manejo del peso; autocontrol de la ansiedad; autocuidados: higiene.

Intervenciones NIC: cuidados de las heridas; vigilancia de la piel; protección contra las infecciones; ayudar al paciente a que exprese los sentimientos de ansiedad o tristeza.

Se consiguen los objetivos propuestos, el cierre de la herida y el aumento del control de la enfermedad metabólica. Además de la concienciación del paciente de la importancia de su propio autocuidado.

Destacamos la importancia de realizar una buena valoración sistemática de los pies a los pacientes diabéticos e incidirles en la importancia de que ellos mismos les dediquen atención. La utilización del dispositivo de presión negativa supuso un rápido avance en la disminución del exudado y curación de la herida. Es un recurso muy útil con el que deberíamos familiarizarnos en la consulta de atención primaria por sus múltiples beneficios.

Pie diabético. Úlcera por presión. Atención Primaria.